Duma Boko

Las elecciones generales del 30 de octubre de 2024 en Botswana revistieron un carácter histórico porque depararon la derrota del partido gobernante en el país africano desde su independencia nacional en 1966, el BDP. La victoria correspondió a la coalición Paraguas para el Cambio Democrático (UDC) y al partido Frente Nacional de Botswana (BNF), liderados por Duma Boko. El 1 de noviembre, el presidente saliente del BDP, Mokgweetsi Masisi, en un cambio de guardia ejemplarmente suave y tranquilo, fue sucedido en la Presidencia de la República por Boko, un opositor carismático que sube al poder con un programa de signo socialdemócrata donde enfatiza el impulso al crecimiento económico, la diversificación productiva y la generación de empleo. El manifiesto del UDC se titula Crecimiento inclusivo, vidas de calidad.

Botswana, un país árido más extenso que Francia pero habitado tan solo por 2,5 millones de personas, tiene una economía abrumadoramente dependiente de la extracción de diamantes, tratándose tras Rusia del segundo exportador mundial de gemas en bruto. Los diamantes suponen el 91% de las ventas al exterior. Sus cifras del desarrollo humano son cimeras en África Subsahariana, pero la estadística no disimula la realidad de pobreza y desempleo que golpea a una parte considerable de la población. La coyuntura económica actual lidia con la recesión debido a la caída de las exportaciones diamantíferas. 

En Botswana, al igual que la vecina Sudáfrica, funciona un sistema político muy poco frecuente: se trata de una república parlamentaria pero con un presidente ejecutivo que no es elegido directamente por los ciudadanos sino por la Asamblea Nacional, la cual le inviste con arreglo a los resultados de los comicios; en la práctica, el jefe del Estado gobierna como un primer ministro, con las diferencias de que no comparte el Ejecutivo con nadie y de que la Constitución limita su ejercicio a los dos mandatos quinquenales.

La hazaña electoral de Boko no pierde lustre por el hecho de tratarse Botswana de una democracia plenamente funcional —el Democracy Index de The Economist la considera de más calidad que las de Italia, Bélgica o Polonia—, sin más parangón en el continente africano que la existente en Mauricio. A fin de cuentas, el BDP, con cinco presidentes consecutivos empezando por el padre de la independencia, Seretse Khama, fue un partido hegemónico o mayoritario a lo largo de 58 años. Pero en los últimos tiempos la alternancia era posible porque el oficialismo no sucumbía a la tentación del fraude electoral (mientras que sí lo hacía a la corrupción), al tiempo que el malestar popular por los déficits socioeconómicos aumentaba. Hoy, el BDP ha quedado desplazado a la segunda posición en votos y a la cuarta en escaños, fin de una era que sus dirigentes han acatado sin rechistar.

(Texto actualizado hasta 18 noviembre 2024).


El sexto presidente de Botswana, primero nacido después de la independencia concedida por el Reino Unido en 1966 al que entonces era su protectorado colonial de Bechuanalandia, es un abogado formado en la Universidad de Botswana y en la Harvard Law School, centro este último donde en 1995 obtuvo el título de Master of Laws. Entre 1993 y 2003 impartió clases de Derecho en la Facultad de Gaborone mientras ejercía su profesión en un bufete, especializado en la defensa de casos sobre derechos humanos.

En los liderazgos del BNF y el UDC

En julio de 2010 Duma Boko se convirtió en una personalidad política de primer nivel al ser elegido presidente del Frente Nacional de Botswana (BNF), veterana formación opositora al régimen del Partido Democrático de Botswana (BDP). Fundado en 1965, el BNF había evolucionado desde un ideario socialista radical hacia una socialdemocracia más pragmática, en la línea de la Third Way del laborismo británico, y tenía un historial trufado de conflictos internos, defecciones y escisiones. 

Precisamente, Boko, años atrás, había sido partícipe de una de estas disidencias, el Frente Democrático Nacional (NDF), puesto en marcha en 2003 junto con Kenneth Koma, quien fuera presidente del BNF entre 1977 y 2001, y Dick Bayford. Luego, el NDF, presidido por Bayford, se desintegró, con parte de sus miembros pasándose al Partido del Congreso de Botswana (BCP), otra escisión del frentismo, producida en 1998, y el resto, Boko entre ellos, retornando a las filas de la agrupación madre.

Toda esta desunión limitaba las posibilidades del BNF de erigirse en una alternativa creíble de gobierno al poderoso BDP, que conservaba un alto nivel de apoyos y legitimidad popular. Hasta la llegada de Boko a su mando, los mejores resultados electorales del BNF fueron los de 1994 y 2004, cuando con el 37,1% y el 26,1% de los votos sacó respectivamente 13 y 12 escaños en la Asamblea Nacional.

Boko heredó del anterior líder de los frentistas, Otsweletse Moupo, un partido en horas bajas que reclamaba algún tipo de reformulación estratégica. El abogado, no sin la opinión discrepante de varios conmilitones, se decantó por abrir el BNF al entendimiento con otras formaciones de oposición más pequeñas, a saber, el izquierdista y panafricanista Partido Popular de Botswana (BPP), actuante desde la independencia pero con muy escasa incidencia en las urnas, y el Movimiento por la Democracia de Botswana (BMD), surgido en 2010 como una escisión liberal del BDP por desacuerdos con el su entonces líder y presidente de la República, Ian Khama, hijo del padre de la independencia Seretse Khama.

La convergencia del BNF, el BPP y el BMD desembocó en la creación en noviembre de 2012 del Paraguas para el Cambio Democrático (UDC), con Boko de presidente y Gomolemo Motswaledi, el jefe del BMD, de secretario general. El primer examen electoral del UDC, las generales del 24 de octubre de 2014, tuvo un sabor agridulce para Boko porque la coalición opositora bajo su batuta subió en conjunto al 30% de los votos y los 17 asambleístas (el BDP de Khama perdió ocho escaños y casi siete puntos de voto, erosión que no comprometió su continuidad en el poder), de los que el BNF aportó meramente ocho. 

Aunque ascendieron dos escaños con respecto a 2009, los frentistas en realidad perdieron votos, bajando a la cuota del 16,6%, y vieron arrebatada su tradicional condición de segundos en la Asamblea por el BMD que ahora lideraba Ndaba Gaolathe, sucesor en julio de Gomolemo Motswaledi, fallecido en un accidente de tráfico. Boko, desde su flamante escaño en la Asamblea, siguió en la brecha como líder de la oposición al Gobierno del BDP y el presidente Khama.

Boko repitió como cabeza de lista en las elecciones generales del 23 de octubre de 2019. Su adversario del BDP era Mokgweetsi Masisi, presidente de la República desde el año anterior en sucesión de Khama, quien había alcanzado el límite constitucional de los dos quinquenios consecutivos. La experiencia resultó triplemente frustrante: el UDC perdió tres escaños (pese a la subida en votos, hasta el 35,9%), en su seno el BNF vio esfumarse la mitad de los ocho diputados que poseía y, peor aún para él, Boko, derrotado en su circunscripción de Bonnington North en Gaborone por su adversaria del BDP, figuró entre los damnificados.

La no correspondencia entre la ganancia de votos y la pérdida de escaños por el UDC se explicaba por el mal desempeño del BNF en el escrutinio mayoritario uninominal, el mejor rendimiento del BCP, que había ingresado en la coalición en 2017, y la concurrencia aparte del BMD, que había sido expulsado de aquella en 2018 por un conflicto sobre la cesión de escaños al BCP. Boko se quejó de que el BDP había vuelto a ganar recurriendo al juego sucio en el recuento, pero su denuncia no tenía trazas de verosimilitud. Al quedarse sin escaño, el abogado perdió la condición de líder de la oposición, que retornó a Dumelang Saleshando, el líder del BCP.

Programa para las elecciones de 2024 y victoria histórica

En 2023 el BCP decidió abandonar el UDC, pero en enero de 2024 Boko compensó esta importante pérdida con la incorporación a su coalición de la Alianza por los Progresistas (AP), formación de centro social liberal escindida del BMD (últimamente virado a la derecha) y con Ndaba Gaolathe de líder.

De cara a las elecciones generales de 2024, el trío BNF-BPP-AP consensuó la presentación de Boko como el cabeza de lista de nuevo y un programa de corte socialdemócrata que incidía en el empleo ("más empleos, mejor pagados, sostenibles y diversificados") y el relanzamiento económico, corrigiendo la tendencia declinante del PIB desde el 12% alcanzado en 2021 por el rebote de la recuperación pospandemia. Para Boko, que en 2022 se hubiese crecido un 5,5%, en 2023 un 2,7% y en el primer semestre de 2024 un negativo -5,8% significaba que la economía había entrado "en colapso" y que las "políticas neoliberales" del BDP habían fracasado. 

La diversificación de una matriz económica dominada por la extracción de diamantes había fallado por el mal rendimiento de los sectores agrícola y manufacturero, y en sus casi seis décadas en el poder del BDP había sido incapaz de alumbrar una "clase media indígena local". Frente al modelo de rienda suelta para el capitalismo de libre mercado, el UDC ofrecía "reenergizar la democracia" con una "economía vibrante" basada en el "Estado desarrollista", un modelo mixto donde los emprendimientos del sector privado y el sector público coexistieran armoniosamente. 

Más en concreto, Boko y sus aliados prometían: crear medio millón de puestos de trabajo en cinco años, en todos los sectores económicos existentes y en "otros nuevos"; fundar una economía "equitativa, dinámica y diversificada" que creciera "al menos un 10% anual"; relanzar la producción agrícola y establecer un fondo para acelerar la "economía verde" de base mixta, con asociaciones público-privadas; atraer al menos 100.000 millones de pulas (unos 7.300 millones de dólares al cambio) en inversiones domésticas y foráneas cada año; y hacer del país un hub de los transportes en el mercado de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC).

El UDC hablaba también de: construir 100.000 viviendas; universalizar el seguro médico; abaratar las facturas del agua y la luz un 30%; subir las pensiones de los 830 a los 1.800 pulas mensuales; adelantar la edad de jubilación de los 65 a los 60 años; otorgar permisos temporales de residencia y trabajo a los miles de ciudadanos de Zimbabwe que vivían sin documentación en el país; y elaborar una nueva Constitución para "desmantelar la dictadura constitucional" preservada por el régimen del BDP. Este repertorio de promesas y propuestas, dados su ambición y, en conjunto, improbable cumplimiento, podía acarrear a Boko el epíteto de populista. Sin embargo, su estilo personal, tendente a la seriedad formal y con una oratoria articulada y comedida, no casaba con la imagen tradicional del tribuno populista.

La figura y el mensaje del opositor Duma Boko, candidato a presidente de Botswana, a diferencia de 2014 y 2019, tuvieron un impacto fulminante en las elecciones del 30 de octubre de 2024. Con un volumen de participación del 81%, el UDC conquistó la victoria al hacerse con el 37,2% de los votos y 36 asambleístas, esto es, mayoría absoluta; esta vez, el BNF de Boko sí capitaneó el impulso del UDC, donde aportó el 23,1% de los sufragios y 23 escaños. El BDP de Masisi, aspirante a la reelección presidencial, quedó segundo en votos con una cuota del 30,5%, pero las particularidades del sistema electoral lo relegaron a una, hasta la víspera impensable, cuarta posición en la Asamblea, donde solo preservó cuatro puestos. Más asientos que él recibieron los mucho menos votados BCP de Dumelang Saleshando y BPF de Jwaneng-Mabutsane.

Masisi salió a acatar los resultados tan pronto como fueron publicados y a transmitir su enhorabuena a Boko, quien confesó estar asombrado por la magnitud del corrimiento electoral y elogió el buen perder del BDP como un ejemplo de excelencia democrática: "Lo que hoy ha sucedido pone a nuestra democracia en un nivel superior", afirmó. El 1 de noviembre Boko prestó juramento del cargo en una ceremonia en el Estadio Nacional de Gaborone. El 4 de noviembre nombró vicepresidente de la República a Ndaba Gaolathe, el líder de la AP y vicepresidente del UDC, convertido de paso en ministro de Finanzas. Tres días más tarde, el flamante presidente fue formalmente investido por la Asamblea Nacional con 46 votos favorables, tres en contra y 12 abstenciones.

Nada más tomar las riendas del país, Boko, tal como había adelantado en la campaña, abrió negociaciones con la compañía diamantífera De Beers para revisar los contratos comerciales.

(Cobertura informativa hasta 18/11/2024).

 

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