Borís Nemtsov

La larga lista de magnicidios de personalidades incómodas para los poderes establecidos en Rusia sumó el 27 de febrero de 2015 su víctima más esclarecida y carismática, Borís Nemtsov. Quien fuera uno de los rostros del reformismo liberal postsoviético e introductores del capitalismo de mercado de la década de los noventa, cuando sirvió a Borís Yeltsin como gobernador de Nizhni Nóvgorod y viceprimer ministro, adoptó más tarde una postura de oposición al sucesor de aquel en la Presidencia, Vladímir Putin, activismo que fue radicalizando con los años. Denunciante incansable de la corrupción, la deriva autoritaria y, últimamente, la injerencia del Kremlin en el conflicto de Ucrania y la anexión unilateral de Crimea, hechos que subrayaban según él la "histeria imperial" instalada en Rusia, Nemtsov preservó una reputación de demócrata honesto y canalizó su militancia en cuatro partidos y movimientos, del último de los cuales, el PRP-PARNAS, era copresidente en el momento de morir. Su asesinato, perpetrado por pistoleros en el corazón de Moscú e imputado por las autoridades a un grupo de chechenos con móviles nada claros, se produjo cuando el opositor se disponía a encabezar una gran manifestación en Moscú contra la crisis económica y contra "la guerra de Putin" en Ucrania, y a publicar un informe supuestamente probatorio de la participación directa del Ejército ruso en las violencias del Donbás del lado de los rebeldes prorrusos.

(Texto actualizado hasta marzo 2015)

1. Un joven radiofísico metido a político liberal en la Rusia postoviética
2. El año en el Kremlin al servicio de Borís Yeltsin
3. Activismo en la política de partidos y paso a la oposición al Gobierno de Putin
4. Un magnicidio envuelto en la oscuridad

1. Un joven radiofísico metido a político liberal en la Rusia postoviética

Borís Yefimovich Nemtsov nació en 1959, corriendo la época soviética de Nikita Jrushchev, en la ciudad-balneario de Sochi, en la ribera sur del mar Negro, si bien desde los ocho años vivió mucho más al norte, en la gran urbe fluvial de Gorki, la actual Nizhni Nóvgorod. El muchacho, gran aficionado a la natación, fue criado por su madre, Dina Yákovlevna, una médica pediatra y melómana que se divorció de su esposo, Yefim, cuando el hijo de la pareja tenía cinco años. En sus recuerdos de infancia, Nemtsov da a entender que su padre simplemente se desentendió de él y de su hermana.

El futuro dirigente político fue un estudiante brillante de la rama de ciencias. En 1981 se graduó por la Facultad de Radiofísica de la Universidad Estatal de Gorki, hoy Universidad Estatal de Nizhni Nóvgorod N. I. Lobachevsky, y cuatro años después, coincidiendo con la llegada a la Secretaría General del PCUS de Mijaíl Gorbachov, defendió con éxito su tesis doctoral en Física y Matemáticas, que versaba sobre los hándicaps de los vuelos espaciales en aspectos tales como la termodinámica y las radiocomunicaciones. En su período lectivo, para costear gastos, dio clases particulares de ciencias exactas y de inglés a aspirantes universitarios unos años más jóvenes que él.

Hasta el final de la década de los ochenta, el veinteañero trabajó en el Instituto de Investigación Radiofísica (NIRFI) de Gorki, un centro de I+D que realizaba experimentos avanzados en los campos de las radiofrecuencias, la geofísica y la física espacial, por lo que recibía la consideración de organismo científico de alta seguridad. El proyecto estrella del NIRFI, activo en la actualidad, era la red de antenas capaz de calentar la ionosfera con emisiones de onda corta; de hecho, este dispositivo, denominado SURA por su sigla en inglés, es el equivalente ruso del famoso HAARP de Estados Unidos. Como teórico, Nemtsov publicó o participó en la elaboración de varias decenas de artículos; en uno de ellos, firmado en 1991 conjuntamente con su colega A. N. Kotyusov, presentaba el fundamento físico-matemático de un láser de sonido, o SASER.

En sus pinceladas autobiográficas, publicadas en su página web antes de morir asesinado en 2015, Nemtsov confesaba que en esta etapa de su vida, dedicada a la ciencia puntera y coincidente con el desarrollo de la Perestroika y la Glasnost gorbachovianas en la URSS, él "no tenía nada que ver con la política", si bien "percibía la realidad desde la luz de un disidente". Fue bajo el influjo de su madre que en 1986, a raíz del desastre de Chernóbyl, ayudó a poner en marcha una campaña ciudadana para parar la construcción de la central nuclear de Gorki, la cual, en efecto, no llegó a entrar en servicio. La experiencia como activista antinuclear en Gorki, que le brindó una pequeña celebridad entre sus paisanos, animó a físico a presentarse a las elecciones de marzo de 1989 para el Congreso de Diputados Populares, el nuevo superparlamento de la URSS, de 2.250 miembros y concebido por Gorbachov como la suprema institución legislativa del Estado, englobando al viejo Soviet Supremo.

Su identificación con los planteamientos reformistas más radicales del momento, los que defendían la conversión de la URSS en una democracia multipartidista sin restricciones y en una economía de mercado donde la empresa privada pudiera desenvolverse libremente, pugnaban con el conservadurismo oficialista del óblast de Gorki, así que el candidato, cuyo único apoyo residía únicamente en la simpatía circunstancial de ciudadanos de mentalidad reformista, sucumbió fácilmente ante sus contrincantes avalados por la sección local del PCUS. Este revés no disuadió a Nemtsov de seguir explorando el mundo de la política representativa, pero redirigiendo sus pasos al ámbito institucional de Rusia, cuyo nombre oficial era todavía el de República Socialista Federativa Soviética Rusa (RSFSR). El hombre del momento era Borís Yeltsin, cabeza de los reformistas radicales dentro del PCUS y situado a la izquierda de Gorbachov, al que exigía que diera pasos decisivos en las transformaciones política y económica del anquilosado Estado soviético.

Nemtsov fue uno de los muchos miles de jóvenes técnicos, profesionales universitarios, miembros de la Intelligentsia y emprendedores que sintieron atraídos por el programa de Yeltsin. Encuadrado en el movimiento reformista enfrentado al PCUS y en particular a su aparato ortodoxo, en 1990 se postuló para el Congreso de Diputados Populares de la RSFSR; esta vez consiguió derrotar a una docena de rivales y se hizo con el mandato popular en representación de su ciudad, en adelante vuelta a llamar Nizhni Nóvgorod.

El encuentro personal entre Nemtsov y Yeltsin, devenido presidente de la RSFSR vía elecciones directas desde su anterior puesto de presidente del Presidium del Soviet Supremo, se produjo en el año decisivo de 1991. Tras el fallido golpe de Estado de los jerarcas comunistas contra Gorbachov, la disolución del PCUS y la inclinación del balance de fuerzas en favor de los reformistas rusos, prolegómenos todos de la extinción del Estado soviético a últimos de año, el diputado popular fue delegado al Soviet Supremo republicano, donde se integró en el Comité Legislativo y participó por tanto en la elaboración de la batería de reformas de liberalización económica. Yeltsin quedó tan complacido con los servicios de Nemtsov que el 30 de noviembre, faltando menos de un mes para la defunción de la URSS y la conversión de la nueva Federación Rusa en un Estado independiente, le nombró jefe de la Administración del óblast de Nizhni Nóvgorod, con lo que su representación personal, vigente desde el mes de septiembre, adquirió naturaleza institucional.

Con apenas 32 años, el físico lanzó en su terruño un agresivo programa de reformas para el establecimiento de una economía local de libre mercado. En poco tiempo, Nizhni Nóvgorod, la quinta ciudad más poblada del país, dejó de ser una sombría urbe industrial y rica en centros de investigación científica pero cerrada a los extranjeros para convertirse en un imán de la inversión privada en los sectores de la ingeniería avanzada, las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, donde las empresas y compañías brotaron como hongos.

Las transformaciones pilotadas por Nemtsov en Nizhni Nóvgorod fueron vistas como un microcosmos y un escaparate internacional de las mudanzas económicas que estaban teniendo lugar en la Rusia de Yeltsin. Una turbulenta transición en la que las lagunas normativas, el déficit de códigos y regulaciones, y la laxitud de los vigilantes del orden favorecían un modelo de capitalismo que bien podía calificarse de salvaje, desde el momento en que daba cabida a infinidad de abusos y fraudes. El jefe de la Administración del óblast cruzado por el Volga fue también instrumental en la ejecución de la primera fase de privatización de empresas estatales que, de acuerdo con el modelo checo, confiaba la capitalización inicial a las emisiones de bonos de propiedad que cualquier ciudadano podía adquirir.

Identificado como uno de los responsables regionales más influyentes del país, Nemtsov afianzó su carrera en la política nacional al ganar un escaño de miembro del Consejo de la Federación en las elecciones legislativas de diciembre de 1993, celebradas tras zanjar Yeltsin a cañonazos su violenta pugna constitucional con los parlamentarios del Soviet Supremo y cuyos resultados fueron francamente decepcionantes para las fuerzas reformistas que respaldaban al Ejecutivo. Desde la Cámara alta de la Asamblea Federal, donde todos los integrantes eran, al menos sobre el papel, independientes, Nemtsov multiplicó sus relaciones con la Opción Democrática de Rusia (DVR), el partido pro Yeltsin organizado por el viceprimer ministro Yégor Gaidar, aunque no llegó a convertirse en miembro formal del mismo. Dos años después, el 17 de diciembre de 1995, fue reelegido con más del 60% de los votos en Nizhni Nóvgorod, adquiriendo la condición oficial de gobernador del óblast.


2. El año en el Kremlin al servicio de Borís Yeltsin

Manifestarse en contra de la desastrosa guerra de Chechenia no indispuso a Nemtsov con Yeltsin, quien apreciaba sus credenciales liberales y sus logros en las reformas de mercado en la oriental Nizhni Nóvgorod. El 17 de marzo de 1997 el presidente le colocó a su servicio directo en la cúpula del Kremlin como primer viceprimer ministro del Gobierno que encabezaba su fiel Víktor Chernomyrdin, compartiendo rango con la otra figura señera del reformismo yeltsinista, Anatoli Chubáis, el máximo responsable de la campaña de privatizaciones de empresas estatales. Mientras que Chubáis se encargó de la asignaturas económica y financiera, Nemtsov, nombrado de paso ministro de Combustibles y Energía a finales de abril, asumió como tarea principal la reestructuración del estratégico sector energético, dominado por los gigantes de participación estatal con vocación monopólica Gazprom, Rosneft y Transneft, pero donde también luchaban por hacerse con unas sustanciosas cuotas de mercado las nuevas compañías privadas surgidas de los polémicos procesos privatización que pusieron en la cresta de la ola a los nuevos oligarcas, como Lukoil, Yukos y Sibneft.

La confianza de Yeltsin en Nemtsov quedó bien patente el 22 de mayo de 1997 al darle el presidente asiento en el Consejo de Seguridad de la Federación Rusa (SBRF). El treintañero dirigente gubernamental era visto como el delfín de Yeltsin, 28 años mayor que él, y así fue presentado en sus interlocuciones con las autoridades de Estados Unidos. Sin embargo, la fulgurante trayectoria de Nemtsov en la alta política estatal quedó truncada en poco más de un año, tiempo en el cual apenas cosechó algunos frutos en la lucha contra la corrupción y la economía sumergida. El 28 de abril de 1998 dejó de ser primer viceprimer ministro y permaneció en el Gabinete como viceprimer ministro sin etiquetas de primacía a rebufo de la destitución por Yeltsin de Chernomyrdin y su sustitución por Serguéi Kirienko, un tecnócrata próximo al de Nizhni Nóvgorod que recibió el encargo de aplicar unas desagradables medidas de austeridad para atajar el deterioro de la situación financiera y la imparable depreciación monetaria.

La crisis del rublo desembocó en la intervención cambiaria y el anuncio de moratoria de deuda del 17 de agosto de 1998. El crash monetario y bursátil, que asomó a Rusia al colapso financiero total, se llevó por delante a numerosos capitostes, empezando por el primer ministro Kirienko, fulminado por Yeltsin el 23 de agosto, y continuando por Nemtsov, que, en aceptación de su carta de renuncia, fue despedido cinco días después. El presidente, acorralado por las voces de la indignada opinión pública que exigían su dimisión por el desaguisado, optó por apartar del Ejecutivo a los lugartenientes que más se habían significado en la adopción del liberalismo económico; ahora, la mayoría de los rusos culpaba al anterior equipo dirigente de la calamidad económica que afligía al país.

Nemtsov, uno de los pocos políticos rusos que mantenía una página web personal (el dominio Nemtsov.ru, donde divulgaba su pensamiento e interactuaba con los usuarios), se despidió de los despachos del Kremlin dolido porque no se hubiera metido en cintura a los "imperios oligárquicos", señalados por él como principales responsables de la crisis de solvencia del Estado desde el momento en que se negaban a "pagar impuestos", y por el influjo de los comunistas en el nuevo Gabinete presidido por Yevguieni Primakov. Al acometer Yeltsin una remodelación del SBRF a primeros de octubre, Nemtsov dejó también este alto organismo consultivo del presidente. En adelante, su único puesto institucional en la Federación fue el de vicepresidente del Consejo de Autogobiernos Locales, un cargo burocrático de tercera fila, dada su anterior posición descollante en el Gobierno.


3. Activismo en la política de partidos y paso a la oposición al Gobierno de Putin

Mientras la era Yeltsin entraba en el ocaso, Nemtsov concentró su interés en la política puramente partidista, hasta entonces relegada. El 19 de octubre de 1998 el ex viceprimer ministro lanzó desde Nizhni Nóvgorod el movimiento Rusia Joven (Rossiya Molodaya), con la mirada puesta en las elecciones a la Duma del año siguiente.

La Unión de Fuerzas de Derecha
Sin pérdida de tiempo, Nemtsov se coordinó con otras prominentes figuras del arco reformista liberal que, como él, habían sido colaboradores de Yeltsin en el Kremlin pero que ahora se veían marginadas del poder político. El 27 de noviembre, bajo el impacto del asesinato una semana atrás de la diputada de la Duma Galina Starovoitova, fue dado a conocer un nuevo bloque político, situado por los observadores en el centro-derecha, que tenía como principales integrantes a Nemtsov, Gaidar (cuyo partido, la DVR, había resultado prácticamente barrido en los comicios de 1995), Chubáis (ahora mismo, presidente del monopolio eléctrico del Estado), el ex primer ministro Kirienko y el antiguo ministro de Finanzas Borís Fyodorov. También fue reclutado la eminencia gris de la Perestroika y la Glasnost de Gorbachov, Aleksándr Yákovlev.

El 20 de enero de 1999 la nueva coalición adoptó el nombre de Causa Justa (Pravoye Delo), con Chubáis de virtual coordinador general y Nemtsov al mando de la Comisión Regional. En agosto siguiente se acordó que el primero de la lista electoral nacional de Causa Justa, llamada Unión de Fuerzas de Derecha (SPS), fuera Kirienko, el cual lideraba un partido propio, Fuerza Nueva, con Nemtsov en el segundo puesto e Irina Jakamada, de Causa Común, en el tercero. La SPS fue lanzada formalmente el 29 de agosto, con la inclusión adicional del partido Voz de Rusia de Konstantin Titov, el gobernador de Samara. La SPS, que no fue capaz de llegar a un acuerdo con el ideológicamente próximo (aunque con un discurso más social) Yabloko, el partido liberal de Grigori Yavlinski y Serguéi Stepashin, tuvo un rendimiento decididamente mediocre en las elecciones parlamentarias del 19 de diciembre de 1999.

Con el 8,5% de los votos en la elección de listas en la circunscripción federal única y 29 escaños en total, uno de ellos el de Nemtsov, por Nizhni Nóvgorod, los derechistas se situaron en cuarto lugar por detrás de Patria-Toda Rusia (OVR), bloque de centro-izquierda animado por Primakov y el alcalde moscovita Yuri Luzhkov, del partido Unidad (Yedinstvo), creado por el entorno de Yeltsin y puesto al servicio de las ambiciones sucesorias del primer ministro Vladímir Putin, y del estéril ganador, el Partido Comunista de Guennadi Zyugánov. Una vez en la Duma, Nemtsov fue elegido, el 16 de febrero de 2000, vicepresidente del hemiciclo cuyo cabeza era Guennadi Seleznyov. De cara a las elecciones presidenciales del 26 de marzo, la SPS se mostró dividido: mientras que el sector de Chubáis pidió el voto para Putin, quien ya era presidente en funciones desde la dimisión de Yeltsin el último día de 1999, en la creencia de que mantendría los principios generales de la década yeltsinista, frente al comunista Zyugánov, Nemtsov, en lo que fue secundado por Gaidar y Jakamada, mudó su inclinación inicial y se abstuvo de suscribir este respaldo. A cambio, se mostró interesado en la candidatura de Yavlinski.

Incluso antes de jurar Putin en la Presidencia el 7 de mayo de 2000, Nemtsov se puso a criticar el estilo de mando y algunas de las disposiciones del nuevo jefe del Estado y antiguo oficial del KGB, en los que advertía rasgos del viejo centralismo autoritario de la época soviética. Ahora bien, durante un tiempo, su discurso fue contradictorio, pues si por una parte criticaba la imposición de la estrategia puramente militar para acabar con el conflicto de Chechenia así como las maniobras, tachadas por él de "castradoras de la democracia", para cortocircuitar los poderes mediáticos privados no afectos al oficialismo, por otro lado se congratulaba de que ahora, con Putin, hubiera más disciplina económica y de que el "período revolucionario de la redistribución de la propiedad entre los oligarcas" tocase "a su fin".

En mayo de 2000, coincidiendo con el registro de la SPS como movimiento público, Nemtsov reemplazó a Kirienko, promovido por Putin a representante suyo en el recién creado distrito federal del Volga, como líder de la bancada parlamentaria. Justo un año después, el 27 de mayo de 2001, los derechistas celebraron el congreso por el que se constituyeron en partido político propiamente dicho. La SPS se dotó de cinco copresidencias orgánicas, ocupadas por Nemtsov, Chubáis, Gaidar, Kirienko y Jakamada. A instancias sobre todo de Chubáis, más pragmático y abierto al acomodo con el Kremlin, la SPS adoptó un programa moderado por el que se comprometía a "defender los logros del joven capitalismo ruso y de una democracia en desarrollo".

En los meses y años siguientes, fueron acentuándose las divergencias entre Chubáis, que seguía siendo uno de los más importantes patrones de la empresa estatal, y Nemtsov, quien se declaró abiertamente en la oposición a Putin y, por ejemplo, no vaciló en denostar la campaña de acoso y derribo emprendida por el Kremlin contra el oligarca más rico del país, Mijaíl Jodorkovski, dueño de la compañía petrolera Yukos. La cacofonía imperante en la SPS confundió a sus votantes, muchos de los cuales le dieron la espalda.

En las elecciones a la Duma del 7 de diciembre de 2003, ganadas de manera contundente por Rusia Unida, formación oficialista nacida en 2001 de la fusión de Yedinstvo y OVR, y más tarde denigrada por Nemtsov como "el Partido de los Ladrones", la SPS se desplomó a la sexta posición con tan solo tres diputados, sacados por el sistema mayoritario uninominal. En la competición directa de partidos por el sistema proporcional, los derechistas no superaron el listón del 5% de los votos y se quedaron sin representación, despojo que afectó a Nemtsov. Nemtsov, Chubáis, Gaidar y Jakamada asumieron su responsabilidad por el descalabro electoral presentando sus dimisiones como copresidentes del partido, las cuales fueron aceptadas por el Congreso celebrado el 24 de enero de 2004. Nemtsov siguió en la SPS, pero ya solo como miembro de su Consejo Político Federal. El apartamiento del liderazgo de la SPS y la separación de caminos con Chubáis se tradujeron en una mayor autonomía del político para practicar su oposicionismo a la, según él, "dictadura" en ciernes de Putin.

La militancia de Nemtsov en la débil oposición a Putin incrementó su visibilidad en 2004 al respaldar la candidatura independiente de Jakamada en las votaciones presidenciales de marzo, animar un comité popular que reclamaba "elecciones libres" en la cita de las presidenciales de 2008 y yendo a contracorriente de la mayor parte de opinión nacional rusa durante la Revolución Naranja de la vecina Ucrania, crisis en la que se alineó ostensiblemente con el candidato presidencial opositor Víktor Yúshchenko, representante de la Ucrania liberal, nacionalista, proeuropea y proatlantista, en su pugna con el aspirante oficialista Víktor Yanukóvych, de fuerte tendencia prorrusa, votado masivamente en las regiones ucranianas del este y preferido por Putin.

A principios de 2005, Yúshchenko, una vez instalado en la Presidencia, contrató como asesor económico "freelance" a Nemtsov, labor que este desempeñó hasta octubre de 2006, luego de que los servicios de consultoría del ruso fueran cuestionados por la Rada o Parlamento de Kíev. Por otro lado, en diciembre de 2005 Nemtsov renunció a los puestos corporativos de director del Banco Neftyanoi y de presidente de la Junta Directiva de la compañía petrolera homónima, a los que había llegado en febrero de 2004, luego de que la justicia rusa abriera una investigación criminal a la entidad financiera por unos presuntos casos de fraude y lavado de dinero. Entonces, algunos medios rusos apuntaron que tras la actuación de la fiscalía contra Neftyanoi estaría el deseo del Kremlin de impedir la financiación de las actividades opositoras de Mijaíl Kasyánov, primer ministro de Putin hasta 2004 y ahora dispuesto a contender con él en las presidenciales de 2008.

El intento de Nemtsov de regresar a la Duma en los comicios del 2 de diciembre de 2007, a los que se presentó como el segundo de lista de la SPS, por detrás del entonces líder de la colectividad, Nikita Belyj, se estrelló con la realidad de una formación a la deriva y condenada a la irrelevancia en el mejor de los casos: sin posibilidad de colar algún diputado local por el sistema mayoritario uninominal al regirse estas elecciones solamente por el sistema proporcional de listas federales, la SPS se hundió hasta el 0,96% de los votos y se quedó fuera de la Duma para no volver.

Semanas después, Nemtsov anunció que no se presentaría a las elecciones presidenciales de 2008 porque no quería perjudicar las opciones del candidato de la "oposición democrática" mejor situado, su amigo Kasyánov. Los medios progubernamentales se apresuraron a explicar que si Nemtsov declinaba concurrir era porque "sabía que no podría" recoger los dos millones de firmas de ciudadanos que ley le exigía para poder registrar su candidatura. Justamente aquí tropezó la aspiración de Kasyánov, quien vio rechazada su inscripción por la Comisión Electoral Central, sin duda teleguiada desde el Kremlin, con el pretexto de que parte de su lista de rúbricas estaba falsificada.

Las presidenciales de marzo de 2008 se saldaron con la victoria del candidato de Putin -al cual la Constitución no le permitía optar al tercer mandato consecutivo de cuatro años-, Dmitri Medvédev, el hasta ahora primer viceprimer ministro, quien lo primero que hizo tras recibir el mando de su superior fue nombrar a este primer ministro.

El movimiento Solidaridad
Nemtsov mantuvo intacto su compromiso con el activismo de oposición dura al tándem de poder Putin-Medvédev hasta el extremo de arriesgarse a ser arrestado en caliente por la Policía, como ya le había sucedido durante unas horas en noviembre de 2007 por encabezar una de las llamadas Marchas de Disidentes en el centro de Moscú, pero su vehículo dejó de ser la SPS. El político decidió abandonar el partido del que era fundador cuando su líder en funciones, Leonid Gozman, para salvarlo de la extinción, aceptó fusionarlo con el Poder Ciudadano de Aleksandr Ryavkin y el Partido Democrático de Rusia de Timur Bogdanov. La nueva formación, con un programa liberal pero nada dispuesta a buscarse problemas con el Kremlin, escogió llamarse Causa Justa, la misma marca empleada por la SPS entre 1999 y 2000.

El 13 de diciembre de 2008, al mes de constituirse Causa Justa, Nemtsov compartió micrófono con el ajedrecista Gari Kaspárov, cabeza del Frente Cívico Unido, para el lanzamiento de Solidaridad (Solidarnost), nuevo movimiento de oposición que se proponía aglutinar en una misma plataforma a todos los disidentes y adversarios democráticos del Gobierno. Solidaridad atrajo a una parte significativa de la fragmentada oposición rusa, sobre todo de la vertiente social (activistas de movimientos juveniles, defensores de los Derechos Humanos y de los represaliados políticos, pacifistas, libertarios), pero su capacidad para articular una gran movilización nacional democrática quedó en entredicho.

Nemtsov se apoyó en Solidaridad para testar su tirón electoral. El 26 de abril de 2009, a unos meses de cumplir los 50 años, compitió por el cargo de alcalde de su ciudad natal, Sochi, a la sazón sede de los Juegos Olímpicos de 2014, en la que sin embargo no había desarrollado ningún episodio de su carrera política. Pese al malestar de los ciudadanos de Sochi por la burbuja de precios, las expropiaciones forzosas y los pelotazos urbanísticos que los preparativos olímpicos traían consigo, el famoso paisano no cosechó más que el 13,6% de los votos y fue laminado por su contrincante progubernamental, Anatoli Pajómov, para el que la maquinaria del oficialismo movilizó todos sus recursos. El perdedor impugnó los resultados y denunció haber sido objeto de un cúmulo de abusos e intimidaciones.

El Partido de la Libertad del Pueblo
El manifiesto Putin debe irse, suscrito en marzo de 2010 con otros 33 signatarios, dirigido a recabar las firmas de los "ciudadanos de Rusia" y que urgía a "deshacernos del putinismo" como el "primer paso en el camino hacia una Rusia nueva y libre", puso una antesala declarativa a la creación el 16 de septiembre del mismo año del Partido para Rusia, sin Anarquía ni Corrupción, al poco renombrado Partido de la Libertad del Pueblo (PARNAS). La nueva agrupación, que tenía vocación de fuerza electoral más allá de servir de catalizadora de la protesta opositora en la calle, celebró su congreso constituyente el 13 de diciembre siguiente con la participación de Nemtsov (no así de Kaspárov, que consideraba errónea esta estrategia de acción partidista), la Unión Popular Democrática Rusa (RNDS) de Kasyánov, el Partido Republicano de Rusia (PRP) de Vladímir Ryzhkov y la Opción Democrática de Vladímir Milov.

La repulsa democrática al Gobierno de Putin y su estrategia de "destruir a los adversarios políticos y aplastar todo vestigio de oposición" revistió en Nemtsov características de cruzada personal. A tenor de la ristra de magnicidios perpetrados, y hasta la fecha impunes, desde 1999, un envite de estas encerraba serios riesgos para la integridad física de cualquier voz, desde parlamentarios a periodistas pasando por activistas humanitarios, que resultara demasiado ruidosa o molesta para los poderes denunciados. La "censura informativa", la "difamación", el "acoso", la "persecución" y, finalmente, el "asesinato", eran, según Nemtsov, la triste moneda corriente de la Rusia de Putin, cuya principal característica era la "total ausencia de libertades políticas".

El último día de 2010 Nemtsov volvió a ser arrestado en el curso de un mitin en Moscú y el 2 de enero de 2011 el juez le impuso una condena de 15 días de calabozo por haber insultado a los policías que le prendieron. La detención con sentencia exprés fue condenada por Amnistía Internacional, que adjudicó a Nemtsov la condición de preso de conciencia. Nada más salir de la celda, descrita por él como una "mazmorra de piedra de metro y medio por tres, sumida en la penumbra, sin cama, almohadas o colchones, solo el suelo", Nemtsov, junto con Milov y Ryzhkov, presentó en los juzgados de Moscú una querella contra Putin por haber dicho en la televisión que en la década de los noventa los tres querellantes, desde sus respectivos cargos, se habían "llevado muchos miles de millones" en comandita con Borís Berezovski, el más poderoso oligarca del yeltsinismo, y "los que ahora están en la cárcel", y que, tras haber sido "echados del pesebre" y "gastar a manos llenas", Nemtsov y sus dos colegas pretendían "volver para llenarse los bolsillos".

Como era de esperar, la denuncia fue desestimada y a últimos de marzo Nemtsov y sus compañeros volvieron a la carga con su informe "independiente" Putin. Corrupción, en el que detallaban el supuesto enriquecimiento ilegal, la vida suntuosa y las cresas amistades privadas del primer ministro, el presidente Medvédev y otros capitostes del Kremlin. En junio de 2011 el Ministerio de Justicia denegó la inclusión del PARNAS en el registro de partidos y la respuesta de Nemtsov fue redoblar los llamamientos a movilizarse en la calle contra "la tiranía y la corrupción" del régimen de Putin y su "marioneta", Medvédev, y por la celebración de unas "elecciones libres" cuanto tocara renovar la Duma en diciembre. Las manifestaciones convocadas por el PARNAS con un seguimiento bien escaso se situaron, empero, en la génesis del gran movimiento de repudio al putinismo, masivo y estridente -aunque no demostrativo del auténtico sentir de la mayoría de la población rusa, toda vez que en mayo de 2012 Putin estuvo de vuelta en la Presidencia respaldado por el 63% de los votantes-, el cual prolongó sus coletazos hasta 2013.

En la manifestación del 6 de diciembre de 2011, dos días después de las cuestionadas elecciones a la Duma, por las calles de la capital, Nemtsov sufrió su tercera detención policial, que duró unas horas. A lo largo de estas protestas, Nemtsov compartió protagonismo con Kaspárov, Kasyánov, Ryzhkov, Yavlinski, Alekséi Naválni, Eduard Limónov y Serguéi Udaltsov, es decir, la plana mayor de la oposición democrática de Rusia al completo. Pese a su renombre y a los rasgos de una personalidad entusiasta y vehemente propensa al arrojo, Nemtsov nunca estuvo cerca, si es que llegó a aspirar a tanto, de convertirse en la gran figura nacional de la oposición rusa, capaz de arrastrar muchedumbres y de ensombrecer con su carisma al resto de cabecillas del bando antigubernamental.

El Partido Republicano de Rusia y la peligrosa denuncia de la injerencia de Rusia en la crisis de Ucrania
La peripecia política de Nemtsov, un hombre con una vida sentimental nada convencional que pese a seguir casado con Raisa Ahmetovna y haber tenido con ella una niña era padre reconocido de otros tres chicos (concebidos con la periodista Yekaterina Odintsova y con su ex secretaria Irina Koroleva, las cuales, aseguraban algunos medios, mantenían una relación amistosa entre ellas y con la propia Ahmetova), escribió un nuevo capítulo el 16 de junio de 2012, fecha en que el PARNAS se integró en una de las formaciones más veteranas de la Federación, el Partido Republicano de Vladímir Ryzhkov, que recientemente, al cabo de una larga batalla en los tribunales, había conseguido su regalización. El nuevo PRP-PARNAS, afiliado a la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), se dotó de un triunvirato dirigente formado por Ryzhkov, Nemtsov y Kasyánov.

En 2013 Nemtsov rastreó el desvío de enormes sumas de dinero de los fondos asignados a los Juegos Olímpicos de Sochi, llegando a la conclusión de que habían terminado en los bolsillos mandamases corruptos con el conocimiento del Kremlin, y, en septiembre, tras una década en el dique seco, ganó un mandato de representación popular en la Duma regional de Yaroslavl, óblast del Distrito Federal Central, al norte de Moscú. Ahora bien, el escenario que resituó a Nemtsov bajo los focos del escrutinio político y mediático fue su marcado posicionamiento en el grave conflicto de Ucrania, poniéndose del lado de los partidarios de la orientación europea occidental del país eslavo en su enfrentamiento con el régimen filorruso del presidente Yanukóvych. Este fue finalmente derrocado por la violenta revuelta popular del Euromaidán, nacida con un plantel del exigencias democráticas pero paulatinamente radicalizada por los nacionalistas de derecha, en febrero de 2014.

Tal como él lo veía, apoyar la integración de Ucrania en la Unión Europea y la conversión del país vecino en un Estado de pleno derecho suponía "apoyarnos a nosotros mismos". Es decir, razonaba Nemtsov, que si las autoridades de Kíev abjuraban del autoritarismo, abrazaban la regeneración democrática y se zafaban de las presiones de Putin para colocarse en la esfera de influencia rusa y priorizar su comercio con Moscú en demérito del Acuerdo de Asociación con la UE, tal viraje solo podía resultar beneficioso para la causa de la democracia en Rusia, pues Putin quedaría en evidencia y saldría debilitado.

A lo largo de 2014, Nemtsov no se cansó de lamentar y condenar los movimientos separatistas armados surgidos en las regiones rusófonas de Donetsk y Luhansk como reacción al derrocamiento de Yanukóvych, la "ilegal" anexión de Crimea por Rusia y la guerra civil que terminó asolando el Donbás, lindero con los oblasts rusos de Rostov, Vorónezh y Bélgorod. Allí, las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk se encastillaron en un sangriento pulso bélico con el nuevo Gobierno de Kíev gracias a la asistencia apenas disfrazada del Kremlin, el cual pertrechó a los rebeldes con armamento pesado y reforzó sus filas con voluntarios panrusos, cuando no con tropas regulares.

En septiembre de 2014 el opositor se despachó a fondo en una entrevista para el diario ucraniano Kyiv Post. Tras describir la "la guerra fratricida entre Rusia y Ucrania", en realidad "la guerra de Putin", como "una especie de pesadilla, una locura que solo trae dolor, conflictos y problemas para todos", Nemtsov diagnosticaba que el presidente ruso, atendiendo los intereses de su "clan", del "complejo militar-industrial" y de "Gazprom", estaba "intentando diseccionar Ucrania y crear en el este un Estado marioneta, Novorossiya, colocándolo bajo el entero control político y económico del Kremlin". Tras estas "acciones sangrientas" Nemtsov avizoraba una meta principal del mandatario ruso, cual sería "preservar el poder personal y el dinero a toda costa", pues antes de la guerra su popularidad se estaba "viniendo abajo de manera lenta pero segura". "Estos son", seguía desgranando Nemtsov, "los objetivos paranoicos por los que rusos y ucranianos están muriendo, al tiempo que Rusia misma se hunde en las mentiras, la violencia, el oscurantismo y la histeria imperial".

A pesar de la censura, "poco a poco la sociedad empieza a comprender que los que están en el poder son gente avariciosa y amoral guiada por el enriquecimiento personal", opinaba el entrevistado. Y toda vez que Ucrania había dado un "ejemplo de revolución anticriminal" que había conseguido echar a "un presidente ladrón", Putin tenía motivos de sobra para percibir el cambio producido en Kíev como una "amenaza directa" a sus designios de "poder vitalicio, lleno de arbitrariedad y corrupción".

Las denuncias torrenciales de Nemtsov sumaban y seguían. El 3 de febrero de 2015, en pleno pico de tensión internacional por las sanciones de la UE y Estados Unidos, la escalada de acusaciones y amenazas veladas entre el Kremlin y la OTAN, y la delicada situación de la economía rusa, el opositor, en palabras para el servicio de noticias ruso de Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL), llamó a parar la guerra de Ucrania y a "librar a Rusia de Putin" a través de una multitudinaria "marcha anticrisis" que el 1 de marzo desfilaría por Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk, Ekaterimburgo y otras grandes ciudades. Si ese día "un millón de personas" llegaba a congregarse en la capital para corear la dimisión de Putin, bien podría producirse, se atrevía a conjeturar Nemtsov, el "milagro" de la "desaparición" del dirigente, quien se vería obligado a "huir a Cerdeña, Pyongyang o cualquier otro lugar".

Mas aún, con el fin de que el pueblo ruso "supiera que Putin estaba en guerra con Ucrania" y que "enviaba soldados allí", Nemtsov ultimaba un informe supuestamente probatorio de la injerencia militar de Rusia, negada insistentemente por el Kremlin, en el conflicto del Donbás. Dicho documento sería presentado a la opinión pública en la jornada de protesta del 1 de marzo. El 10 de febrero el político declaró al periódico digital Sobesednik que su madre, Dina Nemtsova, de 87 años, tenía "miedo de que Putin quisiera matarlo". Él mismo albergaba cierto temor al respecto, confesó.


4. Un magnicidio envuelto en la oscuridad

El 27 de febrero de 2015, al filo de la medianoche, Nemtsov regresaba a pie a su apartamento en compañía de la modelo ucraniana Anna Durítskaya, de 23 años, con la que acababa de cenar en un céntrico café de Moscú. Mientras cruzaban el Bolshói Moskvoretski Most, uno de los puentes sobre el Moscova en el corazón de la capital de Rusia, a 200 metros escasos de las murallas del Kremlin y por lo tanto una de las zonas más vigiladas y grabadas del país, un vehículo de color claro con las insignias de una empresa estatal de seguridad se situó en la calzada por detrás de la pareja; de su interior salió un tirador que efectuó seis disparos a bocajarro contra Nemtsov; cuatro de las balas alcanzaron al opositor por la espalda y una de ellas le atravesó el corazón, matándolo en el acto. Durítskaya resultó indemne y el asesino, al que aguardaba un compinche al volante del vehículo, se dio la fuga sin la menor dificultad.

Las primeras reacciones de estupor, duelo y condena por el magnicidio fueron acordes a la relevancia de la personalidad asesinada. En los círculos de la oposición, ya debilitados últimamente por el apresamiento de Naválni, la conmoción y la consternación prevalecieron sobre las expresiones indignadas. Desde el exterior, la UE y Estados Unidos reclamaron una investigación "imparcial" y "transparente" para el esclarecimiento del crimen, y que los autores del mismo fueran puestos en manos de la justicia. Putin no demoró su pronunciamiento. El presidente ruso aseguró que las fuerzas de seguridad del Estado harían "todo lo posible para que los perpetradores de este vil y cínico asesinato, y aquellos que están detrás, reciban el castigo apropiado". El mandatario añadió su parecer de que la eliminación de Nemtsov, un "asesinato de alto perfil", le sonaba a una "muerte por encargo" y al mismo tiempo una "provocación", sin duda por "motivos políticos".

El 1 de marzo, la gran marcha "anticrisis" y "antiguerra" que debía discurrir por Moscú, bautizada Vesna (Primavera) por Nemtsov, fue convertida por los organizadores en un memorial de duelo desprovisto de carácter reivindicativo y que congregó a entre 20.000 y 50.000 personas. Dos días después, Nemtsov fue enterrado en la capital. A los funerales no pudieron acudir varios políticos europeos a los que las autoridades rusas negaron el visado. Entre los asistentes estuvieron Chubáis, Jakamada, Kirienko, Kasyánov y Ryzhkov, así como miembros del Gobierno Medvédev.

El 7 de marzo el Servicio Federal de Seguridad (FSB) informó del arresto de tres sospechosos, oriundos del Cáucaso Norte, de la comisión del crimen. Uno de ellos, Zaur Dadáyev, había servido como segundo oficial al mando de un batallón paramilitar a las órdenes del presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, político con una pésima reputación internacional pero muy leal a Putin. Al poco, otras dos personas, chechenas también, fueron implicadas por las autoridades federales en el atentado. Acusado formalmente por un tribunal de Moscú, Dadáyev confesó haber sido el autor intelectual del asesinato de Nemtsov, al que había decidido matar "por sus críticas al Islam", en relación con la condena que el político abatido había hecho del atentado perpetrado por el Estado Islámico contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo.

Desde Grozny, Kadyrov, luego de expresar su convicción de que el asesinato de Nemtsov había sido organizado por "servicios de inteligencia occidentales" con el propósito de "causar conflicto interno en Rusia", salió a interceder por Dadáyev, al que tenía por un "soldado valiente" (en el combate a las bandas subversivas del jihadismo checheno), un "auténtico patriota ruso" y un "musulmán devoto" que se había sentido "ofendido" por las caricaturas de Mahoma publicadas por Charlie Hebdo. Sin embargo, el 11 de marzo, Dadáyev, en un entrevista periodística, se retractó de su confesión, indicando que sólo se había incriminado ante la juez para que no le infligieran más torturas bajo custodia policial.

(Cobertura informativa hasta 15/3/2015)