Beata Szydlo

La número dos del partido nacionalista conservador Ley y Justicia (PiS), Beata Szydlo, asumió el 16 de noviembre de 2015 la jefatura del Gobierno de Polonia como resultado de la contundente victoria de su formación en los comicios del 25 de octubre. El fuerte corrimiento a la derecha del electorado polaco tras ocho años de gestión liberal de la economía y de prioridad de la lucha contra el déficit por el partido Plataforma Cívica (PO), y en plena marejada regional por la crisis de los refugiados de Oriente Medio y la injerencia rusa en el conflicto de Ucrania, brindó a la agrupación que lidera Jaroslaw Kaczynski una mayoría absoluta insólita en 26 años de democracia. El éxito de los justicialistas en estas legislativas, que empequeñece el obtenido en 2005 cuando vivía el gemelo de Jaroslaw, Lech, completa el retorno al Ejecutivo iniciado en agosto con la asunción de la Presidencia de la República por Andrzej Duda, de cuya campaña electoral Szydlo fue directora.

Una antigua conservacionista cultural apenas conocida fuera de su país y sin experiencia de gobierno, Szydlo representa, al igual que Duda, una cara moderada del PiS, el cual combina la protección de la población polaca en múltiples aspectos -social, laboral, agrícola-, postura que evoca a los partidos de izquierda, y un discurso reaccionario en materias de costumbres, moralidad sexual, inmigración y memoria histórica, donde pueden aflorar salidas xenófobas y homófobas, así como el revanchismo anticomunista. El PiS es también una fuerza que coquetea con el euroescepticismo y que rechaza de plano adoptar el euro como moneda por lo que supondría de transferencia de soberanía a las instituciones de la UE. El polémico Jaroslaw Kaczynski, quien no esconde su pensamiento radical, es consciente de la antipatía que concita en el núcleo dirigente europeo, así que, como hizo en 2005 (con Kazimierz Marcinkiewicz, si bien al cabo de un año terminó por hacerse personalmente con las riendas del Gabinete, que de todas maneras sucumbió en 2007), ha optado por delegar el cometido de primer ministro a un lugarteniente de confianza.

Sin incurrir en la acrimonia retórica habitual en otros miembros del PiS aunque transmitiendo firmeza, Szydlo, que sucede en el cargo a otra mujer, su adversaria centroderechista de la PO Ewa Kopacz (antes que ellas, en 1992-1993, ya gobernó Polonia la social liberal Hanna Suchocka), ha sido muy clara en que el Estado ha de gastar más en la seguridad social, concentrarse en la reducción de las desigualdades y revertir la precariedad laboral. También ha subrayado su tradicionalismo católico. En el aire queda el compromiso asumido por el Gobierno saliente de acoger hasta 2017 a 7.000 refugiados sirios, objeto de crudos reproches por Kaczynski y que sobre el papel es una decisión jurídicamente vinculante. En un sentido más general, está por ver el impacto que la agenda política del Gabinete monocolor del PiS, un partido intensamente proatlantista y proestadounidense, tendrá en las tensiones dialécticas que, a raíz de la crisis de los refugiados, están resquebrajando la solidaridad europea y la arquitectura de Schengen, pues el campeón del rechazo a la adjudicación, en principio voluntaria, de cuotas nacionales de acogida de refugiados, el húngaro Viktor Orbán, podría haber encontrado un gran aliado en Varsovia, la capital más importante del flanco oriental de la UE.


(Texto actualizado hasta noviembre 2015)

1. Fiel lugarteniente de Jaroslaw Kaczynski
2. Histórica mayoría absoluta del PiS y designación como primera ministra de Polonia

1. Fiel lugarteniente de Jaroslaw Kaczynski

La tercera mujer en alcanzar el cargo de primer ministro en Polonia procede de una familia de mineros del carbón de Brzeszcze, en la región industrial de la Alta Silesia, entre Katowice y Cracovia. Aunque se crió en Brzeszcze, nació en una población cercana, Oswiecim, es decir, Auschwitz, al lado del antiguo campo de exterminio nazi de la Segunda Guerra Mundial. Tras completar la escuela estudió en el Departamento de Etnografía de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad Jaguelónica de Cracovia, por la que se licenció en 1989, el año de la llegada de Solidaridad al Gobierno de Varsovia, que marcó el tránsito a la democracia en Polonia. Desde 1987 trabajó de asistente en el Museo de Historia de Cracovia, si bien siguió formándose en su facultad, como alumna de un programa de doctorado. Más tarde realizó unos estudios de posgrado sobre Administración de Bienes Culturales en la Escuela de Economía de Varsovia.

Según cuenta la política en su presentación personal en Internet, en 1995 puso en marcha en la localidad de Libiaz el Libisskiego Centrum Kultury, del que fue administradora hasta 1997. A continuación, dirigió otro centro cultural en Brzeszcze. En las elecciones municipales de junio de 1998 salió elegida alcaldesa de su municipio, mandato político que simultaneó con un capacitación académica en Administración de Gobiernos Locales de la Unión Europea impartida por la Universidad de Economía de Cracovia. En esta época su militancia política transcurrió en la Acción Electoral de Solidaridad (AWS), coalición que reunía a un gran número de partidos y organizaciones surgidos del ala derecha del histórico movimiento sindical, y que entre 1997 y 2001 ocupó el Gobierno del país. Luego se unió a Ley y Justicia (PiS), partido de marcada ideología nacional-conservadora fundado por los hermanos gemelos Jaroslaw y Lech Kaczynski, los cuales elaboraron una agenda de reafirmación de los valores católicos y tradicionales, proteccionismo social y económico, lucha contra la corrupción, depuración de los funcionarios comprometidos con el pasado régimen comunista y defensa de los intereses nacionales en la UE.

Szydlo se hizo con un escaño en el Consejo Regional del voivodato de Malopolska (Pequeña Polonia) en las elecciones locales y regionales de octubre de 2002. Dos años después pasó una temporada lectiva en Washington acogida a un programa académico del Departamento de Estado de Estados Unidos. En las elecciones legislativas del 25 de septiembre de 2005 Szydlo llegó al Sejm, la Cámara baja del Parlamento nacional, como diputada del PiS por Chrzanów. Estos comicios sentaron al PiS en el Gobierno de Polonia del que desalojaron a los socialdemócratas de Marek Belka. Formando una inestable coalición con la extrema derecha clerical y los anarcosindicalistas agrarios, los hermanos Kaczynski situaron primero en la jefatura del Gobierno a Kazimierz Marcinkiewicz. Antes de terminar 2005, Lech ganó las elecciones que le convirtieron en presidente de la República y en julio de 2006 nombró a su hermano Jaroslaw primer ministro.

En este período, tumultuoso a causa del radicalismo de las políticas internas aplicadas por los Kaczynski y por la sucesión de conflictos y forcejeos tanto con los otros miembros de la coalición gobernante como con los socios europeos, Szydlo fue una parlamentaria del montón, desconocida por el público. En el Sejm, donde su partido disponía de 155 diputados, la antigua administradora cultural estuvo involucrada en las labores legislativas relativas a los presupuestos, los impuestos y la política industrial. En las elecciones del 21 de octubre de 2007, anticipadas por el colapso del Ejecutivo de coalición, Szydlo renovó su escaño, pero ya como diputada de la oposición, pues las votaciones fueron ganadas por el partido liberal Plataforma Cívica (PO) de Donald Tusk.


2. Histórica mayoría absoluta del PiS y designación como primera ministra de Polonia

Szydlo adquirió mayor visibilidad en la escena política polaca a partir de su elección como vicepresidenta del PiS el 24 de julio de 2010, tres meses después del fallecimiento de Lech Kaczynski en la tragedia aérea de Smolensk. Convertida en oficial de confianza del gemelo superviviente, Jaroslaw, fue reelegida por segunda vez en las legislativas del 9 de octubre de 2011, que mantuvieron al PiS en la oposición al Gobierno Tusk de coalición entre la PO y el Partido Campesino (PSL), y en septiembre de 2014, coincidiendo con la marcha de Tusk a Bruselas para presidir el Consejo Europeo y la investidura de Ewa Kopacz como su sucesora al frente del Gobierno, se hizo cargo de la tesorería del partido. Como parlamentaria, Szydlo dejó constancia de sus posiciones conservadoras, perfectamente sintonizadas con la doctrina moral de la Iglesia Católica, en cuestiones como el aborto y la reproducción asistida.

En la primavera de 2015 Szydlo asumió el cometido de coordinar la campaña del candidato del PiS para las elecciones presidenciales de mayo, el profesor de Derecho y eurodiputado Andrzej Duda, cuyo adversario era el jefe del Estado aspirante a la reelección y miembro del partido de Tusk y Kopacz, Bronislaw Komorowski. Contra pronóstico, en la primera vuelta del 10 mayo Duda se puso en cabeza y en la votación resolutiva, dos semanas después, derrotó con el 51% de los votos a Komorowski, al que tomó el relevo el 6 de agosto. Este éxito perfiló a Szydlo como la número dos del PiS, a pesar de compartir rango de vicepresidente con otros dos dirigentes, Mariusz Kaminski y el veterano intelectual y resistente anticomunista Antoni Macierewicz, quien disponía de experiencia gubernamental, algo de lo que ella carecía. También complació sobremanera a Kaczynski, que en la conferencia partidaria del 20 de junio solicitó a la dirección orgánica que designara a Szydlo candidata a primera ministra en las elecciones generales que iban a celebrarse el 25 de octubre, a las que los justicialistas se presentaban con el viento de espalda.

En el cónclave del PiS, Szydlo aceptó la misión encomendada por los conmilitones y expuso varios de los puntos del programa electoral de su agrupación, ya defendidos por Duda en la campaña de las presidenciales. Así, los justicialistas, fieles a su compromiso con la protección de los sectores vulnerables de la sociedad y la reducción de las desigualdades, recordaron su intención de, en caso de retornar al Gobierno, rebajar la edad de jubilación, ampliar las desgravaciones en el impuesto sobre la renta, aumentar el salario mínimo y subir también las coberturas para las familias con hijos.

Por otro lado, el PiS no veía con buenos ojos la actual desregulación del mercado laboral, que favorecía la flexibilidad contractual pero también la precariedad y la temporalidad del empleo. En el terreno productivo empresarial, Szydlo habló de "reconstruir" la industria pesada polaca y de proteger el importante sector de la minería del carbón, el mismo que había dado sustento a su familia en Malopolska. Todo este plantel de propuestas estaba reñido con las políticas liberales de los gobiernos de la PO, para la que lo prioritario era la estabilidad presupuestaria, la supresión del déficit, la reducción del Estado y la ganancia de competitividad como bases para una economía próspera, y tampoco casaba bien con las políticas comunitarias y las directrices europeas de austeridad. Polonia seguía sin ser miembro de la Eurozona, y el PiS ya había dicho por activa y por pasiva que no contemplaba la sustitución del zloty por el euro porque esa mudanza monetaria arrebataría al Estado un coto clave de soberanía.

La primera ministra, Kopacz, acusó a su máxima oponente de ser una amenaza para los esfuerzos de consolidación de las finanzas públicas al contemplar un aumento considerable del gasto. Con un estilo sobrio pero al mismo tiempo contundente, y sin dejar de subrayar su extracción social de clase trabajadora y su condición de madre, Szydlo rechazó que ella, como primera ministra, fuera a ser una especie de marioneta de su superior partidista, Kaczynski. Durante la campaña electoral, el líder del PiS dejó que su lugarteniente se explayara en todos los aspectos programáticos relativos a la economía y la providencia social, mientras que él, en un lance calculado, suspendió su discreción táctica únicamente para tocar el punto más polémico del ideario del partido, sobre todo ahora, en plena crisis europea de los refugiados de Oriente Próximo, que era la defensa de la cohesión social y la homogeneidad cultural del muy católico pueblo polaco frente a los flujos migratorios incontrolados, en especial los de población musulmana.

Kaczynski, en la línea del primer ministro húngaro Víktor Orbán, rechazaba de plano la fórmula de la UE de las cuotas nacionales de acogida de refugiados sirios, que para Polonia, tal como había acordado el Gobierno Kopacz, iba a suponer la aceptación de 7.000 personas en los próximos dos años. El 13 de octubre, con tono desabrido y acentos apocalípticos, el jefe del PiS aseguró que los refugiados árabes traían "varios tipos de parásitos protozoos portadores de enfermedades", como atestiguaban los casos de "cólera en las islas griegas y de disentería en Viena". Varios políticos polacos de los espectros izquierdista, proeuropeo y anticlerical tacharon el lenguaje del antiguo primer ministro de "racista" y "nazi".

La narrativa empleada por Szydlo, la contenida y propositiva, y Kaczynski, el radical y negativo, con su reparto escénico de papeles, resultó extraordinariamente rentable en las urnas. El 25 de octubre de 2015 el PiS hizo historia en un cuarto de siglo de democracia polaca al conquistar una mayoría absoluta de 235 escaños (sobre 460) con el 37,6% de los votos, 13 puntos más que la PO, que sufrió un estrepitoso desplome. Estos resultados eran mucho mejores que los obtenidos por los hermanos Kaczynski en 2005, cuando solo ganaron por mayoría simple, de 155 escaños.

El 27 de octubre el PiS confirmó que su vicepresidenta era la candidata a encabezar el nuevo Gobierno. El 9 de noviembre Duda nombró a Szydlo primera ministra y el Gabinete se constituyó el día 16. El nuevo ministro de Defensa era el otro vicepresidente del partido, Antoni Macierewicz, de posiciones derechistas y proestadounidenses muy acentuadas. Macierewicz venía defendiendo la teoría, contraria a las evidencias obtenidas por las investigaciones periciales del siniestro, de que la muerte de Lech Kaczynski y de decenas de altas personalidades del Estado, la política y la vida pública polacos en los bosques de Rusia en 2010 no había sido un accidente, sino un "asesinato" cometido por los "enemigos políticos" del estadista. No menos polémica era su acusación a Tusk de haber trabajado para la anterior policía secreta del régimen comunista. Hasta ahora, ni Jaroslaw Kaczynski ni Szydlo habían desautorizado a Macierewicz. En el nuevo Gabinete destacaban además las presencia de Piotr Glinski, Mateusz Morawiecki y Jaroslaw Gowin como viceprimeros ministros, mientras que Stanislaw Karczewski fue hecho responsable de Exteriores, Mariusz Blaszczak del Interior, Pawel Szalamacha de Finanzas y Zbigniew Ziobro de Justicia,

Beata Szydlo, cuyo nombre de pila es Beata Kusinska, toma su apellido de casada de Edward Szydlo, con quien ha tenido dos hijos, Tymoteusz y Blazej. El primogénito se prepara para sacerdote en un seminario de Cracovia.

(Cobertura informativa hasta 16/11/2015)