Atifete Jahjaga
Presidenta de la República (2011-2016)
El 7 de abril de 2011, en una elección exprés celebrada al día siguiente de su nominación, la Asamblea de Kosovo invistió presidenta de la República a Atifete Jahjaga, vicedirectora de la Policía kosovar con el rango de general y no perteneciente a ningún partido. La candidatura de esta uniformada de 36 años con un brillante currículum fue consensuada por las principales fuerzas políticas para zanjar la crisis instalada en el último medio año en la institución ejecutiva, dos veces vacante por las dimisiones sucesivas de Fatmir Sejdiu y el efímero Behgjet Pacolli, desautorizados ambos por el Tribunal Constitucional. De acuerdo con el pacto de estabilidad que vincula al PDK del primer ministro Hashim Thaçi a su aliado en el Gobierno, la Alianza por un Nuevo Kosovo (AKR), y al principal partido de la oposición, la Liga Democrática de Kosovo (LDK), Jahjaga tendrá un mandato transitorio, hasta que se elabore una reforma constitucional que introducirá la elección presidencial directa, probablemente en un año. La flamante presidenta ha indicado que en su breve ejercicio trabajará para conseguir los ingresos de Kosovo en la Unión Europea y la ONU, objetivo harto complicado por cuanto el reconocimiento de la independencia nacional no es unánime en la primera instancia y se halla bloqueado en la segunda, donde el antagonismo de Serbia halla eco en la postura de 116 miembros de la Asamblea General.
(Texto actualizado hasta abril 2011)
1. Alta oficial de la Policía de Kosovo
2. Una alternativa de consenso para presidir la República
1. Alta oficial de la Policía de Kosovo
Tras cursar los estudios escolares en Prístina se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de la capital, unos años antes de deslizarse la provincia de mayoría albanokosovar por la pendiente de la guerra abierta entre la guerrilla separatista, el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), y las fuerzas de seguridad de la República de Serbia. En 2000, una vez terminado el conflicto bélico con la retirada de las fuerzas serbias y la conversión del territorio en un protectorado internacional de hecho, Jahjaga completó la carrera universitaria y fue reclutada por el nuevo Servicio de Policía de Kosovo (ShPK), cuerpo de mantenimiento del orden que por el momento permaneció supeditado al componente policial de la Misión de Administración Interina de las Naciones Unidas (UNMIK), el cual, junto con la OSCE, se encargó de formar y adiestrar sus unidades. De hecho, el ShPK inició su andadura como una subsección especial de la Policía de la UNMIK.
En el ShPK, mientras el Gobierno de la autoproclamada República de Kosovo organizaba los órganos e instituciones que en el futuro, al cabo de un período de transición, deberían ser el soporte de un Estado soberano e independiente, Jahjaga, aprovechando su dominio del inglés, empezó como traductora e intérprete en el trabajo diario con los efectivos de la UNMIK. La agente de base progresó rápidamente en el escalafón, pasando de la estructura regional a servir como oficial en el cuartel general del ShPK en Prístina. Allí, asumió diversos cometidos organizativos y auxiliares, como adjunta a varios superiores del cuerpo, y de mando, como vicecomandante de la unidad guardafronteras y jefa del Departamento de Instrucción.
En 2006 Jahjaga marchó a la británica Universidad de Leicester para hacer un curso de posgrado en Derecho Penal, a cuya conclusión un año más tarde realizó otro sobre Ciencia Penal en la estadounidense Universidad de Virginia. A su currículum académico añadió también sendas capacitaciones en el George C. Marshall European Centre for Security Studies, en Garmisch-Partenkirchen, Alemania, y la FBI National Academy, en Quantico, Virginia. Su juventud no fue óbice para una acelerada sucesión de ascensos que vinieron a reconocer su valía profesional. Así, pasó a ostentar los rangos de mayor, coronel y finalmente general, lo que la convirtió en un caso excepcional de mujer encaramada a lo más alto del escalafón de una institución armada en esta parte de Europa.
A partir de febrero de 2008, con la declaración por la Asamblea de Prístina de la independencia kosovar, que fue reconocida por Estados Unidos y la mayoría de los países europeos (pero no por la ONU, donde prevaleció la postura firmemente contraria de Serbia, en todo este tiempo el Estado que había ejercido una soberanía meramente nominal sobre el territorio), el ShPK pasó a denominarse simplemente Policía de Kosovo y se emancipó del Comisionado de Policía de la UNMIK, si bien mantuvo un esquema de coordinación con la nueva Misión de la Unión Europea para el Imperio de la Ley, EULEX-Kosovo, que tomó al relevo al anterior en la asistencia a los locales en las áreas de justicia e interior. Por otro lado, en el plano militar, el Cuerpo de Protección de Kosovo, sometido a la KFOR de la OTAN, comenzó su transformación en un cuasi ejército nacional, la Fuerza de Seguridad de Kosovo.
En febrero de 2009 la general Jahjaga vio coronada un década de servicios policiales con su promoción por el Gobierno de Hashim Thaçi al puesto de vicedirectora general del cuerpo. En los meses siguientes, la oficial se dio a conocer en las altas esferas diplomáticas y en particular ante el Gobierno de Estados Unidos, aunque para el gran público continuó en el anonimato.
2. Una alternativa de consenso para presidir la República
Dos años después, unas circunstancias de bloqueo político catapultaron a la treintañera mandamás policial al centro de la actualidad kosovar. La crisis comenzó el 27 de septiembre de 2010 con la dimisión del presidente de la República, Fatmir Sejdiu, luego de que el Tribunal Constitucional declarara incompatible con la Carta Magna su doble condición de jefe del Estado y líder de la Liga Democrática de Kosovo (LDK), el segundo partido más votado en las legislativas de noviembre de 2007 y socio de coalición del partido del primer ministro Thaçi, el Democrático de Kosovo (PDK); entonces, el presidente de la Asamblea, Jakup Krasniqi, tomó las funciones del presidente de la República hasta la elección del nuevo titular.
El panorama institucional se complicó el 16 de octubre al decidir la LDK retirarse del Gobierno inmediatamente después de anunciar Krasniqi la celebración de comicios anticipados para el 13 de febrero de 2011. El PDK quedó en minoría y el 2 de noviembre Thaçi perdió una moción de censura en la Asamblea, obligando a Krasniqi a disolver la cámara y a adelantar la convocatoria electoral al 12 de diciembre. Celebradas las votaciones, el PDK retuvo la mayoría simple, pero acto seguido su líder encajó unas gravísimas imputaciones de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, la cual, en una investigación hecha pública, acusó al antiguo líder de la UCK de haber sido el jefe de una red criminal, el llamado Grupo de Drenica, que a finales de los años noventa, durante y después de la guerra, se lucró con los tráficos de armas, drogas y órganos humanos (extraídos a prisioneros serbios asesinados para tal fin, detallaba el espeluznante informe) en Kosovo. Thaçi calificó las imputaciones de infundadas y difamatorias, pero el escándalo manchó indeleblemente su ya oscura reputación.
Comenzado 2011, Kosovo se encontraba con la Presidencia vacante y el Gobierno meramente en funciones. Para zanjar la provisionalidad, en febrero, Thaçi llegó a un acuerdo con Behgjet Pacolli, de la Alianza por un Nuevo Kosovo (AKR), por el que su partido entraría a formar parte de una coalición de Gobierno y él sería el candidato oficialista a la Presidencia de la República. Dicho y hecho, el 22 de febrero la Asamblea eligió para el cargo cimero a Pacolli, en una tercera y tensa votación que fue boicoteada por los diputados de la oposición, e invistió de nuevo primer ministro a Thaçi, quien alineó un Gabinete de coalición minoritario basado en el PDK y la AKR, y al que se incorporaron con puestos menores sendos partidos representantes de las minorías étnicas turca y serbokosovar.
Kosovo arrancó el nuevo curso político con los ecos positivos que despertaron las primeras conversaciones directas con el Gobierno de Serbia en aras de un modus vivendi básico, lo que sin embargo no suponía el desistimiento por Belgrado de su rechazo frontal a la legalidad de la proclama independentista de 2008. La batalla diplomática y jurídica continuaba, aunque en un sentido más favorable para Prístina luego de que en julio de 2010 el Tribunal Internacional de Justicia, en una opinión asesora no vinculante, estableciese que aquella declaración no había violado del derecho internacional.
La impresión de normalidad institucional se esfumó muy pronto. El 28 de marzo, el Tribunal Constitucional, en su segundo pronunciamiento sobre la figura presidencial en seis meses, dictaminó que la reciente elección de Pacolli, un empresario multimillonario con la doble ciudadanía kosovar y suiza y bastante impopular por sus estrechos vínculos con hombres de negocios rusos, no era válida porque la sesión parlamentaria no había reunido el quórum mínimo de dos tercios y porque no había habido candidatos alternativos. El 30 de marzo Pacolli dimitió –con lo que Krasniqi, otra vez, debió asumir las funciones presidenciales-, pero indicó que estaba listo para someterse de nuevo a la votación de la Asamblea.
Sin embargo, una reunión de las cúpulas del PDK y la AKR descartó esa posibilidad. Thaçi no quería más contratiempos, así que se decantó por una casi desconocida que no pertenecía a ningún partido y ofrecía un historial de competencia y profesionalidad: la joven general Jahjaga, cuya candidatura de consenso fue anunciada el 6 de abril tras obtener el respaldo adicional de la LDK y del embajador de Estados Unidos, Christopher Dell. El pacto político incluyó unas cláusulas muy precisas: Jahjaga tendría un mandato solamente interino, hasta la aprobación de una modificación constitucional para introducir la fórmula de la elección presidencial directa, la cual podría estrenarse en el plazo de un año. La reforma electoral iba a afectar también a los comicios a la Asamblea, con el fin de minimizar posibles violaciones como las denunciadas por la LDK en las votaciones de diciembre. Si todo iba bien, los kosovares elegirían a su presidente en 2012 y a sus diputados a principios de 2013.
Los trámites para la sucesión de Pacolli quedaron ventilados en cuestión de horas. El 7 de abril, Jahjaga se sometió a la Asamblea y salió elegida presidenta de la República en primera ronda con los votos de 80 de los 100 diputados presentes, 10 de los cuales optaron por una candidata rival, Suzan Novoberdali, de la AKR. Inmediatamente después, la funcionaria policial prestó juramento del cargo. En su discurso inaugural en el hemiciclo, Jahjaga manifestó que la principal meta de su corta presidencia iba a ser allanar el camino para la obtención por Kosovo de las membresías en la ONU y la Unión Europea; logrado ese doble objetivo, una vez arraigada la amistad particular con Estados Unidos, "nuestros sueños se harán realidad", indicó.
Atifete Jahjaga está casada Astrit Kuçi, odontólogo de profesión. La pareja no tiene hijos y, según han destacado medios locales, no poseen inmuebles en propiedad; hasta ahora, vivían de alquiler en el modesto apartamento de un bloque de viviendas en Prístina.
(Cobertura informativa hasta 1/5/2011)