Armen Sargsyan
Presidente de la República (2018-2022); primer ministro (1996-1997)
Antes de hacer carrera en la diplomacia y la política, el cuarto presidente de la Armenia independiente y el primero no salido del voto popular directo, así como el primero, también, con atribuciones meramente protocolarias, desarrolló tareas académicas y profesionales en el campo de las ciencias exactas en los años del dominio soviético.
Graduado en Física por la Universidad Estatal de Yereván (YPH) en 1976 y doctor en Ciencias por el Departamento de Física Teórica y Matemáticas en 1978, a lo largo de la década de los ochenta y hasta principios de los noventa Sargsyan dio clases de su especialidad y ayudó a poner en marcha el laboratorio de Diseño Computacional de Sistemas Complejos, del que fue responsable. Su trabajo de I+D en la YPH, en principio puramente académico, desembocó en 1991 en el conocido juego comercial de ordenador Wordtris, una versión gramatical del clásico Tetris que fue distribuido para PC y las videoconsolas Game Boy y Super Nintendo. Parte de su actividad investigadora y docente transcurrió en la Universidad Estatal de Moscú, el Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge y otros centros de Estados Unidos, Alemania y Grecia. Asimismo, obtuvo membresía en la Academia Nacional de Ciencias de Armenia.
Su bagaje occidental y sus buenos contactos con las autoridades que en 1991 impulsaron la independencia nacional, votada masivamente en el referéndum del 21 de septiembre y hecha realidad en diciembre siguiente en virtud de la extinción de la URSS, catapultaron a Sargsyan al servicio diplomático de la flamante República de Armenia. Durante un lustro, el físico sirvió como encargado de misión y embajador en el Reino Unido. Las oficinas que inauguró en Londres en octubre de 1991 fueron la primera legación diplomática de su país en un país occidental. Además, estuvo acreditado como representante de Armenia ante las Comunidades Europeas y como embajador en otros tres estados miembros de la UE, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, amén del Vaticano.
El 4 de noviembre de 1996 Sargsyan seguía al frente de la Misión de Armenia en Bruselas cuando el presidente de la República, Levon Ter-Petrosyan, le nombró primer ministro en sustitución del dimitido Hrant Bagratyan. Sargsyan, que no estaba afiliado a ningún partido, solo se mantuvo en el puesto hasta el 20 de marzo de 1997, fecha en que Petrosyan prescindió de él para sentar en la jefatura del Gobierno a Robert Kocharyan, el presidente de la autoproclamada, y anexada de hecho por Armenia, República de Nagorno-Karabaj, el enclave perteneciente de iure a la vecina Azerbaidzhán y ganado por las armas armenias en la guerra que concluyó en 1994.
Tras este breve paso por el Gobierno, Sargsyan regresó al servicio diplomático. En 1998, una vez elegido Kocharyan presidente de Armenia, el antiguo científico informático fue nombrado para representar al país en la junta de gobernadores del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y recobró la plaza de embajador en Londres.
En las dos décadas siguientes, Sargsyan compaginó o alternó las funciones consulares, una labor académica internacional bastante notable y las actividades corporativas en el sector privado. En el segundo ámbito, fue el presidente fundador de la Eurasia House de Londres, fundador y director (2001-2011) del Eurasia Centre de la Judge Business School de la Universidad de Cambridge, presidente del Global Agenda Council on Energy Security del Foro Económico Mundial (WEF) y copresidente del East West institute (EWI), además de miembro, entre otros foros y entidades, de la Euro-Atlantic Security Initiative (EASI) y la Global Leadership Foundation (GLF); en el tercer terreno, el especialista armenio estuvo en los consejos asesores de Alcatel, Telefónica, British Petroleum, Bank of America Merrill Lynch y otras multinacionales.
Hasta 2018 Armen Sargsyan no fue llamado de vuelta al servicio político en Yereván, y por la puerta grande, si bien en unas circunstancias de gran controversia nacional.
En diciembre de 2015 el electorado había sancionado en referéndum un paquete de enmiendas constitucionales que convertían a Armenia, hasta ahora regida por un sistema político de tipo semipresidencialista, en una república parlamentaria, donde el poder ejecutivo efectivo recaía exclusivamente en el Gobierno emanado de la Asamblea Nacional, quedando reducido el presidente de la República a la condición de mero jefe del Estado, con funciones solo representativas y ceremoniales. Además, el presidente, con un mandato de siete años no renovable, dejaba de ser elegido directamente y era investido por los 105 diputados de la Asamblea Nacional.
La impresión -por no decir la convicción- general era que el artífice de esta reforma, el presidente desde 1998, Serzh Sargsyan (sin parentesco con Armen), planeaba seguir siendo el hombre fuerte de Armenia más allá de 2018, cuando expiraría su segundo mandato presidencial de cinco años y momento también de la entrada en vigor de la nueva Constitución; entonces, Sargsyan dejaría la jefatura del Estado a un candidato de su agrado y él se reengancharía al Ejecutivo haciéndose con un puesto de primer ministro con los poderes reforzados.
La elección parlamentaria del nuevo presidente tocaba a comienzos de marzo de 2018. Semanas y días antes de la fecha, el presidente Sargsyan y la coalición gobernante conformada por el Partido Republicano de Armenia (HHK) y la Federación Revolucionaria Armenia (Dashnak), así como una tercera formación parlamentaria supuestamente de oposición, la Armenia Próspera (BHK) del oligarca Gagik Tsarukyan, anunciaron que su candidato era el embajador en el Reino Unido, el cual aceptó la oferta de Serzh Sargsyan el 16 de febrero. En puridad, Armen Sargsyan satisfacía el requisito legal, fijado por el artículo 124 de la Constitución, de no pertenecer a ningún partido, si bien eran de sobra conocidas sus excelentes relaciones con la agrupación de Serhz Sargsyan, el HHK. La exigua oposición radical, la Alianza Salida (Yelk) que comandaba el periodista Nikol Pashinyan, no presentó un candidato rival.
La amplísima mayoría, como resultado de las elecciones legislativas de abril de 2017, sumada por los partidos que le avalaban garantizaba a Sargsyan su elección en la primera votación con la preceptiva mayoría de tres quintos. En efecto, el 2 de marzo de 2018 el candidato del oficialismo fue elegido con 90 votos favorables, 10 en contra y un voto nulo. Armen Sargsyan tomó posesión el 9 de abril, pero a continuación rehusó ajustarse al papel de figurante, instrumental como mucho, que Serzh Sargsyan esperaba de él para materializar su plan de continuidad en el poder.
Nada más producirse el relevo en la jefatura del Estado, el Gobierno que desde septiembre de 2016 dirigía Karen Karapetyan, lugarteniente de Sargsyan en la dirigencia del HHK, dimitió en bloque. El 17 de abril la Asamblea, con el boicot de la Alianza Yelk, invistió al ya ex presidente de la República primer ministro. Este movimiento, no por esperado menos problemático, enardeció el movimiento de protesta callejera ya iniciado por el vehemente cabecilla de la oposición, Pashinyan, cuya algarada tomó rápidamente el cariz de una revuelta popular en toda regla contra el régimen "corrupto y antinacional" del HHK y Serzh Sargsyan.
Entonces, Armen Sargsyan intentó ejercer una mediación personal para rebajar tensiones y evitar el peligro de que la crisis, hasta ahora pacífica, derivara en enfrentamientos violentos. Su postura no fue exactamente neutral, ya que bajó a la Plaza de la República de Yereván, el epicentro de las protestas, para encontrarse cara a cara con Pashinyan, escuchar sus reclamaciones y estrechar las manos de sus partidarios, que respondieron con vítores y peticiones de que hiciera lo posible por convencer a Serzh Sargsyan de que se rindiera. El gesto de Sargsyan de quitarse la corbata antes de parlamentar con Pashinyan en plena calle y rodeado de guardaespaldas venía a subrayar el carácter informal, no oficial, de su propuesta de diálogo entre las partes en conflicto, escenario que no se sustanció.
La "revolución" acaudillada por Pashinyan, al que se sumaron sectores hasta ahora inscritos en el oficialismo, consiguió arrancar la dimisión de Serzh Sargsyan, efímero primer ministro de Armenia, el 23 de abril. Karapetyan, el primer viceprimer ministro, asumió la jefatura del Gobierno en funciones, hasta que el 8 de mayo Pashinyan coronó su victoria sobre el poder político imperante en la república transcaucásica desde hacía dos décadas al ser elegido por la Asamblea nuevo primer ministro, tras lo cual Pashinyan constituyó un Gobierno de coalición Yelk-BHK-Dashnak.
Antes de terminar mayo, Sargsyan realizó en la vecina Georgia su primera visita oficial al exterior. Que no estaba dispuesto a ser un presidente ceremonial acomodaticio al Gobierno de turno volvió a dejarlo claro Sargsyan a principios de junio, cuando informó de su intención de promover un cambio en la ley fundamental que revirtiera parcialmente la reforma de 2015, pues esta, a su juicio, había producido un "desequilibrio constitucional" que amenazaba con socavar la "estabilidad" del Estado armenio. En otras palabras, Sargsyan, con menos de dos meses en el cargo, reclamaba que el presidente recobrara prerrogativas y atribuciones institucionales, actualmente en manos del "super primer ministro".
El presidente de Armenia está casado desde 1983 con la autora de relatos infantiles Nouneh Sargsyan y es padre de dos hijos.
(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 17/7/2018. El presidente Armen Sargsyan anunció su dimisión el 23/1/2022. El 1/2/2022, con arreglo a la Constitución, el presidente de la Asamblea Nacional, Alen Simonyan, asumió las funciones de la Presidencia de la República con carácter temporal, hasta la elección de un nuevo titular del puesto). |