Antonio Tajani

El 17 de enero de 2017, la ruptura del pacto informal, vigente desde 2009, entre el Partido Popular Europeo (PPE), primer grupo de la Eurocámara, y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) se tradujo en la elección al frente del Parlamento Europeo del italiano Antonio Tajani. Tras imponerse en la cuarta ronda de votaciones (una compleción del procedimiento electivo que no sucedía desde 1982) a su compatriota, pero rival de la S&D, Gianni Pittella con la ayuda de los liberales y algunos conservadores de otros grupos, Tajani toma el relevo al socialdemócrata alemán Martin Schulz y tiene como mandato los dos años y medio que restan para el final de la legislatura en junio de 2019.

Ahora, el PPE controla las jefaturas del trío de instituciones principales de la UE, que completan el Consejo del polaco Donald Tusk y la Comisión del luxemburgués Jean-Claude Juncker, un balance de fuerzas que el Partido de los Socialistas Europeos considera abusivamente desequilibrado. Viéndolo desde otro ángulo, el duelo Tajani-Pittella pone de relieve la influencia recobrada por Italia en el núcleo dirigente de la UE durante el Gobierno del recientemente dimitido Matteo Renzi, quien ya colocó a Federica Mogherini como Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Además, está Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo. Por lo demás, la elección de Tajani llega en pleno auge de las fuerzas nacional-populistas, euroescépticas y eurófobas, bien presentes en el hemiciclo de Bruselas.

El primer líder del Parlamento Europeo de nacionalidad italiana desde Emilio Colombo (1977-1979) es un político del partido derechista de Silvio Berlusconi, su introductor en política y al que siempre ha sido leal. Eurodiputado en cuatro ocasiones desde 1994, entre 2008 y 2014 sirvió en la Comisión Europea de José Manuel Durão Barroso como comisario de Transporte y de Industria y Emprendimiento. Desde estos cargos, mostró habilidad para las relaciones públicas, determinación para proteger la producción industrial europea y una especial sensibilidad con los problemas económicos de la Europa del sur. También, una actitud, en este caso recriminada, de rechazo a la adopción de niños por las parejas homosexuales. Hoy, Tajani se ofrece como un presidente del Parlamento "neutral", puesto estrictamente al servicio de los ciudadanos y enfocado en desafíos tangibles como los que afectan a la seguridad, la circulación de personas y el empleo. Un perfil sin combatividad ideológica que según él es el adecuado en estos tiempos en que la UE, que no deja de encajar crisis y embates en cadena, navega por "aguas turbulentas".


(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 23/1/2017. El mandato de Antonio Tajani como presidente del Parlamento Europeo concluyó el 3/7/2019, fecha en que fue sucedido por David Sassoli. El 22/10/2022 Tajani se convirtió en vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Exteriores de Italia, en el Gobierno presidido por Giorgia Meloni; posteriormente, el 15/7/2023, fue elegido secretario de Forza Italia, partido cuyo liderazgo se encontraba vacante desde el fallecimiento de Silvio Berlusconi).

1. El hombre de Silvio Berlusconi en la Comisión Europea
2. Presidente del Parlamento Europeo con el voto de populares y liberales

1. El hombre de Silvio Berlusconi en la Comisión Europea

Antonio Tajani, nacido en la capital de Italia en 1953, completó el bachillerato en el Liceo Torquato Tasso y cursó la carrera de Jurisprudencia en la Universidad de Roma La Sapienza. Lejos de abrirse camino en el mundo de la abogacía y los tribunales de justicia, su primera andadura profesional transcurrió, siguiendo los pasos de su padre, en las Fuerzas Armadas Italianas, concretamente en su Fuerza Aérea, la Aeronautica Militare, donde lució el uniforme de oficial. Tras una capacitación en la Scuola di Guerra Aerea de Florencia y el Centro Tecnico Addestrativo–Difesa Aerea (CTA-DA) de Borgo Piave, sus mandos le asignaron a la base de radares de San Giovanni Teatino, cerca de Pescara, donde por un año sirvió como jefe de control del tráfico aéreo zonal, tanto el militar como el civil.

Aunque ajeno por el momento, y por bastantes años más, a una actividad política que requiriera plena dedicación, sí fue militante, hasta principios de los setenta, del Fronte Monarchico Giovanile y de su formación matriz, la Unione Monarchica Italiana (UMI), un grupúsculo extraparlamentario que defendía la restauración en Italia de la monarquía de la dinastía Saboya, destronada por el referéndum republicano de 1946, en la persona del príncipe pretendiente Amadeo, V duque de Aosta.

A esta breve etapa de técnico castrense de comunicaciones aéreas Tajani le encadenó otra singladura profesional completamente distinta y que se prolongó durante dos décadas. Fue su paso al periodismo, oficio que practicó profusamente como reportero parlamentario del semanario Il Settimanale, locutor de noticieros de la Radio 1 de la RAI y enviado especial del periódico Il Giornale en la URSS, Líbano y Somalia. A esta época cosmopolita se remonta su dominio de tres idiomas extranjeros, el inglés el francés y el español.

A comienzos de 1994 Tajani ejercía de jefe de la redacción romana de Il Giornale, empresa periodística de la que era accionista mayoritario Paolo Berlusconi, hermano de Silvio Berlusconi, cuando aceptó la oferta del magnate de la comunicación, resuelto a irrumpir a lo grande en la política italiana en tiempos de zozobra de la vieja partitocrazia, de unirse a su nuevo proyecto partidario, Forza Italia. El periodista se encargó de coordinar el establecimiento de las estructuras de base de Forza Italia en la región de Lacio y además tomó la portavocía nacional de la formación, que resultó ganadora de las elecciones generales del 27 de marzo.

En el primer Gobierno Berlusconi, de corta vida a causa del pronto abandono de la coalición derechista por la Liga Norte de Umberto Bossi, Tajani recibió de su jefe de filas el puesto de portavoz de la Oficina del Presidente del Consejo de Ministros. En enero de 1995 Tajani vio concluir su servicio en el Ejecutivo italiano, pero se mantuvo firmemente en la política como diputado del Parlamento Europeo, mandato que había ganado en las elecciones de junio de 1994. En su primera legislatura europea Tajani fue miembro de los comités de Peticiones, Transporte y Turismo, Pesca, Asuntos Institucionales y Relaciones Económicas Exteriores.

El eurodiputado del país transalpino obtuvo la reelección en 1999, dando paso a una legislatura en la que sucedió a Claudio Azzolini como cabeza del grupo de representantes de Forza Italia en los hemiciclos de Bruselas y Estrasburgo. Esta vez estuvo adscrito a los comités parlamentarios de Asuntos Legales y Mercado Interior, Asuntos Constitucionales y Pesca, además de participar, entre 2002 y 2003, en la Convención sobre el Futuro de Europa, cuya misión era redactar el borrador del luego nonato Tratado Constitucional Europeo. El tercer mandato consecutivo le llegó en las elecciones de 2004. En los cuatro años siguientes integró los comités de Asuntos Exteriores y de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, así como el subcomité de Seguridad y Defensa, y las delegaciones de Relaciones con Israel, de Relaciones con Afganistán y la adjunta a la Asamblea Parlamentaria Europa-América Latina. Por otro lado, en 2002 resultó elegido vicepresidente del Partido Popular Europeo (PPE), el cual admitió a Forza Italia entre sus miembros en 1998.

En todo este tiempo, Tajani fue incapaz de abrir un capítulo de representación política en su país. En las legislativas de abril de 1996, ganadas al centro-derecha por la coalición de centro-izquierda El Olivo, que capitaneaba Romano Prodi, se quedó a las puertas de hacerse con un escaño en la Cámara de Diputados por la circunscripción de Alatri, Lacio, y cinco años después, en las municipales de mayo de 2001, Walter Veltroni, líder de los Demócratas de Izquierda (DS), le birló en la segunda vuelta la codiciada plaza de síndico o alcalde de Roma. Definitivamente, Tajani iba a desarrollar su carrera política, llamada a ascender, de manera exclusiva en el ámbito de la Unión Europea.

Su lealtad inquebrantable a Berlusconi le aseguró a Tajani la selección para puestos europeos de alto relieve. En mayo de 2008, coincidiendo con la inauguración del cuarto Gobierno Berlusconi, el eurodiputado dejó su escaño para sentarse como titular de Transporte en la Comisión Europea que presidía José Manuel Durão Barroso. Tajani tomaba esa cartera del francés Jacques Barrot, pero en el puesto reservado a Italia en el Colegio de Comisarios sucedía a su conmilitón Franco Frattini, hasta ahora comisario de Libertad, Seguridad y Justicia (área que asumió precisamente Barrot), el cual volvía a Roma para fungir de ministro de Exteriores. El 18 de junio el Parlamento Europeo aprobó su nombramiento por 507 votos contra 53.

Reforzado de paso como uno de los seis vicepresidentes de la Comisión, Tajani, responsable directo de proponer y adoptar legislación concerniente a una de las políticas comunes de la UE, atrajo la atención del público a raíz de su implicación decisiva en las deliberaciones sobre el rescate de la aerolínea bandera de su país, Alitalia, sumida en una situación financiera crítica.

No sin polémica, el comisario elaboró un plan de salvamento-liquidación, aprobado por su institución de Bruselas, consistente en la privatización de la compañía mediante su adquisición a precios de mercado por inversores interesados (el comprador fue un consorcio de empresas italianas); a estos se les transferiría únicamente el segmento rentable del negocio, con el cual podría ponerse en marcha una nueva Alitalia más reducida, pero saneada y solvente. A la vez, la Comisión declaró incompatible con las reglas del mercado interior único, y por tanto ilegal, el crédito-puente de 300 millones de euros que el Estado italiano había inyectado en la vieja Alitalia en un intento baldío de evitar su quiebra, e instó al Gobierno de Berlusconi a rembolsar esa ayuda. Este segundo pronunciamiento subrayó el hecho de que Tajani servía a los intereses de la UE en una institución supranacional, más allá de sus filiaciones nacionales y partidarias.

Al constituirse la segunda Comisión Barroso el 9 de febrero de 2010, Tajani siguió siendo el representante de Italia con rango de vicepresidente, pero cambió la comisaría de Transporte, ida al estonio Siim Kallas, por la de Industria y Emprendimiento, que, con el nombre de Empresa e Industria, venía de desempeñar el alemán Günter Verheugen. Su segundo ejercicio en la Comisión Europea le duró a Tajani cuatro años largos y resultó de lo más fecundo.

Así, de su despacho salieron por ejemplo: la Directiva 2011/7/UE sobre medidas adicionales de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales; el Plan de Acción CARS2020, para reforzar la competitividad y la sostenibilidad de la industria automovilística europea, ayudando a sus esfuerzos de I+D+i y de transición hacia una mayor eficiencia energética; el Plan de Acción para la Industria Siderúrgica, primero dirigido a un sector especialmente vulnerable en 36 años; el Plan de Acción sobre Emprendimiento 2020; la campaña Renacimiento industrial europeo, enfocada en la meta de elevar al 20% la cuota de la industria manufacturera en el PIB de la UE para 2020; la campaña, lanzada junto con su colega de Salud y Política de Consumidores, el maltés Tonio Borg, contra la falsificación de productos industriales de consumo; la propuesta para simplificar el engorroso procedimiento de matriculación de vehículos en un país miembro de la UE distinto del país de residencia e incorporando de paso medidas de cooperación reforzada entre gobiernos para impedir el afloramiento en los parques legales de vehículos robados; el Decálogo de Derechos de los Turistas en viaje por la UE; la Comunicación estratégica sobre el desarrollo de la política común de visados como contribuidora al crecimiento económico; y el proyecto 50.000 Turistas, para promover el turismo transatlántico entre Europa y Sudamérica.

Además, Tajani, tenido por un alto funcionario europeo de carácter afable y con un excelente don de gentes, encabezó desde marzo de 2013 el nuevo Grupo de Trabajo UE-Brasil en el ámbito de la cooperación industrial y tecnológica. Por otro lado, como comisario mantuvo una relación de cercanía con España. En septiembre de 2013 Tajani, en una iniciativa bastante inusual dado el carácter tan puntual del caso pero que de todas maneras era ilustrativo de los procesos de desindustrialización que aquejaban a la economía europea, salió a mediar en un conflicto laboral en la Comunidad Autónoma de Asturias, consiguiendo que la multinacional estadounidense Tenneco no echara el cierre anunciado a la planta de fabricación de amortiguadores que tenía allí y dejara en el paro a todos sus operarios, 221. El resultado de las negociaciones entre los patrones de Tenneco, los sindicatos y el comisario fue, en junio de 2014, un compromiso por parte de la empresa para la reapertura de la factoría asturiana con una reducción de su plantilla hasta los 129 trabajadores; los demás, se acogieron a un esquema de prejubilaciones para los mayores de 55 años, bajas incentivadas y traslados voluntarios.

Como agradecimiento por la salvación de Tenneco, Gijón, la mayor ciudad del Principado de Asturias, dedicó una calle, sita al lado de la fábrica, al comisario italiano, que él mismo inauguró, rodeado de obreros y autoridades locales, entre vivas muestras de emoción en abril de 2015. Con sus gestiones en Gijón, fructificadas con la "victoria de Tenneco", Tajani había puesto en práctica el espíritu y la letra de su Plan de Acción CARS2020 y su Comunicación Por un renacimiento industrial europeo. A lo largo de 2013 y 2014, el comisario mostró su afinidad a las cuestiones de España en otras circunstancias, como cuando aventó su discrepancia con el comisario de Competencia, el socialista Joaquín Almunia, a la sazón español, por su decisión de exigir a las grandes empresas que habían invertido en los astilleros españoles la devolución a las arcas públicas de una serie de ayudas del Estado, en forma de grandes deducciones fiscales sobre el impuesto de sociedades, que Bruselas consideraba abusivas. Por estos episodios, varias instituciones españolas concedieron a Tajani diversos galardones de reconocimiento, que se sumaron a los otorgados por Italia y otros países europeos.

Claro que no todo eran encomios. En 2015 el comisario, como no podía ser de otra manera, fue interpelado por el Parlamento para que diera explicaciones sobre el papel de su departamento en el escándalo de las emisiones irregulares de los coches del fabricante alemán Volkswagen, el cual había instalado ilegalmente un software para trucar los resultados de los controles técnicos de las salidas de óxidos de nitrógeno —unos compuestos altamente contaminantes, cuyos niveles en los vehículos motorizados regulaba la Directiva 2008/50/CE— por los tubos de escape de 11 millones de automóviles con motor diésel vendidos desde 2009. Para algunos parlamentarios y un sector de la opinión pública, la Comisión había pecado, como mínimo, de negligencia al no percatarse de las trampas del Dieselgate, que, para escarnio de las muy exigentes autoridades europeas sobre la materia, fue destapado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Otro aspecto, este ya más personal, del perfil de Tajani que provocó críticas fueron algunos posicionamientos controvertidos que destilaban un sentimiento de rechazo a las demandas de equiparación de derechos de la comunidad LGBT y las mujeres feministas, como cuando afirmó que "los hijos de parejas del mismo sexo sufren con certeza problemas psicológicos y experimentan dificultades para ser aceptados socialmente". Además, en septiembre de 2015, luego de volver al Parlamento Europeo, figuró entre los 281 eurodiputados que votaron en contra de la Resolución de la Cámara sobre la nueva Estrategia para la igualdad de género y los derechos de las mujeres en Europa después de 2015. Hombre de convicciones tradicionales en cuestiones sociales y de moralidad, el católico Tajani no veía con buenos ojos ni el aborto ni la contracepción.

Ahora bien, pese a sus posiciones de partida conservadoras, Tajani, ya como comisario, no ocultó sus reparos sobre las recetas anticrisis de austeridad severa prescritas por Alemania, el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y la propia institución de la que era miembro a los estados (Grecia, Portugal, Irlanda, España) sucesivamente golpeados por la crisis de las deudas soberanas. Trascendió que en privado se mostraba muy crítico con el rigor fiscal que la Comisión aplicaba a los países rescatados con dinero de los fondos y los gobiernos de la Eurozona, y en más de una ocasión se mostró partidario de dar más margen a los intervenidos para el cumplimiento de los objetivos de reducción de déficit.


2. Presidente del Parlamento Europeo con el voto de populares y liberales

El 25 de mayo de 2014, meses antes de concluir el mandato de la Comisión Barroso, a la que iba a tomarle el relevo el Colegio de Comisarios de Jean-Claude Juncker, Tajani salió elegido miembro del Parlamento Europeo en la lista de Forza Italia y en la circunscripción de Italia Central. Como resultado, el 1 de julio siguiente, cerrando un paréntesis de un sexenio, el representante italiano del PPE regresó a la Eurocámara que desde 2012 presidía el socialdemócrata alemán Martin Schulz, dejando su puesto en la Comisión Europea, tanto el sectorial como el nacional, a Ferdinando Nelli Feroci.

Para entonces, muchas cosas habían cambiado en su país. En 2009 Berlusconi había creado un nuevo partido de derecha liberal, el Pueblo de la Libertad (PdL), fruto de la fusión de Forza Italia y la Alianza Nacional de Gianfranco Fini, quien sin embargo no tardó en romper con su socio. Luego, en noviembre de 2011, Il Cavaliere, acorralado por la critica situación de los bonos italianos y presionado intensamente desde todos los flancos, se había visto obligado a dimitir y dejar paso al Gobierno técnico de Mario Monti. Más tarde, en febrero de 2013, habían tenido lugar las elecciones generales, que pusieron en órbita al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, depararon unos decepcionantes resultados al PdL y terminaron reponiendo en el Gobierno al centro-izquierda con Enrico Letta, del Partido Democrático (y posteriormente descabalgado por su correligionario Matteo Renzi) de primer ministro. Y por último, en noviembre de 2013, Berlusconi, desde la oposición, había revivido Forza Italia en respuesta a la escisión del PdL del sector moderado de Angelino Alfano. En todos estos procesos, Tajani no alteró un ápice su fidelidad al hombre que le había reclutado para la política en 1994.

Al arrancar su cuarto mandato como eurodiputado, Tajani recibió la posición de vicepresidente primero de la Cámara y entró como miembro titular en el Comité de Industria, Investigación y Energía, en las delegaciones para las Relaciones UE-MERCOSUR y UE-Brasil, y en la Delegación para la Asamblea Parlamentaria Europa-América Latina. En noviembre de 2014 dio que hablar con su anuncio de que "por conciencia" renunciaba a cobrar la indemnización de 468.000 euros como ex comisario, que por derecho le correspondía.

En esos momentos, Tajani seguía siendo un dirigente de Forza Italia y también del PPE, donde su vicepresidencia había sido renovada sucesivamente en 2006, 2009 y últimamente en 2012, cuando el Congreso partidario de Bucarest. Aunque no gozaba precisamente de simpatías unánimes a causa de su condición de berlusconiano de pura cepa y su postura en relación con las familias de padres gays, sí disponía del suficiente reconocimiento en el PPE, primer grupo del Parlamento con 221 diputados sobre 751, como para sonar a candidato potencial para suceder a Schulz cuando venciera su mandato en el ecuador de la actual legislatura en enero de 2017. Se daba la circunstancia de que el último titular italiano del puesto era el democristiano Emilio Colombo, presidente del Parlamento en el bienio 1977-1979, cuando aquel todavía no era una institución elegida democráticamente.

Desde 2009 el Grupo del PPE y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D, segunda fuerza del Parlamento y expresión del Partido de los Socialistas Europeos, PSE) venían ateniéndose a un pacto informal de legislatura por el que primero había sido aupado al frente de la Cámara el ex primer ministro polaco Jerzy Buzek, popular, y luego, en enero de 2012, Schulz. Cuando Tajani retornó al escaño en julio de 2014 el socialdemócrata alemán —duro fustigador, por cierto, de Berlusconi, con quien tuvo una célebre enganchada durante una sesión parlamentaria en julio de 2003— fue reelegido con los votos conjuntos de la S&D y el PPE.

La de Schulz se trató de una extensión del mandato inédita en la historia del Parlamento Europeo, pero respondía al consenso entre los dos grupos principales para no desequilibrar la asignación ideológica de los máximos cargos de la UE, ya que el PPE iba a retener la presidencia de la Comisión Europea con el socialcristiano luxemburgués Juncker, sucediendo al conservador portugués Durão Barroso, y la presidencia del Consejo Europeo con el liberal polaco Donald Tusk, sucediendo al democristiano belga Herman Van Rompuy. En cambio, la S&D tenía al laborista holandés Jeroen Dijsselbloem al mando del Eurogrupo y a la laborista británica Catherine Ashton, pronto sucedida por la italiana del PD Federica Mogherini, como Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad

El 13 de diciembre de 2016, en plena resaca por la perturbadora victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos e instalados en el ambiente los efluvios desagradables del Brexit votado en junio por el Reino Unido y el desafío antieuropeo del presidente ruso Vladímir Putin, el Grupo del PPE comunicó la elección de Tajani como su candidato a la sucesión de Schulz, quien se disponía a incorporarse a la política de su país. Los otros diputados que habían manifestado su interés en competir, la irlandesa Mairead McGuiness, el francés Alain Lamassoure y el esloveno Lojze Peterle, se retiraron ante la superioridad del italiano en la primera vuelta de la votación interna.

La confirmación oficial de las intenciones del PPE, cuyo jefe de grupo parlamentario era el socialcristiano alemán Manfred Weber, agudizó la confrontación ya en curso con la S&D, pues si bien era cierto que en 2014 socialistas y populares habían acordado, al parecer por escrito más que de palabra, la cesión a un miembro de los segundos la presidencia del Parlamento para la segunda mitad de la legislatura, ahora los primeros encontraban inaceptable que los cabezas de las tres máximas instituciones de la UE fueran de la familia conservadora. Los partidos de la S&D no estaban dispuestos a renunciar a la jefatura de la Eurocámara y para la misma ya estaba postulado el presidente del grupo, el también italiano Gianni Pittella, miembro del PD del primer ministro Matteo Renzi. En estos momentos, el PPE disponía de 217 diputados y la S&D de 189.

El choque de trenes, con Tajani a un lado y Pittella en frente, estaba servido. El 10 de enero de 2017 la ruptura de la virtual "gran coalición" en el Parlamento fue un hecho cuando Manfred Weber aireó un documento hasta ahora secreto que recogía, en apenas dos párrafos y sin membrete, el acuerdo de 2014 para turnarse en la presidencia de la Cámara con los socialistas. En estas circunstancias, Tajani se esforzó en mostrarse conciliador, hablando de "construir puentes" con los demás grupos políticos.

Por lo que parecía, las fuerzas minoritarias iban a decidir el desenlace de la pugna entre las grandes. Al Grupo del PPE y la S&D les seguían en número de escaños los siguientes grupos: los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), integrados por partidos nacionales de corte euroescéptico y antifederalista, de manera destacada el Partido Conservador británico y el polaco Ley y Justicia; la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), encabezada con energía por el ex primer ministro belga y federalista Guy Verhofstadt, quien también candidateaba al puesto; la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL); Los Verdes-Alianza Libre Europea (Greens-EFA); Europa de la Libertad y la Democracia Directa (EFD), cuyo abanderado era el eurófobo UKIP de Nigel Farage y que también incluía al M5S italiano; y la Europa de las Naciones y las Libertades (ENF), grupo de encuentro de la extrema derecha europea (Frente Nacional francés, Liga Norte italiana, FPÖ austríaco, PVV holandés).

A diferencia de las ocasiones anteriores, la presidencia del Parlamento iba a decidirla el voto secreto de los diputados y no las previas consultas entre bastidores en aras de un candidato de consenso. Las normas establecían que el líder de la Cámara debía ser investido con mayoría absoluta, 376 votos (considerando el quórum máximo, los 751 diputados), en un máximo de tres intentos. Si nadie lo lograba, los dos candidatos más votados en la tercera ronda se sometían a una cuarta votación en la que ya solo bastaba sacar más votos que el oponente, aunque solo fuera por uno. Tan solo una vez antes se había llegado a disputar la cuarta ronda, cuando la elección del holandés Pierre Dankert en 1982. Tres rondas necesitaron el británico Henry Plumb en 1987 y el irlandés Pat Cox en 2002, y dos la francesa Simone Veil en 1979 y su compatriota Pierre Pflimlin en 1984. El resto de presidentes del Parlamento elegido (Enrique Barón en 1989, Egon Klepsch en 1992, Klaus Hänsch en 1994, José María Gil-Robles en 1997, Nicole Fontaine en 1999, Josep Borrell en 2004, Hans-Gert Pöttering en 2007, Jerzy Buzek en 2009 y Martin Schulz en 2012 y 2014) fueron investidos a la primera.

Todo el proceso se ventiló el 17 de enero de 2017, con el resultado de la elección, agotando el procedimiento de voto, de Tajani, que en su declaración de intenciones ante el plenario, pronunciada por partes en italiano, inglés, francés y español, puso su "experiencia a disposición" de los europeos, en unos tiempos en los que la UE navegaba por "aguas turbulentas", ofreciéndose como un presidente "neutral, concentrado en las cuestiones que realmente importan: la seguridad, la inmigración y el empleo". Momentos antes de la primera votación, Verhofstadt inclinó decisivamente la balanza en favor de Tajani al anunciar que cancelaba su candidatura y se decantaba por el popular. Este cambio de postura del jefe de la ALDE podía entenderse como que los liberales se adherían en bloque al PPE, si bien el voto era secreto y los diputados disponían de entera libertad para expresar sus preferencias. Los conservadores y reformistas también dieron a entender que preferían a Tajani.

Así las cosas, la primera votación tuvo lugar con la concurrencia de seis candidatos. Sin sorpresas, Tajani se puso nítidamente en cabeza con 274 votos, seguido de Pittella con 183, la belga Helga Stevens (ECR) con 77, el británico Jean Lambert (Greens-EFA) con 56, la italiana Eleonora Forenza (GUE-NGL) con 50 y el rumano Laurentiu Rebega (ENF) con 43. Puesto que los votos depositados fueron 718, a Tajani le faltaron 68 papeletas. La segunda votación no cambió gran cosa la situación al llevarse Tajani 287 votos y 200 su contrincante de la S&D. En la tercera votación el popular se acercó algo más a la mayoría absoluta al recibir 291 votos. En la cuarta y definitiva ronda, reducida a dos candidatos en liza, Tajani quedó proclamado presidente con una mayoría de 351 votos. Pittella sacó 282, mientras que 80 electores se abstuvieron.

Antonio Tajani está casado con Brunella Tajani y es padre de dos hijos.

(Cobertura informativa hasta 23/1/2017)