Anthony Albanese

Tras tres derrotas consecutivas desde 2013, el Partido Laborista Australiano (ALP) consiguió finalmente forzar el cambio de turno de la democracia parlamentaria en la elección federal del 21 de mayo de 2021. El líder de la formación desde 2019, Anthony Albanese, tomó posesión como primer ministro dos días después, desplazando a la coalición conservadora de los partidos Liberal y Nacional. El cambio de Gobierno ha tenido lugar sin estar completado el escrutinio electoral y con tres escaños pendientes de adjudicar; provisionalmente, el ALP se queda con 75 escaños en la Cámara de Representantes, ocho más que en la pasada legislatura pero uno por debajo de la mayoría absoluta.

El programa de Albanese, no especialmente original, incide en el refuerzo de las coberturas médicas y familiares, la protección del empleo y la producción industrial nacional en el contexto de la pandemia del coronavirus, que desde diciembre de 2021 afecta intensamente a Australia con la gran mayoría de su población vacunada. También, preconiza acciones más enérgicas de resiliencia climática, en un país extremadamente vulnerable al calentamiento global, tal como la catastrófica temporada de incendios forestales de 2019-2020 y las grandes inundaciones de la primavera de 2022 en Queensland pusieron de relieve. En concreto, el Gobierno laborista fijará un objetivo más ambicioso de reducción de emisiones a medio plazo, del 43% (15 puntos más) para 2030 respecto a los niveles de 2005, de cara a la meta nacional de la neutralidad carbónica en 2050.

Ahora bien, Albanese, que procede del ala izquierda del ALP y se proclama republicano, mantendrá inalterables los grandes ejes de la política exterior practicada por su predecesor liberal, Scott Morrison. El consenso básico de los grandes partidos australianos subraya la importancia de la alianza militar triangular con Estados y el Reino Unido, el AUKUS (por el que Canberra recurrirá a las potencias de la anglosfera para dotar a su Armada de submarinos nucleares), y el también reciente pacto de seguridad con Japón, el RAA, dirigidos ambos a contener la pujanza de China en Asia-Pacífico. Precisamente, el 24 de mayo, al día siguiente de asumir, Albanese se encontró cordialmente con Joe Biden en Tokyo, donde participó en una cumbre de líderes del QUAD, el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral entre Estados Unidos, Japón, India y Australia. En la víspera, Biden anunció la puesta en marcha del Marco Económico Indo-Pacífico para la Prosperidad (IPEF), nuevo espacio de cooperación que reunirá a estas cuatro naciones y a otras nueve ribereñas de los dos océanos.

Por otro lado, el nuevo primer ministro, que durante la campaña electoral condenó en fuertes términos la masacre de Bucha, suscribe sin reservas la alineación australiana con los socios occidentales en la estrategia de sanciones duras a Rusia y suministro de armas a Ucrania. Otra política que Albanese proseguirá, pese a criticarla en su momento desde la oposición, es la polémica devolución en caliente, dentro de un esquema de externalización del control migratorio, de los demandantes de asilo asiáticos que arriban en botes a las costas de Australia; hace poco, en febrero, el país reabrió sus fronteras a los viajeros documentados tras dos años de cierre hermético a causa de la COVID-19. Aunque muy criticado en varios aspectos de su gestión, Morrison lega una situación económica (producción, empleo) positiva, salvo por la elevada inflación.


(Texto actualizado hasta 24/5/2022)

Formado como economista en la Universidad de Sydney, de padre italiano y con orígenes humildes, Anthony Albanese, apodado Albo, es un político profesional estándar que ha desarrollado toda su carrera en las estructuras de su partido, el Laborista, de cuya ala más a la izquierda fue activista juvenil. Llega a la cima de la política australiana a los 59 años, tras curtirse en el Parlamento y el Gobierno desde los 33.

Luego de terminar sus estudios, Albanese empezó como asistente y asesor de Tom Uren, ministro de Gobiernos Locales en el Gabinete federal de Bob Hawke, y luego de Bob Carr, el líder del ALP en Nueva Gales del Sur. Debutó en la Cámara de Representantes en las elecciones federales de 1996, comicios que pusieron término a 13 años de dominio laborista e inauguraron la década de gobiernos liberales conservadores de John Howard. Su escaño por Grayndler, división electoral de Nueva Gales del Sur que abarca parte del área metropolitana de Sydney, lo renovaría ininterrumpidamente en las nueve elecciones siguientes hasta 2022.

En 1998 el entonces líder del ALP y de la oposición, Kim Beazley, nombró secretario del Shadow Cabinet de la Cámara a Albanese, quien ya estaba forjándose un perfil de laborista de izquierda comprometido con las reclamaciones específicas de las familias trabajadoras, los australianos aborígenes, las mujeres y la comunidad LGBT, inclusive el matrimonio de personas del mismo sexo. Dos años después, el diputado contrajo matrimonio con Carmel Tebbutt, compañera del partido, miembro del Consejo Legislativo de Nueva Gales del Sur y futura (2008-2011) viceprimera ministra del estado; la pareja iba a tener un hijo y acabó divorciándose en 2019.

El recorrido de Albanese en las instancias dirigentes del ALP arrancó en 2001 a instancias del sucesor de Beazley al frente del partido, Simon Crean, quien le promocionó a los puestos de Shadow Minister de la Tercera Edad y de Empleo, área esta última en la que fue confirmado por el nuevo líder laborista Mark Latham en 2003. En 2004, coincidiendo con su entrada en la Ejecutiva Nacional del ALP, Albanese se hizo cargo de la cartera de Medio Ambiente y Patrimonio, y en 2005, una vez retornado Beazley al liderazgo, sumó la competencia de Aguas. En esta época, el parlamentario de la oposición se distinguió por su vehemente rechazo a la propuesta del Gobierno Howard, luego no materializada, de desarrollar una industria civil de energía nuclear en Australia.


ENTRE LAS JEFATURAS LABORISTAS DE KEVIN RUDD Y JULIA GILLARD Albanese fue uno de los responsables laboristas involucrados en la cruda pelea interna que entre 2010 y 2013 mantuvieron Kevin Rudd y Julia Gillard por el mando del ALP. Su vínculo con Rudd se forjó a finales de 2006, cuando este se hizo por primera vez con las riendas del partido y le confirmó en el Shadow Cabinet opositor como ministro de Aguas e Infraestructuras y con la función añadida de Manager of Opposition Business, esto es, responsable de tratar las cuestiones legislativas con el jefe del oficialismo en la Cámara.

Los laboristas, en el cuarto intento desde 1998 y con Rudd al timón, lograron batir por fin a Howard y su potente coalición del Partido Liberal y el Partido Nacional en las elecciones de noviembre de 2007. El 3 de diciembre siguiente, Rudd asumió la jefatura del Gobierno con Gillard de viceprimera ministra y Albanese de ministro de Infraestructuras, Transportes, Desarrollo Regional y Gobiernos Locales. Líder además del oficialismo en la Cámara de Representantes, Albanese, un entusiasta de las energías renovables, se concentró en lo que le tocaba del desarrollo del Carbon Pollution Reduction Scheme (CPRS), ambicioso plan de acción para la reducción de emisiones de efecto invernadero, así como de los programas de subvenciones estatales al aislamiento eléctrico de tejados de viviendas y a los sistemas domésticos de generación eléctrica y calentamiento de agua por energía solar.

Una mezcla de fallos técnicos, problemas presupuestarios y rechazo político y social hizo naufragar todos estos proyectos, contribuyendo a minar la posición de Rudd, acusado además de autoritario por algunos de los suyos, y animando a su número dos, Gillard, a lanzarle el guante por el liderazgo laborista en junio de 2010, faltando poco para las elecciones federales. Durante esta trifulca interna, Albanese intentó quedar al margen y elevó llamamientos a la unidad. Rudd claudicó, Gillard fue elegida líder sin oposición y en agosto el ALP, pese a perder 11 escaños y no alcanzar la mayoría absoluta, se las arregló para continuar precariamente en el poder. En el segundo Gabinete poselectoral de Gillard, formado en septiembre de 2010, Albanese se mantuvo como ministro de Infraestructuras y Transportes, y conservó también la posición de líder de la Cámara.

Con Gillard, Albanese promovió la adopción de la Clean Energy Act 2011, una normativa que tasaba los precios del carbono y regulaba el esquema de comercio de emisiones (ETS) en Australia, pero que más tarde iba a ser derogada por el Gobierno liberal. En cuanto a las desavenencias personales entre Gillard y Rudd, ahora ministro de Exteriores, no tardaron en resurgir. En febrero de 2012 Rudd dio portazo al Gobierno con sones de desafío y en esta ocasión Albanese se alineó abiertamente con él. Gillard ganó la correspondiente votación interna del grupo parlamentario y Albanese no sufrió represalias de la primera ministra, que no le aceptó su renuncia al cargo de líder de la Cámara. Sin embargo, las espadas entre Gillard y Rudd siguieron en alto y en junio de 2013 el ex primer ministro, resentido desde su defenestración en 2010, lanzó un segundo ataque que se saldó con la derrota de su enemiga, tan pugnaz como él.

En la votación del día 26, Albanese, formando tándem con Rudd, se impuso con 61 apoyos sobre Simon Crean en la contienda particular por el puesto de vicelíder del partido, consustancial con la vicejefatura del Gobierno, para sustituir a Wayne Swan, quien había renunciado nada más conocer el fracaso, pocas horas antes, de Gillard. En la jornada siguiente, el 27 de junio de 2013, Albanese prestó juramento como viceprimer ministro a renglón seguido del regreso de Rudd a la cabeza del Ejecutivo australiano.

Su subida a posiciones cimeras del partido y el Gobierno le duró bien poco a Albanese: en las elecciones federales del 7 de septiembre de 2013 el ALP fue noqueado por la coalición Liberal/Nacional de Tony Abbott, 11 días después él hubo de abandonar el puesto de viceprimer ministro y el 13 de octubre siguiente, en la votación interna convocada para elegir al nuevo líder en lugar del dimitido Rudd, sucumbió en su duelo con Bill Shorten, ex ministro de Educación y de Relaciones Laborales. Privado de posiciones de liderazgo en el Parlamento, el Gobierno y el partido, Albanese hubo de conformarse con retornar al Shadow Cabinet laborista como responsable de Infraestructuras, Transportes y Turismo.


LÍDER DEL ALP EN LA OPOSICIÓN AL LIBERAL MORRISON Los laboristas iniciaron en 2013 una etapa en la oposición que iba a prolongarse casi una década, tiempo en el cual el Partido Liberal tuvo tres líderes, tres primeros ministros sucesivos descabalgados entre sí en una secuencia de golpes internos que recordó vivamente la acerba peripecia vivida anteriormente por el ALP: estos fueron Tony Abbott, Malcolm Turnbull desde septiembre de 2015 y Scott Morrison desde agosto de 2018.

Albanese tuvo una mejor oportunidad para realizar sus ambiciones como resultado de la elección federal del 19 de mayo de 2019, que acarreó al ALP la pérdida de un escaño en la Cámara, hasta los 68 representantes. El fracaso arruinó las expectativas alumbradas en las elecciones de 2016, cuando el partido recuperó 14 escaños, los mismos perdidos entonces por liberales y nacionales, los cuales, con Turnbull al mando, retuvieron la mínima mayoría absoluta de 76 escaños y pudieron seguir gobernando. El fiasco de ahora llevo a Shorten a dimitir. De inmediato, Albanese anunció su candidatura a una elección para el liderazgo del laborismo que tuvo lugar el 30 de mayo y a la que el anterior vicelíder llegó sin contrincantes, asegurándose así el puesto, tras la retirada del otro aspirante, Chris Bowen, representante del ala derecha del partido. Richard Marles sucedió a Tanya Plibersek en el puesto de vicelíder.

En los dos años siguientes, Albanese fue templando su credibilidad como líder de la oposición y futuro primer ministro de Australia en buena medida por los desaciertos personales del primer ministro Morrison, criticado por una serie de pasos en falso y su manera de gestionar, considerada poco diligente por la opinión pública, la secuencia de catástrofes naturales (incendios forestales, inundaciones) que se abatió sobre el país.

(Cobertura informativa hasta 24/5/2022)