Algirdas Brazauskas

La recuperación por Lituania de su independencia en el bienio 1990-1991 por cauces no violentos tuvo un responsable principal en Algirdas Brazauskas (1932-2010), líder del comunismo local que rompió con la obediencia soviética y se alió con el movimiento nacionalista radical, el Sajudis, para conducir a la república báltica a la soberanía nacional y la democracia. Su partido reconvertido en socialdemócrata, el LDDP, fue el primero de la Europa ex comunista que retornó al Gobierno, en 1992, y al año siguiente él mismo regresó a la jefatura del Estado como ganador de las elecciones a presidente. En su quinquenio presidencial, desde 1996 en cohabitación con el Gobierno de los conservadores de Vytautas Landsbergis, Brazauskas puso los cimientos de la inserción de Lituania en la UE y la OTAN, empresa exterior que quedó culminada en 2004, tres años después de volver al poder como primer ministro y ostentando su partido la mayoría parlamentaria. La ruptura de su Gobierno de coalición con los laboristas y los social liberales le obligó a dimitir en 2006.

1. Un líder del comunismo lituano díscolo con Moscú
2. Conversión socialdemócrata y elección para la Presidencia; la apuesta euro-atlántica
3. El político parlamentario: de líder opositor a primer ministro
4. Jubilación y fallecimiento


1. Un líder del comunismo lituano díscolo con Moscú

Nacido en un hogar de trabajadores cualificados en la Lituania independiente de entreguerras, recibió la educación secundaria en la localidad de Kaisiadorys, de donde era originaria su madre, y completó su formación en el Instituto Politécnico de Kaunas, por el que se graduó en 1956 con la especialidad de ingeniero hidráulico. En los años siguientes ejerció su profesión en la construcción de la central hidroeléctrica de Kaunas, para luego fungir de jefe de sección en el Monopolio de Construcciones Energéticas y director de obras en la Planta de Construcciones Reforzadas de Kaunas.

Miembro del Partido Comunista Lituano (LKP), la rama republicana del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el ingeniero pronto asumió tareas directivas en el aparato burocrático. En 1965 fue nombrado titular de Materiales Industriales de la Construcción en el Consejo de Ministros de la República Socialista Soviética de Lituania, presidido por Motejus Sumauskas, y dos años después tomó el puesto de primer vicepresidente del Comité de Planificación Estatal. En 1974 se doctoró en Ciencias Económicas por la Universidad Técnica Gediminas de Vilnius. Brazauskas obtuvo la condición de miembro pleno del Comité Central del LKP en 1976, tras una década de candidatura, y en 1977 ascendió a secretario de Asuntos Económicos de dicho órgano partidista. Apparatchik de la línea reformista gorbachoviana, el 20 de octubre de 1988 Brazauskas se convirtió en el primer secretario del Comité Central del LKP, esto es, supremo dirigente de la república soviética, en sustitución de Ringaudas Songaila, un comunista ortodoxo que no llevaba ni un año en el cargo y que a su vez había tomado el relevo a Petras Griskevicius, viejo aliado de Leonid Brezhnev y colaborador con los programas de rusificación.

Marcando la excepción entre los quince cabezas de partido comunista republicanos, el lituano Brazauskas respaldó y encabezó el movimiento nacionalista de su país, el más audaz y el que antes consiguió sus objetivos soberanistas, encendiendo la mecha del secesionismo periférico que iba a resultar decisivo en la implosión del Estado soviético al cabo de tres años. Hecho singular, Brazauskas asumió en todo momento el discurso más propio de las formaciones genuinamente nacionalistas y democráticas, cuyos dirigentes nada tenían que ver con el aparato comunista, si no que enlazaban con la tradición antisoviética, la memoria histórica de la perdida independencia en 1940 y la diáspora en el exilio. Estas fuerzas se agruparon en el Movimiento de Reforma Lituano, más conocido como Sajudis (Unidad).

El Sajudis apoyó a Brazauskas por su perfil aperturista cuando su promoción a la cúpula del LKP en 1988, y éste luego colaboró eficazmente con los nacionalistas para el desmantelamiento del entramado legal e institucional soviético. El 18 de mayo de 1989, en un desafío sin precedentes en la URSS, el Soviet Supremo lituano modificó la constitución republicana para recoger el derecho a la independencia. El 7 de diciembre siguiente la asamblea agrandó la fractura al anular la cláusula de la Constitución soviética sobre el papel dirigente del LKP y aprobar el multipartidismo. Y trece días después, para desolación de Gorbachov, que se sentía traicionado por quien había considerado el aliado local de la perestroika capaz de frenar a los nacionalistas lituanos, el propio LKP con Brazauskas a la cabeza se declaró independiente del PCUS. Estas dos últimas decisiones provocaron la ruptura del LKP, donde se constituyó un ala leal a Moscú bajo el liderazgo de Mikolas Burokevicius. El 15 de enero de 1990 Brazauskas fue elegido presidente del Presidium del Soviet Supremo republicano por 228 votos contra 4, reemplazando a Vytautas Astrauskas.

El proceso independentista estaba en marcha, y el 24 de febrero de 1990 (con vueltas parciales los días 4, 7, 8 y 10 de marzo) tuvieron lugar las primeras elecciones pluralistas al nuevo Consejo Supremo, en las que el LKP independiente fue la lista más votada al hacerse con 46 escaños -entre ellos el de Brazauskas, por la circunscripción de Kaisiadorys- de los 141 en juego. El Sajudis, que no presentó postulantes propios, emitió su respaldo a 17 de los candidatos ganadores del LKP soberanista. Los comunistas de Brazauskas se impusieron rotundamente a los comunistas prosoviéticos de Burokevicius, que sólo consiguieron meter siete diputados, aunque el bloque más nutrido resultó ser el de los independientes, 64 diputados no adscritos, de los que 58 obtuvieron el aval del Sajudis.

Las relaciones entre el LKP independiente y el Sajudis, anómalos compañeros de viaje, respondían a un mutuo interés coyuntural y no podían zafarse de las naturales divergencias ideológicas. Así que llegada la hora de elegir al presidente del Consejo Supremo, quien haría las funciones de jefe del Estado en ciernes, Brazauskas se topó con la aspiración rival de Vytautas Landsbergis, principal dirigente del Sajudis y representante de la tradición nacionalista conservadora. En la votación del 11 de marzo de 1990 Brazauskas fue derrotado por Landsbergis y a continuación se unió a los diputados para juntos proclamar la independencia de la República de Lituania. A diferencia de las declaradas meses después en las repúblicas hermanas de Letonia y Estonia, la independencia lituana era de tipo radical, pretendía la secesión inmediata y no reconocía otra legislación que la aprobada por el Parlamento nacional, toda vez que las leyes soviéticas se consideraban emanación de un sistema impuesto por la vía de la anexión militar hacía medio siglo.

Brazauskas asumió su derrota democrática y se avino a seguir trabajando por el éxito de la independencia nacional, cooperando con Landsbergis y accediendo a sentarse, el 17 de marzo, en el nuevo Gobierno encabezado por Kazimiera Prunskienė, una subalterna del partido que había decidido pasarse al bando nacionalista. Hasta el 13 de enero de 1991, cuando Prunskienė dejó paso a un oficial del Sajudis, Gediminas Vagnorius, Brazauskas fue un viceprimer ministro responsable de los asuntos económicos y de conducir las tormentosas negociaciones con Moscú en aras de un modus vivendi que permitiera esquivar las sanciones económicas impuestas a la república rebelde y episodios de violencia como el que puso en estado de guerra Vilnius escasos días después del cambio de Gobierno, cuando tropas especiales del Ministerio del Interior y el LKP prosoviético intentaron dar un golpe de mano y capturar las instituciones, movimiento que fracasó por la firme respuesta de la población.

Hasta las históricas transformaciones posteriores al fracasado golpe involucionista del 19 de agosto de 1991 en Moscú, que hicieron realidad la independencia reconocida por Rusia y la comunidad internacional, las conversaciones lituano-soviéticas no pudieron avanzar más allá de una moratoria independentista a cambio del levantamiento del embargo energético.


2. Conversión socialdemócrata y elección para la Presidencia; la apuesta euro-atlántica

Brazauskas, un hombre robusto de gesto afable, con facciones de boxeador y el cabello enteramente encanecido, pilotó la transformación acometida por el LKP en su congreso del 8 y el 9 de diciembre de 1990, fecha en que la antigua formación única pasó a llamarse Partido Democrático Laborista de Lituania (LDDP) y abrazó una doctrina homologable a la socialdemocracia de Europa Occidental. El ex primer secretario fue confirmado al frente del LDDP, que concurrió a las elecciones al nuevo Seimas o Asamblea unicameral del 25 de octubre y 15 de noviembre de 1992; con el 44% de los votos, los laboristas conquistaron una mayoría absoluta de 73 escaños y se tomaron la revancha por la imposición del Sajudis en la elección asamblearia de 1990.

La consecuencia inmediata de la victoria del LDDP fue la dimisión de Landsbergis y la elección de Brazauskas, el 25 de noviembre y por una mayoría de 81 votos, como presidente del Seimas y, por ende, jefe del Estado con carácter provisional, hasta la celebración de elecciones directas al puesto de presidente de la República, instituido por la Constitución aprobada en una consulta aparte en la misma jornada electoral. El 2 de diciembre el LDDP formó en solitario un Gobierno presidido por Bronislovas Lubys y en la votación presidencial del 14 de febrero de 1993 Brazauskas resultó elegido con el 60,1% de los sufragios sobre Stasys Lozoraitis, un diplomático sin militancia partidista pero que contaba con el aval del Sajudis y otras fuerzas del centro-derecha. Al asumir sus funciones el 25 de febrero con un mandato de cinco años, Brazauskas cesó como presidente del LDDP de conformidad con la prescripción constitucional que prohibía al jefe del Estado toda militancia política. En el congreso del partido celebrado el 17 y el 18 de abril fue elegido para sucederle Adolfas Slezevicius, a la sazón primer ministro desde el 10 de marzo anterior.

Sobre las victorias de Brazauskas y su partido gravitaron su probado pedigrí independentista y además constituyeron el primer regreso al poder de los antiguos gobernantes comunistas en el conjunto de Estados emancipados del dominio soviético entre 1989 y 1991 -el caso lituano iba a repetirse en Polonia, Hungría y Bulgaria en los tres años siguientes-, en lo que se entrevió el comienzo de un turno entre partidos mayoritarios normal en toda democracia. En la campaña electoral Brazauskas propuso una actitud constructiva y realista hacia Rusia, que seguía siendo la primera proveedora de petróleo y materias primas de Lituania. Ahora bien, como otros líderes con pasado soviético, el presidente evolucionó desde una postura de equidistancia cautelosa a un claro alejamiento de los rusos, que quedaron relegados a la condición utilitaria de socios comerciales principales. Brazauskas abrazó una línea decididamente prooccidental, que ambicionaba la inserción de la república báltica en las grandes estructuras económicas y de seguridad euro-atlánticas.

La democracia parlamentaria lituana limitaba los poderes del presidente a la formulación y ejecución de la política exterior básica, además de las atribuciones habituales en la defensa nacional y la iniciativa legislativa. Así, la aplicación de las reformas económicas, urgentes por la muy deteriorada coyuntura (unas transformaciones bastante liberales que sin embargo no consiguieron revertir la tasa de crecimiento negativo hasta 1995), corrió a cargo de los gobiernos laboristas de Slezevicius y de su sucesor en febrero de 1996, después de que Brazauskas solicitara la dimisión del anterior por un escándalo financiero, Mindaugas Stankevicius. Sin embargo, el desarrollo de las relaciones exteriores fue un trabajo compartido.

La política exterior de Lituania registró los siguientes hitos durante la presidencia de Brazauskas, algunos tramitados por él en persona: el ingreso en el Consejo de Europa, el 14 de mayo de 1993; la retirada de las últimas tropas rusas, aprobada previamente en referéndum el 14 de junio de 1992 con el 90,7% de los votos, el 31 de agosto de 1993; la asociación con la OTAN, el 27 de enero de 1994, tres semanas después de enviarse a Bruselas una petición de ingreso como miembro pleno: la asociación con la Unión Europea Occidental (UEO), el 9 de mayo de 1994; el Acuerdo de Asociación político y comercial con la Unión Europea, el 12 de junio de 1995 (y en vigor el 1 de febrero de 1998); el Acuerdo de Libre Comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC o EFTA), el 7 de diciembre de 1995; la solicitud de ingreso en la UE, el 11 de diciembre de 1995; y la automática pertenencia al nuevo Consejo de la Asociación Euro-Atlántica (CAEA) de la OTAN, en junio de 1997.

A partir de 1995, el mandatario lituano participó como invitado en varios Consejos Europeos junto con sus colegas de los demás países del Este y el Centro de Europa candidatos al ingreso en la UE, los denominados PECO. Con todo, la Comisión Europea estimó que la nación báltica estaba rezagada en el grado de preparación y asimilación del acervo comunitario, así que la aceptación de la solicitud lituana no iba a producirse durante la presidencia de Brazauskas.

En unos ámbitos más cercanos para la diplomacia lituana, Brazauskas, que se expresaba por igual en ruso, en polaco y en inglés (una poliglotía habitual en las élites de los países del extinto bloque soviético), desarrolló las relaciones, siempre íntimas, con las vecinas Letonia y Estonia en el marco del Consejo de Estados del Mar Báltico, y con los países del Grupo de Visegrad y el Consejo Nórdico. Por otro lado, el 26 de abril de 1994 el presidente lituano firmó con su homólogo Lech Walesa en Vilnius un histórico Tratado de Amistad Lituano-Polaco valedero por 15 años, y el 6 de febrero de 1995 repitió la ceremonia con el bielorruso Alyaksandr Lukashenko. Estos dos tratados bilaterales confirmaron la validez de las fronteras occidental y oriental de Lituania con sus vecinos eslavos, tal como habían quedado al cabo de la Segunda Guerra Mundial, y sellaron la concordia entre los respectivos pueblos.

No discurrieron por una senda tan bonancible los tratos con Rusia debido a las regulaciones lituanas al tránsito de equipos militares rusos para acceder al enclave de Kaliningrado, encajonado entre Lituania, Polonia y la costa báltica, y por los diversos contenciosos comerciales, aunque la inexistencia en el país de una amplia minoría rusófona susceptible de servir a Moscú como instrumento de presión impidió que las diferencias alcanzaran la seriedad de las planteadas con Letonia y Estonia. Así, las partes insistían en que las relaciones ruso-lituanas eran "las normales entre estados", y el diálogo fue lo suficientemente sustancial como para alumbrar la firma de un tratado de demarcación de fronteras el 24 de octubre de 1997 en Moscú. En aquella ocasión, Brazauskas recibió de Borís Yeltsin garantías verbales de seguridad para los estados bálticos, una alternativa no jurídica a la opción atlantista que no convenció a lituano.

En las elecciones al Seimas del 20 de octubre y 10 de noviembre de 1996 el partido montado por Landsbergis, la Unión de la Patria-Conservadores de Lituania, TS(LK), batió al LDDP, que se hundió al 10% de los votos y la docena de escaños, pagando así por el incumplimiento de su promesa de atender la esfera social mientras acometía la ineludible reconversión económica. Por lo tanto, el 10 de diciembre de aquel año, Brazauskas comenzó una incómoda cohabitación con un Gobierno de coalición de derechas dirigido por Vagnorius y con un Seimas presidido por Landsbergis. En el año y medio que duró esta cohabitación institucional, el presidente y la mayoría parlamentaria tuvieron sus tarascadas por el nombramiento de altos magistrados del Estado y la tramitación de diversos proyectos de ley, aunque el cuestionamiento por Brazauskas de las iniciativas conservadoras disminuyó a medida que se acercaba la expiración de su mandato.

Brazauskas había sido durante años el político más popular de Lituania, y aunque en 1996 otros líderes le adelantaron en las preferencias de los encuestados, siguió conservando un crédito público elevado. El 6 de octubre de 1997 anunció su deseo de no presentarse a la reelección invocando su edad -65 años- y su pasado comunista, que consideraba un hándicap para el buen nombre internacional de Lituania, ya que los medios siempre destacaban esta su antigua filiación. De esta manera, el 25 de febrero de 1998 cesó en sus funciones con la toma de posesión de Valdas Adamkus, un independiente de línea conservadora que había vivido casi toda su vida en Estados Unidos y que había derrotado en las elecciones del 21 de diciembre y el 4 de enero a Arturas Paulauskas, ex procurador general de la República, hijo de un antiguo coronel del KGB y candidato preferido del mandatario saliente.


3. El político parlamentario: de líder opositor a primer ministro

Brazauskas estrenó la condición de "pensionista ordinario" dedicado a escribir. Transcurridos dos años, el ex presidente cambiaba de opinión y anunciaba su regreso a la política por la puerta grande. Así, el 13 de mayo de 2000 aceptó liderar la lista, si bien no inscribió su candidatura a un escaño del Seimas, para las elecciones del 8 de octubre de la Coalición Socialdemócrata, formada por el LDDP, el Partido Socialdemócrata Lituano (LSDP, histórica formación sin pasado comunista, fundada en 1896 y restablecida en agosto de 1989 como parte de la plataforma Sajudis), el Nuevo Partido Demócrata (NDP) y la Unión Lituano-Rusa (LRS). El amplio descontento popular por las duras políticas de austeridad aplicadas por el Gobierno conservador auguraba buenos resultados para la coalición de Brazauskas, que basó su programa en un modelo de economía de mercado socialmente orientada, la creación de empleo y la remoción de barreras a la inversión local y foránea. Las líneas maestras de la política exterior, señoreada por la prosecución de la doble entrada en la UE y la OTAN, se mantendrían intactas.

Con el 31,1% de los votos, la Coalición Socialdemócrata A. Brazauskas, que bajo esta denominación acudió a las urnas, se hizo con 51 escaños, 20 por debajo de la mayoría absoluta. Aunque el triunfador en los comicios, el ex presidente no consiguió aunar socios para un hipotético gobierno de coalición, en particular los social liberales de la Nueva Unión (NS), partido fundado dos años atrás por Paulauskas y la segunda lista más votada. La NS prefirió vincularse a la Unión Liberal Lituana (LLS), fuerza liberal de derecha encabezada por el ex primer ministro de la TS(LK), últimamente alcalde de Vilnius, Rolandas Paksas, quien, pese a no asegurarse un soporte parlamentario de mayoría absoluta, superó la investidura en el Seimas el 26 de octubre.

El 27 de enero de 2001 el LDDP y el LSDP culminaron el proceso de convergencia iniciado con las maniobras preelectorales del año anterior fusionándose en un sólo partido, que mantuvo el nombre de LSDP. Brazauskas fue elegido presidente, poniendo término a los liderazgos de Ceslovas Jursenas al frente de los laboristas y de Vytenis Andriukaitis en los antiguos socialdemócratas. Brazauskas se consolidó como el cabeza de la oposición a los gobiernos liberal-conservadores, a la espera de un trastoque de alianzas que le permitiera su retorno al poder como primer ministro. Dicha posibilidad se le planteó antes de cumplirse un semestre desde la presentación del nuevo LSDP.

El 18 de junio de 2001 la NS rompió su coalición de "Nueva Política" con Paksas por diferencias en torno a la privatización de la industria del gas y la cuota de participación de capital ruso en la industria del petróleo en detrimento del capital occidental. Paksas dimitió y le sustituyó en funciones su número dos en el Gobierno y el LLS, Eugenijus Gentvilas. El 26 de junio Brazauskas y Paulauskas, entonces presidente del Seimas, anunciaban un programa común de gobierno al que se sumaron, desde el Seimas, los pequeños NDP y Partido Campesino Lituano (LVP), aportando en total una mayoría absoluta de 84 escaños.

El 2 de julio de 2001 el presidente Adamkus designó primer ministro a Brazauskas, no sin puntualizar que iba a vigilar que el nuevo ejecutivo orientado a la izquierda no arriscara el ritmo de las transformaciones económicas así como la vocación exterior europeísta y atlantista; al día siguiente, el Seimas invistió a Brazauskas con 84 votos a favor, 45 en contra y tres abstenciones. El 5 de julio quedó alineado el Gabinete, instalado el 12 de julio, con reparto de carteras entre el LSDP y la NS, que de hecho conservó las que tenía en el equipo saliente, más la presencia de varios ministros apartidistas.

Con aquella advertencia, Adamkus aludía a la posibilidad de que el equipo de Brazauskas se desligara del acuerdo de suministro, ratificado por el Gobierno interino de Gentvilas, entre la petrolera estatal Mazeikiu Nafta, operadora de la refinería de Mazeikiai, y la compañía privada rusa Yukos. Brazauskas era hostil a la fórmula de las participaciones paritarias en Mazeikiu Nafta de Yukos y de la estadounidense Williams, que había entrado en su capital en 1999, y sobre la que la clase política lituana había alcanzado un razonable consenso, siendo más receptivo a los intereses de Lukoil, el gigante ruso del petróleo, que era una sociedad anónima aunque ligada a los intereses estratégicos del Kremlin.

Finalmente, el nuevo primer ministro mantuvo en firme el actual proceso de privatización de la petrolera. En agosto de 2002, los apuros financieros empujaron a Williams a vender su parte de capital a Yukos. La operación se hizo a espaldas del Estado lituano, que en virtud de su acuerdo con Williams en 1999 había hecho fuertes inyecciones económicas en Mazeikiu Nafta, y Brazauskas no ocultó su irritación.

Con todo, la primera legislatura gobernada por Brazauskas discurrió bajo el signo euro-atlántico. El 21 de noviembre de 2002, el Consejo de la OTAN, reunido en Praga al nivel de jefes de Estado y de Gobierno, y con la asistencia de Adamkus, invitó a Lituania a unirse a la organización junto con Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Letonia y Estonia. El 12 de diciembre siguiente, el Consejo Europeo de Copenhague, con Brazauskas presente, confirmó el ingreso de Lituania en la UE el 1 de mayo de 2004, a la vez que Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Letonia, Estonia, Chipre y Malta. La decisión final de los estadistas rubricaba el anuncio hecho el 18 de noviembre anterior por los ministros de Exteriores, que a su vez habían tomado nota del certificado de la Comisión Europea, tras dos años y medio de negociaciones formales en Bruselas, sobre el requerido grado de preparación económica en las condiciones altamente competitivas del Mercado Interior Único y de adaptación normativa del país báltico, al que no obstante aún le restaba rematar una serie de reformas administrativas, judiciales y estructurales.

Brazauskas, al igual que los principales responsables institucionales y partidistas, se volcó en la petición del sí en el referéndum nacional de adhesión a la UE, el 10 y el 11 de mayo de 2003. Con una participación del 63,4%, los votos afirmativos alcanzaron el 91,1%. El Tratado de Adhesión firmado por Brazauskas en el Consejo Europeo informal de Atenas el 16 de abril anterior quedó, por tanto, ratificado. El 1 de mayo de 2004 el primer ministro asistió a la reunión de bienvenida convocada en Dublín por la Presidencia irlandesa del Consejo. Semanas antes, el 29 de marzo, Brazauskas depositó en Washington el instrumento nacional de adhesión al Tratado Atlántico. En la antesala de su ingreso en la OTAN, Vilnius creyó necesario demostrar su lealtad a Estados Unidos saliendo a respaldar la invasión de Irak en marzo de 2003, tras lo cual despachó un centenar de soldados para sumarse a las tareas de reconstrucción del país árabe en el período de ocupación, poniéndolas bajo el mando polaco dentro de la llamada División Multinacional Centro-Sur.

En cuanto a la política doméstica, Brazauskas, a través de su partido, respaldó a Adamkus en su envite reeleccionista en las presidenciales del 22 de diciembre y el 5 de enero de 2003. El ganador de las mismas fue, sin embargo, el ex primer ministro Paksas, con quien su sucesor en el Gobierno fue capaz de establecer una cohabitación armónica, particularmente en el terreno internacional, donde el entendimiento era total. Tras ser ratificado en su puesto por Paksas, Brazauskas acató la demanda del nuevo presidente de cesar al ministro social liberal de Salud, Romualdas Dobrovolskis, quien no era de su agrado, y de reemplazarlo por un hombre de su partido. Este recambio enfadó vivamente a Paulauskas, ya que disminuyó la cuota de poder de la NS, pero la coalición quedó preservada.

Luego, en abril de 2004, el Seimas, culminando una crisis constitucional sin precedentes desde la separación de la URSS, destituyó a Paksas acusándole de haber violado la Constitución y puesto en peligro la seguridad nacional al haberse relacionado con un controvertido empresario ruso vinculado supuestamente a los servicios secretos y el crimen organizado de su país. El voto del LSDP fue decisivo para la remoción de Paksas, cuya renuncia anticipada, para ahorrar más crispación política y zozobra institucional al país, le fue reclamada por Brazauskas. En junio siguiente el país acudió a las urnas para elegir otro jefe del Estado y el ganador fue Adamkus.

Al finalizar la legislatura en 2004, el Gobierno de Brazauskas tenía en su haber una coyuntura económica y financiera altamente positiva: el año anterior el PIB había crecido un excepcional 10% y en este la tasa iba a superar el 7%; la inflación era mínima (en 2003 los precios, incluso, retrocedieron); el desempleo, en torno al 9%, era tres puntos menor que el que había en 2001; el déficit de las administraciones públicas andaba en el 1,5% del PIB y apuntaba a su total supresión; y la deuda pública, del 19,4%, figuraba entre las más bajas de la UE. Lithuania cumplía los criterios de convergencia al euro y el 28 de junio de 2004 el litas se integró, junto con la kroon estonia y el tólar esloveno, en el Mecanismo de Tipo de Cambio (ERM II), lo que aseguraba la estabilidad cambiaria entre la divisa lituana y el euro.

Con todo, el primer ministro no fue capaz de mitigar un malestar que fue incubándose en el electorado a raíz de las reformas estructurales imprescindibles para el ingreso en la UE –como la autorización de la venta de la tierra a los extranjeros, una apertura impopular en un país donde el agro seguía teniendo un peso notable- y de los escándalos políticos. El país crecía, pero la riqueza que el libre mercado generaba no se hacía notar ni en los salarios ni en las pensiones, que seguían siendo bajos. Por otro lado, aunque no era responsable de la crisis desatada por Paksas, que abrió graves grietas en la confianza de la ciudadanía en las instituciones, el Gobierno terminó pagando por el enfado popular con su clase política.

Las primeras elecciones al Parlamento Europeo, el 13 de junio de 2004 (coincidieron con la primera vuelta de las presidenciales), supusieron una conmoción y un aviso para el oficialismo porque el ganador de las mismas fue, con más del doble de votos que el LSDP, el Partido Laborista (DP), formación con menos de un año de vida, de corte izquierdista y dirigida por el polémico empresario de origen ruso Viktor Uspaskich, un outsider del sistema parlamentario dispuesto a capitalizar el descontento generalizado con sus promesas, tildadas de populistas, de apoyar a los productores agrícolas, aumentar el salario mínimo, crear empleo y combatir la corrupción.

Las elecciones generales del 10 y el 24 de octubre de 2004 pintaban mal para la coalición de Brazauskas y Paulauskas, denominada Por una Lituania Trabajadora (UDL). Uspaskich, en efecto, les ganó la partida, pero la victoria de los laboristas fue más corta de lo esperado. Con una participación del 46%, el DP quedó primero con el 28,4% de los votos proporcionales y 39 escaños. El LSDP y la NS sumaron el 20,6% de los votos y 31 diputados (de los que 20 eran socialdemócratas), mientras que los dos socios menores en el Seimas, el LVP y el NDP, reunieron 10 escaños. 25 puestos obtuvieron los conservadores del ex primer ministro (1999-2000) Andrius Kubilius, 18 los liberales centristas de Arturas Zuokas y 10 los liberales demócratas de Paksas.

Con estos resultados, Brazauskas podía seguir gobernando a condición de que incorporara a los laboristas a la coalición. Sus conversaciones con Uspaskich y Paulauskas, mediadas por la ratificación parlamentaria, el 11 de noviembre, del luego fracasado Tratado de la Constitución Europea –Lituania fue el primer país miembro en hacerlo-, desembocaron en un acuerdo de Gobierno que incorporó como cuarto socio necesario, en aras de la mayoría absoluta, a la alianza del LVP y el NDP, la Unión de Campesinos y el Nuevo Partido Demócrata (VNDPS). El 25 de noviembre el Seimas confirmó a Brazauskas como primer ministro, 29 de noviembre Adamkus aceptó su dimisión formal y volvió a nombrarle, y el 7 de diciembre quedó constituido el nuevo Gabinete, donde Uspaskich se sentaba como ministro de Economía. Antanas Valionis, vicepresidente de la NS, continuaba en Exteriores. Su jefe, Paulauskas, fue reelegido al frente del Seimas.

Brazauskas vio resquebrajarse su segundo Gabinete al ritmo de una serie de incidentes surgidos prácticamente desde el primer día. En enero de 2005 Valionis, saliendo al paso de unas revelaciones periodísticas, admitió que hacía dos décadas años había sido capitán del KGB en la reserva. El ministro resistió las demandas de dimisión lanzadas por la oposición conservadora, pero no pudo esquivar una investigación parlamentaria. En mayo el primer ministro encajó la renuncia del titular de Finanzas, Algirdas Butkevicius, vicepresidente de su partido, en desacuerdo con el nuevo impuesto de sociedades decidido por los socios de coalición. Y a finales de junio, quien tuvo que marcharse fue Uspaskich, presa de un conflicto de intereses y bajo investigación de sendas comisiones de ética del Gobierno y el Parlamento en relación con ciertos negocios empresariales presuntamente irregulares.

Las desavenencias fueron a más y el naufragio vino en la primavera de 2006: el 11 de abril la NS daba portazo a la coalición en venganza por la remoción de Paulauskas como presidente del Seimas y el 31 de mayo el DP, molesto con la manifestación por Adamkus de que había perdido la confianza en los laboristas por las acusaciones de corrupción que recaían en varios de sus miembros, anunció que retiraba sus cinco ministros también. Arrojado a la minoría parlamentaria, Brazauskas anunció ese mismo día su decisión de dimitir y de dejar a otro en el LSDP la tarea de recomponer el Gobierno. Con todo cansando, el gobernante saliente indicó: "Es tiempo para una nueva generación. He sido primer ministro durante cinco años (...) Intenté ser un pensionista durante varios años y creo que tuve suerte. Espero tener éxito de nuevo esta vez".

El 1 de junio Brazauskas hizo formal su dimisión y el 29 de ese mes, tras frustrar el Seimas su primera elección, el ministro de Finanzas Zigmantas Balcytis, Adamkus nombró a uno de los pesos pesados del LSDP, el ministro de Defensa Gediminas Kirkilas. El 4 de julio Kirkilas fue investido por los diputados antes de forjar una coalición minoritaria con la Unión de Campesinos Nacionalistas Lituanos (LVLS, ex VNDPS) de Prunskienė, la Unión Liberal de Centro (LCS) y el Partido de la Democracia Civil (PDP).


4. Jubilación y fallecimiento

Brazauskas se mantuvo como presidente del LSDP hasta el 19 de mayo de 2007, cuando entregó el puesto a Kirkilas. En reconocimiento a su liderazgo, el veterano político, a los 74 años, fue hecho presidente honorífico del partido. Había sido con diferencia el primer ministro más duradero, en añadidura a su mandato presidencial en la década anterior.

El estadista báltico falleció el 26 de junio de 2010 en su casa de Vilnius, víctima del linfoma y el cáncer linfático que le habían diagnosticado en diciembre de 2008. Los funerales de Estado se desarollaron del 29 de junio al 1 de julio y concluyeron con la inhumación del difunto en el cementerio Antakalnio de la capital lituana. A las exequias asistieron, además de las principales autoridades republicanas, con la presidenta Dalia Grybauskaitė a la cabeza, varios dignatarios extranjeros, entre ellos los presidentes de Letonia, Valdis Zatlers, Estonia, Toomas Hendrik Ilves, y Georgia, Mijeil Saakashvili, así como los ex presidentes Walesa y Kwasniewski de Polonia, Kuchma de Ucrania, Ahtisaari de Finlandia, Rüütel de Estonia y Ulmanis de Letonia.

Algirdas Brazauskas fue doctor honoris causa por las universidades Técnica Gediminas de Vilnius, de Tecnología de Kaunas, Nacional Taras Shevchenko de Kíev y la Europea de Humanidades de Minsk. Escribió de los libros (títulos traducidos al español): Divorcio lituano (1992); Cinco años de presidente (2000); El poder de Lituania: trabajo realizado y pensamientos sobre el futuro (2004); Autodeterminación (2004); e Incluso entonces trabajamos por Lituania (2007). Casado desde 1958 con la doctora Julija Stiraite, que le dio dos hijas mellizas (las cuales a su vez le hicieron abuelo cinco veces), en 2002, a los 70 años, firmó el divorcio para luego casarse en segundas nupcias con Kristina Butrimiene, una gestora hotelera y concejal socialdemócrata de Vilnius 18 años más joven que él.

(Cobertura informativa hasta 1/7/2010)