Alenka Bratusek
Primera ministra (2013-2014); viceprimera ministra (2018-2020)
El 20 de marzo de 2013, poniendo término a una crisis política y en medio de una situación económica sumamente delicada, Alenka Bratusek se convirtió en la primera mujer jefa de Gobierno de Eslovenia, al frente de una coalición de centro-izquierda. Su objetivo primordial es sacar a la antaño próspera nación alpina de una profunda recesión y un desbarajuste financiero, originado por los malos negocios crediticios de sus bancos, que están destrozando los niveles de calidad de vida alcanzados antes del estallido de la crisis y que han alimentado el miedo a un rescate de la Eurozona, abrazada en 2007. La irritación de los ciudadanos, que se han manifestado contra los recortes y la venalidad de la clase política, acota el margen de maniobra de la nueva gobernante.
Esta experta en cuestiones presupuestarias dejó su alto cargo en el Ministerio de Finanzas en 2011, cuando el que entonces era su partido, Zares, abandonó el Ejecutivo liderado por los socialdemócratas (SD) del hoy presidente de la República, Borut Pahor. A continuación, se unió a la nueva formación del empresario y alcalde capitalino Zoran Jankovic, Eslovenia Positiva (PS), como Zares de corte social liberal y la sorprendente ganadora de las elecciones de 2011, si bien entonces no pudo formar gobierno. En enero de 2013 Bratusek salió del virtual anonimato al asumir las funciones de presidenta del PS en sustitución de Jankovic, acusado de ocultar patrimonio, y en febrero propició la caída del fracturado Gobierno centroderechista de Janez Jansa, a su vez blanco de imputaciones de corrupción.
Tras forjar una nueva coalición mayoritaria con el SD, la Lista Cívica y el Partido de los Pensionistas, esto es, las cuatro agrupaciones que ya intentaron gobernar juntas tras los comicios de 2011, Bratusek ha comunicado sus prioridades para hacer que la pequeña Eslovenia "vuelva a ser una economía vibrante y la estrella brillante de Europa Central". Quiere terminar de sanear la banca, perseverar en el ajuste fiscal para reducir el déficit (previsión del 4,2% para este año) y acometer algunas reformas estructurales. Sin embargo, la primera ministra advierte que la austeridad ya no se perseguirá "a expensas" del crecimiento y la generación de empleo (el paro se halla en el 10%), pues sin crecimiento no hay ingresos, y sin ingresos "es imposible pagar la deuda". Al igual que Jansa, Bratusek afirma enfáticamente que Eslovenia no se convertirá en el sexto país de la Eurozona en solicitar asistencia financiera.
(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 24/4/2013. Alenka Bratusek dimitió como primera ministra de Eslovenia el 5/5/2014. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue, desde el 18/9/2014, Miro Cerar. El 31/5/2014 Bratusek se escindió del partido Eslovenia Positiva para fundar su propia agrupación, la Alianza de Alenka Bratusek (ZaAB), posteriormente renombrada Alianza de Demócratas Social Liberales (ZSD) el 21/5/2016 y Partido de Alenka Bratusek (SAB) el 7/10/2017. Entre 2018 y 2020 Bratusek fue viceprimera ministra y ministra de Infraestructuras en el Gobierno de coalición de Marjan Sarec El SAB dejó de existir el 27/6/2022 al fusionarse con el Movimiento Libertad (GS) del primer ministro Robert Golob, del cual Bratusek pasó a ser miembro). |
1. Alta funcionaria de hacienda en los gobiernos Jansa y Pahor
2. Unión al partido Eslovenia Positiva de Zoran Jankovic
3. Solución de recambio del centro-izquierda tras la caída del segundo Gabinete Jansa
1. Alta funcionaria de hacienda en los gobiernos Jansa y Pahor
Oriunda de la población de Celje pero crecida en la cercana Zalec, ambas en la región tradicional de Baja Estiria, su formación superior transcurrió en la Universidad de Ljubljana, concretamente en la Facultad de Ciencias Naturales y Tecnología, donde se graduó como ingeniera de textiles en 1994. Doce años después, ostentando ya un alto cargo en el Gobierno, terminó en la Facultad de Ciencias Sociales una titulación de posgrado sobre Gestión.
Su primer trabajo tras obtener la diplomatura universitaria fue en una pequeña compañía textil. En 1995 fue reclutada por el Ministerio de Economía como técnica asesora de pequeñas empresas. En 1999 pasó al Ministerio de Finanzas, donde adquirió responsabilidades presupuestarias. En 2005, cuando el primer Gobierno de coalición presidido por Janez Jansa, líder del conservador Partido Democrático Esloveno (SDS), Bratusek fue ascendida a jefa de la Dirección Estatal del Presupuesto, teniendo como inmediato superior al ministro Andrej Bajuk, líder del pequeño partido popularcristiano Nueva Eslovenia (NSi) y antiguo primer ministro. En los años siguientes, la alta funcionaria jugó un papel fundamental en la gestión de los fondos adjudicados por Bruselas tras la entrada de Eslovenia en la Unión Europea en 2004. En 2007, el año del ingreso en la Eurozona, se involucró también en los preparativos de la presidencia nacional de turno del Consejo de la Unión, que tuvo lugar en el primer semestre de 2008.
En cuanto a la política de partidos, Bratusek estuvo primero vinculada a la Democracia Liberal de Eslovenia (LDS), formación de corte liberal progresista, dirigida por antiguos miembros del comunismo soberanista esloveno en la etapa anterior a la independencia de Yugoslavia, que entre 1992 y 2004 gobernó Eslovenia con los primeros ministros Janez Drnovsek –luego presidente de la República- y Anton Rop. En 2006 Bratusek adquirió su primer mandato electoral, uno de concejala en el ayuntamiento de Kranj, en las listas municipales de la LDS. En 2007 se unió al grupo de escindidos de la LDS que, bajo el liderazgo de Gregor Golobic, antiguo secretario general de la agrupación de Drnovsek, formó un partido de ideario nítidamente social liberal y situado en el centro-izquierda, Zares (De Verdad). El siguiente objetivo de la responsable presupuestaria del Ministerio de Finanzas era hacerse con un escaño en la Asamblea Nacional.
En las elecciones generales de septiembre de 2008 Zares se adjudicó un meritorio tercer puesto con el 9,4% de los votos y nueve escaños, pero Bratusek no estuvo entre los diputados electos. Luego, Zares, junto con la LDS y el Partido Democrático de los Pensionistas de Eslovenia (DeSUS), aceptó ser socio de coalición de los Social Demócratas (SD) de Borut Pahor, que habían aventajado al SDS por la mínima, lo que convirtió a Golobic en ministro de Educación y Ciencia. Bratusek fue confirmada en su función gubernamental por el nuevo ministro de Finanzas del SD, Franci Krizanic, y más tarde, en 2010 fue reelegida edil en Kranj.
2. Unión al partido Eslovenia Positiva de Zoran Jankovic
En junio de 2011 Bratusek dimitió como directora del Presupuesto a la par que las tres ministras compañeras del partido y siguiendo los pasos de Golobic. Entonces, Zares declaró rota su coalición con los socialdemócratas como colofón a una serie de derrotas del oficialismo en las urnas (en las europeas de 2009 y en tres referendos consecutivos) y en mitad de un drástico deterioro de la economía, que recaía en la recesión a la vez que subía el paro y explotaban el déficit y la deuda públicos. Sin el apoyo de Zares y el DeSUS, Pahor quedó en franca minoría parlamentaria y en septiembre siguiente perdió una moción de confianza parlamentaria que dio el golpe de gracia a su Gobierno. El 21 de octubre de 2011 el presidente de la República, Danilo Türk, disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipadas para el 4 de diciembre.
De cara al envite en las urnas, Bratusek optó por abandonar Zares e integrarse en el nuevo proyecto político de Zoran Jankovic, exitoso hombre de negocios (era dueño de la mayor cadena de supermercados del país, Mercator) y popular alcalde de Ljubljana, que hasta ahora se había movido con agilidad en la política local sin el apoyo de una maquinaria partidaria. El 11 de octubre Jankovic anunció su aspiración al puesto de primer ministro no como independiente, sino como candidato de un partido propio, cuyo nombre era la Lista de Zoran Jankovic-Eslovenia Positiva (LZJ-PS).
El 22 de octubre el LZJ-PS presentó su carta fundacional, una amalgama de nociones liberales, social liberales y socialdemócratas centradas en la recuperación del crecimiento económico y del nivel de desarrollo alcanzado antes de la crisis, con Jankovic de presidente. Además de Bratusek, secundaron al empresario y alcalde varios diputados de diferentes tendencias. Aparte, el ex presidente de la República y padre de la independencia eslovena, Milan Kucan, manifestó su respaldo a la candidatura de Jankovic. El 4 de diciembre de 2011 Bratusek y otros 27 candidatos al escaño fueron electos con un apoyo global del 28,5% de los votos. El sensacional resultado convirtió de golpe y porrazo al LZJ-PS, una formación que no tenía ni dos meses de vida, en el primer partido de Eslovenia, birlando el puesto al SDS, que no supo capitalizar el desgaste del Gobierno Pahor. Saltaba a la vista que los de Jankovic habían seducido a muchos electores de izquierda desencantados con los socialdemócratas, castigados con un tremendo descalabro.
El 5 de enero de 2012 el presidente Türk designó primer ministro a Jankovic, quien partía con un principio de acuerdo con el SD, el DeSUS y otro partido de nuevo cuño, la Lista Cívica de Gregor Virant (DLGV, liberal), pero el día 11 la Asamblea, inesperadamente, rechazó la nominación. Entonces, Jansa, al que el juicio que tenía abierto por un caso de sobornos no le impedía regresar al Ejecutivo, puso sobre la mesa una coalición mayoritaria alternativa de centro-derecha. El 28 de enero Jansa fue aprobado por la Asamblea y el 10 de febrero tomó posesión su Gabinete de cinco partidos. En respuesta a estos frustrantes acontecimientos, el LZJ-PS celebró el 21 de enero un congreso de consolidación que supuso una reducción de la carga personalista con que había nacido el partido. Los congresistas aprobaron renombrarlo, pasando a denominarse simplemente Eslovenia Positiva. Jankovic siguió siendo el líder y Bratusek, que presidía el Comité de Control Presupuestario de la Asamblea Nacional, continuó igualmente formando parte de la cúpula del partido.
3. Solución de recambio del centro-izquierda tras la caída del segundo Gabinete Jansa
Al comenzar 2013, las turbulencias se adueñaron de Eslovenia en varios ámbitos. La contracción económica iba a peor (2012 había terminado con un crecimiento negativo del PIB del 2,3%) como resultado inevitable del estancamiento de las exportaciones, el hundimiento del consumo interno y el paquete de recortes y otras medidas de austeridad adoptado por el Gobierno para lograr los objetivos de consolidación fiscal urgidos desde la UE, que desde 2009 tenía abierto un procedimiento por déficit excesivo (el 6,4% entonces).
La hacienda eslovena pasaba por grandes apuros al tener que pagar desorbitados intereses de la deuda emitida para poder financiarse y tras la inyección de liquidez en Nova Ljubljanska Banka, la mayor entidad financiera del país y, como el resto de bancos principales, agujereada por los créditos fallidos y los activos tóxicos. Desde hacía meses cundía el temor a que Eslovenia pudiera convertirse, tras Grecia, Irlanda, Portugal, España y Chipre, en el sexto país de la Eurozona obligado a solicitar un rescate financiero, escenario humillante que el primer ministro Jansa no se cansaba de negar.
A Ljubljana, Bruselas le pedía, además de medidas fiscales contra el déficit, una serie de reformas estructurales en el sistema financiero, el sistema de pensiones, el mercado laboral y la seguridad social, pero parte de la oposición insistía en someter estos cambios a referéndum. El PS, sin embargo, sí aceptaba en principio el esquema de reformas, al menos en lo referente a las pensiones y los contratos. Desde noviembre, la agitación se hizo presente en las calles, con manifestaciones y disturbios que estaban alcanzando una intensidad no vista en el pequeño país adriático desde la separación violenta de Yugoslavia en 1992.
Pero además del formidable desaguisado económico, que malograba los grandes progresos realizados por la nación de la antigua Europa del Este con los niveles de riqueza por habitante más avanzados en la UE de 27 miembros, al comenzar el nuevo año en Eslovenia se estaba gestando también una profunda crisis política cuyos prolegómenos eran los líos judiciales de Jansa por presunta corrupción. El detonante de la trifulca lo pusieron las alegaciones de la Comisión Independiente para la Prevención de la Corrupción (KPK), organismo que el 8 de enero publicó los resultados de una investigación, emprendida tras los comicios de 2011, a los líderes de las siete principales fuerzas parlamentarias en relación con sus declaraciones de ingresos y patrimonio. En su informe de conclusiones, la KPK señalaba a dos de los dirigentes escrutados, Jansa por el SDS y Jankovic por el PS, como responsables de violar de manera reiterada la ley de transparencia al haber ocultado al público una serie de haberes particulares.
La reacción en el PS, sorprendido por el informe de la KPK en víspera de su tercer congreso, no se hizo esperar: el 12 de enero Jankovic, por propia voluntad, se separó de la presidencia para preparar las argumentaciones legales que demostrarían que él no era "ningún corrupto". Con Jankovic suspendido en sus funciones, había que elegir un presidente temporal, que dirigiera el partido hasta la elección del nuevo titular en un congreso que tendría lugar más adelante. En un primer momento parecía seguro que el remplazo iba a ser uno de los tres vicepresidentes, Masa Kociper, Melita Zupevc o Robert Golob, pero el 17 de enero el Consejo, máximo órgano entre congresos, eligió por unanimidad a Bratusek.
Mientras Bratusek tomaba las riendas del primer partido de la oposición, el Gobierno Jansa se resquebrajaba. El 23 de enero uno de los cinco socios de la coalición, la Lista Cívica (DL) de Gregor Virant, partido centrista que había sido fundado al mismo tiempo que el PS y que, como él, había dado la campanada, aunque más modesta, en las elecciones de 2011, materializó su amenaza de retirarse del Ejecutivo a menos que Jansa dimitiera de inmediato o al menos se sometiera a una moción de confianza. En las semanas siguientes la situación de minoría de Jansa se agravó al darle portazo también el DeSUS y el SLS, cuyos líderes eran los ministros de Exteriores, Karl Erjavec, y Economía, Radovan Zerjav, respectivamente.
El Gobierno Jansa, reducido al SDS y al NSi de Ljudmila Novak, no podía sostenerse y sólo le restaba recibir la puntilla institucional, una moción de censura que fue cocinada a toda prisa por Bratusek, Erjavec, Virant y el nuevo jefe del SD, Igor Luksic (Pahor era ahora el presidente de la República, salido de las urnas en diciembre). Es decir, los cuatro partidos que tras las elecciones de 2011 habían intentado constituir un Gobierno de centro-izquierda y que ahora volvían a colaborar a raíz del informe de la KPK. Precisamente, esta cooperación con el PS había sido condicionada por los otros tres a la renuncia de Jankovic, quien no les merecía confianza.Se decidió que la moción de censura, de carácter constructivo, incluyera el nombre de Bratusek como candidata a formar el Gabinete sustituto. Los cabezas de facción estaban de acuerdo en que era necesario evitar un adelanto electoral en estos momentos de incertidumbre aguda sobre las opciones financieras que tenía Eslovenia.
El 27 de febrero, sin sorpresas, los promotores de la moción forzaron el mutis del Gobierno Jansa con 55 votos a favor y 33 en contra. Simultáneamente, Bratusek fue designada por la Asamblea para encabezar el nuevo Gobierno de coalición, que descansaría en una mayoría parlamentaria de 49 diputados sobre 90. Los cuatro partidos, que no ocultaban sus diferencias en materia de economía, invirtieron las dos semanas que les otorgaba la ley en negociar el reparto de puestos ministeriales y un programa anticrisis que incidía en las políticas de reactivación y generación de empleo, pero sin renunciar a la estabilización fiscal, pues el salvavidas crediticio de la UE era una salida traumática que debía evitarse a toda costa.
Es más, se atacaría con determinación la raíz de la actual debacle financiera, que estaba en los problemas de liquidez y los balances en rojo de los bancos privados pero participados por el Estado, entrampados en préstamos insolventes por valor de 7.000 millones de euros. La abultada cantidad equivalía al 20% del PIB esloveno. Bratusek y sus interlocutores acordaron también celebrar un voto de confianza parlamentaria en el plazo de un año; si para entonces había socios disconformes con la labor realizada, se solicitaría al presidente de la República la disolución de la Asamblea y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Por el momento, la caída de Jansa no estaba consiguiendo mitigar la irritación de la calle. El 9 de marzo miles de personas volvieron a protestar en el centro de Ljubljana contra la corrupción, los manejos de la élite política, el deterioro de la calidad de vida y el aumento a ojos vista de las desigualdades sociales. El 14 de marzo Bratusek nombró a los miembros de su Gabinete, donde destacaban el pensionista Erjavec, renovado en Exteriores, Roman Jakic, del PS, en Defensa, su colega de partido Uros Cufer en Finanzas y el cívico Virant en Interior. En total, el PS recibía cinco carteras, el SD tres, la DL otras tres y el DeSUS dos. El 20 de marzo la Asamblea emitió el preceptivo aval al Ejecutivo entrante por 52 votos contra 35. En su discurso al hemiciclo, Bratusek certificó el fin de la austeridad a ultranza perseguida por Jansa y su sustitución por una política económica más flexible donde la consolidación de las finanzas públicas no fuera un obstáculo a la recuperación del crecimiento.
El 16 de abril Bratusek dirigió un mensaje a los mercados y las autoridades financieras internacionales mediante un artículo publicado en The Wall Street Journal. Con el título, explícito y contundente, de Slovenia Doesn't Need a Bailout, la primera ministra intentaba transmitir una imagen de control y tranquilidad, asegurando que el ajuste del sector bancario era una "prioridad absoluta" de su Gobierno y que para ello se iba a poner en marcha un banco malo. "Eslovenia no es Chipre ni ninguna otra economía de la UE en este asunto. Las comparaciones, aunque halagadoras, son erróneas e ignoran aspectos económicos fundamentales (…) Sé que hay una tendencia a especular sobre cuál será el próximo país de la UE en colapsar. Para algunos inversores en hedge funds, la crisis bancaria europea se ha convertido en una obsesión. Pero esto no es más que una especulación equivocada. Nosotros no necesitamos dinero. Dénnos algo más de confianza y tiempo, Eslovenia volverá a ser una economía vibrante y la estrella brillante de Europa Central", afirmaba la autora, que subrayaba también los "bajos" niveles de deuda pública y de paro en comparación con la mayoría de socios europeos.
Bratusek, empleando un lenguaje de corte social liberal, recordó de paso que su Gobierno estaba comprometido igualmente con las reformas laboral y de las pensiones, y con la privatización de haberes del Estado "en buenas condiciones financieras". Pero puntualizaba: "No vamos a perseguir la austeridad a expensas del crecimiento. Es imposible pagar la deuda si no puedes aumentar los ingresos, y el camino hacia unos ingresos más altos pasa por un mayor crecimiento".
La primera ministra de Eslovenia vive con su pareja y es madre de dos, chica y chico.
(Cobertura informativa hasta 24/4/2013)