Albert Ramdin

Surinam, pequeño Estado de América del Sur habitualmente ausente de los titulares de la actualidad internacional, consiguió llevar a su ministro de Exteriores, Albert Ramdin, a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) el 10 de marzo de 2025. 

El primer titular no hispano o angloparlante, sino neerlandófono, del organismo en sus 77 años de historia fue elegido por unanimidad, sin necesidad de votación, en virtud de la retirada del otro aspirante al puesto, su colega paraguayo Rubén Ramírez, ante la falta de apoyos. La confluencia del bloque de los 14 países caribeños, los cinco gobernados por la izquierda democrática en Sudamérica (Brasil, Colombia, Chile, Bolivia y Uruguay), México y otros tres gobiernos moderados situados en el centro o el centro-derecha (Ecuador, Costa Rica y República Dominicana) puso en bandeja la proclamación del diplomático surinamés por la Asamblea General de la OEA reunida en Washington D.C.

El 26 de mayo Ramdin sucederá al uruguayo Luis Almagro, al igual que él de la tendencia política socialdemócrata y quien agota su segundo y definitivo mandato quinquenal, en una escenario de debilidad para la OEA. La organización de 32 estados miembros arrastra las autoexclusiones de Venezuela (2019) y Nicaragua (2022) —regidas por sendas dictaduras incompatibles con la Carta Democrática Interamericana de 2001 y generadoras de inestabilidad—, y encara crisis y conflictos como el hundimiento de Haití en la violencia delincuencial, la reclamación por Venezuela a Guyana de la región de Esequibo, y las migraciones irregulares que recorren Mesoamérica, huyendo de la pobreza y la violencia. Una plétora de desafíos a la observancia de los derechos humanos, el desarrollo integral y la seguridad multidimensional que esta organización intergubernamental y no supranacional tiene que enfrentar además con serias limitaciones presupuestarias.

Por si fuera poco, desde enero de este año la OEA ha de capear también con el discurso nacionalista, amenazante y disruptivo, de la segunda Administración Trump. El presidente norteamericano reclama el retorno de la soberanía de Estados Unidos sobre el Canal de Panamá, esgrime la anexión territorial de, nada menos, Canadá y está imponiendo aranceles punitivos a su vecino norteño así como a México, a los que acusa de inacción frente al tráfico de opioides y la actividad transfronteriza de organizaciones criminales. Estados Unidos es de largo el mayor contribuyente a las arcas de la OEA, al aportar el 59% de su presupuesto, y ahora Trump ha emprendido una ofensiva para limitar o, directamente, cortar sus vínculos con varios organismos multilaterales.

El nuevo secretario general sugiere un cambio de tono con respecto al régimen venezolano de Nicolás Maduro, deslegitimado y desreconocido por la OEA con el impulso de Almagro, al que Ramdin plantea retomar la vía del "diálogo". En su discurso de aceptación, el diplomático surinamés lanzó una defensa del multilateralismo y abogó por una "institución fuerte, bien organizada, reconocida y respetada, que sirva de mediador imparcial en tiempos de conflicto, que sea facilitadora del desarrollo y el crecimiento, y contribuya al bienestar de los ciudadanos".

(Texto actualizado hasta 12 marzo 2025).

BIOGRAFÍA

Albert Ramdin, de 67 años, estudió Geografía Social en la Universidad de Ámsterdam y la Universidad Libre de Ámsterdam, donde adquirió una especialidad en las dificultades de la industrialización de los países pequeños de Sudamérica y el Caribe. Tras graduarse en 1987 trabajó para la organización Terug Naar Suriname (TENASU), enfocada en las dinámicas del retorno de los emigrantes surinameses desde los Países Bajos a su nación de origen, devenido Estado independiente en 1975. En 1991 se convirtió en director de la Fundación de la Organización Hindú-Musulmana para la Cofinanciación de la Cooperación para el Desarrollo (HIMOS), con sede en la ciudad de Oegstgeest.

En 1993 regresó a Surinam e inicialmente prestó asesoría al Ministerio de Comercio e Industria. A este cometido le siguió un paréntesis laboral en el sector privado de otros dos años, período en el cual se empleó de gerente de marketing para la compañía British American Tobacco en Paramaribo. En septiembre 1997 estuvo de vuelta en el área del Gobierno como oficial de políticas adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, que lo destinó al servicio diplomático. Ramdin fue el embajador y representante permanente de Surinam ante la OEA y en septiembre 1999 trasladó sus funciones a la Comunidad del Caribe (CARICOM) en calidad de secretario general adjunto para Relaciones Externas y Comunitarias y con despacho en Georgetown, Guyana, a la vez que ejercía de embajador no residente en Costa Rica.

En septiembre de 2001 el diplomático surinamés volvió a la sede de la OEA en Washington para asesorar al entonces secretario general de la organización, el ex presidente colombiano César Gaviria, sobre cuestiones del área caribeña. En octubre de 2004 el entonces presidente de Surinam, Ronald Venetiaan, le nombró su asesor especial para Asuntos del Hemisferio Occidental. Meses después, el 7 de junio de 2005, Ramdin salió elegido secretario general adjunto de la OEA, sucediendo al estadounidense Luigi Einaudi y colocándose a la diestra del también nuevo titular de la Secretaría General, el ex canciller chileno José Miguel Insulza, a partir del 19 de julio. En 2010 fue reelegido número dos de la organización para un segundo y definitivo ejercicio de cinco años, secundando de nuevo a Insulza.

En su segundo mandato como secretario general adjunto, Ramdin, cuya labor estaba recibiendo muchos elogios, planteó su aspiración a suceder a Insulza en mayo de 2015. Si embargo, no encontró el apoyo del Gobierno de su propio país, al ser él miembro de un partido, el de la Reforma Progresista (VHP), que se situaba en la oposición al presidente de la República, Dési Bouterse.

El 12 de julio Ramdin completó su mandato en Washington, donde pasó el testigo al beliceño Néstor Méndez (nuevo secretario general adjunto al uruguayo Luis Almagro), y volvió a Surinam. Al poco, fue reincorporado al servicio diplomático por la ministra de Exteriores, Niermala Badrising, pero en mayo de 2016 presentó inesperadamente su renuncia alegando "razones profesionales y personales". En efecto, a continuación se conoció su fichaje por la compañía minera estadounidense Newmont Corporation, involucrada en el gran proyecto de explotación aurífera Surgold, que le contrató para el puesto de director de Relaciones Exteriores.

El 16 de julio de 2020 Ramdin reapareció para el servicio público desde el puesto eminente de ministro de Asuntos Exteriores, Negocios Internacionales y Cooperación Internacional (BIBIS) en el Gabinete del nuevo presidente de la República, Chandrikapersad Santokhi, líder del VHP y ganador sobre el NDP de Bouterse de las elecciones generales celebradas el 25 de mayo anterior. 

(Cobertura informativa hasta 12/3/2025).

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