Adanech Abiebie

Una de las ciudades a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático en África es Addis Abeba, embarcada en el objetivo de alcanzar la neutralidad carbónica en 2050. Su alcaldesa, Adanech Abiebie, asume el desafío que supone plantear metas y plazos en este terreno, en la línea de los compromisos de las potencias del mundo desarrollado, para una capital que supera los cinco millones de habitantes, tiene una bulliciosa movilidad vial y concentra el 38% del PIB de Etiopía. Así, no es de extrañar que su plan urbano de acción climática vaya en paralelo a la estrategia de desarrollo nacional y economía verde resiliente al clima manejada por el Gobierno del primer ministro Abiy Ahmed Ali para el conjunto del país; en la práctica, la minuciosa hoja de ruta diseñada por Addis Abeba es la columna vertebral del planteamiento elaborado a escala nacional. Addis Abeba forma parte del Grupo de Liderazgo Climático C40 Cities, la red Metrópolis y la organización Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), de cuyo Consejo Mundial Adanech es miembro suplente.

(Texto actualizado hasta 17 enero 2023)

Adanech Abiebie, formada en la Universidad del Servicio Civil de Etiopía y en la británica Universidad de Greenwich, se ganó la vida como profesora y directora de escuela primaria antes de ingresar en la función judicial de su región, Oromia. En 2005 fue elegida representante popular en la Cámara baja de la Asamblea Parlamentaria Federal de Etiopía y en los años siguientes dirigió la Asociación de Desarrollo de Oromia y ejerció un primer mandato municipal, el de alcaldesa de la ciudad de Adama.

Ella era miembro de la Organización Democrática del Pueblo Oromo (ODPO), el partido gobernante en Oromia, parte de la coalición oficialista Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE) y cuyo liderazgo quedó en manos de Abiy Amed en febrero de 2018, preámbulo que fue de su elección como primer ministro de Etiopía para suceder al dimitido Hailemariam Desalegn. En octubre de 2018, justo después de adoptar la ODPO el nuevo nombre de Partido Democrático Oromo (que un año después iba a fusionarse con las otras agrupaciones regionales del FDRPE para alumbrar el Partido de la Prosperidad), Abiy nombró a Adanech ministra de Hacienda y Autoridad Aduanera.

En marzo de 2020 Adanech fue movida a la posición de fiscal general de Etiopía con la tarea de relanzar la persecución judicial de la corrupción. Su paso por tan alto cargo federal fue breve, ya que el 18 agosto del mismo año el Consejo Municipal de Addis aprobó su designación por Abiy para cubrir la baja del alcalde Takele Uma Banti, nuevo ministro federal de Minas y Petróleo por Abiy. En puridad, Takele, desde su promoción municipal en 2018, venía siendo teniente de alcalde y alcalde en funciones, y su sucesora, provisionalmente, asumió idéntico rango. Hombres habían sido los 31 predecesores de Adanech en la alcaldía a lo largo de 110 años.

Al tomar posesión al frente del Ayuntamiento de la habitualmente llamada la "capital de África" por su significación en la historia, la política y las relaciones internacionales del continente, Adanech Abiebie explicó que sus prioridades eran prevenir la expansión de la nueva pandemia del coronavirus, mejorar la eficiencia en la prestación de los servicios municipales y garantizar el cumplimiento de la justicia, especialmente en lo tocante al registro de tierras y la emisión de certificados de propiedad para los agricultores. También, citó la recaudación de impuestos, la creación de empleo, la terminación de los megaproyectos de infraestructuras —contratados por empresas chinas— y el mantenimiento de la paz y la seguridad en la ciudad. Año y medio después, el 28 de septiembre de 2021, el Consejo Municipal invistió a Adanech alcaldesa titular con un mandato quinquenal

Ahora bien, el gran reto, con perspectivas a medio-largo plazo, de Addis Abeba era y es llevar a la práctica su primer Plan de Acción Climática (PAC) hacia una ciudad climáticamente resiliente, inclusiva y con cero emisiones netas de efecto invernadero para 2050, año en que la población de Etiopía podría superar los 200 millones (duplicando exactamente los habitantes que había en 2014). Los formidables crecimiento demográfico y expansión urbanística de la capital etíope, donde viven ya un cuarto de los habitantes no rurales del país, multiplican la vulnerabilidad ambiental a fenómenos climáticos extremos y alternantes.

El PAC 2021-2025 de Addis Abeba, un exhaustivo documento de 149 páginas, está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y la Acción Nacional sobre el Cambio Climático del Gobierno de Etiopía, signatario que es del Acuerdo de París y comprometido con la limitación de los gases contaminantes un 53,5% para 2030. Más en particular, el PAC ha sido desarrollado en el marco del programa Climate Action Planning Africa, lanzado en 2017 por el Grupo de Liderazgo Climático C40 Cities. Como parte de dicho programa, Addis Abeba es firmante del llamado Deadline 2020, cuyo punto central es la consecución de la neutralidad carbónica en 2050 a más tardar, con objetivos intermedios a alcanzar en 2030 y 2035. En su caso, Addis Abeba tiene fijados objetivos graduales de topes de emisiones en los años 2030 y 2040.

Las acciones de adaptación para las metas del PAC de Addis Abeba están definidas por la Evaluación de Riesgos de Cambio Climático (CCRA, por su sigla en inglés), que plantea tres grandes contingencias naturales: las inundaciones y los deslizamientos de tierra, favorecidos por la peculiar topografía de la ciudad; el calor extremo y las olas de calor; y, como corolario de lo anterior, los períodos de sequía.

La CCRA identifica siete áreas en las que emprender acciones de adaptación: la planificación urbana, de manera que todos los nuevos inmuebles y viviendas estén preparados para el "impacto físico" de los fenómenos climáticos extremos que puedan producirse en 2050, y la cobertura verde neta de la ciudad se incremente un 10% en 2025 y un 20% en 2030; la salud, favorecida por la asignación del 30% de la superficie urbana a los espacios verdes, grandes reductores del efecto isla de calor y del daño de las inundaciones por su capacidad de absorber las precipitaciones; los "ecosistemas críticos", sobre que todo vecino disponga para 2030 y en un radio de 500 metros hasta su casa de una zona verde no inferior a las 0,3 hectáreas; las infraestructuras, cuya resiliencia climática tendrá que mejorar un 50% o el 100% dependiendo de si son viejas o nuevas; el agua, cuya disponibilidad deberá aumentar para 2030 un 40% en cuanto a litros per cápita; y la seguridad alimentaria, con el incremento en un 50% de la participación de la agricultura en el PIB de la ciudad.

Un terreno fundamental es el de la energía, a gestionar con arreglo a una serie de "acciones de mitigación". Estas operan en: la generación, acelerando la transición a las fuentes renovables y en particular la fotovoltaica, tal que en 2030 todas las edificaciones residenciales y comerciales de nueva construcción aprovechen la radiación solar para el suministro eléctrico y el agua caliente, y en 2050 la práctica totalidad de las cubiertas de los inmuebles tengan placas solares; la movilidad urbana, impulsando los medios no motorizados y los vehículos no dependientes de los combustibles fósiles, de manera que para 2050 el uso del coche privado haya caído del 10,8% al 1,2%, todos los autobuses estén electrificados y el 80% de todos los desplazamientos se hagan a pie o en bicicleta; la eficiencia del alumbrado público, con la generalización de las farolas LED; y el tratamiento de residuos, desarrollando el reciclaje de papel y plástico, y el compostaje de basuras orgánicas.

Por otro lado, la alcaldesa Adanech se proyecta como una aliada del primer ministro Abiy en el contexto de los conflictos étnico-comunitarios que con dimensiones de guerra civil vienen desgarrando la República Democrática Federal de Etiopía: el de la Región de Tigré, el más violento y precariamente apaciguado en noviembre de 2022; y el de la Región de Oromia, de la cual Addis Abeba es asimismo capital, que sigue activo. Su administración local, asegura Adanech, busca, además de la sostenibilidad socio-ambiental, "revertir el radicalismo" que difunden grupos nacionalistas de la oposición armada como el Ejército de Liberación Oromo, considerado organización terrorista por el Gobierno del Partido de la Prosperidad. Para la comunidad étnica amhara, en cambio, el Ayuntamiento aplica una agenda política que favorece tendenciosamente el elemento cultural y social oromo.

(Cobertura informativa hasta 17/1/2023)