La inmigración, convertida en arma política

El rechazo al inmigrante crece donde menos inmigración hay. Para Blanca Garcés, investigadora senior de CIDOB experta en migraciones, hay una diferencia muy clara entre las percepciones, que tienen que ver con los miedos, y los datos: “Hay una tendencia a sobreestimar el número de inmigrantes, pensar que son más distintos (en lo cultural y religioso) de lo que realmente son y considerarlos económicamente mucho más marginales —menos educados, más desempleados y más dependientes de ayudas sociales— de lo que dicen las estadísticas”.

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