Zoran Zaev

Zoran Zaev, líder de la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM), se convirtió en primer ministro el 31 de mayo de 2017 tras tres años de seria inestabilidad política que ha puesto a prueba la solidez democrática del pequeño país balcánico. El entonces líder de la oposición no reconoció los resultados de las elecciones legislativas de 2014, que supusieron la cuarta derrota consecutiva de su formación. En febrero de 2015 reveló una vasta trama de escuchas ilegales orquestada presuntamente por el primer ministro y jefe del partido conservador VMRO-DPMNE, Nikola Gruevski, ya blanco de acusaciones de corrupción y abuso de poder. En julio siguiente, Zaev suscribió con Gruevski el Acuerdo de Przino en un intento, auspiciado por la UE, de terminar con la peligrosa escalada de tensión aderezada de mutuas imputaciones de golpismo. Y en noviembre del mismo año, el dirigente socialdemócrata aportó ministros a un Gobierno de gran coalición. Entre tanto, Macedonia vivía en sus fronteras la crisis de los refugiados.

En 2016 Zaev retomó la beligerancia, a través de protestas callejeras, como reacción por las maniobras corporativistas de Emil Dimitriev, el primer ministro interino investido tras la dimisión pactada de Gruevski y en cuyos gobiernos la SDSM entró y salió dos veces, y el presidente de la República afín a la VMRO-DPMNE, Gjorge Ivanov. Los socialdemócratas, por solo dos escaños, volvieron a quedar segundos en las elecciones anticipadas y dos veces pospuestas de diciembre de 2016, aunque Zaev fue capaz de articular una alternativa de Gobierno mayoritario en coalición con dos partidos de la minoría albanomacedonia. En marzo de 2017 Ivanov se negó a conferirle el mandato gubernamental alegando que su alianza con los partidos albaneses ponía en riesgo la "integridad" del país, pero en mayo las presiones internacionales obligaron al presidente a levantar su veto al opositor.

El nuevo primer ministro, que devuelve a su partido al poder perdido vía elecciones en 2006, ha explicado que su máxima prioridad es conseguir la entrada del país en la UE y la OTAN, doble apuesta integradora que la enquistada disputa con Grecia por el nombre oficial de Macedonia mantiene en el congelador; al igual que Albania y a diferencia de Serbia y Montenegro, Macedonia es candidato oficial a ingresar en la UE, pero, 12 años después de obtener ese estatus, las negociaciones de adhesión no han comenzado todavía. Para ello, Zaev pisará el acelerador en las reformas estructurales de la economía, la administración y la justicia, así como en la lucha contra la criminalidad y la corrupción, salvando el preocupante rezago puesto de relieve por la Comisión Europea. Ahora, el temor es que la VMRO-DPMNE de Gruevski, erigida en valedora de la mayoría eslavomacedonia con retórica nacionalista, le pague a Zaev con su misma moneda y, a golpe de denuncias y algaradas, mine su labor de gobierno. Un aviso de esta estrategia podría ser la erupción de violencia del 27 de abril, cuando una turba furiosa por la elección como presidente de la Asamblea de un miembro del DUI, uno de los partidos albaneses coaligados con la SDSM, asaltó el hemiciclo y agredió a Zaev.


(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 5/6/2017. El 3/1/2020 Zoran Zaev, de resultas de la negativa de la UE a fechar las negociaciones para el ingreso de Macedonia del Norte, renunció a la jefatura del Gobierno y cedió el puesto al hasta entonces ministro del Interior, Oliver Spasovski. Sin embargo, Zaev mantuvo la condición de líder de la SDSM, gobernante ahora en gran coalición interina con la VMRO-DPMNE. La alianza encabezada por la SDSM, Podemos, ganó con mayoría simple las elecciones legislativas anticipadas del 15/7/2020. Como resultado, Zaev recuperó el puesto de primer ministro, al frente de un nuevo Gobierno de coalición con la minoría albenesa, el 30/8/2020. Zaev volvió a presentar la dimisión el 22/12/2021 como reacción por los pésimos resultados de su partido en las elecciones municipales. La renuncia fue aceptada por la Asamblea, que el 16/1/2022 invistió nuevo primer ministro a Dimitar Kovacevski, previamente elegido líder de la SDSM).

1. Dirigente de la socialdemocracia macedonia
2. Actor principal de una acerada pugna con los gobiernos conservadores
3. Ajustado resultado electoral en 2016, fallido veto del presidente Ivanov y primer ministro en 2017 en coalición con la minoría albanesa


1. Dirigente de la socialdemocracia macedonia

Nacido en Strumica, en la parte oriental del país, en 1974, los años de la segregación nacional de la Yugoslavia socialista y la creación, pacífica pero tortuosa, del Estado macedonio soberano internacionalmente reconocido los vivió a caballo entre la escuela y la Universidad Santos Cirilio y Metodio de Skopje. En 1997 se licenció en Economía y luego obtuvo un posgrado de especialidad en Moneda y Finanzas. Su militancia en la Unión Social Demócrata de Macedonia (SDSM), el partido poscomunista creado en 1991 por Kiro Gligorov, presidente de la República y padre de la Macedonia independiente, y Branko Crvenkovski, primer ministro desde 1992, le abrió las puertas de la función política, al principio en la sección local de la SDSM en Strumica. Como profesional privado, durante seis años ejerció en Trgoprodukt, una empresa del ramo de la alimentación radicada en su ciudad, primero como economista y finalmente como director general de la firma. Al mismo tiempo, fue miembro de varias juntas corporativas locales.

Zaev dio el salto a la política nacional en 2003 al ser seleccionado por su partido para cubrir una baja de diputado en la Sobranie o Asamblea. En aquellos momentos, la SDSM, bajo el liderazgo de Crvenkovski, luego elegido presidente de la República, volvía a ser el primer partido parlamentario y el núcleo del Gobierno de coalición de resultas de las elecciones de septiembre de 2002. El paréntesis político comprendido por el final de la primera ejecutoria gubernamental de la SDSM en 1998 y el arranque de la actual había estado dominado por su adversario del campo nacionalista liberal-conservador, la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE) de Ljubco Georgievski.

En marzo de 2005, cuando el Gobierno y el partido los dirigía Vlado Buckovski, Zaev cesó en la Asamblea y estrenó su nuevo mandato electoral de alcalde de Strumica. El segundo período de Gobierno de los socialdemócratas llegó a su fin al resultar vencedora la VMRO-DPMNE, ahora conducida por Nikola Gruevski, en las elecciones generales de julio de 2006. En noviembre siguiente, Buckovski, al que luego iba a estallarle un escándalo de corrupción que iba a terminar costándole un condena carcelaria, hubo de dejar paso en la presidencia de la SDSM a la ex viceprimera ministra Radmila Sekerinska, mudanza en la cúpula que incluyó el ascenso de Zaev a la posición de vicepresidente orgánico.

El liderazgo de Sekerinska quedó en entredicho al tropezar de nuevo los socialdemócratas en las elecciones anticipadas del 1 de junio de 2008, que depararon a su Coalición por Europa la pérdida de cinco escaños, pasando de 32 a 25, mientras que el bloque de Gruevski saltó hasta una mayoría absoluta de 63 diputados. Este nuevo reparto de fuerzas muy favorable a los conservadores no obstó a la conformación de un nuevo Gobierno de coalición, tal como solicitaba la UE (que en 2005 había otorgado al balcánico el estatus oficial de país candidato a la adhesión), a fin de ahorrarle a Macedonia tensiones interétenicas (no del todo superadas desde la cuasi guerra civil sufrida en 2001), entre la VMRO-DPMNE y representantes de la minoría albanomacedonia, en esta ocasión los del partido Unión Democrática para la Integración (DUI/BDI).

En un Congreso partidario celebrado en septiembre de 2008 Sekerinska cesó en su puesto y Zaev fue el encargado de llevar las riendas de la SDSM mientras durase el mandato como presidente de la República de Crvenkovski, quien notificó su deseo de retornar a la jefatura de la colectividad por él fundada. El 12 de mayo de 2009 Crvenkovski cedió la jefatura del Estado al mandatario electo, Gjorge Ivanov, académico no afiliado pero próximo a la VMRO-DPMNE, y acto seguido reasumió el mando de la SDSM. Zaev se mantuvo como el número dos del primer partido de la oposición.

Las fortunas electorales mejoraron, pero no decisivamente, para la SDSM teniendo otra vez de conductor a un político de la experiencia y con los contactos europeos de Crvenkovski. En un contexto de progresivo deterioro de las relaciones con la VMRO-DPMNE y el Gobierno Gruevski, acusados de saltarse el Estado de derecho con un abanico de maniobras abusivas, los socialdemócratas consiguieron arrancar al oficialismo un adelanto de los comicios para el 5 de junio de 2011. Las votaciones, sin embargo, decepcionaron sus expectativas, pues ascender hasta los 42 escaños no les resultó suficiente para imponerse a los conservadores. Recostado en la mayoría que le proporcionaba el pacto con la DUI, Gruevski alineó su tercer Gobierno en julio de 2011.

La contundente derrota de la SDSM y sus satélites en las elecciones municipales de marzo y abril de 2013 dieron la puntilla al ya cuestionado liderazgo de Crvenkovski, quien se resignó a arrojar la toalla. Era la hora del recambio por Zaev, uno de los pocos cargos municipales del partido que habían conservado el poder en sus respectivas plazas en las pasadas municipales (en su caso, ya iba por el tercer mandato en Strumica) y al que los delegados del XIV Congreso del partido celebrado en la capital país otorgaron la jefatura el 2 de junio, escogiéndole sobre sus rivales Zoran Jovanovski y Kire Naumov.


2. Actor principal de una acerada pugna con los gobiernos conservadores

La llegada del treintañero Zaev al liderazgo de la oposición parlamentaria de Macedonia se tradujo en un agravamiento de las pendencias entre la SDSM y la VMRO-DPMNE. Al cabo de una bronca campaña, los socialdemócratas sucumbieron por cuarta vez consecutiva en las legislativas del 27 de abril de 2014. La adjudicación de 34 escaños, ocho menos que en 2011, frente a los 61 obtenidos por la VMRO-DPMNE fue contestada por Zaev, quien tampoco reconoció el desenlace del balotaje, disputado en la misma jornada, de las elecciones presidenciales, vueltas a ganar por Ivanov frente al candidato postulado por la SDSM, Stevo Pendarovski. Según el opositor, el Gobierno había manipulado las votaciones mediante "amenazas, chantajes y compras masivas de votos".

En junio de 2014 Gruevski inauguró su cuarto Gobierno de coalición, pero siguió recibiendo el fuego graneado de Zaev, quien le echaba en cara los casos de corrupción aflorados en el oficialismo, sus "mentiras a los ciudadanos", su "autoritarismo" y su "abuso de todo el sistema del Estado". En enero de 2015 Gruevski contraatacó acusando a su vez al socialdemócrata de, nada menos, "conspirar con un servicio de inteligencia extranjero para derribar el Gobierno".

En febrero Zaev echó más leña al fuego poniendo al primer ministro de auténtico peligro para el imperio de la ley, la separación de poderes, la prensa libre y, en suma, la democracia. Como pruebas de esta grave imputación, el socialdemócrata presentó a los medios las "bombas" de una supuesta lista negra de periodistas que según él estaban siendo espiados por el Gobierno, así como extractos de unas supuestas conversaciones filtradas en las que Gruevski y varios altos funcionarios discutían medidas para interferir en la justicia y amordazar a la prensa crítica. El "programa de espionaje masivo" montado por los servicios secretos tendría pinchados ilegalmente los teléfonos de hasta 20.000 ciudadanos, incluidos políticos, periodistas, policías, jueces, autoridades religiosas y hasta diplomáticos extranjeros.

"Lo que ahora mismo está sucediendo en Macedonia es pura maldad, y esa maldad se tiene que ir", afirmó Zaev en un rapto de retórica. En estas circunstancias, añadió el opositor, la SDSM no tenía más remedio que interponer sendas demandas criminales contra Gruevski y su primo Sasho Mijalkov, director desde 2006 de la Administración para la Seguridad y la Contrainteligencia (UBK). El primer ministro arremetió contra lo que le parecía un intento de "chantaje" con pruebas falsas y reiteró la acusación a Zaev de pretender derrocarle conculcando las leyes y la Constitución.

En mayo de 2015 el panorama político tomó un cariz definitivamente alarmante al estallar en la ciudad norteña de Kumanovo unos violentos choques armados, con el resultado de 14 facciosos y ocho policías muertos, entre las fuerzas de seguridad y un grupo de pistoleros que las autoridades identificaron como antiguos guerrilleros albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), y, al mismo tiempo, iniciarse en Skopje una agresiva campaña de protestas y manifestaciones orquestada por la SDSM y dirigida a forzar la dimisión del Gobierno.

La delicada situación en Macedonia empujó a la UE, representada por Johannes Hahn, el comisario de Política Europea de Vecindad y Negociaciones de Ampliación, a abrir un proceso de mediación urgente entre Zaev y Gruevski. Este desembocó el 15 de julio en el llamado Acuerdo de Przino, cuyos puntos clave eran la inmediata inclusión de miembros de la SDSM en el Gobierno y la renuncia diferida de Gruevski, quien en enero de 2016 tendría que dejar paso a un Gobierno interino encargado de convocar elecciones anticipadas para el 24 de abril de ese año. Además, el Ejecutivo se comprometía a nombrar un fiscal público especial encargado de investigar el escándalo de las escuchas ilegales.

Zaev acogió positivamente la selección de Katica Janeva como fiscal especial, pero luego se quejó de que varios de los juristas propuestos para integrar su equipo eran personas próximas a la VMRO-DPMNE, lo que imposibilitaba una investigación rigurosa e independiente de la trama de espionaje. El 4 de noviembre pudo completarse el panel de fiscales para relativa satisfacción de todas las partes y el 11 del mismo mes dos miembros de la SDSM se incorporaban al Gobierno, por el momento todavía mandado por Gruevski, con el visto bueno de la Sobranie: su secretario general, Oliver Spasovski, como ministro del Interior en lugar de Mitko Chavkov, y Frosina Remenski como titular de la cartera de Trabajo y Política Social, relevando al también miembro de la VMRO-DPMNE Dime Spasov.

Gruevski hizo honor a lo que le tocaba del Acuerdo de Przino y el 15 de enero de 2016 presentó la dimisión. Tres días después, la Sobranie invistió para el puesto de jefe del Gobierno interino al secretario general de la VMRO-DPMNE, Emil Dimitriev, cuyo Gabinete de gran coalición apenas difirió del anterior, con ministerios para su formación, la SDSM, la DUI y el pequeño Partido Unido para la Emancipación (OPE), representante de la minoría romaní.

Todo parecía encarrilado en la cuenta atrás para los comicios adelantados al 24 de abril, pero este horizonte electoral quedó trastocado a los pocos días por la decisión de Zaev de boicotear la consulta al considerar que no se daban las debidas garantías de limpieza y transparencia para celebrarla. "No podemos tener elecciones justas y democráticas sin tiempo para confeccionar una lista electoral y sin una regulación sólida sobre las libertades de los medios", adujo Zaev en su comunicado de boicot.

La reacción inicial de la Sobranie, donde la VMRO-DPMNE y sus aliados poseían la mayoría absoluta con la adición de los 17 diputados de la DUI, fue negarse a posponer las elecciones y mantener la fecha del 24 de febrero como la de la disolución de la Cámara y la terminación de la legislatura. Además, Gruevski, al que favorecían los sondeos, iba a ser de nuevo cabeza de cartel, circunstancia que para los socialdemócratas suponía una burla del espíritu de Przino, por más que el Acuerdo no imponía obligaciones a Gruevski más allá de su dimisión como primer ministro, ya producida, en enero. Sin embargo, en un segundo tiempo, los diputados de la VMRO-DPMNE decidieron retrasar el proceso preelectoral hasta el 5 de junio. Tampoco esta fecha satisfizo a Zaev: el plazo le seguía pareciendo demasiado corto para corregir los defectos detectados en las listas del censo, así que mantenía su boicot electoral.

Al poco, el 12 de abril, el presidente Ivanov soliviantó aún más los ánimos de Zaev y los socialdemócratas por su discutible decisión de, al amparo de sus prerrogativas constitucionales y con el argumento de que era menester "terminar con la agonía" que este descomunal escándalo político le estaba produciendo al país, decretar un perdón para 56 políticos de la VMRO-DPMNE, con Gruevski a la cabeza, que estaban siendo objeto de investigaciones judiciales por su presunta implicación en la red de espionaje telefónico.

La anulación presidencial de las diligencias penales emprendidas por la Fiscalía Especial volvió a echar a la calle a decenas de miles de iracundos manifestantes con el aliento de la SDSM, esta vez para exigir las dimisiones tanto de Ivanov como de Dimitriev, considerados cómplices de una descarada operación partidista de encubrimiento e impunidad. Sin embargo, la VMRO-DPMNE insistía en que él también estaba interesado en esclarecer el asunto de las escuchas. Desde el exterior, llegaron las recriminaciones y las advertencias de los gobiernos de la UE y la OTAN, lo que fue presentado por Zaev como un espaldarazo internacional a sus tesis, en tanto que Rusia se puso de parte del Ejecutivo.

Dimitriev y su Gabinete aguantaron la embestida popular azuzada por los socialdemócratas, pero en mayo el Tribunal Constitucional, en respuesta a un recurso presentado por la DUI, dictaminó que la disolución parlamentaria de abril había violado la Carta Magna, obligando a la Sobranie a desconvocar las elecciones de junio. La decisión de los diputados revestía de una temporalidad indefinida la interinidad de Dimitriev. El primer ministro, en otro gesto unilateral del oficialismo que no contribuyó a apaciguar el enfado de Zaev, propuso a la Sobranie la destitución de los dos ministros socialdemócratas de su Gobierno, Spasovski y Remenski, y su reemplazo por sus segundos en los ministerios, miembros ambos de la VMRO-DPMNE. La mudanza se produjo el 19 de mayo para escándalo del líder de la SDSM.

Urgidas desde las capitales de la UE y la OTAN, las partes se plegaron a un diálogo para desbloquear el fenomenal galimatías político y celebrar unas elecciones que ya habían sido pospuestas dos veces. El 31 de agosto de 2016 Gruevski, Zaev, Ali Ahmeti por la DUI y Menduh Thaçi por la otra fuerza albanomacedonia importante, el Partido Democrático de los Albaneses (DPA), acordaron que las votaciones tuvieran lugar el 11 de diciembre y que las mismas fueran organizadas por un nuevo Gobierno interino cuya jefatura fue encomendada igualmente a Dimitriev y que el 2 de septiembre echó a andar con la reincorporación de los ministros socialdemócratas despedidos en mayo, Spasovski y Remenski.


3. Ajustado resultado electoral en 2016, fallido veto del presidente Ivanov y primer ministro en 2017 en coalición con la minoría albanesa

Las elecciones que debían poner término a dos años y medio de bronca política y agitación callejera casi continuas, arrastradas desde las contestadas votaciones de 2014, no cumplieron su propósito. Una vez escrutadas las papeletas, la polarizada Macedonia se topó con un virtual empate entre los bloques del centro-derecha comandado por la VMRO-DPMNE y el del centro-izquierda de la SDSM: los de Gruevski, ganadores en puridad, habían sacado el 39,4% de los votos y 51 escaños, y los de Zaev el 37,9% y 49.

Zaev, que en la misma noche electoral, tras conocer los primeros resultados parciales, celebró con sus huestes la "caída del régimen", reclamó su derecho a formar el próximo Gobierno sobre la base de un principio de acuerdo con la DUI y el Movimiento Besa (LB) de Bilall Kasami, nuevo partido emergente de la comunidad albanesa. Este tripartito daría una mayoría absoluta de 64 diputados; en cambio, la VMRO-DPMNE y sus satélites no pasaban de la mayoría simple. El 22 de diciembre Zaev renunció a la alcaldía de Strumica que ostentaba desde 2005 y una semana más tarde retiró a sus dos ministros del segundo Gobierno Dimitriev.

El 1 de marzo de 2017 Ivanov volvió a conmocionar el curso político con un paso en falso: alegando que Zaev había basado sus negociaciones poselectorales en una "plataforma forjada por un Estado extranjero" que implicaba "la destrucción de la soberanía, la integridad y la independencia de la República de Macedonia", él, ejerciendo sus derechos presidenciales, negaba al líder socialdemócrata el mandato gubernamental.

Las referencias implícitas de Ivanov a la vecina Albania y a la atribuida capacidad del Gobierno socialista de Tirana para, valiéndose como instrumentos de los partidos étnicos locales que reclamaban para su comunidad unos derechos culturales y económicos de mayor alcance que los otorgados por el Acuerdo constitucional de Ohrid de 2001, injerirse en los asuntos de Macedonia daban eco a las denuncias de la VMRO-DPMNE, que, erigida en paladín de la mayoría eslavomacedonia y la unidad nacional supuestamente amenazada, se movilizó en contra de un Gobierno formado por Zaev y Ahmeti. Gruevski ofreció acudir a unas nuevas elecciones en cuya campaña se expondría abiertamente el peligro de la "plataforma albanesa", que según los conservadores buscaba una federalización étnica de Macedonia y servía al proyecto soterrado de la Gran Albania.

En su discurso del primero de marzo, Ivanov citó otro impedimento técnico para no encargar la formación del Gobierno a Zaev, que los diputados no habían elegido todavía a un presidente de la Asamblea, quien era el responsable de informarle sobre si existía o no una mayoría parlamentaria sobre la que fundar el Gobierno entrante. Para neutralizar la tentativa de "golpe constitucional" de Ivanov, Zaev y sus aliados hicieron elegir presidente de la Sobranie, el 27 de abril, con 67 votos y en sustitución de Trajko Veljanovski (VMRO-DPMNE), a Talat Xhaferi, miembro de la DUI, ex comandante del Ejército macedonio desertado a la insurgencia albanesa de 2001 y, sin contradicción con el registro anterior, ministro de Defensa con Gruevski entre 2013 y 2014.

El movimiento, perfectamente legal, sirvió de pretexto a los sectores más exaltados de la derecha eslavomacedonia para acusar a Zaev y sus socios de la "plataforma albanesa" de perpetrar un "golpe de Estado" y para emprender una acción de fuerza. Gruevski, al parecer deseoso de tomarse la revancha contra Zaev por toda su labor de zapa sufrida entre 2014 y 2016, no vaciló en ponerse a la cabeza de los denunciantes. Antes de terminar la jornada, la protesta se le fue de las manos a la VMRO-DPMNE porque una turba de 200 manifestantes, venciendo con violencia el cordón de seguridad de la Policía antidisturbios, consiguió entrar en el recinto de la Sobranie y llevar los disturbios al hemiciclo, donde dirigieron su furia contra los diputados de la SDSM y los partidos albaneses. Durante unos minutos, hasta que los policías consiguieron repeler a los asaltantes, la Asamblea fue un pandemónium de gritos, puñetazos y objetos volando. Zaev resultó herido leve en la refriega antes de que sus escoltas pudiera evacuarlo de la sala. En las imágenes pudo vérsele con una brecha en la frente, de la que manaba abundante sangre.

Tras esta cruda exhibición de la tensión política instalada en Macedonia, Ivanov, en el punto de mira internacional, no tuvo más remedio que dar su brazo a torcer y levantar el veto institucional. El 17 de mayo de 2017 el jefe del Estado encargó la formación del Gobierno a Zaev, quien le daba garantías de que ninguna "plataforma" comunitaria de base étnica iba a poner en riesgo la unidad, la soberanía y la integridad nacionales. Al final, el Movimiento Besa declinó ser el tercer socio del Gobierno, sin el cual Zaev no dispondría de mayoría absoluta, pero el líder socialdemócrata consiguió suplirlo por la más pequeña Alianza por los Albaneses (AA) de Ziadin Sela. La fórmula SDSM-DUI-AA sumaba 62 escaños, una mayoría absoluta bastante exigua. El último día del mes el nuevo Gabinete de coalición fue aprobado por la Sobranie con 62 votos a favor, 44 en contra y cinco abstenciones, tras lo cual entró en funciones.

Dos de los cuatro partidos albanomacedonios presentes en la Sobranie, el LB y el DPA, rehusaron apoyar al Ejecutivo de Zaev, que presentaba la siguiente composición: 11 puestos para la SDSM, incluidos los ministerios de Defensa, para Sekerinska, Interior, para Spasovski, Exteriores, para Nikola Dimitrov, y Finanzas, para Dragan Tevdovski; seis para la DUI; dos para la AA; y sendos ministros sin cartera para cuatro pequeños socios de la alianza electoral de 2016, a saber, el Nuevo Partido Social Demócrata (NSDP), el Partido Liberal Demócrata (LDP), el Partido para el Movimiento de los Turcos en Macedonia (PDT) y el Partido por la Emancipación Completa de los Romaníes (PCER). Zaev se hizo flanquear por tres viceprimeros ministros, un independiente, Koco Angjushev, y dos miembros de la DUI, Hazbi Lika y Bujar Osmani. 

En su discurso de investidura en la Sobranie, Zaev entonó una narrativa previsible de unidad y reconciliación: "Seré un primer ministro para todo el mundo. Les anuncio un Gobierno responsable, reformista y europeo (...) No quiero ni venganza ni revanchismo, pero todos serán responsable de sus actos (...) Lideraré un Gobierno reformista fundado en tres principios: la economía, la justicia y unas instituciones fuertes. Nuestro objetivo es entrar en la UE y en la OTAN en el más corto plazo posible", fueron algunas de las aseveraciones pronunciadas ante los diputados de Zaev, quien no olvidó mencionar su disposición a legislar reformas para otorgar más derechos a la minoría albanesa.

Zoran Zaev está casado con Zorica Zaeva y tiene dos hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/6/2017)