Tamás Sulyok

El presidente del Tribunal Constitucional de Hungría, Tamás Sulyok, candidato sorpresa del oficialismo, fue elegido presidente de la República el 26 de febrero de 2024. La investidura de Sulyok por la Asamblea Nacional con 134 votos a favor, cinco en contra y el boicot de la mayoría de los diputados de la oposición se produjo a renglón seguido de su aceptación de la renuncia de la titular del cargo, Katalin Novák. Elegida en 2022, Novák comunicó su dimisión el 10 de febrero, saliendo al paso del escándalo suscitado por la revelación de la concesión en 2023 del perdón presidencial al subdirector de un orfanato que había sido condenado y encarcelado por encubrir actos de pedofilia cometidos por su jefe.

Sulyok, un juez que por su magistratura no tiene filiación partidaria pero que en su década de ejercicio en el Tribunal Constitucional ha mostrado sintonía con las políticas nacional-conservadoras y "democristianas iliberales" del primer ministro Viktor Orbán, ha tomado posesión el 5 de marzo de una oficina ejecutiva cuya naturaleza solo simbólica y ceremonial se verá sin duda más acentuada si cabe. 

El presidente de la Asamblea, László Kövér, un fiel escudero de Orbán, llevó las funciones de la jefatura del Estado durante ocho días. Ya en 2012 Kövér cubrió otra interinidad institucional de resultas de la marcha prematura en circunstancias bien distintas —la retirada de su título de doctor entre acusaciones de plagio— de Pál Schmitt. Políticamente inexperto, Sulyok es el séptimo presidente que ha tenido Hungría desde las primeras elecciones democráticas en 1990 y a diferencia de sus tres predecesores sucesivos, Schmitt, János Áder y Novák, no procede del partido derechista de Orban, el Fidesz-MPSz.

En sus primeras palabras como presidente, Sulyok subrayó la tesis nacionalista, implícitamente sostenida por el Gobierno Orbán, de que "la soberanía es un concepto indivisible", que esta recae exclusivamente en los estados y que dicho monopolio incluye el terreno normativo y legal; a su entender, los estados miembros de la UE "no transfieren soberanía a la Unión, sino competencias", cuyo ejercicio en conjunto resulta "más efectivo" que si se hiciera por separado.

(Texto actualizado hasta 5 marzo 2024)


El currículum de Tamás Sulyok, que el 24 de marzo cumplirá 68 años, es de todo punto convencional así como sucinto en extremo. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Szeged, entre 1982 y 1991 ejerció de asesor legal y posteriormente se dedicó a la abogacía en dos bufetes de socios. Adquirió una especialidad en Derecho Europeo. En 2000 fue nombrado cónsul honorario de Austria en Szeged, municipio del que llevaba la representación legal, y desde 2005 compaginó su profesión jurídica y la docencia de Derecho Constitucional en su antigua facultad. En 2013 adquirió el título académico de doctor. En septiembre de 2014 la Asamblea le nombró miembro del Tribunal Constitucional, en marzo de 2015 obtuvo la condición de vicepresidente y en noviembre de 2016 se convirtió en presidente del Tribunal por decisión parlamentaria, sucediendo a Barnabás Lenkovics.

La embarazosa crisis desatada por el indulto al reo Endre Kónya, concedido en abril de 2023, durante la vista del papa Francisco, pero no conocido hasta ahora, la subsiguiente renuncia de Novák y la dimisión también forzosa como diputada de la ex ministra de Justicia Judit Varga, quien en su momento convalidara el polémico perdón presidencial, le ha sobrevenido al Gobierno Orbán cuando se aproxima al ecuador de la legislatura alumbrada por los comicios de 2022. 

Entonces, el Fidesz-MPSz, imbatible en las urnas, y su adlátere habitual, el KDNP, cosecharon su cuarta mayoría absoluta consecutiva (una supermayoría de dos tercios concretamente, récord inigualado en los anales naciones de la UE) esgrimiendo entre otros el mensaje de grandes valedores de la familia, la infancia y las costumbres tradicionales. En 2021 la Asamblea húngara aprobó una ley que prohíbe hablar de la homosexualidad en las escuelas, así como exponer a los menores a la pornografía y a cualquier contenido enfocado en las temáticas LGBT.

De ahí la resonancia alcanzada por este indulto concedido por Novák, tan identificada con el programa social y natalista de su partido, y ratificado por la también caída en desgracia Varga, quien sonaba para cabeza de lista del Fidesz-MPSz en las elecciones al Parlamento Europeo. El perdón a Endre Kónya (condenado a tres años de prisión, mientras que al director del Hogar Infantil Kossuth Zsuzsa de Bicske y autor de los actos de pederastia por él encubiertos le cayeron ocho años) les resultó incomprensible a muchos fieles votantes de Orbán.

De paso, el indulto ha sido tachado de ejercicio de hipocresía por los partidos opositores, que inquieren por qué tomó tal decisión la presidenta, cuya marcha exigieron miles de ciudadanos en las calles, y señalan a posibles inductores. La oposición reclama además una reforma exprés de la Constitución para que el presidente de la República sea elegido directamente por los ciudadanos. En una salida típicamente populista, Orbán ha procurado calmar el malestar de sus propios partidarios con la promesa de una enmienda constitucional que prohíba expresamente las medidas de clemencia presidencial para los condenados por abusar de menores de edad.

Entre tanto, el primer ministro húngaro, el más veterano gobernante de la UE, en el poder desde 2010, continúa su interminable batalla con las instituciones europeas. Son ya muy numerosos los episodios de choque frontal a causa de una serie de políticas internas, de sesgo autoritario e incompatibles con el Estado de derecho, la protección de los derechos fundamentales y la gobernanza democrática en opinión de Bruselas. También por posicionamientos de alcance exterior, al entonar Budapest un discurso contracorriente frente a la guerra Rusia-Ucrania que no lleva al terreno de los hechos la condena meramente verbal de la invasión perpetrada en 2022.

Así, Orbán, quien se proclama "orgulloso" de su relación privilegiada con Putin, viene poniendo obstáculos a los sucesivos paquetes de sanciones de los 27 contra Rusia y condicionando las asistencias no humanitarias a Ucrania a la previa liberación de los fondos europeos que Bruselas mantiene retenidos a Hungría, como penalización por sus políticas domésticas contrarias al marco jurídico y las decisiones de la UE.

En diciembre de 2023 Orbán optó por ausentarse de la reunión del Consejo Europeo que aprobó el inicio de las negociaciones de adhesión de Ucrania (según él, Kyiv está "a años luz" de convertirse en Estado miembro), pero acto seguido, pese a un desbloqueo parcial de 10.000 millones en fondos correspondientes a su país, interpuso su veto al desembolso del salvavidas de 50.000 millones de euros. 

En el Consejo Europeo del 1 de febrero de 2024 Orbán se plegó a desbloquear esta ayuda económica a Ucrania, si bien mantuvo su rechazo frontal a la asistencia militar a Kyiv con el argumento de que eso solo servirá para prolongar la mortífera guerra desatada por Rusia y cerrar la vía a algún tipo de "arreglo" negociado. El primer ministro se muestra muy escéptico también con un futuro ingreso de Ucrania en la OTAN, algo que según él no es viable porque "jamás" será aceptado por Moscú. Orbán, tras meses de maniobras dilatorias, terminó por someter a la Asamblea la ratificación nacional del ingreso de Suecia en la OTAN. La primera decisión de Sulyok como presidente, el 5 de marzo, fue precisamente estampar su firma a este instrumento.

La reforma del poder judicial, del que Sulyok ha sido hasta ahora una de sus máximas autoridades, con el fin de asegurar su independencia de los poderes políticos, se sitúa precisamente en el núcleo de las exigencias que la UE viene haciendo a su díscolo y sancionado Estado miembro. 

En su discurso de jura del cargo, Sulyok, junto con la promesa de máxima "transparencia" institucional por su parte, no olvidó criticar los procedimientos disciplinarios abiertos por la UE contra Hungría y de invocar la soberanía nacional en materia legal con estas palabras: "El concepto jurídicamente correcto de Estado de derecho se pierde, al transformarse de ideal en ídolo en la Europa de hoy, como parte de un enfoque político puramente utilitario". Asimismo, aseguró que "no existen valores europeos independientes de los estados miembros, sino que a partir de los valores constitucionales de los estados miembros se puede desarrollar un sistema de valores europeo común a dichos estados".

(Cobertura informativa hasta 5/3/2023).

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