Soham El Wardini

Dakar, bulliciosa ciudad portuaria con un área metropolitana de 3,6 millones de habitantes, viene destacándose como una de las capitales africanas más activas en el movimiento municipalista internacional. Su alcaldesa desde 2018 es Soham El Wardini, llegada al cargo en sustitución de Khalifa Sall, su mentor político y uno de los principales opositores al Gobierno de Senegal, quien fue condenado a una pena de cárcel por un supuesto fraude de fondos públicos antes de obtener el indulto del presidente de la República, Macky Sall, en septiembre de 2019. Para la liberación de Khalifa Sall, unánimemente valorada como una buena noticia para la democracia senegalesa, resultó decisiva la movilización pacífica conducida por su adjunta y otras figuras de la sociedad civil. El mandato interino de Wardini en principio iba a ser breve, hasta las elecciones que tocaban en 2019, pero los comicios han sido sucesivamente pospuestos debido a una serie de dificultades técnicas, de manera que su ejercicio se va a prolongar durante buena parte de 2021.

La alcaldesa se ha marcado el desafío de hacer de Dakar, descrita por ella como "una de las ciudades más sucias del mundo" cuando se puso al frente del consistorio, una metrópolis limpia y verde, comprometida con la solución de los problemas medioambientales, lo que equivale a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Ejes de esta estrategia son las campañas de sensibilización y concienciación, la implicación de los vecinos en la recogida de residuos (en particular los plásticos), la exploración de las posibilidades del reciclaje con criterios de economía circular y la reforestación de áreas degradadas. Wardini pone un énfasis muy especial en la educación de los niños y en el empoderamiento y autonomía económicos de las mujeres, dos segmentos de la sociedad que ella ve a la vanguardia de este movimiento transformador. El Ayuntamiento de Dakar ha diseñado un marco presupuestario que destina partidas específicas a la promoción del empresariado femenino, sobre todo en el sector agrícola, la conversión de las escuelas en "clubs medioambientales" y el cultivo en microjardines.

Uno de sus caballos de batalla es que las colectividades locales asuman la gestión de los servicios de agua y saneamiento en sus jurisdicciones, área que en Senegal, a diferencia de otros países africanos, es responsabilidad del Gobierno nacional. La alcaldesa reclama la transferencia de esta competencia a los ayuntamientos por pura lógica de proximidad a los ciudadanos y porque los municipios, cree ella, sabrán gestionar mucho mejor las deficientes redes de suministro, alcantarillado y tratamiento de aguas, urgidas de modernización, en aras de un "saneamiento equitativo". En 2020, el empeño de Wardini en someter a Dakar a una limpieza integral era un impulso que empalmó perfectamente con las medidas de higiene y desinfección impuestas por la COVID-19, cuya incidencia en Senegal está arreciando en la segunda ola; al empezar febrero de 2021, el pequeño país francófono de África Occidental sumaba más de 27.000 contagios y superaba los 600 fallecidos, uno de los cuales era el ministro de Cultura, Abdoul Aziz Mbaye, sucumbido al coronavirus el 3 de febrero. "Solidaridad, resiliencia e inclusión social" son, proclama Wardini, los motores de la voluntad de las Dakaroises y los Dakarois para superar la pandemia.

Wardini, que mantiene unas estrechas relaciones con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, es miembro del Consejo Directivo de la red Metrópolis, así como vicepresidenta de la organización Ciudades y Gobiernos Locales Unidos de África (CGLUA) y de la Asociación Internacional de Alcaldes Francófonos (AIMF). Por otro lado, Dakar mira con ilusión su organización en 2026 de los IV Juegos Olímpicos de la Juventud, adjudicados por el COI en 2018 y originalmente previstos para 2022, pero afectados por el retraso de los Juegos de Tokyo hasta 2021. La capital senegalesa hará historia como la primera ciudad africana en hospedar unas olimpiadas en alguna de sus modalidades.


(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 4/2/2021. El ejercicio de Soham El Wardini como alcaldesa de Dakar concluyó el 23/1/2022).

Soham El Wardini, la primera mujer alcalde de Dakar, nació en 1953, siete años antes de la independencia de Senegal, en una comunidad rural de la región occidental de Kaolack, entre la capital del país y la frontera norte con Gambia. Miembro de una familia de una decena de hermanos y hermanas, su madre era una senegalesa analfabeta que luchó para que su prole recibiera una buena formación y su padre, fallecido prematuramente, era un libanés que trabajaba en el comercio de cacahuetes. La joven cursó la educación secundaria en la ciudad de Kaolack y después obtuvo una graduación superior en Inglés en la Universidad Cheikh Anta Diop, o Universidad de Dakar. Según reseñas de la prensa local, cuando tenía 17 ganó el concurso de belleza Miss Senegambia de 1970.

Durante muchos años Wardini se ganó la vida como profesora de inglés, aunque desde joven despuntó en ella un fuerte compromiso cívico y comunitario . En 1999 inició una militancia política en la Alianza de Fuerzas del Progreso (AFP), nuevo partido de orientación socialdemócrata fundado por Moustapha Niasse, antiguo ministro socialista de Asuntos Exteriores con los dos primeros presidentes del país, Léopold Senghor y Abdou Diouf, y que ahora aspiraba a la Presidencia de la República en las elecciones de 2000; aunque Niasse fracasó en ese envite, mas tarde sería nombrado primer ministro por el presidente electo, Abdoulaye Wade, del Partido Democrático Senegalés (PDS).

En 2009 Wardini entró en el círculo de Khalifa Ababacar Sall, político con una amplia experiencia municipal, nacional e internacional, y miembro del Partido Socialista (PS), la fuerza que gobernó Senegal entre 1960 y 2000. Aquel mismo año Sall ganó la alcaldía de Dakar y la maestra de inglés empezó a adiestrarse en la política municipal como adjunta para cuestiones culturales. En 2012 Wardini secundó a Khalifa Sall en su ruptura con el aparato oficialista del PS, controlado por el primer secretario Ousmane Tanor Dieng. Entre otras cosas, Sall reprochaba a Dieng su participación con ministros en el Gobierno del nuevo presidente de la República, Macky Sall, de la Alianza por la República-Yakaar (APR), luego de ser derrotado por este en las elecciones generales. Wardini se convirtió en la principal lugarteniente de Sall, quien organizó la coalición opositora Taxawu Dakar. En las elecciones locales del 29 de junio de 2014 Taxawu Dakar obtuvo la victoria en la capital; Sall fue investido para un segundo mandato de cinco años y su segunda se estrenó como teniente de alcalde.

El 7 de marzo de 2017 el alcalde, fuertemente enemistado con el presidente de su mismo apellido —los dirigentes no tenían ninguna relación de parentesco—, fue detenido bajo la acusación de cometer un desfalco de fondos del Ayuntamiento por valor de 1.800 millones de francos CFA (al cambio, 2,7 millones de euros). Sall ingresó en prisión provisional a la espera de juicio y entonces Wardini, desde el Ayuntamiento, le suplió en funciones. La teniente de alcalde no dudó en ponerse al frente de la movilización de los partidarios de Sall que defendían su inocencia y exigían su excarcelación, por lo que tuvo encontronazos con la Policía. Ella se consideraba una mera gestora de los asuntos municipales y todas las semanas iba a la penitenciaría de Rebeuss para recibir instrucciones de su jefe preso.

El 30 de marzo de 2018, tras dos meses y medio de juicio, un tribunal de la capital halló a Sall culpable de los delitos de "fraude de fondos públicos", "falsificación de documentos administrativos" y "complicidad en falsificación de escritura comercial", aunque le exoneró de los cargos por "malversación de fondos públicos", "blanqueo de capitales" y "asociación delictiva". Sall fue condenado a la pena de cinco años de prisión, más una multa de cinco millones de francos CFA. El todavía alcalde apeló su condena, que él consideraba políticamente inducida, para neutralizar su candidatura en las elecciones presidenciales de 2019, pero el 30 de agosto de 2018 la condena fue confirmada en segunda instancia. Al siguiente, Macky Sall, mediante un polémico decreto presidencial, declaró a Khalifa Sall legalmente destituido. Fueron ignoradas las protestas de los abogados del reo, que habían interpuesto de inmediato un recurso de casación ante el Tribunal Supremo y que insistían en el derecho de su defendido a seguir siendo el alcalde titular en tanto no hubiera una sentencia definitiva de su caso.

El 29 de septiembre Wardini, quien en ningún momento dejó de expresar su lealtad khalifista, fue investida alcaldesa titular por el Consejo Municipal de Dakar con 64 votos; sus dos rivales masculinos, Banda Diop y Moussa Sy, miembros también de la coalición oficialista Taxawu Dakar, sacaron 13 y 11 votos, respectivamente. A los pocos días, el 8 de octubre, la nueva alcaldesa recibió la fausta noticia de que el COI, por unanimidad, había elegido a su ciudad para organizar en 2022 los IV Juegos Olímpicos de la Juventud. La candidatura senegalesa se impuso a las de Gaborone (Botswana), Abuja (Nigeria) y Túnez. El 18 de octubre la regidora recogió la bandera olímpica en Buenos Aires, en la ceremonia de clausura de los III Juegos.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2019)