Reuven Rivlin
Presidente del Estado (2014-2021)
El décimo presidente de Israel desde la proclamación del Estado en 1948, Reuven Rivlin, elegido por la Knesset en junio de 2014 con un mandato de siete años, es un veterano representante político que ha hecho toda su carrera en el partido derechista Likud, actualmente en el Gobierno. Defendiendo con igual ardor nacionalismo y pluralismo democrático, ha sido un vocero del territorialismo sionista más recalcitrante, mientras que en otras cuestiones, como la protección de los derechos de los ciudadanos de la minoría árabe-israelí y, dentro del judaísmo, la promoción de la armonía entre laicos y ultraortodoxos, su postura ha sido mucho más liberal.
(Texto actualizado hasta julio 2014)
Nacido en Jerusalén en 1939, en tiempos del Mandato Británico de Palestina, y perteneciente a una familia de rabinos judíos asentada en la Ciudad Santa desde principios del siglo XIX y entroncada con el círculo intelectual del Gaón de Vilna (célebre erudito talmudista y cabalista del siglo XVIII), tras realizar el servicio militar obligatorio en las Fuerzas de Defensa Israelíes, donde alcanzó el grado de mayor, inició la carrera de Derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Una vez obtenida la licenciatura, se instaló como abogado, actividad profesional que junto con diversos servicios de asesoría legal iba a desempeñar hasta la cincuentena de edad.
Desde que era un adolescente, Rivlin estaba adherido a las corrientes sionistas y nacionalistas de derechas, contrarias al socialismo de David Ben-Gurion y los otros fundadores del Estado, dentro de la tradición revisionista de Zeev Jabotinsky y Menachem Begin. En 1978 Rivlin se inició en la vida política como concejal de Jerusalén en las filas del Herut, el partido de Begin, entonces primer ministro, y en 1988 figuró entre los fundadores del Likud. En la nueva formación conservadora, continuadora del Herut, el abogado se distinguió como uno de los principales lugartenientes del sucesor de Begin, Yitzhak Shamir, quien le confió la jefatura de la estructura organizativa del Likud y el liderazgo de su sección jerosolomitana.
Fue también en 1988 cuando Rivlin debutó en la Knesset o Parlamento de Israel. Perdió el escaño en las elecciones de 1992, que devolvieron al poder al Partido Laborista de Yitzhak Rabin, pero lo recuperó en las de 1996, que dieron una mayoría de gobierno al Likud, mandado ahora por Binyamin Netanyahu, y a sus potenciales aliados del campo derechista, ultranacionalista y ortodoxo. Para Rivlin, los comicios a la decimocuarta Knesset marcaron el inicio de una etapa ininterrumpida de 18 años en las políticas parlamentaria, secuenciada en seis legislaturas, y gubernamental. En marzo de 2001, ostentando una de las vicepresidencias de la Knesset, el nuevo primer ministro, Ariel Sharon, le escogió para llevar la cartera de Comunicaciones en su primer Gobierno de unidad nacional con los laboristas, formado en plena represión bélica de la Segunda Intifada en Palestina.
Tras las elecciones de enero de 2003, saldadas con la contundente victoria del Likud, Rivlin fue investido presidente de la Knesset. Al cabo de tres años, en marzo de 2006, cedió la dirección del hemiciclo a Dalia Itzik, miembro del Kadima, el partido formado por Sharon a finales de 2005 arrastrando tras de sí a varios dirigentes del Likud, entre los que Rivlin, quien venía vertiendo fuertes críticas al Plan de Desconexión de Gaza ejecutado por el primer ministro, no se incluyó. El diputado de Jerusalén se situó en la oposición al nuevo Gobierno del Kadima dirigido por Ehud Olmert, sustituto de Sharon a raíz de su incapacidad por enfermedad, y permaneció fiel a Netanyahu, otra vez al mando del Likud.
En su primer ejercicio como presidente parlamentario, Rivlin protagonizó un inusual forcejeo con el magistrado jefe del Tribunal Supremo a causa de un conflicto de competencias legales. Este incidente, junto con sus abundantes pronunciamientos políticos, le granjeó la acusación de violar la neutralidad institucional que se esperaba del titular de la Knesset. Rivlin hacía gala de un abanico de planteamientos aparentemente contradictorios que podían suscitar perplejidad o irritación. Por un lado, era un defensor sentimental del sueño sionista del Gran Israel, lo que le llevaba a rechazar cualquier compromiso con la Autoridad Nacional Palestina que implicara la desocupación de territorios o la evacuación de colonias judías, mientras que en cuestiones de fe, aunque laico, se adscribía al judaísmo conservador refractario a los aires modernizadores. Pero por otra parte, era un vehemente defensor de los derechos cívicos de las minorías y en particular de los ciudadanos árabes del Estado, lo que le situaba en las antípodas de los sectores ultras de la extrema derecha.
En junio de 2007 Rivlin fue seleccionado por el Likud para competir en la elección parlamentaria del presidente del Estado, un puesto protocolario, representativo y de prestigio. En la primera ronda, el aspirante, con 37 votos, fue ampliamente superado por su adversario del Kadima, el ex primer ministro laborista y actual viceprimer ministro Shimon Peres. Aunque tenía derecho a disputar una segunda ronda electoral al no haber obtenido Peres la mayoría absoluta en la primera, Rivlin consideró que no tenía sentido seguir enfrentándose al reputado poseedor del Premio Nobel de la Paz y optó por retirar su candidatura.
Rivlin estuvo de vuelta en la presidencia de la Knesset el 10 de marzo de 2009, poco antes de retornar Netanyahu también a la jefatura del Gobierno en coalición con el Partido Laborista y cuatro partidos de la derecha laica y religiosa. En este segundo mandato, el responsable legislativo volvió a generar encendidas controversias por su defensa de la diputada árabe-palestina Haneen Zoabi, a la que el Gobierno y un sector de la Knesset querían despojarle de la inmunidad parlamentaria e incluso de la ciudadanía israelí por haber participado en la flotilla humanitaria de Gaza.
Otra polémica fue a costa de la cuestión de los dos estados, posible solución para el interminable conflicto palestino que Netanyahu, bajo presión de Estados Unidos, dijo asumir en 2009, aunque a regañadientes y poniendo abundantes condiciones y matices. Rivlin, para irritación de su jefe de filas, fue uno de los dirigentes del Likud que salió a oponerse con vehemencia a la hipotética creación de un Estado palestino, ni siquiera en la modalidad de entidad soberana superreducida, desmilitarizada y subordinada a Israel en las cuestiones económicas y de seguridad. Para el presidente de la Knesset, en cambio, el Estado de los palestinos ya existía, y no era otro que Israel.
Rivlin aseguró que prefería ver convertidos en ciudadanos israelíes a los palestinos residentes en Cisjordania antes que renunciar para siempre al territorio arrebatado a Jordania y ocupado en la Guerra de los Seis Días de 1967. Su propuesta era que Israel, tal como había hecho con Jerusalén Oriental en 1980 de facto y con los Altos del Golán sirios en 1981 de iure, se anexionara lisa y llanamente Cisjordania. Es más, ni siquiera consideraba necesario, a diferencia del caso del Golán, que la Knesset aprobara una ley específica para la anexión de Cisjordania.
El 22 de enero de 2013 el ya septuagenario ganó su séptimo mandato legislativo. Al constituirse la Knesset el 22 de febrero, Rivlin entregó la presidencia de la Cámara a su colega del partido Yuli-Yoel Edelstein, hasta entonces ministro de Información y Diáspora. En la nueva legislatura, pese al retroceso experimentado por la lista electoral conjunta del Likud y el muy derechista Yisrael Beiteinu, el partido laico del ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, Netanyahu pudo seguir gobernando como primer ministro de un Gabinete de coalición minoritario.
A estas alturas del curso político, las relaciones entre Rivlin, un responsable parlamentario indócil que no había dudado en rebatir algunas de las consignas oficialistas del Likud, y Netanyahu habían llegado a ser decididamente malas. Sin embargo, el primer ministro era consciente de los altos niveles de popularidad de Rivlin, ventaja que ningún dirigente del Likud, incluido él, podía ofrecer. Así que ya en 2012, antes de las últimas elecciones, Netanyahu, de mala gana, había aceptado el deseo del titular de la Knesset de volver a competir por el puesto de presidente del Estado en la elección parlamentaria de junio de 2014.
Meses antes de la votación en la Knesset, Netanyahu amagó con impulsar en el Likud la nominación rival de Silvan Shalom, su ministro de Energía y Aguas, quien contaba también con la preferencia del ministro de Exteriores Lieberman y sus diputados de Yisrael Beiteinu. Medios periodísticos locales especularon con que el primer ministro estaba decidido a "abortar" la elección de Rivlin. Sin embargo, la opción de Shalom terminó sucumbiendo a las repercusiones negativas de unas acusaciones de abuso sexual lanzadas contra el ministro en marzo.
Fuera del Likud, la candidatura de Rubi Rivlin encontró un impulso adicional el 7 junio, tan sólo tres días antes de la elección, con el abandono del aspirante del Partido Laborista en la oposición, el ex ministro de Defensa Binyamin Ben-Eliezer, quien acababa de ser interrogado por la Policía en un supuesto caso de corrupción. La baja de última hora de Ben-Eliezer redujo a cuatro el plantel de contrincantes para medirse con Rivlin en la votación parlamentaria del 10 de junio de 2014. Estos eran: Dalia Itzik por el Kadima, reducido a la condición de partido testimonial, luego de perder 26 de sus 28 diputados en los comicios de 2013; el ex ministro multicartera Meir Sheetrit por el nuevo partido liberal progresista Hatnuah, escindido del Kadima, liderado por la ministra de Justicia Tzipi Livni y con seis escaños en la Knesset; Dan Shechtman, uno de los más afamados científicos de Israel, galardonado con el Nobel de Química en 2011 por su descubrimiento de los cuasicristales; y otro independiente, la magistrada Dalia Dorner, antigua presidenta del Tribunal Supremo.
Rivlin, quien tenía asegurado, conformando una variopinta amalgama de fuerzas, el apoyo de los diputados árabes, de buena parte de la izquierda y de representantes del sionismo religioso y la ultraortodoxia, necesitaba las papeletas de 61 de los 120 diputados de la Knesset para poderse proclamar presidente en votación única. Tal como se esperaba, no hubo desenlace en la primera vuelta, al obtener el candidato del Likud 44 votos. Sheetrit sacó 31, Itzik 28, Dorner 13 y Shechtman uno. Acto seguido, en la misma sesión, tuvo lugar la segunda votación, resultando vencedor Rivlin con 63 apoyos frente a los 53 recabados por Sheetrit. El 24 de julio Rivlin, a los 74 años, tomó posesión de la Presidencia con un mandato de siete años no renovable y en sustitución del veteranísimo Shimon Peres, quien abandonaba el cargo a punto de cumplir los 91.
El décimo presidente de Israel está casado con Nechama Rivlin y es padre de cuatro hijos. Además de sus marcadas convicciones políticas y religiosas, y de su fuerte vínculo sentimental con Jerusalén, los medios de comunicación han destacado de él su vegetarianismo, su pasión por el fútbol y su sentido del humor, aflorado numerosas veces a lo largo de su carrera política.
(Cobertura informativa hasta 1/8/2014)