Nicola Sturgeon

La número dos del Gobierno de Escocia y del Partido Nacional Escocés (SNP) relevó al dimitido Alex Salmond en los cargos de ministro principal y líder del partido en noviembre de 2014, dos meses después del referéndum que supuso la victoria del no a la independencia del país con el 55,3% de los votos. Desde entonces, en un tiempo récord, Nicola Sturgeon no solo ha cubierto el hueco dejado por el dirigente histórico del nacionalismo escocés, cuyas ideas y proyectos suscribe sin matices, sino que se ha proyectado como una política de dimensión nacional, británica, que atrae a electores de la misma Inglaterra. Eso, a pesar de que el SNP mantiene intactas sus aspiraciones secesionistas por vías democráticas, que ella no se postula a los Comunes y que su partido solo presenta candidatos en Escocia: fuera de allí, no se puede votar al SNP.

Este éxito de campaña, que podría coronarse con una victoria arrasadora el 7 de mayo de 2015 (las encuestas apuntan que el SNP tendría a su alcance el 49% de los votos y hasta 53 de los 59 escaños escoceses, cuando ahora solo posee seis asientos en la Cámara baja de Westminster) a costa de un hundimiento del laborismo regional, obedece a la buena impresión personal que Sturgeon ha causado en los debates televisados y a la vertiente progresista de su colectividad, que se mueve en el centro-izquierda y se opone de manera radical a las políticas del Partido Conservador.

Sturgeon ha presentado un manifiesto electoral ambicioso y combativo que llama a "hacer más fuerte a Escocia en Westminster" y, de paso, a ejercer una influencia "que propicie un cambio positivo en beneficio de la gente corriente, no solo de Escocia, sino a lo largo del Reino Unido". La consigna machacona es echar al Gobierno de David Cameron, y para ello la gobernante escocesa propone una "alianza progresista" de signo "anti-tory" al Partido Laborista de Ed Miliband. Aunque la cercanía de las dos formaciones en aspectos tales como el gasto público y la protección social es manifiesta, Miliband, aun al precio de agravar la previsible debacle de los laboristas escoceses, no quiere comprometerse con una agrupación que contempla la ruptura del Reino Unido.

Tras el fiasco del referéndum pactado en el Acuerdo de Edimburgo de 2012, el SNP, fiel al soberanismo independentista, ya acaricia la celebración de una nueva consulta después de 2016 y, entre tanto, se cerciora de que el Gobierno de Londres cumple sus promesas de transferencia de competencias autonómicas, con lo que Edimburgo vendría a obtener la famosa devolution max, reclamada durante años por Salmond antes de toparse con el rechazo de Londres a cualquier cosa que no fuera la disyuntiva de unión sin cambios —es decir, con autogobierno limitado— o independencia plena con todas las consecuencias.

La mayoría de las políticas soberanistas que recoge el Libro Blanco presentado por Salmond en 2013 para animar a sus paisanos a votar a favor de la independencia en el referéndum de 2014 están contenidas en el Manifiesto de 2015, pero Sturgeon y sus colegas las reformulan en clave de oferta electoral de interés para todos los ciudadanos del Estado, sean escoceses, ingleses, galeses o norirlandeses. El Manifiesto reclama para Escocia una "home rule" con "responsabilidad fiscal completa". Ahora bien, aunque "el SNP siempre apoyará la independencia, esta elección no tiene que ver con eso, sino con hacer más fuerte a Escocia", aclara.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada el 23/4/2015. Nicola Sturgeon fue reelegida por el Parlamento Escocés el 17/5/2016 y de nuevo el 18/5/2021; ambas confirmaciones en el puesto de ministra principal siguieron a las elecciones del 5/5/2016, en las que el SNP perdió la mayoría absoluta, y del 6/5/2021. Sturgeon anunció su dimisión como líder del SNP y ministra principal el 15/2/2023; su sucesor en ambos puestos fue, el 27-29/3/2023, Humza Yousaf. Para mas información, puede consultarse el documento del CIDOB 'Líderes en las elecciones de 2015 en el Reino Unido: perfiles y programas')