Muriel Bowser

Con un contundente 74% de los votos, Muriel Bowser ganó en las elecciones locales del 8 de noviembre de 2022 su tercer mandato consecutivo como alcaldesa de Washington, D.C., el cual inauguró el 2 de enero de 2023. Despidiendo un cuatrienio de gobierno de lo más convulso —pandemia, protesta BLM, asalto trumpista al Capitolio, crisis migratoria—, la regidora demócrata promete de cara al nuevo ejercicio un paquete de medidas e inversiones para revitalizar la economía, crear oportunidades laborales, ampliar la vivienda asequible y reducir la inseguridad ciudadana en el Distrito de Columbia.

Ciudad capital y distrito federal de marcadas singularidades políticas y sociales, Washington acoge buena parte de los símbolos e iconos de Estados Unidos, y su pulso urbano suele tomarse para diagnosticar el estado del conjunto de la nación norteamericana. Por ejemplo, en el D.C., gran colmena de funcionarios públicos, despachos oficiales y oficinas que comparten espacio con barrios de renta baja, se hace especialmente patente el fenómeno del declive de las downtowns, los centros de las grandes ciudades en teoría vibrantes, acelerado a raíz de la COVID-19 y los cambios que supuso en las rutinas laborales (multiplicación del teletrabajo), en añadidura a los procesos de gentrificación. Además del plan de actuaciones en pro de un "futuro resiliente" para esta urbe de 700.000 habitantes, Bowser sostiene la reclamación de acabar con una "anomalía" histórica y hacer del D.C., jurisdicción territorial de estatus inferior sin voto propio en el Congreso, el 51º estado de la Unión.


(Texto actualizado hasta 5/4/2023)

A sus 50 años, Muriel Bowser es ya una veterana en la política municipal, a la que llegó en enero de 2005 como representante de barriada en la Comisión Asesora de Vecindarios de su ciudad natal. En 2007 salió elegida para el Consejo del Distrito de Columbia, el órgano legislativo de la capital, pasando a ocupar la concejalía distrital, la número 4, hasta entonces desempeñada por Adrian Fenty, quien estrenaba el puesto de alcalde. Durante ocho años, Bowser tomó parte en la gestión municipal bajo los alcaldes Fenty y, desde 2011, Vincent Gray, de quien acabó distanciándose por las imputaciones de presunta corrupción que pesaban en su contra.

En abril de 2014 Bowser y Gray fueron adversarios en la primaria demócrata previa a los comicios a alcalde, con victoria para ella. Una vez nominada por su partido, la concejala se impuso en la elección general del 8 de noviembre con el 54% de los votos a cinco contrincantes, entre los que no figuraba ningún miembro del Partido Republicano. El 5 de enero de 2015 Bowser tomó posesión como el séptimo titular de la Alcaldía del D.C. desde la institución del cargo electivo en 1975 y la segunda alcaldesa luego del registro de Sharon Pratt en 1991-1995.

Dos cosas tenían en común los siete ediles washingtonianos: su pertenencia al mismo partido, al tratarse el D.C. de uno de los bastiones más inexpugnables de los demócratas (sus candidatos presidenciales siempre ganan aquí, habitualmente con volúmenes de apoyo superiores al 80% e incluso el 90%), y su condición de afroamericanos, en un territorio donde los residentes negros suponen la mayoría racial, aunque en declive demográfico: si en 2010 los afroamericanos representaban el 50% de la población, una década después eran el 40%.


EL D.C. COMO MUESTRARIO DE LAS CRISIS, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES DE LAS GRANDES URBES DE ESTADOS UNIDOSBowser obtuvo la reelección el 6 de noviembre de 2018 con el 76,4% de los votos frente a tres postulantes testimoniales, la verde Ann Wilcox, el independiente Dustin Canter y el libertario Martin Moulton. Su segundo mandato iba a enfrentar a partir de la primavera de 2020 un doble y muy complicado desafío.

Primero sobrevino la COVID-19, que puso dramáticamente de manifiesto la precariedad del tejido social en muchas zonas de la capital del país más rico y poderoso del mundo. Los vecinos de color, principales damnificados por la crónica escasez de vivienda y de los que aproximadamente 7.000 respondían a la vulnerabilidad, combatida por la alcaldesa con relativo parcial, de homeless, presentaron una tasa de mortalidad vírica desproporcionadamente elevada, de hasta seis veces mayor que la de los washingtonianos blancos. Ello vino a solaparse al alto número de sobredosis letales entre las personas adictas a los opiáceos. Por cierto que entre las víctimas del coronavirus estuvo una hermana mayor de la alcaldesa, Mercia Bowser, fallecida en febrero de 2021.

A renglón seguido, con la crisis sanitaria abierta y lejos de resolverse, sobrevinieron las grandes protestas sociales a raíz de la muerte del ciudadano negro George Floyd en un acto de brutalidad policial en Minneapolis. Como en tantos otros lugares del país, pero más aquí que en la mayoría de ciudades, las manifestaciones pacíficas derivaron también en graves disturbios, ataques vandálicos a monumentos, incendios de propiedades y otros episodios de violencia.

Bowser, que desde 2018 venía lidiando con el preocupante aumento de los homicidios, los atracos a mano armada y otros delitos comunes, reaccionó inicialmente decretando el toque de queda nocturno y movilizando a la Guardia Nacional del D.C. para apoyar a la desbordada Policía Metropolitana, pero luego, al prolongarse las protestas, envió señales de acercamiento al movimiento Black Lives Matter (BLM), asumiendo su exigencia al presidente Donald Trump (alojado en la Casa Blanca, solo unos minutos a pie de la sede de la Alcaldía y el Consejo del D.C., el John A. Wilson Building, en el 1350 de la Pennsylvania Avenue) de que ordenara la retirada de las unidades militares y demás fuerzas federales extraordinarias desplegadas en Washington para vigilar las calles y custodiar edificios oficiales. Asimismo, amenazó con emprender acciones legales contra el Gobierno Federal después de que funcionarios de la Casa Blanca plantearan la posibilidad de asumir el mando directo de todas las fuerzas policiales presentes en el distrito.

El 5 de junio de 2020, en lo que fue presentado por los medios como un "desafío" político a Trump además de como un gesto para con los manifestantes airados, operarios del Departamento de Obras Públicas del D.C. pintaron sobre 170 metros de calzada de la 16th Street Northwest, en el tramo que desembocaba en la Lafayette Square, frente a la fachada norte de la Casa Blanca, la frase BLACK LIVES MATTER, en letras mayúsculas y de color amarillo. Una vez realizada la pintada gigante, Bowser anunció que esta sección de la calle pasaba a llamarse Black Lives Matter Plaza.

De esta manera, la alcaldesa quería dejar patente su identificación con quienes habían escogido este estratégico lugar "para demostrar que en Estados Unidos las personas pueden reunirse pacíficamente, pueden presentar quejas ante su Gobierno y exigir un cambio". Y añadió: "El despliegue de personal y equipos federales encargados de hacer cumplir la ley está enardeciendo a los manifestantes y agravando las quejas de aquellos que, en general, protestan pacíficamente por el cambio y las reformas de los sistemas racistas quebrados que están matando a los afroestadounidenses (…) Mi opinión es que las fuerzas del orden deberían estar para proteger los derechos de los ciudadanos estadounidenses, no para restringirlos".

A las pocas horas, activistas del BLM añadieron a la pintada la expresión DEFUND THE POLICE. Sin embargo, Bowser no estaba por la labor de reducir la financiación de la Policía Metropolitana; al contrario, siguió presionando al Consejo del Distrito para incrementar sustancialmente la plantilla de agentes del Departamento. En diciembre de 2020, nombró nuevo jefe de la Policía Metropolitana a Robert Contee, un oficial negro que tomó el relevo al blanco Peter Newsham, en el cargo desde 2017.

Esta crisis municionó la reclamación por Bowser de que el Distrito de Columbia se equiparara a los 50 estados de la Unión a todos los efectos legales y administrativos. El estatus territorial de estatalidad supondría, entre otros profundos cambios, la conversión del alcalde en un gobernador (con el poder, por ejemplo, de decidir cuándo y cómo desplegar a la Guardia Nacional en situaciones de emergencia) y la obtención del voto para ser representado con equidad de derechos en la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos. Washington era la sede de los poderes federales, pero la Constitución ponía al distrito bajo la exclusiva jurisdicción del Congreso, que por ejemplo tenía la capacidad de revocar las leyes locales. Los washingtonianos votaban en las elecciones presidenciales, pero no a representantes propiamente dichos en las legislativas; meramente, elegían a un delegado único que tenía en el Capitolio voz, aunque no voto.

Por otro lado, tras la llegada de Trump a la Presidencia en enero de 2017 Bowser reafirmó el estatus del D.C. como "ciudad santuario" en materia de inmigración, lo que suponía limitar la cooperación con las autoridades federales para hacer cumplir las leyes antiinmigración, obstaculizar las deportaciones de irregulares y facilitar las regularizaciones y la obtención de la ciudadanía a los extranjeros residentes.

En el verano de 2022 la alcaldesa solicitó al Gobierno demócrata de Joe Biden la ayuda de la Guardia Nacional para manejar la enorme afluencia de inmigrantes, unos 10.000 y latinoamericanos en su gran mayoría, trasladados a Washington en autobuses desde los lejanos estados de Texas y Arizona. Entonces, Bowser acusó a los respectivos gobernadores, los republicanos Greg Abbott y Doug Ducey, de provocar una "crisis humanitaria" y de usar como "instrumento político" a los migrantes, que según ella consideraban al D.C. solo como un "lugar de tránsito", no su destino final para intentar ganarse la vida. En septiembre, la edil declaró la emergencia pública por esta situación y estableció una oficina de servicios migratorios para atender a los desplazados. Antes, en enero de 2021, Bowser se vio involucrada en el asalto trumpista al Capitolio, violenta insurrección poselectoral que la Alcaldía intentó frenar, sin éxito, con la declaración del toque de queda en la ciudad.

Al lanzar su postulación electoral para el tercer mandato, Bowser reivindicó un balance de gestión positivo, pese al acúmulo de contrariedades en el último bienio. Así, reclamó unas finanzas municipales consolidadas (y "envidia de alcaldes y gobernadores de todo el país", adujo), la creación de 800.000 puestos de trabajo, cifras récord de turismo, fuertes progresos en el terreno educativo y la reducción en un 47% de las situaciones de personas y familias sin hogar (homelessness) desde el lanzamiento en 2015 del plan estratégico Homeward D.C.. Para el ejercicio 2023-2027, la alcaldesa se comprometía a seguir mejorando la red de escuelas publicas, a multiplicar la oferta de vivienda asequible para las familias sin recursos, a incrementar las dotaciones policiales y a no escatimar esfuerzos para acabar con la violencia de las armas de fuego en las calles, además de seguir sosteniendo la campaña en pro de la estatalidad.

Una tarea perentoria era "reimaginar" la deteriorada Downtown, el centro de Washington, tan golpeada por los daños colaterales de la COVID-19 (la generalización del teletrabajo de muchos funcionarios y burócratas, a menudo residentes en los estados linderos de Maryland y Virginia, que ya no se desplazaban a sus despachos o lo hacían solo algunos días entre lunes y viernes, y, como resultado de esta desbandada, la ruina y cierre de establecimientos hosteleros y comercios de proximidad), volviendo a hacerla atractiva para los sectores productivos y recuperándola para la clase media. En concreto, se proponía añadir a las 25.000 personas que consideraban la downtown "su hogar" otros 15.000 residentes en los próximos cinco años y, nada menos, 85.000 más en un plazo más largo, hasta alcanzarse la cifra de 125.000 vecinos empadronados.

El 8 de noviembre de 2022 Bowser conquistó su segunda reválida reteniendo la Alcaldía con el 74,7% de los votos. Esta vez, los derrotados fueron el independiente Rodney Grant, la republicana Stacia Hall y el libertario Dennis Sobin. El 9 de enero de 2023, una semana después de inaugurar su tercer mandato, Bowser presentó el D.C.'s Comeback Plan, concebido para revitalizar Washington desde los puntos de vista demográfico y económico, y sobre la base de la "equidad". Entre otros objetivos, hasta 2028, la ciudad debía crear 35.000 empleos en sectores de alto crecimiento, dotar 0,65 km² de nuevas unidades habitacionales, tanto apartamentos levantados de cero como inmuebles hoy vacíos reacondicionados o transformados en viviendas, añadir 15.000 residentes a la Downtown y alcanzar los 725.000 vecinos en total. Además, en 2030 el censo de propietarios de vivienda negros debía sumar otros 20.000.

Muriel Bowser, titulada en Historia y Política Pública por las universidades Chatham y American, y de fe católica, es madre soltera de una niña de nombre Miranda Elizabeth, tomada en adopción en 2018.

(Cobertura informativa hasta 5/4/2023)