Mario Abdo Benítez

Con su victoria por un estrecho margen en las elecciones del 22 de abril de 2018, Mario Abdo retiene para su partido, el Colorado, también llamado Asociación Nacional Republicana (ANR), la Presidencia de Paraguay, que el próximo agosto recibirá de su correligionario Horacio Cartes. El séptimo mandatario de la ANR desde la restauración democrática de 1989 enraíza absolutamente con la tradición, pasada y reciente, de una formación conservadora que, salvo el quinquenio 2008-2013, ha llevado las riendas de la nación sudamericana en los últimos 71 años: es hijo de quien fuera uno de los más estrechos colaboradores del dictador militar Alfredo Stroessner, se inició en política en la corriente stronista del coloradismo y, al igual que otros tres presidentes de la ANR, prosperó en la empresa privada. Marito, como es llamado por sus paisanos, fue elegido senador en 2013 en la plataforma de Cartes, pero luego lideró una potente disidencia interna que reclamaba una "renovación ética" en el oficialismo y se opuso tenazmente al polémico plan del jefe del Estado, fracasado a la postre, de enmendar la Carta Magna para poder optar a la reelección. En 2017 Abdo consiguió batir al cartismo en la primaria presidencial de la ANR y acto seguido escenificó la reconciliación con Cartes en aras de la unidad colorada.

Para la campaña electoral en la que tuvo como adversario al liberal Efraín Alegre, de la coalición opositora de centro-izquierda GANAR, Abdo, manteniendo intactas sus ideas liberales promercado e intensamente conservadoras en el plano moral (católico devoto, dice regirse por los "principios bíblicos"), sí ha hecho algunos gestos de desmarcarse de la era Stroessner, alabada por él durante años, la cual, reconoce, está manchada por masivas violaciones de los Derechos Humanos.

Su programa de gobierno es continuista en la prioridad que concede al sector clave de la economía paraguaya, el agropecuario, pujante por las exportaciones de soja y las ventas baratas a Brasil, y en la garantía de los impuestos muy bajos para los productores locales y los inversores foráneos. Pero también hace un énfasis distintivo en el desarrollo de la hidroelectricidad y otras energías renovables, las mayores inversiones en la sanidad, la educación y las infraestructuras, las acciones contra la pobreza y la desigualdad -al alza, pese a crecer el país a un ritmo del 4% anual-, y la lucha contra la corrupción, para la que prescribe la habitual "cero tolerancia e impunidad" amén de una reforma constitucional de la Justicia. Marito cree que el principal problema de Paraguay es la "falta de institucionalidad", al persistir una "visión patrimonialista en la conducción de la nación", y como presidente para el período 2018-2013 promete ser un "factor de unión y reconciliación" de todos los paraguayos.


(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 30/4/2018. El ejercicio de Mario Abdo Benítez como presidente de la República de Paraguay se inició el 15/8/2018 y concluyó el 15/8/2023. Su sucesor en le jefatura del Estado fue Santiago Peña Palacios, el candidato del oficialismo ganador de las elecciones presidenciales del 30/4/2023).

1. Un empresario y político de linaje colorado
2. Cabeza de la disidencia en la ANR y pugilato con el cartismo
3. Candidato victorioso del Gobierno en las presidenciales de 2018


1. Un empresario y político de linaje colorado

El séptimo presidente del Partido Colorado (PC) desde la restauración democrática en Paraguay tenía 17 años el día, el 3 de febrero de 1989, en que el general Andrés Rodríguez Pedotti derrocó en un violento golpe de Estado a su consuegro y también general, Alfredo Stroessner, omnímodo presidente-dictador del país sudamericano desde 1954.

El joven Mario, llamado por todo el mundo Marito para distinguirlo de su padre tocayo, era el primogénito del matrimonio formado por los señores Mario Abdo Benítez, descendiente de inmigrantes árabes, y Ruth Manon Benítez Perrier, con ancestros franceses. El matrimonio Abdo-Benítez vivió de primerísima mano la toma del poder por Rodríguez, un cuartelazo castrense-político-familiar que rebasó con creces su carácter inicial de pendencia interna de la élite dirigente dadas sus repercusiones históricas para Paraguay: Mario Abdo sénior, fallecido en 2013 a los 89 años tras casarse tres veces y concebir seis retoños (Marito, con una hermana más joven y cuatro hermanastras de más edad, se trataba de su único varón), no era otro que el secretario privado de Stroessner desde hacía más de 30 años e integraba el famoso Cuatrinomio de Oro, el grupo de los cuatro prebostes civiles más cercanos al dictador, mientras que su esposa Ruth era hija y sobrina de dos altos oficiales militares igualmente adictos al régimen depuesto.

Marito, que tenía a uno de los nietos del sanguinario autócrata de Paraguay, Alfredo Goli Stroessner Domínguez, entre sus mejores amigos, recibió la formación primaria y secundaria en el Colegio San Andrés de Asunción, un selectiva casa de estudios privada fundada en 1963 por misioneros anglicanos ingleses, aunque culminó el bachillerato en Estados Unidos, donde superó el conocido como Examen de Desarrollo de Educación General (GED Test). Estando allí le llegó la noticia de la caída de Stroessner, que acarreó represalias políticas a su familia. Así, don Mario fue arrestado bajo la acusación de enriquecimiento ilícito, procesado y encarcelado, hasta que su caso fue sobreseído y pudo recobrar la libertad. Una vez en casa, mientras su padre rendía cuentas ante la justicia, Marito, aunque iba para empresario, pasó una temporada en la milicia, donde fue entrenado como paracaidista de la Fuerza Aérea Paraguaya. Completada esta instrucción militar, pasó a la reserva con el grado de subteniente de Aviación.

La primera carrera profesional y política de Abdo se desarrolló en un contexto nacional revuelto. El general Rodríguez asumió plenos poderes institucionales en la República y partidarios en el coloradismo, y convocó rápidamente unas elecciones generales pluralistas, en mayo de 1989, que vinieron a legitimar el statuo quo: el conservador PC, también llamado Asociación Nacional Republicana (ANR), retuvo el Ejecutivo con Rodríguez a su frente así como una sólida mayoría en la Cámara de Diputados. La supremacía del PC, gobernante en Paraguay sin interrupción desde 1947, iba a continuar todavía 19 años más, aunque inexorablemente minada por gravísimas divisiones internas -banderías violentas en las que las diversas facciones coloradas llegaron a recurrir al magnicidio y a la intentona golpista-, los conflictos sociales, los escándalos de corrupción y el avance electoral de los partidos opositores del centro y la izquierda.

En 1995, ocupando la Presidencia de la República el ingeniero y empresario Juan Carlos Wasmosy Monti, Abdo se tituló en Marketing por la Teikyo Post University de Connecticut en 1995. Apoyándose en el cuantioso patrimonio familiar, el joven incursionó con éxito en el negocio de la construcción, en concreto el tendido y reforma de carreteras y calzadas viales. Entre 1997 y 1998 levantó dos sociedades, Almacenamiento y Distribución de Asfalto (Aldía) y Creando Tecnología (Createc), que facturaron mucho gracias a las adjudicaciones de contratas del Ministerio de Obras Públicas bajo los sucesivos gobiernos colorados, presididos entre 1998 y 2008 por Raúl Cubas Grau, Luis Ángel González Macchi y Nicanor Duarte Frutos. El buen momento de la economía paraguaya contribuyó también al rendimiento positivo del pequeño emporio corporativo de Abdo.

En 2008, en un cambio de guardia histórico, la ANR, con Blanca Ovelar de candidata, perdió finalmente las elecciones y a la Presidencia llegó el ex obispo católico Fernando Lugo Méndez, postulante de la centroizquierdista Alianza Patriótica para el Cambio. Posteriormente, en 2012, Lugo fue destituido por el Congreso por un supuesto de mal desempeño de sus funciones y la jefatura del Estado correspondió al hasta entonces vicepresidente y anterior aliado de Lugo, Federico Franco Gómez, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), encargado de terminar el mandato constitucional de cinco años que vencía en 2013. En este período, las empresas de Abdo siguieron prosperando con los contratos públicos del Gobierno nacional y de la Municipalidad de Asunción, cuyo intendente colorado, Arnaldo Samaniego González, acometió un ambicioso plan de infraestructuras de transportes y saneamiento con criterios de sostenibilidad verde.

Aunque su coloradismo le venía de casta, Abdo tardó en hacer el desembarco en la política de su partido. En 2005, siendo presidente Nicanor Duarte, Marito se vinculó al movimiento Reconstrucción Nacional Republicana, una tendencia particularmente conservadora de la ANR que no ocultaba su nostalgia del stronismo y que animaba el empresario Juan Alberto Ramírez Díaz de Espada. En agosto de 2006 Stroessner falleció en su exilio brasileño a los 93 años y a sus funerales en Brasilia no dejó de asistir Abdo, acompañando al nieto favorito del finado y su íntimo amigo desde la infancia, Goli Stroessner. Juntos articularon en el PC un movimiento propio, Paz y Progreso, nombre que repescaba un conocido eslogan de la dictadura.

Dentro de las estructuras de la ANR, Abdo tomó acomodo en el sector crítico con el oficialismo nicanorista, el cual se mostraba deseoso de pasar página al legado retórico de la vieja época, llena de recuerdos siniestros, y hacía gala de un coloradismo de signo renovador y desplazado al centro. La actitud huidiza del Gobierno paraguayo cuando el sepelio de Stroessner molestó al dirigente de Paz y Progreso. De vuelta a Asunción, Abdo recriminó a Duarte que hubiera "perdido la oportunidad de hacer un gesto de grandeza a un hombre que hizo mucho por el partido y el país".

El estatus político de Abdo en la ANR ganó relieve en septiembre de 2008, semanas después de acceder Fernando Lugo al Palacio de los López y estrenar los colorados la experiencia, insólita y amarga, de legislar desde la oposición. Entonces, escaló al peldaño de vicepresidente tercero del partido en la Junta de Gobierno que pasó a encabezar la senadora nicanorista Lilian Graciela Samaniego González, hermana del alcalde asunceno Arnaldo Samaniego.

El salto de Marito a la política representativa llegó con las elecciones generales del 21 de abril de 2013. Inscrito en la lista Honor Colorado de Horacio Cartes Jara, el acaudalado magnate multisectorial que en 2011 había triunfado en las primarias del coloradismo y pretendía aglutinar a las principales corrientes y familias del partido para el esfuerzo común de reconquistar el Ejecutivo nacional, Abdo resultó elegido senador al tiempo que su jefe de filas ganaba la Presidencia en liza con el liberal Efraín Alegre Sasiain. La adhesión de Abdo a la precandidatura presidencial de Cartes marcó su ruptura con Goli Stroessner, el cual prefirió pasarse a Vanguardia Colorada, el movimiento organizado por el ex vicepresidente de la República (con Duarte) Luis Alberto Castiglioni Soria.


2. Cabeza de la disidencia en la ANR y pugilato con el cartismo

El 16 de junio de 2015 Abdo fue votado para presidir la Cámara alta en sustitución de Blas Llano Ramos, dirigente del PLRA, al que tomó efectivamente relevo el primero de julio. Se trataba de un puesto con mandato limitado, un año únicamente, pero su nuevo titular se encargó de usarlo como plataforma de sus ambiciones políticas, que apuntaban a lo más alto y que entraban en colisión con los intereses de Cartes. A estas alturas del curso político, Abdo ya se había declarado fuera de Honor Colorado y había montado con sus partidarios el movimiento Colorado Añetete (Colorado Auténtico, en idioma guaraní) como facción partidaria disidente, así como un subgrupo autónomo, el G-15, en la bancada senatorial de la ANR.

La disidencia de Abdo se planteó en primer lugar a propósito de la "renovación ética" que el partido requería, empresa que él se había propuesto "liderar" pero que estaba siendo saboteada por personas del entorno de Cartes y ciertas gentes del partido metidas en "negocios oscuros". Su ofrecimiento para conducir la Junta de Gobierno de la ANR en el período 2016-2020 fue desestimado por el oficialismo cartista, que apostó por un hombre en perfecta sintonía con el jefe del Estado, el diputado Pedro Alliana Rodríguez. Las elecciones internas tuvieron lugar el 26 de julio de 2015, pero hasta abril de 2016 el Tribunal Electoral Partidario no certificó la victoria de Alliana, que sucedía a Lilian Samaniego respaldado por un 48,4% de votos; por Abdo se decantó el 37,6% de los votantes, 394.000 afiliados en términos absolutos. En la nueva Junta de Gobierno de la ANR la lista Colorado Añetete se aseguró 11 de los 38 puestos, si bien Abdo no era uno de ellos.

Sin solución de continuidad, Abdo, cuya presidencia del Senado concluyó el 30 de junio de 2016, salió a oponerse a los planes de Cartes de, imitando el controvertido proceder de otros gobiernos de América Latina, enmendar la Constitución nacional, en concreto los artículos 161 y 229, a fin de posibilitar la reelección presidencial. Las maniobras emprendidas por el cartismo en el Congreso para sacar adelante esta polémica reforma toparon con el rechazo frontal del sector oficialista del PLRA y de otros partidos de la oposición, piña contestataria a la que se sumó Colorado Añetete. En agosto de 2016 Abdo, siete compañeros del G-15, ocho representantes del PLRA y siete senadores más de otras cuatro formaciones (el Frente Guasú, el Partido Democrático Progresista, Avanza País y el Partido Encuentro Nacional), 23 en total, unieron fuerzas para frustrar, al menos por el momento, el proyecto de ley de reelección presidencial (la rekutú, en guaraní) redactado por el oficialismo.

Al mismo tiempo, Abdo empezó a desmarcarse tímidamente de la figura de Stroessner, tan alabada por él hasta ahora. Ya en febrero de 2015 el senador, en una entrevista para el diario nacional ABC Color, tras reconocer que había llegado a "conocer muy bien" al dictador, sobre todo a partir de su exilio en Brasil, época en la que había mantenido con él "relaciones muy estrechas", manifestó que solo en el futuro podría hacerse un "juicio más equilibrado" de Stroessner, aunque había cuestiones como "la tortura, la corrupción, el autoritarismo y la persecución a la prensa" que ni él ni nadie estaban en situación de "reivindicar". Preguntado sobre si el nombre de Mario Abdo Benítez iba a ser una "incitación al stronismo o el neostronismo", el entrevistado esquivó una respuesta clara y reiteró que en su carrera política él había conseguido "construir una identidad propia".

2017 fue el año decisivo en la pugna HC-Marito, saldada a favor del segundo. Abdo perseguía la candidatura presidencial del coloradismo y su victoria sobre el cartismo se desarrolló en dos tiempos.

Primero, en abril, tras resucitar los aliados de Cartes (quien, en una extravagante confluencia táctica, reclutó para su causa al Frente Guasú del ex presidente Fernando Lugo) la propuesta de reforma constitucional y darle luz verde en el Senado en una sesión extraordinaria fuera de pleno y prácticamente clandestina que fue tachada de "ilegal" por Abdo, el liberal Alegre y otros cabezas de facción, una furibunda reacción popular, que dejó escenas tan impactantes como el incendio de parte del Palacio Legislativo por un grupo de incontrolados y la muerte de un manifestante del PLRA por un balazo de goma disparado por las fuerzas del orden, forzó a Cartes a dar carpetazo a su plan reeleccionista. El presidente, además, procuró aplacar la cólera desatada en las calles despidiendo al ministro del Interior, Tadeo Rojas, y al comandante de la Policía Nacional, Críspulo Sotelo.

Una vez aclarado que Cartes no se presentaría a la Presidencia por segunda vez, el precandidato Abdo se aprestó a librar un intenso cuerpo a cuerpo en las primarias de la ANR de cara a la elección presidencial nacional de abril de 2018. Su contrincante de Honor Colorado pasó a ser Santiago Peña Palacios, un economista siete años más joven que él, nombrado ministro de Hacienda por Cartes en 2015 y que hasta hacía apenas un año había sido militante del PLRA.

El abanderado de Colorado Añetete, autoproclamado defensor de la "línea histórica" del PC, recabó las adhesiones del movimiento Sumando Colorados que lideraba el vicepresidente de la República con Cartes, Juan Eudes Afara Maciel, y del influyente ex presidente Nicanor Duarte. La precampaña de las primarias del partido que mandaba en Paraguay exudó vindicación, reproches y aspereza, y más pareció la contienda entre representantes de un partido gobernante y un partido en la oposición.

Abdo no tuvo ambages en evocar sus "mejores recuerdos" personales de la familia Stroessner, declararse "muy orgulloso" de su padre ("uno no elige donde nacer, aunque no reniego de mi origen", agregó) e incluso colocarse, según afirmó en un mitin pronunciado en Argentina, entre los "hijos del stronismo", aquellos, eso sí, dispuestos a "abrazarse con los hijos del exilio, para construir un Paraguay diferente y sanar a la nación paraguaya". En noviembre, en un cuestionario de la revista Perfil, el precandidato diagnosticó que el principal problema de Paraguay era la "falta de institucionalidad" por la persistencia de la "visión patrimonialista en la conducción de la nación", y recordó que él era crítico con "la violación de los derechos humanos, las libertades públicas y la libertad de prensa" en la era Stroessner. "Obviamente que las enormes falencias que tuvo el Gobierno de Stroessner son indefendibles", puntualizó.

El conservadurismo del precandidato quedó bien patente en el terreno social. Su moralidad, regida estrictamente por los preceptos de la religión católica, consideraba inadmisibles el aborto en cualquier supuesto y el matrimonio igualitario de personas del mismo sexo. "Yo creo en los principios bíblicos, en el Génesis, yo creo en la familia", aseveró. En un acto proselitista en noviembre, Abdo recriminó al Gobierno de Cartes su política de contraer deuda pública y sus "cero inversiones" en salud y educación, y lanzó este encendido aviso: "Solamente muerto van a impedir que Marito sea el próximo presidente de la República del Paraguay".

Los vientos soplaban a su favor y en la elección primaria colorada del 17 de diciembre de 2017, a la que acudió a votar la mitad de los 2,3 millones de empadronados, Abdo se llevó la candidatura con el 50,9%. Su adversario del PLRA iba a ser Efraín Alegre, ya contendiente por el puesto frente a Cartes en 2013. Tras casi tres años fustigando al mandatario que había intentado "violar la Constitución y atropellar el Estado de derecho", Abdo se apresuró a sellar las paces con Cartes en aras de la unidad del partido. Días después, los dos hombres, con gesto sonriente, se dieron el tradicional "abrazo republicano" en Mburuvicha Róga, la residencia oficial del presidente de la República. La escenificación de la "reconciliación sincera" de las familias coloradas culminó el 16 de enero de 2018 con la proclamación oficial de Abdo como candidato a la Presidencia. Su acompañante para el puesto de vicepresidente era el diputado Hugo Adalberto Velázquez Moreno. El primero de marzo Abdo renunció a su banca en el Senado para dedicarse por completo a su campaña presidencial.


3. Candidato victorioso del Gobierno en las presidenciales de 2018

El plan de Gobierno presentado por Abdo contenía un cariz continuista al apostar por el sector agropecuario-forestal como el motor económico de Paraguay, el país del MERCOSUR que más veía crecer su PIB, a un ritmo anual del 4%. En su visión, Paraguay, gran exportador de soja, debía consagrarse como un centro agroindustrial de primer orden y como un nodo logístico regional, rigiéndose siempre por los más exigentes criterios de sostenibilidad ambiental y del compromiso en la lucha contra el cambio climático. Se pretendía incrementar la productividad y los ingresos de los pequeños productores agrícolas y cárnicos, beneficiarios de un nuevo sistema de créditos blandos.

Pero Paraguay, además, tenía que sacarle más partido a su mayor tesoro natural, los saltos hidráulicos, generadores de grandes cantidades de energía renovable y limpia. Por ello, Asunción debía prepararse para la renegociación en un sentido favorable a los intereses nacionales del Anexo C del Tratado, firmado con Brasil en 1973 y que caducaba en 2023, sobre la gestión conjunta de la presa Itaipú Binacional, en la frontera sobre el río Paraná, la mayor generadora de energía hidroeléctrica del mundo. La continuidad con respecto al Gobierno de Cartes se advertía además en la garantía dada al empresariado local y al capital extranjero de que pagarían unos impuestos muy bajos. Seguiría, por tanto, el modelo tributario "atractivo para la inversión". "Preservaremos y consolidaremos la estabilidad macroeconómica", rezaba uno de los puntos del programa electoral.

Ahora bien, Marito quiso además imprimir un sello propio al programa de la ANR dedicándole mucho espacio a tres áreas esenciales, la salud, la educación y las infraestructuras, que no habían experimentado mejoras visibles con el Gobierno Cartes y que acumulaban importantes déficits de desarrollo. La "imperiosa revolución" en la gestión de la sanidad se acometería en virtud de una reforma de la ley del Sistema Nacional de Salud, el aumento de la cobertura pública de la salud materno-infantil, la expansión de la red de Unidades de Salud Familiar (USF, centros de atención primaria) y el desarrollo de las Redes Integrales e Integradas de Salud (RIIS). Para la educación, Abdo advocaba una "transformación" a la que su Gobierno dedicaría el 7% del PIB. En cuanto a las infraestructuras públicas, dispondrían de un "plan estratégico" que daría mucha contratación a las micro, pequeñas y medianas empresas (MPYMES). La construcción de un juego de esclusas para la navegación del río Paraná y el desarrollo de las comunicaciones en el Chaco Paraguayo formaban parte de este ambicioso esquema.

Asimismo, el candidato deseaba crear el Ministerio de Minas, Energía e Hidrocarburos, formulaba una reforma constitucional de la justicia bajo la consigna de "tolerancia e impunidad cero con los corruptos", hablaba de una "transformación" en el Instituto de Previsión Social para que el fondo de pensiones fuera "sustentable en el tiempo" y no olvidaba, con medidas específicas, a las familias en situación de pobreza, a las mujeres (lucha contra la brecha y la violencia de género), a las personas con discapacidad, a los pueblos originarios y a los jóvenes recién graduados, que verían facilitada su incorporación al mercado laboral gracias a una Ley de Medio Empleo. En materia de seguridad, el postulante colorado proponía implementar la Ley de Seguridad Ciudadana, así como acometer reformas organizativas y reorientaciones operacionales en la Policía Nacional, la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) y la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), nutrida con personal militar y policial. Los objetivos no eran otros que asestar golpes decisivos al narcotráfico y a la microguerrilla marxista del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), activa en los departamentos de San Pedro, Concepción y Amambay.

Diferentes encuestas publicadas desde principios de 2018 otorgaron alternativamente la ventaja a Abdo y a Alegre, este último cabeza de la Gran Alianza Nacional Renovada (GANAR), amplia sombrilla del centro-izquierda que cobijaba al PLRA, el Frente Guasú, el PDP, el PEN y otras colectividades. El 6 de abril ABC Color aventuró la victoria del colorado por una enorme diferencia, 26 puntos. Al final, el triunfo de Abdo en la elección nacional del 22 de abril lo fue por un margen mucho más estrecho: obtuvo el 46,4% de los votos frente al 42,7% de Alegre. La participación alcanzó el 61,4% el censo. Tras conocer su triunfo avalado por el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Abdo, que hasta el 15 de agosto no recibiría los atributos presidenciales de Cartes, se felicitó porque su "proyecto decente" hubiese llegado "al corazón del pueblo", y lanzó los compromisos de "ganarme la confianza, con mi gestión, de aquellos que no me han votado" y de "ser un factor de unión y reconciliación en el Paraguay".

El nuevo presidente paraguayo ha estado casado dos veces. Con su primera esposa, Fátima María Díaz Benza, tuvo dos hijos, Mario y Santiago. Luego se divorció y contrajo segundas nupcias con Silvana López Moreira Bo, perteneciente a una conocida familia de alta sociedad paraguaya, con quien ha alumbrado a su tercer retoño. Silvana López es a su vez madre de tres hijos, fruto de matrimonio anterior.

(Cobertura informativa hasta 30/4/2018)