Marcelo Rebelo de Sousa

El ganador de las elecciones presidenciales del 24 de enero de 2016 en Portugal ha sido el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, un catedrático de Derecho retirado de la política activa, donde no ocupaba cargos relevantes desde hacía 16 años, y rostro familiar de la televisión, en la que venía desempeñándose como un agudo comentarista de la actualidad nacional. Aunque, al igual que el mandatario saliente, Aníbal Cavaco Silva, es un antiguo líder del Partido Social Demócrata (PSD), el Profesor Marcelo, como le llaman sus paisanos, hace gala de independencia política. Su visión del presidente, al que la Constitución reserva parcelas de poder significativas -puede vetar leyes y disolver la Asamblea de manera discrecional, lo que le confiere una autoridad ejecutiva genuina-, es la de una figura "arbitral" situada "en el centro", capaz de "abrir puentes" para el entendimiento entre los partidos del Gobierno y de la oposición, y de favorecer la cohesión nacional.

Al prometer que procurará rebajar la "tensión social" y la "radicalización política", Rebelo se refiere a la controversia generada por la descabalgadura en noviembre del Gobierno del centro-derecha reeditado apenas unos días antes por el primer ministro del PSD, Pedro Passos Coelho, cuya situación de minoría parlamentaria, creada por los comicios de octubre, le dejó a merced de una moción de censura de toda la izquierda. El acuerdo de socialistas, bloquistas y comunistas permitió al secretario general del PS, António Costa, ser investido primer ministro pese a no haber ganado su formación las elecciones. Consistente con su mensaje de gobernabilidad y estabilidad, Rebelo ya ha asegurado que no forzará la caída del Gobierno Costa, cuyo sostén parlamentario por sus socios de la izquierda no es precisamente sólido, haciendo uso de su atribución de declarar finiquitada la legislatura. En consecuencia, se espera que la cohabitación entre los dos cabezas del poder ejecutivo de distinto color, un hecho habitual en la política portuguesa, no de lugar a rifirrafes institucionales. El 9 de marzo Rebelo de Sousa tomará posesión como el quinto presidente de la III República Portuguesa elegido en las urnas.


(Texto actualizado hasta enero 2016)

1. Referente intelectual del PSD
2. Regreso al primer plano de la política como candidato a presidente de la República


1. Referente intelectual del PSD

El quinto presidente democráticamente elegido de la III República Portuguesa procede de una familia íntimamente vinculada a la dictadura salazarista. Su padre fue el médico Baltasar Rebelo de Sousa, diputado del Estado Novo y estrecho colaborador del dictador Marcelo Caetano, al que sirvió como secretario particular, ministro y gobernador general de Mozambique. Entre Rebelo sénior y Caetano existía una relación de amistad, de tal manera que el sucesor de Oliveira Salazar fue el testigo de la boda del primero con Maria das Neves Fernandes Duarte, tras lo cual el primogénito de la pareja recibió el nombre de Marcelo Nuno en su honor. El matrimonio Rebelo de Sousa-Duarte concibió otros dos hijos, António Jorge y Pedro Miguel.

Miembro de la Acción Católica y de la influyente Asociación para el Desarrollo Económico y Social (SEDES), el joven Rebelo terminó en 1971 la carrera de Derecho en la Universidad de Lisboa. Tres años después, en mayo de 1974, en plena efervescencia política por el triunfo de la Revolución de los Claveles y la caída del régimen de Caetano (lo que impuso a su padre un autoexilio temporal en Brasil), el licenciado figuró entre los militantes fundadores del Partido Popular Democrático (PPD), la formación de orientación conservadora concebida por Francisco Sá Carneiro, Francisco Pinto Balsemão y Joaquim Magalhães Mota, y que poco después iba a tomar el nombre definitivo, equívoco al evocar una ideología que en realidad no abrazaba, de Partido Social Demócrata (PSD).

La nombradía de su apellido aseguró a Rebelo un lugar descollante en el PPD/PSD, donde empezó llevando una consejería en la Comisión Política Nacional (CPN) salida del I Congreso partidario, de noviembre de 1974, y presidiendo la Comisión Política Distrital de Lisboa. En abril de 1975, con 26 años, resultó elegido miembro de la Asamblea Constituyente por el Círculo Electoral de Lisboa, en unos comicios que tuvieron como ganador al Partido Socialista (PS) de Mário Soares. En los meses siguientes, el licenciado en Derecho participó en la elaboración de la nueva Constitución republicana democrática, promulgada en abril de 1976, e integró la primera delegación lusa ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

Sumergido en la profesión política para quedarse, Rebelo pasó a la esfera municipal en 1979 con su elección como presidente de la Asamblea de Cascais, cargo que mantuvo hasta 1982. Al mismo tiempo, comenzó una secuencia de participaciones periodísticas que en la década de los ochenta se sustanciaron en las direcciones de las cabeceras de prensa Expresso (1980-1983) y Semanário (1983-1987), medio este ultimo del que fue cofundador. En septiembre de 1981 Pinto Balsemão, sucesor del malogrado Sá Carneiro en las jefaturas del Gobierno y el partido, nombró a Rebelo secretario de Estado adjunto a la Presidencia del Consejo de Ministros. En junio de 1982 debutó como ministro de Asuntos Parlamentarios y justo un año después se quedó fuera del Ejecutivo en virtud del acuerdo de coalición alcanzado entre el PS de Soares, ganador por mayoría simple de las elecciones legislativas, y el PSD que ahora encabezaba Nuno Rodrigues dos Santos.

El experimento de la gran coalición entre el PSD y el PSD, llamada el Bloco Central, no fue visto con buenos ojos por muchos socialdemócratas. Uno de los más hostiles a esta fórmula de gobernabilidad era Rebelo, quien junto con otros militantes puso en marcha una facción llamada Ala Nova Esperança, crítica con la estrategia moderada auspiciada por Nuno Rodrigues y Carlos Alberto da Mota Pinto, dos presidentes del partido fallecidos prematuramente en el ejercicio de sus funciones. La guerrilla interna puesta en marcha por Rebelo facilitó el viraje derechista liberal que en 1985 supuso la toma de las riendas del PSD por Aníbal Cavaco Silva.

Durante la década del poder cavaquista, Rebelo, sin embargo, no desempeñó ninguna función en el Gobierno del PSD, de cuyos órganos directivos también se mantuvo apartado. Su única apuesta electoral en este período, la alcaldía de Lisboa en las municipales de 1989, terminó con su derrota a manos del socialista Jorge Sampaio, debiendo conformarse con un mandato de concejal. A falta de actividades políticas relevantes, Rebelo, quien en 1984 se había sacado el doctorado en Ciencias Jurídicas-Políticas, destacó en el ámbito académico, como profesor, catedrático y directivo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa, amén de presidente de su Instituto de Ciencias Jurídico-Políticas a partir de 1990. Su especialidad en las aulas era el Derecho Administrativo. También se mantuvo activo en los medios de comunicación y desde 1993 alcanzó notoriedad como comentarista y analista político en el programa radiofónico Exame, emitido por la emisora TSF Rádio Notícias.

La pérdida por el PSD de las elecciones legislativas de octubre de 1995, luego de tres victorias consecutivas (las dos últimas por mayoría absoluta), frente al PS de António Guterres acarreó la dimisión como líder del partido de Fernando Nogueira, el ministro de Defensa y fallido delfín de Cavaco, quien le había traspasado la presidencia de la CPN en el XVII Congreso del PSD, celebrado en febrero anterior y que para Rebelo supuso su retorno al Consejo de Jurisdicción Nacional tras una década ausente.

Se abrió entonces un proceso sucesorio en el que cristalizó la candidatura solitaria de Rebelo, quien a estas alturas ya gozaba de un amplio respeto por sus conocimientos jurídicos y politológicos, su desenvoltura mediática y la talla de líder con carácter que muchos le adjudicaban. Al gran público le llamaban la atención su aire distinguido, sus ojos azules y su semblante estilizado, que remataba una recortada barba de candado. El único dirigente socialdemócrata que podía rivalizar seriamente con él, José Manuel Durão Barroso, también profesor de Derecho así como ministro de Exteriores en el tercer Gobierno Cavaco, optó por no plantear batalla, de manera que el XVIII Congreso del PSD, celebrado en Santa Maria da Feira los días 29, 30 y 31 de marzo de 1996, se saldó con la triunfal elección de Rebelo como nuevo presidente de la CPN. Esta promoción en casa supuso su designación como vicepresidente del Partido Popular Europeo (PPE), del que el PSD era flamante miembro.

El paso de Rebelo por el liderazgo de la oposición conservadora al Gobierno socialista portugués resultó un fiasco. Aunque consiguió ser reelegido por el XX Congreso, en abril de 1998 en Tavira, su decisión de suscribir una Alianza Democrática (AD) con el muy derechista Centro Democrático y Social-Partido Popular (CDS-PP) de Paulo Portas reabrió las escaramuzas en un partido que arrastraba un denso historial de peleas y desuniones. A la cabeza de los contrarios a la AD, que de hecho era un pálido remedo de la coalición homónima forjada en 1979 por Sá Carneiro y Diogo Freitas do Amaral, se colocó Durão Barroso, el cual no ocultaba su deseo de arrebatarle el liderazgo a Rebelo.

La falta de entendimiento personal con Portas, unida al escepticismo instalado en las propias filas socialdemócratas, donde tampoco se entendía el apoyo del presidente al Gobierno minoritario de Guterres para la aprobación parlamentaria de los presupuestos generales del Estado, precipitó el naufragio de la AD a los pocos meses de constituirse. Blanco de duras recriminaciones y acusado en particular de inconsistente, Rebelo no tuvo más remedio que dimitir el 26 de marzo de 1999, alegando la "pérdida de confianza" en su labor y la deslealtad demostrada por Portas, involucrado a su vez en una oscura trama de irregularidades en torno a la Universidad Moderna de Lisboa y quien en la víspera había revelado en la televisión datos de una conversación confidencial entre ambos. Semanas después, el 2 de mayo, por decisión del XXII Congreso, Durão Barroso conquistaba la presidencia de la CPN y Rebelo se despedía de los órganos directivos del PSD para no volver.


2. Regreso al primer plano de la política como candidato a presidente de la República

Aunque siguió en la política activa como presidente de la Asamblea Municipal de Celorico de Basto, pequeño ayuntamiento del distrito de Braga, y se dejó ver en la campaña pro-vida con motivo del referéndum de 2007 sobre la despenalización del aborto en las 10 primeras semanas de gestación (el proyecto legal, elaborado por el Gobierno socialista de José Sócrates, recibió el respaldo del electorado, a diferencia de la anterior propuesta sometida a consulta popular en 1998, cuando el Gobierno de Guterres, ocasión en la que el líder socialdemócrata también había pedido el voto negativo, el cual se impuso entonces), Rebelo redujo drásticamente esta faceta profesional de su polifacética trayectoria. No así sus perfiles académico y periodístico, en particular el segundo, que le mantuvo en el candelero nacional. Como profesor de Derecho, continuó impartiendo docencia en la Universidad de Lisboa, así como en las universidades Católica Portuguesa y Nova de Lisboa. También, fue miembro del Consejo de Estado y de la Fundação da Casa de Bragança, cuya presidencia asumió en 2012.

En cuanto a sus incursiones en las ondas, el antiguo líder del PSD dio el salto a la televisión como parte del equipo de comentaristas políticos del programa Jornal Nacional, del canal generalista privado TVI. En 2005 fichó por el principal canal de la televisión pública, la RTP1, para el que condujo un programa dominical hecho a su medida, As Escolhas de Marcelo, donde, con un estilo ágil, a veces punzante, y haciendo gala de una vasta cultura, el Profesor Marcelo igual pasaba revista a diversos aspectos de la actualidad política nacional e internacional que recomendaba las últimas novedades literarias o valoraba los resultados de la liga de fútbol.

Rebelo no se casaba con nadie, y de sus opiniones críticas no escapaban en ocasiones los correligionarios del PSD, como el muy denostado Pedro Santana Lopes, efímero presidente del partido y primer ministro en sustitución de Durão Barroso, hasta el triunfo socialista en las elecciones de 2005. En 2010 regresó al Jornal das 8 de la TVI. En el lustro que siguió, Rebelo de Sousa fue uno de los más escuchados analistas del agitado devenir de Portugal, sumido en una crisis económica y financiera sin precedentes, a la que se encadenaron una serie de grandes escándalos, la protesta social por las medidas de ajuste y finalmente un controvertido cambio de Gobierno.

En 2011, el primer ministro socialista Sócrates, confrontado con la incapacidad del Estado para pagar la deuda soberana y ya dimisionario, hubo de solicitar el rescate financiero de la Troika formada por las instituciones de la UE y el FMI. La durísima política de austeridad exigida a Portugal por los acreedores a cambio de sus créditos, que desgarró el tejido social y retrasó la salida de la recesión, fue aplicada con todo rigor por el nuevo primer ministro del PSD en coalición con el CDS-PP, Pedro Passos Coelho, quien, por cierto, no fue inmune a los dardos periodísticos de Rebelo, no obstante ser el jefe del partido del que el profesor seguía siendo miembro. Economista y administrador de empresas, Passos se había hecho con la jefatura del PSD en 2010, cerrando un sexenio caracterizado por las refriegas internas y los liderazgos frustrados: desde que Durão Barroso dejó abruptamente el mando en 2004 para irse a presidir la Comisión Europea, en la presidencia de la CPN se habían sucedido Santana Lopes, Luís Marques Mendes, Luís Filipe Menezes y Manuela Ferreira Leite.

La Coalición Portugal al Frente del PSD y el CDS-PP llegó erosionada a las votaciones a la Asamblea del 4 de octubre de 2015. Con todo, retuvo una mayoría simple y el 30 de octubre Passos inauguró su segundo Gabinete bipartito. El 10 de noviembre, sin embargo, el Ejecutivo del centro-derecha sucumbió en una moción de censura parlamentaria presentada colectivamente por la izquierda, es decir, el PS de António Costa, el Bloco de Esquerda (BE) de Catarina Martins y el Partido Comunista (PCP) de Jerónimo de Sousa. El 26 de noviembre Costa se convirtió en primer ministro al frente de un Gobierno monocolor, aunque sostenido en la Asamblea por bloquistas y comunistas, y sobre la base de un entendimiento para revertir las políticas económicas de austeridad.

Con toda esta vorágine, casi quedaron eclipsados los prolegómenos de las elecciones presidenciales que tocaban el 24 de enero de 2016 y de las que debía salir el sucesor de Cavaco Silva, quien agotaba su segundo y no renovable mandato de cinco años. Desde 1986, al cabo del ejercicio del ex general Ramalho Eanes, la oficina del presidente de la República, con funciones fundamentalmente representativas aunque poseedora de importantes prerrogativas políticas que venían siendo aplicadas en contadas ocasiones (así, su titular podía vetar las leyes aprobadas por la Asamblea y decretar la disolución de la misma a su discreción, incluso existiendo una mayoría absoluta en apoyo del Gobierno de turno, forzando de esta manera el adelanto electoral), había recaído en antiguos altos dirigentes del PS o el PSD ya jubilados de la política activa. Estos políticos eméritos habían sido sucesivamente, con dobles mandatos quinquenales los tres, Mário Soares, Jorge Sampaio y, desde 2006, Aníbal Cavaco Silva. Aspiraba a ser el cuarto Rebelo, quien el 9 de octubre, cinco días después de las legislativas, anunció su candidatura al Palácio de Belém desde Celorico de Basto, cuya Asamblea Municipal había dejado de dirigir en 2009.

Ser una personalidad ampliamente conocida, y también respetada, por los portugueses confirió inmediatamente la condición de gran favorito a Rebelo, que parecía perfectamente capaz de proclamarse presidente en la primera vuelta con más del 50% de los votos (la segunda vuelta solo había sido necesaria en la elección de 1986, que enfrentó a Soares y a Freitas do Amaral) sobre un ramillete de nueve contrincantes de la izquierda e independientes. Su postulación fue explícitamente avalada por el PSD, el CDS-PP y el residual Partido Popular Monárquico (PPM), aunque él prefirió subrayar su independencia de toda ligazón.

La moderación y el tono conciliador prodigados durante la campaña, con llamamientos al diálogo entre los partidos, la superación de radicalismos y la cohesión nacional, reforzaron la impresión de una mayoría de los electores de que el antiguo líder del PSD, el mismo partido que acababa de ser desalojado del Gobierno por la izquierda de manera impecablemente democrática pero con la lógica controversia, podía jugar un buen papel como actor estabilizador a la cabeza del Estado. En particular, el candidato conservador aseguró que si llegaba a presidente no haría uso de su poder de disolver la Asamblea, controlada por las izquierdas; proceder de esa manera sería una "inconsciencia", indicó. Él, recalcó, veía al presidente como una figura "arbitral", "no partidista" y "colocada en el centro", y su deseo era "introducir racionalidad", "desdramatizar un país muy crispado, muy lleno de emociones".

Sin sorpresa, Rebelo de Sousa fue el ganador de la elección presidencial del 24 de enero de 2016 con el 52% de los votos. Sus adversarios más cercanos, el rector honorario de la Universidad de Lisboa António Sampaio da Nóvoa, independiente pero apoyado por el Partido Comunista de los Trabajadores Portugueses (PCTP) y LIVRE/Tempo de Avançar (así como por los ex presidentes Eanes, Soares y Sampaio, más algunos miembros del PS a título particular), y Marisa Matias, del BE, recibieron respectivamente el 22,9% y el 10,1% de los sufragios. "Quiero recrear la pacificación social, económica y política en Portugal. Es hora de pasar página", dijo el presidente electo en su primera declaración. "Lo primero que quiero es fomentar la unidad nacional, cicatrizando heridas y construyendo puentes. Cuanto más juntos, más fuertes seremos", subrayó el mandatario. La toma de posesión de la Presidencia de la República iba a tener lugar el 9 de marzo.

Marcelo Rebelo de Sousa, que además de doctor y catedrático de Derecho es doctor honoris causa por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oporto, estuvo casado entre 1972 y 1980 con Ana Cristina da Mota Veiga, con la que tuvo dos hijos, Nuno, nacido en 1973, y Sofia, nacida en 1976. Tras su separación, inició una relación sentimental con la abogada Rita Amaral Cabral, vínculo no conyugal que se prolonga hasta la actualidad.

(Cobertura informativa hasta 1/2/2016)