Mahamadou Issoufou

Tras un año de régimen militar, Níger recobró la legalidad democrática el 7 de abril de 2011 con la asunción presidencial de Mahamadou Issoufou, líder del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS, socialdemócrata) y ganador de las elecciones de enero y marzo. Político bregado que ha concurrido en todas las elecciones presidenciales, cinco, habidas desde el establecimiento del multipartidismo hace dos décadas, ex primer ministro y titular de la Asamblea, este antiguo ingeniero de las minas de uranio se distinguió en 2009 como un tenaz opositor a los abusos autoritarios de Mamadou Tandja, el presidente derrocado en el golpe de Estado de 2010 y del que anteriormente había sido aliado parlamentario. Las elecciones de ahora, bastante ejemplares, han confirmado la particularidad política del país africano, donde la democracia tiene en el Ejército, que ya intervino en similares circunstancias en 1999, un agente de regeneración más que una amenaza. Con un mandato de cinco años por delante, Issoufou, hombre con fama de íntegro, afronta los numerosos y agudos problemas de la nación saheliana, hundida en los índices de desarrollo humano a pesar de su riquísimo subsuelo, como son la pobreza más abrumadora, la desertificación, la penuria de alimentos, la corrupción, los tráficos ilícitos en sus vastas extensiones despobladas y las andanzas terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico, muy activa en el secuestro de occidentales.

(Texto actualizado hasta abril 2011)

1. Actor destacado de la agitada política nigerina
2. Un presidente para la restauración democrática


1. Actor destacado de la agitada política nigerina

Oriundo del sudoeste cercano a Nigeria y miembro de la mayoritaria etnia hausa, destinó toda la década de los setenta a labrarse una sólida formación científica en centros de enseñanza superior y universitarios de Níger y Francia. Tras recibir un diploma en Ciencias Puras y una licenciatura en Matemáticas en Niamey, desde 1975 profundizó sus estudios en la antigua metrópoli colonial, concretamente en la Universidad de Ciencias y Técnicas del Languedoc en Montpellier, la Universidad de París y la Escuela Nacional Superior de Minas de Saint-Étienne, que aportaron a su currículum respectivamente una maestría en Matemáticas Aplicadas, una diplomatura en Probabilidades y Estadística, y una diplomatura en Ingeniería de Minas.

Responsable empresarial del sector minero
En 1979 retornó a Níger y se incorporó a la alta administración pública. Al año siguiente fue nombrado director de Minas en el Ministerio de Minas e Industria, cargo que desempeñó durante seis años. En 1985 contrató con la Société des Mines de l’Aïr (SOMAÏR), compañía controlada por el capital francés y dedicada a la explotación de las minas de uranio de Arlit y Tassa, entre las más grandes del mundo. En la SOMAÏR fungió sucesivamente de secretario general, director de Explotaciones y director técnico.

En 1990 Issoufou ocupaba el segundo de esos puestos cuando se involucró en el movimiento de la oposición civil que reclamaba reformas democráticas al régimen dictatorial del presidente Ali Saïbou, aupado al poder en 1987 tras la muerte del general Seyni Kountché y hasta últimos de 1989 jefe de la junta militar, y del recién creado partido único, el Movimiento Nacional para la Sociedad y el Desarrollo (MNSD). Junto con otros notables del mundo empresarial, la función pública y la vida universitaria puso en marcha el Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS-Tarayya), cuya orientación socialdemócrata le habilitó para adquirir membresía en la Internacional Socialista. Con Issoufou de presidente, el PNDS obtuvo la carta de legalidad el 23 de diciembre de 1990, coincidiendo con el establecimiento del multipartidismo en Níger.

En el segundo semestre de 1991 Issoufou tomó parte en los trabajos de la Conferencia Nacional Soberana (CNS), asamblea pluralista y representativa de todos los ámbitos de la sociedad nigerina responsable de elaborar el mapa de ruta para la transición a la democracia, lo que requirió la redacción y aprobación de una nueva Constitución. En 1992 el ingeniero se despidió de la SOMAÏR para presentar su candidatura presidencial. Aunque los cabezas de facción opositores decidieron medirse individualmente con el postulante del oficialismo, el teniente coronel retirado y ex ministro del Interior Mamadou Tandja, sí resolvieron presentarse agrupados a las elecciones legislativas como Alianza de las Fuerzas por el Cambio (AFC).

Vicisitudes bajo los gobiernos de Ousmane y Maïnassara
El 14 de febrero de 1993 la AFC, con 50 escaños, de los que 13 los aportó el PNDS -que obtuvo toda su representación en la región natal de Issoufou, Tahoua-, batió al MNSD. El 28 de febrero tuvieron lugar las históricas elecciones presidenciales y en ellas Issoufou reprodujo la posición obtenida por su formación en las legislativas quedando tercero, luego eliminado para disputar la segunda vuelta, con el 15,9% de los votos.

Entonces, operó el cierre de filas opositor con el candidato de la AFC situado en cabeza, el economista Mahamane Ousmane, de la Convención Democrática y Social (CDS). El 28 de marzo Ousmane batió a Tandja, tal que el 16 de abril tomó posesión de la Presidencia de la República con un mandato de cinco años. Al día siguiente, de acuerdo con los pactos preelectorales, Issoufou prestó juramento como primer ministro de un Gobierno de coalición.

La prometedora coalición PNDS-CDS tuvo corta vida. El 21 de septiembre de 1994, vía decreto, Ousmane amplió sus prerrogativas a costa de las del jefe del Gobierno. En señal de protesta, Issoufou presentó su dimisión irrevocable siete días después, tras lo cual declaró finalizada la participación de su partido en la AFC. Una vez situado en la oposición, Issoufou entró en tratos con Tandja, con quien conformó una nueva mayoría parlamentaria que obligó al oficialismo a acudir a elecciones anticipadas el 12 de enero de 1995.

En las mismas, la alianza MNSD-PNDS, secundada por dos formaciones menores, se hizo con una mayoría absoluta de 43 escaños, de los que 12 fueron para el segundo socio. La nueva relación de fuerzas creó una incómoda situación para Ousmane, que hubo de cohabitar con un primer ministro del antiguo partido único, Hama Amadou, el secretario general del MNSD, y un presidente parlamentario de su ex socio, el propio Issoufou, flamante titular de la Asamblea Nacional.

Los constantes enfrentamientos entre Amadou e Issoufou por un lado y Ousmane por el otro condujeron a una parálisis institucional muy perniciosa para la jovencísima democracia nigerina. Los militares estaban al acecho y el 27 de enero de 1996, al día siguiente de solicitar Issoufou a la Corte Suprema que declarara a Ousmane incapacitado para gobernar, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Ibrahim Baré Maïnassara, dio un golpe de Estado y formó una junta militar con él al frente, el Consejo de Salvación Nacional, cuyas primeras medidas fueron disolver las instituciones republicanas, suspender la Constitución, prohibir las actividades de los partidos y declarar el estado de emergencia. Issoufou, Ousmane y Amadou quedaron bajo arresto domiciliario, situación que se prolongó hasta el 24 de abril. Antes de recobrar la libertad, los tres fueron obligados por los golpistas a leer por la televisión una declaración de acatamiento a la junta y de reconocimiento de que la asunción del poder por el Ejército había sido forzada por las trifulcas partidistas.

Deseoso de legitimarse en el poder, Maïnassara abrió un rápido proceso de normalización constitucional, reescritura de la Carta Magna inclusive, de espaldas a los civiles y con el único propósito de asentarse en la Presidencia de la República. Aunque las reglas del juego impuestas por el dictador amenazaban con desembocar en un fraude republicano, Issoufou y los otros dirigentes aceptaron presentarse a las elecciones presidenciales del 7 de julio, que registraron un desarrollo caótico.

La desorganización reinante obligó a habilitar un segundo día de votación, el 8 de julio de 1996. En esa jornada, a la vez que disolvía la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), órgano que venía reclamando la posposición de las elecciones por la evidente falta de preparación, y nombraba en su lugar una Comisión Nacional de Elecciones (CNE) directamente sometida a ella, la junta puso bajo arresto a Issoufou, Tandja, Ousmane y un cuarto candidato opositor, Moumouni Adamou Djermakoye, de la Alianza Nigerina para la Democracia y el Progreso (ANDP-Zaman Lahiya). En estas circunstancias de privación de libertad Issoufou se enteró de que la CNE le situaba en cuarto lugar, con un mediocre 7,6% de los votos, por detrás de Tandja, Ousmane y Maïnassara, presidente electo sin necesidad de segunda vuelta al recibir el 52,2% de los sufragios.

Los militantes y simpatizantes del PNDS, alentados por su líder, contestaron en la calle los resultados oficiales. El 22 de julio Issoufou pudo salir de su casa y lo primero que hizo fue reclamar a la Corte Suprema que declarara nulos los comicios. Además, rechazó una invitación de Maïnassara para reunirse con él e intentar zanjar la crisis poselectoral. El 26 de julio, en represalia por su actitud rebelde, el opositor fue nuevamente detenido. Este segundo confinamiento se prolongó hasta el 12 de agosto, fecha en que Issoufou vio levantado su arresto en cumplimiento de un auto judicial.

El 15 de septiembre de 1996, enfadados por el desenlace de un proceso electoral que consideraban espurio por el cúmulo de irregularidades y la supresión arbitraria de la CENI, Issoufou y los otros candidatos perdedores pusieron en marcha un Frente para la Restauración y la Defensa de la Democracia (FRDD); el frente, insólito, colocaba en el mismo bando a tres formaciones mayoritarias, el PNDS, el MNSD y el CDS, que hasta hacía bien poco se habían dedicado a pelear entre sí. El FRDD boicoteó las legislativas del 23 de noviembre, lo que puso en bandeja la arrolladora victoria del partido montado por Maïnassara, la Unión de Independientes por la Renovación Democrática (UNIRD). En enero de 1997, con Maïnassara a la defensiva por la multiplicación de los frentes de contestación, Issoufou, Tandja, Ousmane sufrieron un nuevo período de arresto de varios días.

Firme detractor de la deriva dictatorial de Tandja
La pugnacidad política de Issoufou recibió un nuevo estímulo con motivo de la remoción y asesinato de Maïnassara el 9 de abril de 1999 en un golpe de Estado encabezado por el mayor Daouda Malam Wanké, comandante de la Guardia Presidencial, quien instauró un Consejo de Reconciliación Nacional y prometió un rápido retorno al orden político anterior a 1996. El 18 de julio se aprobó en referéndum una nueva Constitución, la quinta desde la independencia en 1960, y el 17 de octubre tuvieron lugar unas elecciones presidenciales en las que Issoufou volvió a medirse con Tandja y Ousmane. Esta vez, con el 22,8% de los votos, el socialista consiguió pasar a la segunda vuelta, en compañía del ex militar, colocado en cabeza con el 32,2%.

La ronda resolutiva tuvo lugar el 24 de noviembre y en ella Issoufou, con el 40,1% de los sufragios, fue derrotado por Tandja, cuya victoria estaba cantada de antemano al apostar por él Ousmane. El 24 de noviembre se eligió asimismo la Asamblea Nacional. De los 83 escaños en juego, el PNDS cosechó 16, uno menos que la CDS y 22 menos que el MNSD.

Issoufou, que, acogido a la duplicidad de candidaturas permitida por la ley, fue reelegido diputado por Tahoua, consideró limpia la elección presidencial y aceptó su derrota sin pestañear. Con la asunción presidencial de Tandja y la formación de un Gobierno de coalición MNSD-CDS a últimos de diciembre, el ingeniero se convirtió en el líder indiscutible de la oposición nigerina.

Transcurrido un lustro, el 16 de noviembre de 2004, Níger celebró sus cuartas elecciones presidenciales desde la introducción del multipartidismo. Las votaciones, consideradas ampliamente un hito democrático en Níger y en toda la región del Sahel porque pusieron colofón a un mandato constitucional sin interrupciones golpistas y porque presentaron unas cotas de libertad y transparencia sobresalientes –logro rara vez alcanzado por los procesos electorales del continente-, sonrieron al titular. Tandja fue reelegido en una doble vuelta que fue forzada por Issoufou, cuyos porcentajes, el 24,6% en la primera ronda y el 34,5% en la segunda, mejoraron todos los pronósticos. Como en 1999, el opositor no encontró motivo alguno para cuestionar los resultados. El 4 de diciembre tocaron también las legislativas, a las que el PNDS se presentó, dependiendo de la circunscripción, bien en solitario, bien formando listas conjuntas con cinco formaciones menores. En total, los socialistas y sus aliados sacaron 25 escaños.

El segundo mandato de Tandja fue tremendamente accidentado. El presidente encadenó de manera sucesiva un motín de soldados furiosos por el impago de sus salarios, las acusaciones estadounidenses (falsas) de un contrabando de uranio nigerino con destino a Irak, las presiones de los proveedores de fondos para que se redujera la corrupción, la reactivación de la insurgencia tuareg y una aguda sequía que diezmó la cabaña ganadera, arruinó las cosechas, encareció los productos básicos –con los consiguientes disturbios sociales- y puso al depauperado país al borde de la hambruna, si bien el Gobierno restó dramatismo a la situación, que situó en el nivel de crisis alimentaria pasajera.

El ambiente político fue caldeándose y en mayo de 2007 el PNDS presentó una moción de censura contra Hama Amadou, primer ministro desde 2000 y presidente del partido oficialista desde 2001. Issoufou basó su movimiento contra quien estaba considerado un corregente de hecho del país en la acusación de desviar unas ayudas internacionales destinadas a la educación. La suma de los votos del CDS resultó decisiva para la derrota y caída de Amadou, que un año después fue detenido por la Policía y puesto a disposición de la justicia.

En mayo de 2009 Tandja consternó a la oposición con el anuncio de que deseaba optar al tercer mandato a continuación del que expiraba en diciembre; a tal fin, se convocaba un referéndum sobre una reforma constitucional ad hoc que sería celebrado este mismo mes. Rápidamente, Issoufou se puso a la cabeza de un movimiento nacional de repudio a las pretensiones del jefe del Estado, al que acusó de sucumbir a la tentación autoritaria, siguiendo la estela de otros mandamases africanos. El 24 de mayo el PNDS y una veintena de partidos, sindicatos y grupos de la sociedad civil pusieron en marcha el Frente para la Defensa de la Democracia (FDD), cuyos activistas en las calles se contaban por decenas de miles. El 26 de mayo la Corte Constitucional, en un dictamen no vinculante, advirtió que los planes del presidente, respaldados por un movimiento popular supuestamente espontáneo llamado Tazartché, no tenían base legal.

La reacción de Tandja fue, ese mismo día, disolver la Asamblea Nacional, tras lo cual aceleró los planes de celebración de la consulta. El 12 de junio la Corte Constitucional, dando respuesta favorable a la demanda del FDD y el CDS, se pronunció de manera más tajante y declaró inconstitucional el referéndum en ciernes. Esta vez Tandja reculó, asegurando que acataba el auto del tribunal y que aparcaba la reforma constitucional. En lugar de referéndum habría, el 20 de agosto, unos comicios para elegir a la nueva Asamblea Nacional. Sin embargo, tres días después de este anuncio, el 26 de junio, el presidente, en una súbita retractación que encolerizó a Issoufou (y a Ousmane, que sacó a sus ministros del Gobierno y activó su propio frente anti-referéndum), comunicaba que asumía "poderes especiales" porque "la independencia del país estaba amenazada". Poco después, anunció también la disolución de la Corte Constitucional.

La imposición del Gobierno por decreto no acalló a Issoufou, que denunció la comisión de un "golpe presidencial" e instó a la población a plantar cara al mismo por todos los medios que permitiera la ley, y a las Fuerzas Armadas a desobedecer al presidente. Sordo al clamor doméstico y a las advertencias internacionales, Tandja hizo celebrar el 4 de agosto un referéndum sobre la disolución de la Quinta República y la creación de la "Sexta República de Níger" dotada de un sistema de Gobierno estrictamente presidencial; si ganaba el sí, la Carta Magna sería reemplazada y Tandja gozaría de un mandato extra de tres años, entendidos como "período de transición". La nueva Coordinadora de Fuerzas Democráticas de la República (CFDR), que aglutinaba al FDD de Issoufou, el Movimiento para la Defensa de la Democracia y la República (MDDR) de Ousmane y el Frente para la República y la Democracia (FRD) del activista Mahamane Hamissou, elevó un enérgico llamamiento al boicot.

Los resultados oficiales, un 92,5% de votos afirmativos con una participación del 68,3%, fueron tachados de "ridículos" y "fantasiosos" por la CFDR, que situó la abstención real por encima del 95%. Vehemente, como los demás portavoces de la Coordinadora opositora, Issoufou volvió a la carga llamando a los nigerinos a "resistirse y luchar contra este golpe de Estado ejecutado por el presidente Tandja y contra su propósito de instalar una dictadura en el país".

El 14 de septiembre, días después de impedirle la Policía tomar en el aeropuerto de Niamey un avión con destino a Benín, un juez citó a comparecer a Issoufou en relación con una acusación de malversación de fondos públicos y lavado de dinero. El político eludió la detención a cambio de una fianza, quedando en libertad provisional. A finales de mes, un tribunal capitalino le levantó la prohibición de abandonar el país y ordenó que le fuera devuelto el pasaporte. El imputado aprovechó para viajar a Nigeria. El 29 de octubre, nueve días después de las elecciones legislativas, que los partidos de la CFDR no dejaron de boicotear, el Gobierno emitió contra Issoufou una orden internacional de captura. Al día siguiente, el opositor aterrizó en Niamey procedente de Abuja para ponerse "a disposición de la justicia".

Comenzaron entonces entre el Gobierno y los líderes de la CFDR unas conversaciones directas facilitadas por la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO, que suspendió a Níger de membresía el 20 de octubre) y el ex presidente militar nigeriano Abdulsalam Abubakar. El propósito era solventar la grave crisis política que tenía atenazado el país, pero las partes no dejaron de acusarse mutuamente de sabotear el acuerdo. Ante la falta de avances, y aduciendo que temían por sus vidas, Issoufou, Amadou y Ousmane prefirieron poner tierra de por medio. A finales de diciembre, las autoridades volvieron a emitir contra los tres exiliados sendas órdenes internacionales de detención.


2. Un presidente para la restauración democrática

El 18 de febrero de 2010 el marasmo nacional fue sorprendido por un fulminante golpe de Estado del Ejército. Los militares detuvieron a Tandja y al primer ministro, Ali Badjo Gamatié, disolvieron el Gobierno y la Asamblea, suspendieron la recién estrenada Constitución y establecieron un Consejo Supremo para la Restauración de la Democracia, cuyo líder, se supo en la jornada siguiente, era el jefe de escuadrón Salou Djibo. El 23 de febrero la junta nombró un primer ministro en la persona de Mahamadou Danda, antiguo tecnócrata del MNSD pero ahora sin filiación, quien el 1 de marzo alineó un Gobierno de transición.

Los golpistas insistieron en que su único propósito era hacer que Níger volviera a ser "un ejemplo de democracia y buen gobierno", y compararon su actuación con la de Daouda Malam Wanké en 1999. Aunque la Unión Africana suspendió a Níger y las cancillerías transmitieron sus protestas a Niamey, las condenas internacionales fueron, por lo general, laxas. Los gobiernos occidentales no ocultaron su alivio por la remoción de Tandja, aunque reclamaron que el poder fuera devuelto a una autoridad democrática civil a la mayor brevedad.

Desde su exilio volante en varios países africanos, Issoufou se unió a la satisfacción de la mayoría de sus compatriotas por la caída de la Sexta República de Tandja pero conminó a Djibo –ascendido en mayo al generalato- a que cumpliera su palabra de una pronta restauración democrática. Los militares fueron solventes: en junio, la CENI anunció que las elecciones generales serían en enero de 2011 y que la junta se mantendría neutral, no favoreciendo a ningún candidato. El 31 de octubre tuvo lugar un referéndum que aprobó, con un 93,5% de síes y una participación del 54,2%, la Constitución de la que iba a ser la Séptima República de Níger. Ya instalado en casa, Issoufou fue nominado el 6 de noviembre candidato presidencial del PNDS en un Congreso extraordinario que el partido celebró en Niamey.

La transición a la normalización democrática culminó sin novedad, con las salvedades de que la CENI, aduciendo problemas de organización y financieros, retrasó la primera vuelta de las presidenciales y las legislativas del 3 al 31 de enero de 2011, lo que postergó hasta el 12 de marzo la celebración de la segunda vuelta de las primeras, y que la junta pretendió vetar la candidatura por el MNSD de su presidente, Seyni Oumarou, primer ministro y presidente de la Asamblea con Tandja, el cual, por su parte, seguía detenido y afrontaba cargos penales.

La primera jornada electoral discurrió sin incidentes de ningún tipo y el 4 de febrero la CENI comunicó los resultados: Issoufou era el ganador provisional con el 36,1% de los votos y con él pasaba a la segunda vuelta Oumarou, receptor del 23,2%. En un primer momento, la situación pintaba complicada para Issoufou porque Oumarou, Amadou (quien tras ser defenestrado por el anterior y romper con el MNSD había puesto en marcha su propia formación, el Movimiento Democrático Nigerino por una Federación Africana, MODEN/FA-Lumana), el tercero más votado, y Ousmane, cuarto, habían pactado en la campaña apoyarse mutuamente para impedir la victoria del socialista. El posicionamiento de Amadou y Ousmane había hecho añicos la "alianza estratégica" adoptada en julio anterior por los integrantes de la CFDR y que perseguía justamente lo contrario, bloquear el retorno del MNSD a la Presidencia.

Sin embargo, la mutabilidad característica del juego partidista nigerino dio su enésimo giro el 9 de febrero con el anuncio por Amadou de que volvía a respaldar a Issoufou. A continuación, otros tres candidatos eliminados el 31 de enero, Amadou Cheïffou, Moussa Moumouni Djermakoye y Amadou Boubacar Cissé, pidieron el voto por él. En estas circunstancias harto favorables, no sorprendió el desenlace de la votación del 12 de marzo, ganada por Issoufou con el 57,9% de los sufragios. Oumarou dio por válido el resultado. Hasta la transferencia de poderes, el presidente electo, el jefe de la junta militar saliente y el candidato perdedor se intercambiaron felicitaciones por el éxito de la transición democrática y alabaron la "madurez" del pueblo nigerino. En las elecciones parlamentarias, el PNDS había obtenido una mayoría simple de 39 diputados, aunque el próximo Gobierno se aseguró el sostén del partido de Amadou (23 escaños), quien en premio a su colaboración le fue concedida la investidura como presidente de la Asamblea Nacional.

El 7 de abril de 2011 Issoufou prestó en un estadio de Niamey el juramento presidencial con mandato hasta 2016, en una ceremonia contemplada por más de 3.000 personas y varios jefes de Estado africanos. Su primer acto como presidente titular fue condecorar a Djibo "por sus servicios a la democracia". En su discurso inaugural, el mandatario, que se desprendió de la presidencia del partido para no incurrir en incompatibilidad política, recordó sus promesas de campaña de reducir la aplastante pobreza, atajar la amenaza recurrente de la hambruna en las regiones más vulnerables del país, distribuir mejor los ingresos comerciales del uranio y combatir la corrupción y la inseguridad, esta última alarmantemente extendida en los últimos años por el auge de los secuestros de trabajadores y turistas occidentales en el desierto a manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico.

La segunda decisión del presidente fue nombrar primer ministro a Brigi Rafini, miembro de su partido y de etnia tuareg. El 21 de abril Rafini tuvo listo el Gabinete, en el que recibieron carteras el MODEN/FA de Amadou, la ANDP de Djermakoye, el RSD-Gaskiya de Cheïffou, la UDR de Boubacar Cissé y el RDP de Hamid Algabid. En cuanto a las primeras salidas al exterior del jefe del Estado, el 21 de mayo asistió en Yamoussoukro, Côte d'Ivoire, a la toma de posesión presidencial de Alassane Ouattara; seis días después, acudió como invitado a la cumbre del G8 en Deauville, Francia, en la que, de manera excepcional, compareció vestido a la occidental y no con la tradicional indumentaria nigerina basada en tejidos de colores claros y amplia holgura.

El presidente de Níger está casado y es padre de cuatro hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/6/2011)