Li Qiang

El 11 de marzo de 2023 la XIV Asamblea Popular Nacional, el Parlamento de la Republica Popular China, ha elegido a Li Qiang primer ministro del país con 2.936 votos a favor y tres en contra. Quien ya venía siendo el número dos del Partido Comunista desde el XX Congreso celebrado en octubre de 2022 toma el relevo a Li Keqiang, que concluye su segundo ejercicio quinquenal improrrogable. Esta limitación de los mandatos institucionales le fue retirada al líder supremo de facto en la última década, Xi Jinping, de quien Li Qiang está considerado un protegido y al que la APN reeligió para un tercer período como presidente de la República el 10 de marzo en su sesión inaugural.

El encumbramiento del leal Li, a sus 63 seis años más joven que el secretario general del PCC y procedente de la Secretaría de Shanghai, inaugura una administración de gobierno que probablemente permitirá a Xi apuntalar aún más su autoridad, claramente personalista en detrimento del anterior sistema de liderazgo colegiado. La misión básica, bastante urgente, del nuevo cabeza del Consejo de Estado o Gobierno Popular Central es relanzar la economía, que pasa por su mayor flojera desde la muerte de Mao por la lesiva política de la COVID cero —cancelada a finales de 2022 ante la revuelta de los ciudadanos, airados por unos cierres calificados de inhumanos— y la prolongada crisis del sector inmobiliario, que representa la cuarta parte del PIB.

El ritmo del crecimiento no ha dejado de menguar desde la tasa del 14% alcanzada en 2007: en 2019 el avance fue del 6%, en 2020 (el año de la declaración de la pandemia) cayó al 2,2%, en 2021 rebotó al 8,4% y en 2022 (el año de la explosión retardada del coronavirus en su variante Ómicron) recayó al 3%, 2,5 puntos menos que la previsión oficial. El objetivo para 2023 es del 5%, otra cifra mediocre para los estándares históricos de China y que sin embargo "no será fácil" conseguir, reconoce el propio Li, al que fuentes especializadas retratan como un jerarca "pragmático" favorable a los negocios del sector privado y próximo a magnates como Jack Ma, el dueño del gigante Alibaba, hoy afectado por los nuevos controles y regulaciones impuestos precisamente por Xi. La desconfianza de consumidores e inversores en un contexto global de tensiones e incertidumbre, el paro juvenil y el endeudamiento de los gobiernos locales engordan la lista de problemas económicos y desequilibrios estructurales que afronta el nuevo primer ministro, con el declive demográfico y el cambio climático como perturbadores telones de fondo.

Xi Jinping, en los vértices del poder partidario, estatal y militar, ejecuta a su discreción una serie de líneas estratégicas para el afianzamiento de la superpotencia asiática, cada vez más nacionalista y asertiva; ello se traduce en el recrudecimiento de la rivalidad hegemónica con Estados Unidos, pródiga en competiciones (económica, tecnológica, militar) y mutuas advertencias de no implicación (Rusia-Ucrania, Taiwán). En su primera comparecencia a la prensa tras su elección, Li se ha permitido un tono más conciliador al advocar la necesidad de "cooperación" entre Washington y Beijing, cuya escalada de conflictos más bien amenaza con desatar una confrontación directa.

Si con Li Keqiang el puesto de premier ya quedó opacado por la omnipresencia en todos los ámbitos de Xi Jinping, quien en 2017 consiguió que el PCC incorporara a la doctrina oficial su particular Pensamiento sobre el Socialismo con Características Chinas para una Nueva, ahora, con Li Qiang, la jefatura del Gobierno podría adquirir un perfil más tecnocrático o burocratizado, de mero instrumento para las directrices del secretario general. Pilares de régimen como la dictadura del partido único, la represión de las expresiones de descontento en la población, el castigo de los funcionarios corruptos, la censura informativa y, en suma, el control de la sociedad permanecen inalterables.

En añadidura, la XIV APN ha elegido vicepresidente de la República a Han Zheng en lugar de Wang Qishan, presidente del Comité Permanente de la Asamblea a Zhao Leji en vez de Li Zhanshu, primer viceprimer ministro a Ding Xuexiang en sucesión de Han Zheng y ministro de Defensa al general Li Shangfu en lugar de su colega Wei Fenghe. Liu Kun sigue como ministro de Finanzas y lo mismo el hace poco (30 de diciembre) nombrado Qin Gang en Exteriores.

(Texto actualizado hasta 14 marzo 2023)

La carrera de Li Qiang en los escalafones del Partido y el Estado se ajusta a patrones convencionales, con la excepción de su promoción cimera en 2023. Empezó a trabajar como obrero especializado en el manejo de sistemas de riego y la fabricación de herramientas agrícolas en su provincia natal, la próspera Zhejiang, en el período posterior a la muerte de Mao Zedong. Entre 1978 y 1982, coincidiendo con el arranque en China de la nueva era bajo el signo de las reformas económicas de Deng Xiaoping, Li estudió agromecánica en la sección de la Universidad Agrícola de Zhejiang en Ningbo, hoy Universidad Wanli de de Zhejiang. En 1983 fue admitido en el PCC y en el lustro que siguió realizó diversas tareas en los cuadros locales en la provincia. Según su currículum oficial, mejoró su formación con estudios universitarios de sociología por correspondencia.

A partir de 1988 Li comenzó a desempeñar funciones directivas en el departamento provincial de Asuntos Civiles. En 1996, mientras recibía clases de ingeniería de gestión en la Universidad de Zhejiang, accedió a los comités municipales del Partido en las ciudades de Jinhua y Yongkang, y en 2002, una vez cursada la preceptiva capacitación de cuadros medios en la Escuela Central del Partido, fue nombrado secretario municipal de Wenzhou. Este ascenso precedió su salto en 2004 a la Secretaría General del Comité Provincial de Zhejiang, de cuyo Comité Permanente pasó a ser miembro al año siguiente.

Fue entonces cuando Li entró en el círculo de colaboradores de Xi Jinping, en aquella época secretario del Partido en Zhejiang y miembro del Comité Central del PCC, para el que fungió como una especie de edecán o jefe de gabinete. En esos momentos, Hu Jintao era el secretario general del Partido, además de presidente de la Republica, cargos ambos en los que Hu había sucedido a Jiang Zemin. Esta relación estrecha en el trato diario se interrumpió en marzo de 2007 cuando Xi pasó a hacerse cargo de la Secretaría del Comité de Shanghai y poco después marchó a Beijing, donde tomó asiento en el Buró Político del PCC y su selecto Comité Permanente, la suprema instancia dirigente del Partido.

Li permaneció en Zhejiang, una de las provincias más ricas del país, como secretario general del Comité Provincial, oficina que pese a su nombre era de tipo burocrático y estaba supeditada a la Secretaría del Comité, ahora ocupada por Zhao Hongzhu. En 2011 Li fue nombrado vicesecretario, condición que renovó al hacerse con las riendas del Comité Provincial Xia Baolong en diciembre de 2012, coincidiendo con la llegada de Xi a la Secretaría General por decisión del XVIII Congreso del PCC. El cónclave partidario también favoreció a Li, hecho miembro suplente del Comité Central. Además, sucedió a Xia Baolong en la posición, esta correspondiente al escalafón estatal, de gobernador provincial de Zhejiang. Se trató de un cometido en funciones que en enero de 2013 dio paso a la titularidad, ejercida por Li sin descargo de la Vicesecretaría del Comité Provincial.

Como número dos de Zhejiang, Li reanudó los contactos regulares con Xi y empezó a crearse una reputación de funcionario regional particularmente propicio al desarrollo del sector privado de la economía de mercado socialista de características chinas, incluso abierto a una cierta relajación de la férrea vigilancia de Internet y el control de los flujos informativos, siempre para favorecer las inversiones foráneas y los negocios de los emprendedores locales. En este sentido, Li pasaba por un practicante entusiasta del pragmatismo de Deng Xiaoping.

A finales de junio de 2016 Li alcanzó finalmente el puesto de secretario del Comité Provincial del Partido, pero no en Zhejiang, sino en la también Jiangsu, la segunda provincia más rica de China tras Guangdong. Su nuevo cargo en Nanjing no le duró mucho a Li porque el 29 de octubre de 2017 el Partido le puso al frente del Comité Municipal de Shanghai en sucesión de Han Zheng. Fue a renglón seguido de su elección por el XIX Congreso del PCC para una membresía permanente del nuevo Comité Central, el cual a su vez le eligió para uno de los 25 asientos del Buró Político. Por lo demás, el XIX Congreso supuso las reelecciones de Xi Jinping, secretario general y presidente de la República, y Li Keqiang, primer ministro, como números uno y dos respectivamente de la nomenclatura comunista.

Como jefe del Partido en la megápolis más populosa de China y uno de los grandes emporios mundiales de la industria, las finanzas y la tecnología, Li inauguró (2019) el Shanghai Stock Exchange STAR Market, parqué de valores de empresas punteras de I+D+i que cotizaban en la Bolsa de Shanghai y que sus promotores presentaron como el equivalente chino del Nasdaq de Estados Unidos.

En el terreno opuesto de los fastos y el optimismo estuvo su polémica gestión en 2022 del brote local de la variante Ómicron en la última fase de la propagación del SARS-CoV-2, hasta entonces poco incidente en su país de origen. Tras ser declarada la transmisión comunitaria el 28 de febrero, el secretario municipal del Partido y los otros altos mandos locales a él subordinados, el alcalde Gong Zheng y Hu Wenrong, presidente del Departamento de Organización del Comité Municipal, se afanaron en atajar la espiral de contagios a golpe de decretos draconianos: el testeo obligatorio de los 25 millones de residentes registrados; el cierre estricto del perímetro de la ciudad y, dentro de ella, de las viviendas (incluso con barreras físicas, dejando desabastecidos de alimento a sus moradores) donde hubiera personas infectadas; la restricción casi total de movimientos en las calles, vigiladas por férreos dispositivos policiales; y la conversión de inmuebles públicos y privados en centros de aislamiento y cuarentena.

En Shanghai, Li se limitó a ejecutar la estrategia, pronto revelada como poco realista, ineficaz y contraproducente, de la COVID cero concebida por sus superiores en Beijing. En realidad, así lo aventuraban algunos medios periodísticos, el secretario municipal era partidario de relajar las medidas sin demora. La manera de manejar las autoridades el brote de Shanghai, y no tanto este en sí mismo, provocó masivos daños económicos con implicaciones nacionales e internacionales. Pero además, las medidas de confinamiento radical generaron tales cólera y desesperación en la gente que miles de vecinos, desobedeciendo los bandos, se echaron a la calle para protestar y entablar violentos choques con los agentes del orden. El confinamiento de Shanghai quedó levantado el 1 de junio, aunque muchas restricciones se mantuvieron porque la transmisión comunitaria seguía. Al final, la ciudad vivió en 2022 sus peores disturbios sociales, con una inquietante carga de repudio a los capitostes políticos, desde la revuelta estudiantil de 1989.

La gestión anti-COVID en Shanghai dejó mucho resentimiento vecinal, pero para sus jefes Li había hecho una buena labor. Xi Jinping venía siendo su protector y ahora este patrocinio se hizo más visible. Así, el 23 de octubre de 2022, el XX Comité Central del PCC, en su primera sesión plenaria tras el XX Congreso concluido en la víspera, eligió a Li para el Comité Permanente del Buró Político; en él, Li Qiang pasó a ocupar directamente la segunda posición, relevando a Li Keqiang y solo por detrás de Xi, reelegido secretario general por segunda vez. Tras él venían Zhao Leji (número tres), Wang Huning (cuatro), Cai Qi (cinco), Ding Xuexiang (seis) y Li Xi (siete). El 28 de octubre siguiente Li transfirió la Secretaría del Comité del Partido en Shanghai a Chen Jining, hasta ahora alcalde de Beijing.

Esta llamativa promoción en la cúpula del Partido daba a entender que Li Qiang era la persona escogida por Xi Jinping para relevar a Li Keqiang también como primer ministro de la República Popular China cuando en 2023 caducara su segundo mandato de cinco años no renovable. De producirse, este relevo institucional tendría características bastante inusuales, ya que desde el año parteaguas de 1976 todos los jefes del Gobierno (sucesivamente, Hua Guofeng, Zhao Ziyang, Li Peng, Zhu Rongji, Wen Jiabao y Li Keqiang) habían alcanzado el puesto previo desempeño de funciones en el Gobierno central del Estado, la de viceprimer ministro en especial. Pero en el currículum de Li no figuraba ningún servicio en el Gobierno Popular Central o Consejo de Estado.

(Cobertura informativa hasta 27/10/2022)