Jerzy Buzek

El primer ministro de Polonia entre 1997 y 2001, Jerzy Buzek, saltó a la política de partidos desde el activismo en el sindicato Solidaridad con un programa conservador y reformista que obtuvo sus mayores realizaciones en el exterior; entonces, Varsovia obtuvo el ingreso en la OTAN (1999) y el arranque de las negociaciones de adhesión a la UE, culminada posteriormente en 2004. Buzek, un ingeniero químico interesado en la eficiencia energética, marcó un hito democrático al conseguir terminar la legislatura, pero su despedida estuvo ensombrecida por la degradación económica y por los escándalos y defecciones de los miembros de su familia política derechista, la alianza Acción Electoral de Solidaridad (AWS), que sufrió una hecatombe electoral. En 2004 debutó en el Parlamento Europeo en las filas del partido liberal-conservador Plataforma Cívica, gobernante en Polonia desde 2007 bajo la dirección de Donald Tusk, y cinco años después, en julio de 2009, fue elegido presidente de una Eurocámara en la que las opciones conservadoras sumaban clara mayoría.

(Nota de actualización: esta versión de la biografía fue publicada el 22/7/2009. El ejercicio de Jerzy Buzek como presidente del Parlamento Europeo concluyó el 17/1/2012. Su sucesor en el puesto fue el socialdemócrata alemán Martin Schulz. Buzek continuó en su escaño de eurodiputado, que luego renovó en las elecciones de 2014 y 2019).

1. Una presencia destacada en el movimiento Solidaridad
2. Primer ministro de Polonia: reformas económicas e inserción euro-atlántica
3. Resquebrajamiento interno y colapso electoral de la AWS
4. Nuevo curso político en el Parlamento Europeo


1. Una presencia destacada en el movimiento Solidaridad

Miembro de una familia silesia de religión luterana implicada en la política polaca de entreguerras, nació en 1940 en Smilowice, una aldea de la región de Zaolzie hoy perteneciente a la República Checa y que entonces estaba anexada al III Reich alemán, si bien creció y se educó en Chorzów, cerca de Katowice. Estudió en el departamento de Ingeniería de la Energía de la Universidad Politécnica de Silesia y tras licenciarse en 1963 entró a trabajar de investigador científico en el Instituto de Ingeniería Química de Gliwice, dependiente de la Academia Polaca de Ciencias. Al cabo de unos años se formó una sólida especialidad en la depuración de aguas sulfuradas y escribió diversos artículos sobre modelos teóricos para la optimización de los procesos químicos empleados, algunos de los cuales se convirtieron en patentes. A principios de los años setenta disfrutó en la Universidad de Cambridge de una beca de investigación concedida por el British Council. Ejerció asimismo la docencia, en las universidades politécnicas de Silesia, Opole y Czestochowa.

El ingeniero estuvo activo en el sindicalismo independiente desde la formación de Solidaridad en septiembre 1980 bajo el liderazgo de Lech Walesa. Buzek copresidió los trabajos del I Congreso Nacional de Solidaridad, celebrado en Gdansk del 5 de septiembre al 7 de octubre de 1981, y hasta la declaración por el general Wojciech Jaruzelski, primer secretario del gobernante Partido Obrero Unificado Polaco (PZPR) y primer ministro, de la ley marcial en diciembre de aquel año, que acarreó la prohibición del sindicato y la represión de sus miembros, sus tareas estuvieron centradas en el reclutamiento de militantes.

A raíz del autogolpe autoritario del régimen comunista, Buzek, en la clandestinidad, se encargó de recomponer la organización sindical en la región de Silesia, reforzando su posición como una de las autoridades nacionales de Solidaridad. Tras los pactos de la Mesa Redonda Gobierno-Solidaridad de 1989, que principiaron la transición polaca a la democracia y abrieron un esquema provisional de poder compartido, Buzek figuró en las mesas directivas de los sucesivos congresos nacionales del sindicato entendido como tal, ya que del movimiento Solidaridad, donde convivían diversas orientaciones ideológicas, fue emanando todo un repertorio de grupos y partidos de naturaleza ya puramente política.

En el primer tramo de la década de los noventa, cuando Walesa presidía la República y la joven democracia parlamentaria experimentaba los vaivenes propios de un sistema de partidos excesivamente fragmentado, Buzek, a diferencia de otros reputados organizadores e intelectuales fogueados en las luchas sindicales, no hizo el salto a la política profesional y prefirió seguir sirviendo a la Solidaridad gremial como experto en cuestiones económicas y organizador de sus asambleas.

En el VIII Congreso Nacional, celebrado en Poznán del 26 al 28 de junio de 1996, el sindicato decidió auspiciar un frente político para derrotar en las elecciones legislativas de 1997 al Gobierno de coalición que desde 1993 lideraba la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD), cuyo miembro principal era el partido Social Democracia de la República de Polonia (SdRP, el heredero reconvertido del extinto PZPR). La iniciativa se concretó en la alianza Acción Electoral de Solidaridad (AWS), que agrupó a una treintena larga de partidos y organizaciones, algunos católicos confesionales y fuertemente conservadores, del centro y la derecha. La mayoría de los integrantes de la AWS procedía del semillero de Solidaridad, que como movimiento político se había disgregado entre 1990 y 1991, una diseminación responsable de que en las elecciones de septiembre de 1993 todo este campo ideológico, amplio aunque de contornos borrosos, se quedara sin representación parlamentaria.

El proyecto AWS se reveló como un éxito al ganar los comicios del 21 de septiembre de 1997 con el 33,8% de los votos y 201 escaños, el de Buzek entre ellos, si bien se trató sólo de una mayoría simple. Para el gran público, Buzek era básicamente un desconocido, así que sorprendió el anuncio hecho el 15 de octubre por la AWS de que el ingeniero era su candidato a primer ministro. En la decisión pesó sin duda la opinión de Marian Krzaklewski, presidente tanto de Solidaridad como de la AWS. Su amistad con Buzek se remontaba a los años de la ley marcial, cuando éste le animó a unirse a la organización de Walesa; últimamente, además, Buzek asesoraba a Krzaklewski en temas económicos.

La nominación de Buzek fue bien acogida por el partido liberal Unión de la Libertad (UW), que aceptó formar parte de un gobierno de coalición. Para la dirigencia de la UW, Buzek garantizaba la continuidad de las políticas de mercado, ya que, como uno de los expertos economistas de la AWS, había participado en el diseño de un programa centrado en el desarrollo de la pequeña y la mediana empresa. También expresó sus parabienes la muy influyente Iglesia Católica, a pesar de adscribirse Buzek a la fe protestante, por lo demás practicada sólo por unas decenas de miles de polacos.


2. Primer ministro de Polonia: reformas económicas e inserción euro-atlántica

El 31 de octubre de 1997 Buzek prestó juramento como el octavo jefe de Gobierno desde el final del monopolio comunista en 1989, lo que supuso el cese de sus actividades investigadoras en el Instituto de Ingeniería Química de Gliwice, en el que había desarrollado toda su carrera profesional hasta la fecha, y como representante de Polonia en el Programa de Investigación y Desarrollo de Gases de Efecto Invernadero de la Agencia Internacional de la Energía (IEA GHG).

Desde su nueva oficina institucional, Buzek debía cohabitar con el presidente de la República perteneciente a la SLD, Aleksander Kwasniewski, elegido en 1995. Según el modelo mixto establecido por la Constitución de abril de 1997, el poder ejecutivo era compartido por el primer ministro y el presidente, lo que hacía necesario el juego de equilibrios permanente. En períodos en que no había coincidencia partidista, como el actual, ambas direcciones políticas se obligaban a una especial coordinación —sobre todo en las relaciones exteriores—, con la consiguiente exposición a todo tipo de discrepancias.

La participación de la UW en el Gabinete otorgaba al oficialismo una cómoda mayoría absoluta de 261 escaños, y estos fueron —menos uno— los votos que Buzek recibió en la investidura por el Sejm o Cámara baja del Parlamento el 10 de noviembre. El flamante primer ministro declaró que perseguiría cuatro metas fundamentales: elevar el nivel de vida de los polacos, reformar la administración del Estado, aumentar la seguridad pública y reintroducir los valores morales en la sociedad, aludiendo de paso al "tiempo perdido" en el cuatrienio gobernado por la izquierda poscomunista. En lo económico, Buzek estableció la necesidad de estimular el crecimiento, combatir la inflación, reducir los déficits presupuestario y por cuenta corriente, y culminar la privatización de las empresas públicas al final de la legislatura. En política exterior, todo iba a quedar supeditado a un doble objetivo central: los ingresos en la OTAN y en la Unión Europea (UE).

La concesión de los ministerios clave de Exteriores, Finanzas, Justicia y Defensa a los reputados dirigentes de la UW Bronislaw Geremek, Leszek Balcerowicz, Hanna Suchocka y Janusz Onyszkiewicz, respectivamente, fue bien recibida de puertas afuera por su marcado perfil europeísta y liberal. Los observadores interesados en Polonia creían que Buzek no sólo proseguiría las reformas de mercado aplicadas por los gobiernos de la izquierda, sino que, al no depender del lobby rural que representaba el Partido Campesino Polaco (PSL), tendría las manos más libres que la SLD para acometer la delicada reforma del agro, ineludible por tratarse de una de las condiciones para el ingreso en la UE. De momento, el primer ministro vaticinó tiempos difíciles por los reajustes presupuestarios para reducir el déficit y los cambios estructurales en distintos apartados de la economía.

En efecto, el equipo de Buzek lanzó un amplio conjunto de reformas legales en la administración territorial, la función pública, la protección social (pensiones y sanidad), el sistema educativo y el sistema tributario, en parte para cumplir la homologación con las normas comunitarias. El aspecto que más contestación social generó fue la liberalización del protegido mercado agrícola, cuya desarticulación por la invasión de productos comunitarios más competitivos temían las organizaciones campesinas, muy combativas y permeables a influencias anarquistas y ultranacionalistas.

En general, las distintas reconversiones acometidas por el Gobierno de Buzek (también en la minería y en el sector naval, de las que no se libraron los astilleros de Gdansk, cuna de Solidaridad, esta vez contestadas por los sindicatos izquierdistas), en forma de reajustes laborales, privatizaciones y desregulación de mercados protegidos, avanzaron entre huelgas y otras formas del descontento. En su tercer aniversario al frente del Gobierno, Buzek presentó como un éxito la estabilización del crecimiento del PIB por encima del 4% y la caída de la inflación a un solo dígito, pero reconoció el fuerte incremento del paro que la reconversión había generado: a finales de 2000 la tasa de desempleados ascendía al 15% de la población activa.

En política exterior, el balance se consideraba fausto por haberse conseguido, el 12 de marzo de 1999, el ingreso en la OTAN, garante de una seguridad integral por primera vez en la historia de una nación históricamente invadida y troceada por potencias vecinas, mientras que las negociaciones para la adhesión a la UE, luego de cumplir el país unos prerrequisitos políticos y económicos, se prolongaban desde el 31 de marzo de 1998. Buzek consideró que el 1 de enero de 2003 sería una buena fecha para entrar en la UE, y de hecho el Consejo Europeo de Niza, en diciembre de 2000, confirmó que a partir de ese momento, los solicitantes más adelantados en las negociaciones podrían empezar a ingresar, previa firma de los tratados de adhesión respectivos. En Niza se aprobó el nuevo sistema ponderado de voto para la toma de decisiones por mayoría cualificada en el Consejo de la UE y Polonia obtuvo los mismos votos que España, 27, una cuota de poder para el futuro Estado miembro que Varsovia consideró francamente ventajosa.

Pero en lo económico, la UW demandaba reformas más radicales, sobre todo presupuestos menos deficitarios y una poda vigorosa de todo tipo de subsidios. En 1998 Balcerowicz propuso introducir un tipo de impuesto único del 22% para todas las rentas con el fin de estimular la inversión productiva, pero Buzek consideró la medida prematura. En los meses siguientes, se acumularon las diferencias sobre una serie de cuestiones, y ya no meramente económicas, como fueron las polémicas sobre la intervención del Estado en los aspectos de moralidad o el enfoque de la depuración de miembros de la administración por su pasado como informadores de la policía comunista. En general, la UW denostaba la injerencia en la labor del Gobierno de personalidades de la AWS, limitando la autonomía de un Buzek obligado a hacer múltiples equilibrios.

El 6 de junio de 2000, después de que algunos diputados de la AWS sumaran sus votos a la oposición y echaran por tierra un proyecto de ley para introducir un impuesto al consumo de productos agrícolas, se consumó la ruptura con la UW. Los liberales se retiraron del Gobierno y Buzek se quedó al frente de un ejecutivo monocolor y en franca minoría. Por su parte, Kwasniewski, con el que Buzek había establecido un fructífero acuerdo en política exterior, censuró el, a su juicio, lento ritmo de las privatizaciones y los intentos, alentados desde los sectores más derechistas de la AWS, de dar prelación a las desnacionalizaciones, esto es, la restitución a sus dueños originales de las propiedades nacionalizadas por el régimen comunista, aunque ello no garantizara su provecho económico.

La perspectiva de las elecciones generales de 2001, que según las encuestas perdería la AWS por la fuerte impopularidad acumulada por el Gobierno, multiplicó en la coalición centroderechista las opiniones contrarias a Buzek, que fue acusado de traicionar las promesas hechas a los afiliados de Solidaridad, y dio lugar a algunas disidencias parlamentarias, como la que en junio de 2000 había precipitado el portazo de los liberales. De este ambiente de turbulencias en las filas oficialistas no fue ajena la candidatura de Krzaklewski a las elecciones presidenciales de octubre de 2000, sobre la que no había unanimidad en la AWS y a la que Buzek, obligado por el pacto implícito de 1997 en torno al reparto de puestos institucionales (aunque no faltaron los rumores de su propia postulación, luego desmentidos), dio su apoyo.

De hecho, a Krzaklewski le interesaba potenciar el perfil partidista de Buzek, cuya idoneidad para el puesto de primer ministro no había cuestionado (al menos hasta la crisis por el abandono de la UW, cuando se ofreció a sí mismo como recambio al frente del Gobierno), al contrario que su presunta aspiración presidencial. Así, Buzek fue elegido el 17 de enero de 1999 para suceder a Krzaklewski como presidente del Movimiento Social de la AWS (RS AWS), partido creado por ambos el 13 de noviembre de 1997 como el brazo político del sindicato Solidaridad —que decidió delegar en el RS AWS este su rol no laboral— y un integrante más de la alianza AWS.

Luego, la abrumadora derrota de Krzaklewski por Kwasniewski en las presidenciales del 8 de octubre de 2000 reavivó la polémica interna sobre el "doble liderazgo", político y sindical, en el campo de Solidaridad, una mengua de crédito que afectó fundamentalmente a Krzaklewski, el cual hubo de enterrar sus ambiciones políticas, y de la que Buzek sacó partido. El 23 de diciembre siguiente, Solidaridad, el RS AWS, la Unión Nacional Cristiana (ZChN) de Marian Pilka, el Partido Polaco de Cristianodemócratas (PPChD) de Antoni Tokarczuk y el Partido Popular Conservador (SKL) de Jan Maria Rokita (las dos últimas eran formaciones nuevas surgidas de la fusión de varias fuerzas del disgregado campo del centro-derecha) decidieron transformar la AWS en una federación de partidos con ellos como núcleo.


3. Resquebrajamiento interno y colapso electoral de la AWS

El 10 de enero de 2001 Buzek tomó posesión como presidente de la nueva AWS federal, pero este esfuerzo de integración no tuvo reflejo alguno en las encuestas preelectorales, que siguieron dando como amplios ganadores a los socialdemócratas de Leszek Miller. Efectivamente, la SLD sacó ventajas políticas decisivas del presupuesto de austeridad aprobado por el Sejm en febrero.

La primavera y el verano de 2001 trajeron un reguero de malas noticias para el primer ministro, y en la AWS cundieron el desánimo y la defección. El 18 de marzo el SKL se retiró de la coalición para trabar nuevas alianzas; como reacción, varios de sus miembros se unieron a disidentes de la ZChN para formar, el 26 de marzo, la Alianza de Derecha (PP), que expresó su intención de permanecer en la AWS. Cuatro días antes de este confuso episodio, Kwasniewski vetó la ley aprobada por el Sejm sobre la compensación parcial por las propiedades confiscadas por el régimen comunista. Y en mayo, Buzek hubo de resignarse a ampliar el horizonte del ingreso en la UE a enero de 2004, conforme a las previsiones más prudentes de la Comisión Europea.

Las urgencias de Buzek a los cabezas de facción para avanzar en la unidad orgánica de la AWS cayeron en saco roto, dando comienzo un rosario de deserciones que canalizaron dos nuevos contendientes por el voto del deshilvanado centro-derecha polaco.

Aspirando a ocupar el centro reformista y liberal surgió la Plataforma Ciudadana (PO) por la iniciativa de Andrzej Olechowski (ex ministro de Exteriores con la SLD y candidato presidencial en 2000 que había superado a Krzaklewski), Donald Tusk (un liberal proeuropeo procedente de la UW, cuya jefatura había disputado a Geremek) y Maciej Plazynski (presidente del Sejm y desertor de la AWS). A su derecha, esgrimiendo un discurso moralizador y patriótico, el partido Ley y Justicia (PiS), puesto en marcha por Jaroslaw Kaczynski y su hermano gemelo Lech Kaczynski, al que Buzek cesó en julio de 2001 como ministro de Justicia por polemizar con él sobre sus respectivas honorabilidades políticas. La de Kaczynski fue sólo una más entre las numerosas bajas sufridas por el Gobierno, bien por dimisión, bien por destitución, con un omnipresente trasfondo de acusaciones de corrupción.

En agosto, la publicación de las negativas previsiones económicas del Gobierno para 2002 —crecimiento rebajado hasta el 2,5% del PIB, desempleo rayano en el 19% y déficit de las cuentas públicas incrementado a los 20.000 millones de dólares, el 11% del PIB, cálculo que hizo saltar por los aires el presupuesto proyectado— desató todos los temores sobre una crisis de enorme magnitud a la vuelta de la esquina. Apremiado para que recuperara la iniciativa política, Buzek tomó como elemento aglutinante de una coalición a la deriva la ideología conservadora, tal que añadió la etiqueta de Derecha a la Acción Electoral de Solidaridad (AWSP).

En estas circunstancias, los comicios del 23 de septiembre de 2001 se anticipaban funestos para el proyecto político que defendía Buzek, pero ninguna encuesta atinó con la proporción del desastre: con un paupérrimo 5,6% de los votos, la coalición AWSP se convirtió en la séptima fuerza más votada, siendo superada por la SLD, que, con el 41%, cosechó un triunfo histórico pero sin alcanzar la mayoría absoluta, la PO, el PiS, el PSL y por dos grupos que hasta entonces habían sido marginales pero que ahora hicieron su agosto con los despojos electorales de los herederos de Solidaridad: la sección partidista del sindicato agrario Autodefensa de la República Polaca (Samoobrona), liderado por el carismático Andrzej Lepper y exponente de un conservadurismo rural anarquizante, demagógico y con asomos xenófobos, y la Liga de las Familias Polacas (LPR) de Marek Kotlinowski, aún más escorada al ultranacionalismo y el clericalismo. Puesto que no alcanzó el listón del 8%, la AWSP fue condenada al arco extraparlamentario.

Los analistas vinieron a coincidir en que con esta espectacular debacle de la nebulosa de fuerzas surgidas de Solidaridad, Buzek, cuya honestidad personal no se cuestionaba, pagó por no haber sabido capitalizar sus innegables éxitos en la política exterior y edulcorar la amarga píldora de la reconversión económica con una imagen de coherencia ideológica, de liderazgo fuerte y de intolerancia ante los escándalos de corrupción que salpicaron a sus ministros.

En el primer apartado, las crónicas desavenencias internas en la AWS favorecieron los bandazos, no tanto por cuenta de Buzek como de miembros del grupo parlamentario, a los que él tampoco desautorizó, hacia los postulados populistas y nacionalistas de derechas, de difícil acomodo con la profesión de fe europeísta que la situación demandaba. Resultó ser ésta una estrategia de supervivencia vana, ya que alentó una controversia ideológica de la que sólo sacaron réditos las fuerzas más chovinistas y reaccionarias, como las citadas Samoobrona y LPR. Por otro lado, los observadores locales señalaron que hasta las presidenciales de 2000 Buzek estuvo supeditado de hecho al intrigante Krzaklewski, quien moldeó las políticas gubernamentales y utilizó las disputas entre facciones para conseguir sus metas políticas personales.

El 19 de octubre de 2001 Buzek presentó su dimisión formal a Kwasniewski declarando que ese era "el precio político a pagar" por las reformas que había llevado a cabo, y horas después Miller tomaba posesión del Gobierno en coalición con el adlátere habitual de los socialdemócratas, la Unión del Trabajo (UP), y el PSL. La última decisión del Gabinete saliente fue la aprobación del presupuesto revisado de 2002, que recortaba a la mitad el déficit inicial de 88.000 millones de zlotys (cerca de 21.000 millones de dólares). El 20 de octubre Buzek dimitió al frente del RS AWS y fue sustituido por el senador Mieczyslaw Janowski. En cuanto a la AWSP, como cabía esperar, se extinguió, corriendo sus tres desorientados integrantes destinos diversos: el PPChD se fusionó con el SKL en 2002, el RS desapareció de escena en 2004 y la ZChN siguió existiendo, pero condenada a la nimiedad.

Tras esta intensa experiencia, que debió resultarle bastante amarga por la sensación de haber realizado un trabajo esforzado y solvente pero desagradecido, Buzek abrió un paréntesis en su vida política para concentrarse en las actividades científicas y académicas, donde, dirigiéndose a unos públicos ya minoritarios y especializados, prolongó un quehacer más que notable. Así, pasó a ejercer como catedrático de Ingeniería Química en la Facultad de Ingeniería Mecánica del Politécnico de Opole y de vicerrector en la Akademia Polonijna de Czestochowa (APC), centro universitario silesio en el que puso en marcha la Polonia School of Diplomacy.


4. Nuevo curso político en el Parlamento Europeo

De cara a las elecciones del 13 de junio de 2004 al Parlamento Europeo, al que Polonia enviaba sus primeros representantes nacionales mes y medio después de adquirir la membresía en la UE, Buzek aceptó la oferta de Donald Tusk de encabezar la lista por el voivodato de Silesia de la PO, que esperaba obtener unos excelentes resultados a modo de anticipo de las generales de 2005. La popularidad del ex primer ministro quedó puesta de relieve al convertirse en el candidato a eurodiputado más votado de Polonia: sacó más de 170.000 papeletas. En cuanto a su nuevo partido, fue también el más votado con el 24,1% de los votos y 15 escaños, superando al PiS, la LPR, el Samoobrona y el tándem gubernamental de la SLD y la UP, que a estas alturas ya acumulaba una brutal erosión y a duras penas se mantenía en el poder.

En los hemiciclos de Estrasburgo y Bruselas, Buzek se adscribió al Grupo del Partido Popular Europeo-Demócratas Europeos (PPE-DE), del que eran representantes polacos la PO y el PSL. A lo largo de la legislatura de cinco años, fue miembro titular de la Comisión parlamentaria de Industria, Investigación y Energía, y miembro suplente de la de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria. Áreas todas ellas perfectamente homologables a su perfil de técnico y científico especializado en los procesos químico-industriales y preocupado por su impacto medioambiental y en la salud humana, un problema con el que estaba familiarizado desde la cuna, al haberse criado, educado y adiestrado profesionalmente en la minera, industriosa y polucionada Silesia.

Como miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía, Buzek fue el rapporteur o relator del Séptimo Programa Marco (FP7) de la Comunidad Europea para Acciones de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Demostración, que en junio de 2006 presentó su Informe sobre la propuesta de Decisión del Parlamento y el Consejo de la UE para el sexenio 2007-2013. Igual cometido desempeñó en relación con el Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (SET-Plan, propuesto por la Comisión Europea en noviembre de 2007), elaborando un Informe del Parlamento dirigido a aportar una solución sostenible al reto del cambio climático, y cuya idea fundamental era el impulso de las fuentes de energía de baja o nula emisión de dióxido de carbono.

Entretanto, el curso político en Polonia experimentó grandes sobresaltos y mudanzas. Las elecciones legislativas de septiembre de 2005 fueron ganadas por el PiS, que formó un Gobierno derechista con Kazimierz Marcinkiewicz de primer ministro y al que posteriormente se unieron la LPR y el Samoobrona; en octubre siguiente, Tusk perdió su envite ante Lech Kaczynski en las elecciones presidenciales; luego, en julio de 2006, los hermanos Kaczynski forzaron la dimisión de Marcinkiewicz y Jaroslaw tomó para sí la jefatura del Gobierno, dando lugar a la insólita situación de una pareja de gemelos ocupando las dos oficinas del poder ejecutivo; y un año más tarde, en agosto de 2007, el Gobierno se fue a pique por la salida de los dos socios extremistas del PiS. Como resultado de este caótico desarrollo, las elecciones anticipadas de octubre de 2007 otorgaron la victoria a la PO, con su programa moderado de rigor liberal en la economía y de reorientación constructiva de las relaciones con los socios de la UE. El 16 de noviembre Tusk se convirtió en primer ministro, teniendo como socio de gobierno al PSL.

Eurodiputado ampliamente respetado por su cualificación técnica, su laboriosidad y el carácter discreto y humilde que imprimía a todos sus trabajos, alejado de los focos mediáticos, el ex primer ministro polaco comenzó a ser barajado ya a principios de 2009 como un buen candidato a presidir el Parlamento en el primer tramo de la VII legislatura, que comenzaba en julio, momento en que expiraba también el mandato de 30 meses para el que en enero de 2007 había sido investido el democristiano alemán Hans-Gert Pöttering, colega de Buzek en la bancada de los democristianos europeos. En la VI legislatura, antes de la incorporación en 2007 de los 53 diputados electos en Bulgaria y Rumanía (lo que elevó temporalmente el número de miembros a 785), el Grupo del PPE-DE gozaba de una nítida mayoría de 277 escaños sobre 732, 79 más que el Grupo del Partido Socialista Europeo (PSE).

En los meses previos y en las semanas posteriores a las elecciones convocadas en los 27 estados miembros de la UE para los días 4, 5, 6 y 7 de junio de 2009, la candidatura de Buzek fue intensamente promovida por responsables políticos polacos y en particular por el primer ministro, Tusk, quien se empleó a fondo en el PPE para que el miembro de su agrupación se convirtiera en el primer presidente de la eurocámara de un país del extinto bloque soviético y de las últimas hornadas de la ampliación al centro, el norte y el este del continente. Otro polaco, el ex ministro Geremek (muerto en un accidente de tráfico en 2008), ya lo había intentado en 2004, pero la elección se la llevó entonces el socialista español Josep Borrell. Es más, desde el comienzo de las legislaturas europeas en 1979, la presidencia de la Cámara había recaído en representantes de un grupo restringido de países occidentales: Francia, España y Alemania, con tres titulares cada uno, y los Países Bajos, el Reino Unido e Irlanda, con uno cada uno.

Las gestiones intergubernamentales de Tusk resultaron decisivas para que retirara su postulación el italiano Mario Mauro, miembro del partido El Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, un mes después de celebrarse los comicios europeos, que otorgaron al PPE (en lo sucesivo desligado de los Demócratas Europeos, los cuales fundaron un grupo propio llamado Conservadores y Reformistas Europeos) una mayoría renovada de 265 escaños sobre 736. Buzek fue reelegido por Silesia y batiendo su récord de 2004: ahora votaron por él 393.000 polacos, obteniendo en el voivodato el 42% de los sufragios.

La retirada de Mauro fue comunicada el 5 de julio y en la jornada siguiente las directivas del PPE y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D, nueva denominación del Grupo del PSE, con 183 diputados electos) acordaron que Buzek presidiera la institución hasta la mitad de la legislatura en enero de 2012, momento en que le tomaría el relevo un socialista. Horas después de esta componenda entre los grupos mayoritarios, renunció a su vez a competir por el puesto el británico Graham Watson, hasta ahora líder de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ADLE). Finalmente, el 7 de julio, la candidatura de Buzek fue anunciada oficialmente por el presidente del Grupo del PPE, el francés Joseph Daul.

Arropado, por tanto, por un amplio consenso transversal, Buzek fue investido el 14 de julio vigésimo octavo presidente del Parlamento Europeo (empezando a contar en 1952, cuando la institución, completamente diferente, se llamaba Asamblea Común de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero) con una aplastante mayoría de 555 votos sobre 713 emitidos, la cuota de respaldo más amplia en la historia de la institución. Eva-Britt Svensson, diputada sueca del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, obtuvo unos testimoniales 89 votos.

En su discurso al pleno de Estrasburgo, el nuevo presidente de la Cámara rindió tributo a las luchas democráticas lideradas por Solidaridad en Polonia y a las libradas en el conjunto de países del antiguo bloque comunista por "millones de ciudadanos que rechazaron someterse a un sistema odioso". Sus pinceladas históricas y sus referencias a la unidad europea sirvieron para subrayar la interpretación de todos los presentes de que su elección venía a simbolizar la integración efectiva de las dos Europas, más allá de la desaparición de las barreras políticas y económicas, y de la participación en unas instituciones comunes.

A la espera de presentar un programa detallado de su mandato, Buzek llamó la atención sobre el problema de la "creciente indiferencia" de los ciudadanos por el proyecto europeo e insistió en la necesidad de no decepcionar a quienes habían depositado su confianza en los representantes parlamentarios, los cuales debían dar respuesta a las preocupaciones de los votantes. Así, estableció la necesidad de priorizar la defensa de la democracia y los Derechos Humanos, la lucha contra el cambio climático, la seguridad energética, la creación de empleo y la profundización de las relaciones estratégicas y de asociación con el Mediterráneo, América Latina, Estados Unidos y las potencias emergentes. Por todo ello, y "porque la Unión necesita estar bien organizada y ser efectiva", debía adoptarse el Tratado de Lisboa.

Jerzy Buzek posee sendos doctorados honoríficos en su especialidad científica concedidos por las universidades de Seúl, Dortmund y Süleyman Demirel de Isparta, Turquía, así como por los politécnicos de Silesia y Opole. En 1998 ganó en su país el Premio Grzegorz Palka y en 2001 el Gobierno español le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Aparte de las filiaciones arriba expuestas, fue artífice del Consorcio para la Protección del Aire en Silesia (1994), de la red científica germano-polaca Cooperación Internacional para la Protección del Medio Ambiente, la Seguridad en los Procesos y la Tecnología Energética (INCREASE, 1997), de la Fundación para la Familia (1998) y del Instituto Pro Publico Bono (2002). En 2004 fue elegido vicepresidente del Foro Europeo de la Energía.

Su esposa, Ludgarda, colega de estudios y de profesión, es profesora de Química en la Akademia Polonijna de Czestochowa, de la que ha sido vicerrectora y rectora, así como investigadora en el Instituto de Ingeniería Química de la Academia Polaca de Ciencias. El único retoño de la pareja, Agata Buzek, nacida en 1976, es una conocida actriz del cine y la televisión polacos, con algunas incursiones en la televisión alemana.

(Cobertura informativa hasta 15/7/2009)