J. D. Vance

J. D. Vance, senador por Ohio desde enero de 2023, fue presentado por Donald Trump como su compañero de fórmula presidencial en la Convención Nacional Republicana de julio de 2024. Cuatro meses después, el 5 de noviembre, Vance compartió con su jefe de filas la gran victoria en las urnas sobre el binomio demócrata de Kamala Harris y Tim Walz, convirtiéndose en vicepresidente electo de Estados Unidos.

Este legislador del ala derecha del republicanismo es un abogado e inversionista de orígenes humildes cuajados de traumas familiares, con un recorrido político tan corto como raudo. Suscribe punto por punto la plataforma nacionalista radical de Trump, a la que aporta enfoques muy conservadores en los terrenos social y moral (rechazo tajante del aborto sin exceptuar los casos de violación, la fecundación in vitro, el matrimonio homosexual, las políticas transgénero y el control de armas; defensa a ultranza del natalismo y el rol familiar tradicional de la mujer), acompañados de un rigorismo religioso que en su caso tiene impronta católica. Beligerante en su dialéctica antidemócrata y nada recatado en la difusión de bulos demagógicos, dice identificarse con la derecha católica "postliberal" y ha invocado la necesidad de un programa para "de-woke-izar" el país. 

A diferencia de Trump, que deja estas lizas ideológicas para quienes tengan perfil doctrinal, Vance ha aludido varias veces a la "guerra cultural", que para él es sinónimo de "guerra de clases". Su perfil conectaría con el voto de los trabajadores blancos del Medio Oeste damnificados por el declive de las industrias metalúrgica y manufacturera, que se ven víctimas de la globalización y se sienten ninguneados por las élites de Washington, Wall Street y, en general, el rico Nordeste. Ciudadanos venidos a menos que, explica el político en su web aludiendo a sus paisanos de Ohio, un día "vivieron contentos como clase media" pero que ya llevan mucho tiempo perdiendo poder adquisitivo y sufriendo precariedad. 

De cara al exterior, Vance se opone a la asistencia militar a Ucrania en aras de una "paz negociada", ahorrando un dinero que preferiría ver destinado al fortalecimiento de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y a la supresión sin contemplaciones de la inmigración ilegal, y por supuesto aplaude cualquier política de aranceles contra China que favorezca la relocalización de empresas. La conversión es una experiencia reiterada en la singular trayectoria de J. D. Vance: converso en la fe católica, abrazada en 2019, y converso en la adscripción política, pues en 2016 estuvo entre los republicanos que reaccionaron con hostilidad al desembarco en el partido del magnate de los negocios metido a candidato providencial a la Casa Blanca. Luego, al arrancar su carrera política en 2021, Vance se adhirió con el máximo fervor a Trump y abrazó su falso relato del robo electoral de 2020 en favor de Joe Biden.

El 20 enero de 2025 Vance tomará posesión como el quincuagésimo vicepresidente de Estados Unidos, el tercero más joven de la historia (Richard Nixon fue, en 1953, el segundo). A sus 40 años con 38 menos que Trump, Vance atrae las miradas por su posible condición de favorito para asumir en un futuro el liderazgo del movimiento trumpista, cuyo epítome es el eslogan-acrónimo de MAGA.

Una hipotética aspiración sucesoria que deberá probarse en la gestión vicepresidencial y, en caso de sustanciarse, seguramente medirse además con las de otros lugartenientes, incondicionales y allegados cercanos de Trump, quien en 2028 no podrá optar a la reelección por prohibición constitucional. A diferencia de Kamala Harris, Vance no tendrá un protagonismo especial en el Senado, del que pasa a ser presidente, porque el control de la Cámara alta queda en manos de los republicanos, luego el voto cualificado de desempate por su titular ya no será necesario. Dato a tener en cuenta, antes de la Convención Nacional Republicana de Milwaukee abogaron por su nominación vicepresidencial hijos varones de Trump, Don y Eric, y también el empresario Elon Musk.

Vance, cuya biografía está en las antípodas del hombre al que sirve con absoluta lealtad, va a ser uno más en la constelación de rostros al alza en el Gabinete y la Oficina Ejecutiva del Presidente de la segunda Administración Trump, donde abundan las figuras controversiales. Cuatro de los nominados, a los que el Senado habrá de confirmar, suscitan en particular la polémica y las dudas sobre su idoneidad para el cargo: se trata de Matt Gaetz para la Fiscalía General, Robert F. Kennedy Jr. para la Secretaría de Salud, Tulsi Gabbard para la Dirección de Inteligencia Nacional y Pete Hegseth para la Secretaría de Defensa. A diferencia de todos ellos, Vance es una alta autoridad del Gobierno Federal que llega al puesto por decisión del electorado, por lo que su instalación en la Vicepresidencia será automática.

(Texto actualizado hasta 20/11/2024).


Un pasado marcado por las privaciones

J. D. Vance, nacido en 1984 en un hogar disfuncional de clase obrera del sur de Ohio, ha descrito su infancia y adolescencia como un período intensamente desgraciado de su vida. Sus padres, Donald Bowman y Beverly Vance, se divorciaron cuando era un niño pequeño. Él ya había abandonado años antes el hogar conyugal. Ella, originaria del Kentucky rural y enfermera de profesión, desarrollaría más tarde una grave adicción a los analgésicos, lo que la llevaría a robar fármacos, a perder su trabajo y a engancharse a los opioides que se procuraba en las calles.

Tras ser adoptado a la edad de seis años por el tercero de los cinco maridos que iba a tener su madre, Bob Hamel, Beverly le cambió el nombre de pila, de James Donald a James David, para borrar la referencia al padre biológico, pero conservando las iniciales JD, devenidas un alias que el futuro político iba a usar como sustituto de su nombre legal. Durante varios años, hasta la treintena casi, su apellido registrado fue el de su padrastro, Hamel. Ante el desamparo de su progenitora, subyugada por las drogas y el alcohol, la crianza de JD y su hermana mayor, Lindsey, corrió a cargo de los abuelos maternos, Jim y Bonnie Vance, que los sacaron adelante con la ayuda de la asistencia social.

El relato de esa época de grandes dificultades constituye la trama de su libro de memorias Hillbilly Elegy: A Memoir of a Family and Culture in Crisis, donde Vance narra sus vivencias familiares incorporando elementos de drama social con un toque literario. El libro, publicado en 2016, tuvo un vasto éxito de ventas, mereció excelentes críticas y en 2020 fue adaptado al cine con la película Hillbilly Elegy, dirigida por Ron Howard e interpretada por Amy Adams, Glenn Close y Gabriel Basso en el papel del joven Vance. El filme, estrenado en Netflix, es presentado en las sinopsis como una historia de desestructuración familiar y superación personal con el trasfondo de la degradación socioeconómica en la región de los Apalaches.

Con tono de amargura no exento de omisiones interesadas y populismo, en la campaña electoral de 2024 Vance llegó a culpar de aquel pasado doloroso de abandono y penurias nada menos que al presidente Joe Biden, pues según él el político demócrata había sido corresponsable de una legislación pro libre comercio que "destruyó puestos de trabajo" en los cinturones fabriles y los barrios de trabajadores urbanos de los estados del Nordeste, la región de los Grandes Lagos y otras partes del Medio Oeste.

Al terminar la enseñanza secundaria en su Middletown natal en 2003, Vance optó por dejar atrás tan sombrío panorama familiar y corrió a alistarse al Cuerpo de Marines. En los cuatro años que llevó el uniforme, sirvió como periodista militar, en 2005 cubrió in situ la guerra de Irak y alcanzó el grado de cabo con algunas condecoraciones. En 2007 se licenció de los Marines para, acogido al programa federal de reinserción de veteranos del Ejército en la vida civil, matricularse en la Universidad Estatal de Ohio, donde dos años después se graduó summa cum laude con el título de Bachelor of Arts en Ciencias Políticas y Filosofía. 

Joven con talentos, Vance decidió hacerse abogado. En 2013 se tituló Juris Doctor en la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale y a continuación empezó a trabajar de auxiliar jurídico en el Tribunal del Distrito del Este de Kentucky, de donde pasó a la plantilla de abogados de la multinacional de servicios legales Sidley Austin, especializándose en derecho empresarial. En 2014 contrajo matrimonio en Kentucky con Usha Chilukuri, una abogada californiana hija de inmigrantes indios a la que había conocido en Yale. Hubo dos ceremonias nupciales, una cristiana y otra hindú. Vance procedía de un entorno protestante evangélico, aunque no era un "practicante activo"; es más, había llegado a ser un "ateo". Las cosas cambiaron drásticamente en agosto de 2019 al ser bautizado y confirmado en el catolicismo, cuya teología, según comentó, casaba mejor con sus ideas políticas y sociales profundamente conservadoras. Con Usha, Vance tuvo una hija y dos hijos.

Su experiencia en la vertiente legal del mundo de los negocios animó a Vance a probar fortuna como inversionista privado de capital. Instalado con su familia en San Francisco, entre 2016 y 2017 ejerció en el seno de Mithril Capital, sociedad de inversiones de capital de riesgo fundada por los empresarios de Silicon Valley Peter Thiel y Ajay Royan. Fue en esta época cuando se hizo famoso y amasó una fortuna como autor del citado Hillbilly Elegy. El libro se colocó en la lista de best sellers de The New York Times, para el que el abogado empezó a escribir columnas. Otro periódico liberal prodemócrata, The Washington Post, calificó a Vance, elocuente en su denuncia social y su apenas mitigado resentimiento, de la "voz del Rust Belt". 

Años después, Vance explicaría, según recoge la revista Time, que en sus relaciones con las "élites liberales" de Estados Unidos, personificadas sobre todo por las de la costa este, él apreció un "menosprecio" a las personas con las que había crecido en lugares en declive como Ohio, y cómo estas audiencias elitistas "defendían ideas que las habían beneficiado a ellas mismas a expensas de los trabajadores americanos".

En 2017 Vance fue fichado por la firma de inversiones Revolution LLC del magnate Steve Case, para la que llevó las operaciones de expansión de las líneas de negocio en zonas desatendidas al margen de los emporios de Nueva York y Silicon Valley. Dos años después, en diciembre de 2019, el treintañero puso en marcha Narya, empresa propia de capital de riesgo para la que escogió como sede Cincinnati, la gran urbe de Ohio, y con la que no tardó en incrementar su ya abultado patrimonio. Narya Capital centró su interés en empresas generadoras de riqueza en las áreas deprimidas de los Apalaches y las regiones adyacentes, desde Tennessee hasta Pensilvania, pasando por Kentucky y Ohio.

Ingreso en la política y adhesión tardía a Donald Trump

Su éxito en los negocios privados y su apego sentimental a Ohio y sus gentes incitaron a Vance a entrar en la política con los republicanos. Sus contactos con el partido se remontaban al menos a sus años de posgraduado en Yale, cuando realizó algunos trabajos para el senador por Texas John Cornyn. Entre 2016 y 2021 estas inquietudes sociopolíticas fueron canalizadas en Our Ohio Renewal, una ONG caritativa que según su promotor estuvo enfocada en corregir "males sociales" como los déficits escolares, el desarraigo familiar y las adicciones, es decir, todo lo que él había conocido de primera mano. En 2019 cofundó además el grupo de influencia conservador Rockbridge Network, que recabó el apoyo económico de inversores de Silicon Valley y figuró entre los muchos lobbies de apoyo a Donald Trump, llegado a la Casa Blanca en enero de 2017.

Precisamente, Vance, retoño autorredimido de una zona en decadencia de la América profunda, no vio con buenos ojos la irrupción del polémico promotor inmobiliario en las primarias republicanas en 2015, rechazo en lo que no se distinguió de otros muchos miembros del partido, ya fueran del sector moderado o de las alas más conservadoras, cual era su caso. Posiblemente, el abogado e inversor hecho a sí mismo, procedente de los estratos bajos de la sociedad y convertido en un profesional triunfador gracias exclusivamente a sus esfuerzos y aptitudes, miraba con desconfianza instintiva al multimillonario hijo de multimillonarios que era un símbolo del lucro desmedido y los plutócratas de Nueva York. 

De hecho, en unos mensajes publicados en Facebook de manera privada en 2016 y que posteriormente serían filtrados al publico, Vance arremetía duramente contra el entonces precandidato Trump llamándole "nocivo", "idiota", "gilipollas cínico como Nixon" y "el Hitler de Estados Unidos", quien era el fruto de la "negligencia colectiva del partido". Más aún, Vance se definía como seguidor del movimiento NeverTrump, activo en las redes sociales de Internet y en la calle.

Sin embargo, una vez en la Presidencia, Trump empezó a llamar la atención de Vance por su nacionalismo económico y su proteccionismo comercial. Las políticas encuadradas en el lema Make America Great Again (MAGA) no podían dejar indiferente al de Ohio porque tocaban una fibra sensible, una de sus obsesiones personales: revigorizar las industriales locales agonizantes, para reparar tejido productivo y de paso social, crear buenos puestos de trabajo y satisfacer con bienes estadounidenses una demanda de consumo que venía cubriéndose con importaciones del extranjero. Aun y todo, Vance no pasó de ser un ácido detractor a un encendido encomiasta de Trump de la noche a la mañana. Todavía en febrero de 2020, en el último año presidencial, Vance aludió con escepticismo al "fracaso" del "populismo económico" de Trump, quien no había obtenido resultados tangibles en el relanzamiento de las manufacturas nacionales.

En julio de 2021 el inversionista, tras un trienio sopesándolo, anunció que se presentaba a la campaña para uno de los dos escaños de Ohio en el Senado de Estados Unidos, a elegir en las votaciones de mitad de mandato (el de Joe Biden) de noviembre de 2022 y al que ya no optaba Rob Portman, después de dos mandatos. De paso, Vance conoció personalmente a Trump, quien lo recibió en su mansión de Mar-a-Lago; la persona que los presentó fue Peter Thiel, el CEO de la sociedad de inversiones, Mithril Capital, de la que Vance había sido directivo años atrás y que ahora era el principal donante de fondos de su campaña política.

La opinión de Vance sobre Trump dio un giro de 180 grados. Ahora, Vance veía a Trump como el hombre providencial que Estados Unidos necesitaba urgentemente tras caer el Gobierno en manos de los demócratas. El aspirante a senador borró algunos mensajes embarazosos en Twitter y pidió perdón por todo lo malo que había pensado y dicho sobre el anterior mandatario. En julio de 2021 se confesó a la cadena Fox News en los siguientes términos "Al igual que muchos, critiqué a Trump en 2016 (…) Pido a la gente que no me juzgue por lo que dije entonces, porque he sido muy franco sobre aquellas cosas críticas que dije y me arrepiento de haberme equivocado con el tipo. Creo que fue un buen presidente, creo que tomó muchas buenas decisiones para la gente y creo que recibió muchas críticas". En las elecciones presidenciales de 2016 él había votado al independiente y ex republicano Evan McMullin, pero en las de 2020 su voto había sido ya para Trump, afirmó Vance.

En mayo de 2022 Vance, luego de conseguir el decisivo respaldo de Trump (en septiembre siguiente el ex presidente dijo mordazmente de él: "JD está besándome el culo,  quiere mi apoyo desesperadamente"), se impuso en la primaria republicana con el 32% de los votos y en la elección general del 8 de noviembre batió a su adversario demócrata, Tim Ryan, congresista por el estado desde 2003, con el 53%. El 1 de enero de 2023 Vance, a la inusualmente temprana edad de 38 años, tomó posesión de su escaño de senador júnior por Ohio; el otro representante del estado era el demócrata Sherrod Brown, en ejercicio desde 2007.

A finales de aquel mes, Vance anunció su adhesión al ex presidente en su precandidatura para retornar a la Casa Blanca en las elecciones de 2024. Tras imponerse en las primarias del partido con el mínimo esfuerzo sobre Nikki Haley y Ron DeSantis, Trump llegó a la Convención Nacional Republicana del verano de 2024 en Milwaukee, Wisconsin, coronado para su nominación. El primer día del cónclave, el 15 de julio, Trump presentó al senador por Ohio como la persona escogida para conformar su fórmula presidencial; dos días después, Vance aceptó la nominación.

Desde mediados de junio se sabía que Trump manejaba una lista de vicepresidenciables en la que además de Vance figuraban otras ocho personalidades: el gobernador de Dakota del Norte Doug Burgum, el gobernador de Virginia Glenn Youngkin, el senador por Florida Marco Rubio, el senador por Carolina del Sur Tim Scott, el senador por Arkansas Tom Cotton, el congresista por Florida Byron Donalds, la congresista por Nueva York Elise Stefanik y el ex secretario de Vivienda Ben Carson. 

Luego, esa lista había quedado reducida a cuatro finalistas: Vance, Burgum, Rubio y Scott. Previamente, los medios habían especulado con otros nombres conocidos de la escena republicana, algunos veteranos de la primera Administración Trump y partidarios acérrimos del ex presidente, como Nikki Haley, Mike Pompeo, Mark Meadows, John Ratcliffe, Ted Cruz, Tulsi Gabbard, Lindsey Graham, Marjorie Taylor Greene, Rand Paul, Michael Waltz y Kristi Noem, entre otros.

(Cobertura informativa hasta 1/8/2024).

 

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