Ivo Josipovic

Las elecciones celebradas en Croacia en diciembre de 2009 y enero de 2010 proyectaron a la Presidencia de la República al diputado Ivo Josipovic, candidato del Partido Social Demócrata (SDP), en la oposición al Gobierno conservador de la Unión Democrática Croata (HDZ). Este jurista de relieve, profesor y experto en Derecho Penal y Derecho Internacional, amén de músico talentoso, sucede a Stipe Mesic como el tercer presidente de la Croacia independiente. Titular de la máxima oficina ejecutiva en una república parlamentaria, luego revestido de poderes limitados, Josipovic preconiza el refuerzo de la lucha contra la corrupción y del sistema judicial para llevar a buen puerto la entrada del país en la Unión Europea.

(Texto actualizado hasta febrero 2010)

1. Profesor de Derecho y músico de postín
2. Elección presidencial en 2010


1. Profesor de Derecho y músico de postín

Hijo de padres dálmatas pero nacido y criado en Zagreb, toda su educación, que incluyó una esmerada formación musical, discurrió en la capital del país, entonces una de las repúblicas socialistas que integraban la Yugoslavia federal de Tito. En 1980 se diplomó en Derecho por la Universidad de Zagreb, tras lo cual se colegió para la práctica jurídica, que comenzó con una pasantía en el Tribunal del Condado de Zagreb.

En 1984 empezó a dar clases en la Universidad como auxiliar de docencia y en los diez años siguientes desarrolló una carrera académica que jalonaron los títulos de licenciado superior en Derecho Penal y doctor en Ciencias Jurídicas. En 1996 fue contratado por su alma máter como profesor adjunto y desde 2000 continuó ejerciendo en la Universidad como profesor asociado de las asignaturas de Derecho Penal Procesal, Derecho Penal Internacional y Derecho de Faltas. Hasta el día de hoy, Josipovic ha desarrollado actividades lectivas y científicas en varios centros europeos de investigación jurídica, como los institutos Max Planck de Derecho Internacional Penal y Privado de Friburgo y Hamburgo, en Alemania, así como en la Universidad de Yale, ha tomado parte en proyectos europeos y ha publicado cerca de un centenar de artículos en revistas especializadas, nacionales y foráneas, o en libros de autoría colectiva.

En 1994, el año en que se sacó el doctorado con una tesis sobre los procedimientos penales del arresto y la detención, ayudó a poner en marcha el Centro Legal Croata (Hrvatski Pravni Centar), un think tank independiente dedicado a promover el principio del imperio de la ley y a extender la seguridad jurídica de las personas en la Croacia independiente, lo que le costó algunos encontronazos con el régimen nacionalista autoritario del presidente Franjo Tudjman y le llevó a cooperar con organismos como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Comité de Helsinki para los Derechos Humanos en Croacia.

El activismo del jurista en este terreno lo ilustran en particular unas gestiones realizadas conjuntamente con la Cruz Roja en 1992, siendo secretario de la Comisión Croata para la prestación de asistencia legal, que permitieron la liberación de 180 prisioneros de guerra croatas recluidos en campos de concentración serbios desde la caída de la ciudad eslavona de Vukovar durante la guerra de independencia de 1991. Por otro lado, representó a su país ante el Tribunal Internacional de Justicia y ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), ambos en La Haya. También, ejerció de consultor para el Consejo de Europa en la evaluación de las condiciones carcelarias en Ucrania y Azerbaidzhán.

Miembro de la Comisión Estatal para Crímenes de Guerra y asesor del Gobierno de Tudjman en materia de cooperación con el TPIY, en 1997 Josipovic formó parte del equipo jurídico del Estado croata que impugnó la orden remitida por la fiscalía de La Haya al principal lugarteniente de Tudjman de la línea más dura, el ministro de Defensa Gojko Susak, para que facilitara al Tribunal los documentos militares que aquella necesitaba en el proceso por crímenes de guerra abierto contra el general bosniocroata Tihomir Blaskic, entregado voluntariamente el año anterior. El Gobierno croata ganó la apelación en La Haya (lo que simplemente cambió el procedimiento de la fiscalía), aunque Josipovic no dejó de recomendar a los responsables políticos que se esforzaran en cooperar con la corte internacional. El profesor pensaba además que el sistema judicial croata debía armonizar su normativa con la del derecho penal internacional. Años después, se mostró más favorable a abordar el enjuiciamiento de los crímenes de guerra cometidos por ciudadanos croatas en la propia Croacia.

Josipovic, un hombre de izquierda (lo que no le impidió prestar servicios profesionales al régimen derechista y caudillista de Tudjman, vínculo que a posteriori se le ha reprochado en más de una ocasión), había estado metido en política desde 1980, cuando activó una militancia en la Liga de los Comunistas Croatas, el partido gobernante y el único legal. En 1990 participó en la transformación democrática de esta rama republicana del desintegrado comunismo yugoslavo y ayudó a redactar el primer estatuto del Partido Social Demócrata (SDP), que en 1993, hallándose en la oposición, adoptó este nombre bajo el liderazgo de Ivica Racan. En 2000 el SDP ganó las elecciones a la Unión Democrática Croata (HDZ), el partido de Tudjman, que había fallecido el año anterior, y Racan se convirtió en primer ministro. Pero para entonces, Josipovic ya llevaba seis años desligado de la política, concentrado en el Derecho (que incluía una inquietud por las cuestiones de propiedad intelectual y derechos de autor) y en su otra gran área de intereses, el mundo de la música, donde su reputación profesional no iba a la zaga o incluso era superior.

El jurisconsulto desarrolló esta pasión artística desde la infancia y de adulto la simultaneó, protagonizando una inusual doble especialidad, con los tratados legales y las aulas universitarias. Desarrollado su talento en la Academia de Música de Zagreb, donde tuvo como profesor al musicólogo Stanko Horvat, en 1987 empezó a dar clases en la Escuela de Armonía y pasó a ocupar funciones directivas en la Federación Internacional de Juventudes Musicales, además de convertirse en el secretario de la Sociedad de Compositores de Croacia. En 1991 fue nombrado director de la Bienal de Música de Zagreb y en los años siguientes se distinguió como un virtuoso y laureado instrumentista de piano y compositor de medio centenar de piezas de música clásica para ser ejecutadas por distintos tipos de orquesta y coros. Sus composiciones más aclamadas, aunque apenas conocidas fuera de Croacia, son Samba da Camera, Hiljadu lotosa (Miles de lotos), Igra staklenih perli (Juego de abalorios de cristal), Tuba Ludens y Ars diaboli, esta última para cuarteto de cuerda. En 1998 ingresó en la red no gubernamental World Academy of Art & Science (WAAS).

A principios de 2003 el Gobierno de Racan presentó a Josipovic como el postulante de Croacia para ocupar uno de los 18 puestos de juez en la Corte Penal Internacional, pero en las votaciones efectuadas en Nueva York su candidatura no prosperó. Tras esta apuesta profesional frustrada, Josipovic aceptó la oferta de Racan de regresar a la política activa arropado por el SDP pero sin pertenecer formalmente a él. Fue en estas condiciones, que técnicamente hacían de él un independiente, como Josipovic ganó su primer mandato representativo en las elecciones generales del 23 de noviembre de 2003, que supusieron la derrota de los socialdemócratas y sus socios centristas, y el regreso de la HDZ al poder de la mano de Ivo Sanader. El profesor debutó en el Sabor o Parlamento de Croacia como vicejefe del grupo parlamentario socialdemócrata y en 2005 pasó a representar al SDP también en la Asamblea Municipal de Zagreb. Reelegido en su escaño nacional en los comicios del 25 de noviembre de 2007, en agosto de 2008 se dio finalmente de alta como militante del SDP.


2. Elección presidencial en 2010

En las elecciones presidenciales de enero de 2005 el SDP apoyó la candidatura reeleccionista e independiente de Stipe Mesic, un político centrista con mucho tirón popular y respetado internacionalmente por su condición de arquitecto de la superación del aislamiento diplomático que la época de Tudjman había deparado a Croacia y sus obstinadas exhortaciones a los gobiernos de turno para que colaboraran sin restricciones con el TPIY en la extradición de los acusados croatas por crímenes de guerra. Mesic se impuso en la segunda vuelta a la candidata de la HDZ, la viceprimera ministra Jadranka Kosor, y revalidó su mandato por otros cinco años.

En cuanto al SDP, en abril de 2007 perdió a su dirigente histórico, Racan, fallecido de un cáncer a los 63 años, y eligió un nuevo presidente en la persona de Zoran Milanovic, un técnico de política exterior prácticamente desconocido y que sólo llevaba militando en el partido desde 1999. Meses después, en noviembre, tuvieron lugar las elecciones parlamentarias, que la HDZ volvió a ganar por mayoría simple, aunque los socialdemócratas remontaron posiciones y aumentaron su representación en 22 escaños. En relación con el oficialismo, en julio de 2009 Sanader dimitió por sorpresa y el Sabor invistió primera ministra a Kosor.

De cara a las elecciones presidenciales de diciembre de 2009, el SDP, siguiendo con el ejemplo del propio Milanovic dos años atrás, decidió apostar por la novedad, aunque llevara parejas la inexperiencia ejecutiva y la ignorancia por el gran público. Josipovic, con su nombradía en los círculos académicos y estatales, parecía una buena opción. El 20 de junio de 2009 el Comité Principal anunció que Josipovic y Ljubo Jurcic, el principal especialista económico del partido y antiguo ministro de Economía con Racan, contenderían en una primaria para definir el candidato presidencial del SDP. La elección interna tuvo lugar el 12 de julio y el tranquilo profesor de Derecho se llevó la nominación con el 61,4% de los votos.

El jurista, agnóstico declarado en un país abrumadoramente católico, presentó una campaña presidencial fundada en el eslogan Nova Pravednost (Nueva Justicia), que invocaba la creación de un nuevo marco legal y ético orientado a la superación de las inequidades sociales, la corrupción política y el crimen organizado. Unos avances verificables en la lucha contra estos lastres eran imprescindibles para obtener la adhesión de Croacia a la Unión Europea en la fecha deseada de 2012, al cabo de unas trabajosas negociaciones que se prolongaban desde octubre de 2005, y luego de levantar la vecina Eslovenia en septiembre de este 2009 un veto de casi un año de duración a causa de la disputa fronteriza por la bahía de Piran (desde el 1 de abril el país ya era miembro de la OTAN). En opinión del socialdemócrata, el Gobierno de Kosor no estaba librando la lucha anticorrupción con el ímpetu necesario.

Josipovic pasó a liderar con holgura los sondeos de intención de voto favorecido por el desconcierto instalado en la HDZ, donde la renuncia de Sanader a representarla en las urnas obligó a la formación centroderechista a decantarse por un candidato que se demostró poco consistente, el ex ministro Andrija Hebrang. En la ronda del 27 de diciembre el aspirante del SDP se puso en cabeza con el 32,4% de los votos, dejando en la estacada a una decena de contrincantes. Su rival para la segunda vuelta fue, con el 14,8% de los votos, Milan Bandic, el alcalde de Zagreb, un exitoso político de corte populista que hasta hacía sólo mes y medio había sido su conmilitón: el anuncio por Bandic a principios de noviembre de que se presentaba a las presidenciales le acarreó la expulsión del partido de manera fulminante, convirtiéndose así en un candidato independiente.

De cara a la vuelta del 10 de enero de 2010, Josipovic y Bandic intercambiaron ácidos reproches y algunos golpes bajos. El primero pintó la lid electoral con tintes maniqueos, al identificarse él con la "luz" y a su adversario con la "oscuridad", mientras que el segundo acusó al profesor de estar teleguiado por su jefe partidista, Milanovic, y de carecer de alforjas políticas propias. Josipovic cogió al vuelo esta imputación e involucró al edil capitalino en una maniobra de intrigas protagonizada por Sanader. Bandic, instintivo y desenvuelto, cortejó abiertamente el voto de los sectores católicos y nacionalistas más conservadores, potencialmente hostiles al agnóstico Josipovic, aunque hizo gala de una ignorancia política elemental.

El socialdemócrata, con sus gafas de miope y su cabello completamente plateado por las canas, ofrecía un estilo más ceniciento, cerebral y hasta aburrido, pero acertó a transmitir una imagen de solvencia intelectual, como el reconocido experto en legislación que era, parte de la cual había ayudado a elaborar en el Sabor. Sin temor a las recriminaciones ideológicas, durante la campaña Josipovic gustó de exhibir una prenda llamativamente roja, ya fuera una bufanda o una corbata; es más, llegó a vaticinar que su victoria marcaría el principio del fin del predominio de la HDZ y que tras las próximas elecciones parlamentarias el país entero se teñiría de rojo. Además, Josipovic ganó a Bandic en la captación de respaldos; entre otras personalidades y agrupaciones, pidieron el voto por él el presidente saliente, Mesic, los candidatos apeados Vesna Pusic, Nadan Vidosevic y Damir Kajin, y los partidos Social Liberal (HSLS) y Popular (HNS). Incluso un grupo de antiguos generales y renombrados ex combatientes de la guerra de la independencia firmaron un manifiesto de apoyo a su candidatura.

Sin sorpresas, el 10 de enero Josipovic se proclamó presidente electo de la República con un contundente 60,3% de los votos, alcanzando la participación en esta ronda el 50,1% del censo. La transmisión de poderes por Mesic tenía como fecha el 18 de febrero. La oficina que Josipovic iba a ocupar con mandato hasta 2015 estaba revestida de atribuciones muy limitadas, al carecer de competencias en materia económica (precisamente en la coyuntura actual, profundamente recesiva), del derecho de veto de la legislación aprobada por el Parlamento (aunque sí podía demorar su promulgación impugnándola ante el Tribunal Constitucional) y de la primacía ejecutiva en la política exterior, de cuya formulación sí podía ser copartícipe junto con el Gobierno. Del jefe del Estado croata se esperaba, ante todo, una capacidad armonizadora, moderadora del juego político e impulsora de la interlocución con los países socios y aliados. Por otro lado, Josipovic iba a tener que darse de baja del SDP para cumplir el régimen de incompatibilidades de la Carta Magna.

Ivo Josipovic está casado con Tatjana Josipovic, una colega de profesión jurídica que da clases en la Facultad de Derecho de Zagreb. La pareja tuvo una hija, Lana, en 1991.

(Cobertura informativa hasta 15/01/2010)