Ion Chicu

Ion Chicu se formó en la Academia de Estudios Económicos de Moldova (ASEM) entre 1989 y 1994 y su primer trabajo tras graduarse fue en la plantilla de la compañía Moldacom, donde a lo largo de una década fungió de jefe departamental. Hasta 1996 siguió vinculado a la actividad lectiva y realizó prácticas formativas en diversos países europeos. En 2005 entró en los escalafones del Gobierno moldavo como titular de la Dirección General de Reformas Estructurales, perteneciente al Ministerio de Economía y Comercio, y como asesor de Zinaida Greceanîi, primera viceprimera ministra del Gobierno encabezado por Vasile Tarlev, miembros ambos del Partido de los Comunistas de la República de Moldova (PCRM).

En marzo de 2006 Chicu ascendió a viceministro de Finanzas y en abril de 2008 Greceanîi, recién nombrada primera ministra por el presidente de la República Vladimir Voronin, le asignó el rol de asesor principal en las áreas de economía y relaciones exteriores. En septiembre de 2009, el desalojo del prorruso PCRM y la subida al poder de la coalición proeuropea de centro-derecha mandada por el Partido Liberal Democrático de Moldova (PLDM) de Vlad Filat, nuevo primer ministro, vinieron a interrumpir el servicio de gobierno del economista, que en los ocho años siguientes se desempeñó como consultor financiero y de gestión de proyectos públicos fuera de las instituciones estatales.

Aunque toda su trayectoria funcionarial había sido a instancias del PCRM y ahora mantenía vínculos con el Partido de los Socialistas de la República de Moldova (PSRM, sucesor del anterior como formación señera de la izquierda prorrusa y de paso la primera fuerza parlamentaria en la antigua república soviética), Chicu no era militante de ninguna agrupación y su estatus era el de independiente. Esta característica, unida a su peritaje técnico, hizo posible que en enero de 2018 el Gobierno de Pavel Filip, del centroizquierdista Partido Democrático de Moldova (PDM), le reclutara para el cargo de secretario general del Ministerio de Finanzas. El 10 de diciembre del mismo año el presidente de la república, el socialista Igor Dodon, a petición de Filip, nombró a Chicu ministro de Finanzas en sustitución de Octavian Armasu, hasta entonces su directo superior en el Gobierno.

La constitución el 8 de junio de 2019, de resultas de los comicios del 24 de febrero, por Maia Sandu, líder del centrista Partido de Acción y Solidaridad (PAS), de un nuevo Gobierno de coalición que incorporaba al PSRM y mandaba al PDM a la oposición, supuso el final de la breve experiencia ministerial de Chicu. Sin embargo, el presidente Dodon, como antes Greceanîi, le pidió que fuera su consejero en el campo de las finanzas públicas.

El 12 de noviembre de 2019 Chicu seguía en su tarea de asesor presidencial cuando la inestable política moldava experimentó su enésimo sobresalto: el PSRM, dando por roto el Gobierno de coalición con tan solo cinco meses de vida, lanzó contra los dos partidos proeuropeos de la alianza ACUM, el PAS y la Plataforma Dignidad y Verdad (PPDA), una moción de censura con el resultado cantado del derribo del Gabinete Sandu. Los socialistas justificaron su expeditiva acción, anunciada días atrás y respaldada por el PDM, por el intento "inconstitucional" de Sandu de modificar el mecanismo para el nombramiento del fiscal general; a su vez, la defenestrada primera ministra acusó al PSRM de "traición" e insistió en que el cambio legal por ella propugnado resultaba imprescindible para que el Ministerio Público de Moldova pudiera ejercer sus funciones en la lucha anticorrupción de una manera más eficaz y para que el fiscal general fuera un profesional "independiente e insobornable".

Al día siguiente, Dodon, indisimuladamente satisfecho con la maniobra del partido del que ya no era jefe (desde 2016 tal condición recaía en Zinaida Greceanîi, a la sazón presidenta del Parlamento) pero en el que sin duda conservaba un intenso ascendiente, anunció que nominaba primer ministro a Chicu con la misión de formar un Gobierno de "profesionales y tecnócratas". A su entender, no era posible reconstituir la coalición entre el PSRM y la alianza ACUM debido a que sus posturas eran "diametralmente opuestas". El PAS y la PPDA ya habían dejado claro que no pensaban proponer otro candidato a primer ministro que no fuera Maia Sandu.

A las pocas horas, Chicu presentó su Gabinete, integrado casi en su totalidad por personas que, como él, eran independientes, pero relacionadas en mayor o menor medida con el PSRM y con el entorno de Dodon. Es más, al menos dos ministros, los titulares de Interior, Pavel Voicu, y de Justicia, Fadei Nagacevschi, estaban afiliados a PSRM. El 14 de de noviembre el Parlamento moldavo, donde los socialistas disponían de una mayoría simple de 35 diputados, otorgó la confianza al nuevo Gobierno Chicu con 62 votos a favor. Los otros legisladores que aprobaron a Chicu fueron 26 representantes del PDM y un diputado no adscrito. Los 26 diputados de la ACUM de Sandu abandonaron el hemiciclo instantes antes de la votación.

Los observadores de la política moldava coincidieron en destacar que la instalación del Gabinete Chicu suponía un considerable refuerzo de la posición del presidente Dodon, titular de una oficina que sobre el papel disponía de poderes muy limitados y no podía alterar las directrices políticas marcadas por el Parlamento y el Gobierno, lo que era como decir el avance de las tesis prorrusas en Moldova. Ya Sandu, más pragmática que sus predecesores en la jefatura del Gobierno, había iniciado con Rusia un cauteloso diálogo con la mirada puesta en los vitales suministros de gas y el levantamiento de las sanciones comerciales aplicadas por Moscú para presionar a Moldova, país que participaba en la Política Europea de Vecindad de la UE a través de un Acuerdo de Asociación y el Partenariado Oriental. En este sentido, resultó llamativo el pronto desplazamiento de Chicu a Moscú el 20 de noviembre, para una visita de trabajo en la que sostuvo unas cordiales conversaciones con su homólogo ruso Dmitri Medvédev

El 16 de marzo de 2020 llegó el anuncio, esperado, de que el PDM entraba en el Gobierno con cuatro ministros, los responsables de Exteriores, Defensa, Economía y Educación. La suma del partido de Pavel Filip, que recientemente había sufrido una escisión en torno precisamente a esta cuestión -la marcha del sector minoritario leal al anterior presidente de la formación, el polémico oligarca Vladimir Plahotniuc, hoy prófugo de la justicia y huido a Estados Unidos con cargos de corrupción-, confirió al Gabinete Chicu una mayoría absoluta de 59 diputados.

En la jornada siguiente, 17 de marzo, el primer ministro, de común propuesta con el presidente, se dirigió al Parlamento para solicitar la declaración del estado de emergencia en todo el territorio nacional por el período constitucional de 60 días, hasta el 15 de mayo, ante el avance de la pandemia del coronavirus COVID-19. En ese momento, Moldova, país de 3,5 millones de habitantes (si bien unos 300.000 ciudadanos residían en el extranjero y otros 500.000 vivían en la autoproclamada República del Transdniéster, región secesionista rusófona de la parte oriental sobre la que Chisinau no ejercía ninguna autoridad), tenía reportados 29 casos de infección y ningún fallecimiento. Simultáneamente, se procedió al cierre de las fronteras con Ucrania.

Días atrás, las autoridades de Chisinau ya habían ordenado la interrupción de las clases en todos los centros de enseñanza, la limitación de concentraciones públicas, la restricción de movimientos internos, el régimen especial de entrada y salida del país, la suspensión de vuelos, la cancelación de eventos y el cierre de iglesias, comercios de hostelería y edificios culturales. El 25 de marzo, aproximándose a los 150 contagiados, uno de los cuales había muerto, y siguiendo los pasos de la vecina Rumanía, Moldova inició un régimen de cuarentena nacional con "autoaislamiento domiciliario" de la población, clausura de espacios públicos y cierre de todos los establecimientos no esenciales. El acatamiento del drástico paquete de medidas sería vigilado en las calles por patrullas conjuntas de la Policía y el Ejército.

(Cobertura informativa hasta 1/4/2020)