Hennadiy Trujanov

Odesa, con más de un millón de habitantes la tercera ciudad de Ucrania y su principal puerto de mar, ha sido uno de los objetivos fallidos de Rusia durante su guerra de agresión y conquista, desencadenada el 24 de febrero de 2022. El alcalde local, Hennady Trujanov, asume, al igual que Vitaliy Klitschko de Kyiv, Ihor Terejov de Jarkiv y otros ediles, el desafío de preservar la gestión municipal y los servicios corrientes mientras la ciudad se militariza y atrinchera bajo la ley marcial, y el Ayuntamiento moviliza los resortes de la protección civil para socorrer a una población bombardeada y asediada. En el caso de Odesa, en la retaguardia del frente, ni sus calles ni su periferia han llegado a sufrir combates terrestres, pero sus vecinos viven bajo el temor a un asalto costero del enemigo, peligro que la exitosa contraofensiva ucraniana de septiembre en los oblasts orientales parece haber alejado. 

Trujanov, un político fajado en los ambientes rusófilos y con un historial de investigaciones policiales e imputaciones judiciales por corrupción, ha pasado de expresar posturas favorables a Moscú a acusar al Ejército ruso de "fascista", y a Putin en particular de estar "borracho de fama y poder". Odesa sufrió su primer bombardeo desde buques apostados cerca de la costa el 21 de marzo, a punto de cumplirse un mes del inicio de la invasión, y los ataques, dirigidos contra objetivos militares, económicos y de comunicaciones pero también indiscriminados contra zonas residenciales y áreas de ocio, se intensificaron en los meses siguientes. Al fuego de artillería naval se le sumaron los misiles de crucero, los destrozos cobraron gravedad y las autoridades reportaron varias víctimas mortales. Mientras, los residentes se afanaban en recibir adiestramiento militar y en levantar barricadas y defensas para ayudar al Ejército a repeler un desembarco anfibio o bien una ofensiva por el norte.

Trujanov opina que Odesa, llamada a veces la perla del mar Negro por su bella arquitectura historicista y su riqueza cultural, es un objetivo inconfeso pero "obsesivo" de Putin al tratarse de la más populosa urbe rusófona, a la vez que multiétnica y cosmopolita, de Ucrania y, más el óblast aledaño de Mykolaiv, la pieza que le falta para extender las conquistas militares desde el Donbás hasta la frontera del Transdniéster moldavo. De conseguirlo, tomaría forma el proyecto ultranacionalista y expansionista de la Nueva Rusia (Novoróssiya), es decir, todo el sur y el este de Ucrania, que el dictador querría anexionar a la Federación Rusa al considerarlas tierras históricamente rusas. Tras las caídas de Jerson, Berdyanks y Mariupol, Odesa y los puertos satélite de Chernomorsk y Yuzhny (los tres forman un vasto complejo de terminales de carga de petróleo, grano y contenedores, astilleros, plantas petroquímicas y otras instalaciones industriales) son, junto con la también ciudad heroica de Mykolaiv, las únicas salidas marítimas comerciales que le quedan a Ucrania. 

El valor estratégico de Odesa, donde los muelles de carga se intercalan con las playas vacacionales, ha cobrado más relieve si cabe desde la firma el 22 de julio en Estambul, por delegados ucranianos y rusos y bajo la supervisión de la ONU y Turquía, de un acuerdo para desbloquear las exportaciones de cereales por mar, eslabón crítico del comercio mundial de alimentos. Al día siguiente, otro bombardeo con misiles contra el puerto de Odesa puso en evidencia la dudosa voluntad por Rusia de respetar el acuerdo.

Luego, en agosto, Trujanov generó polémica por unas declaraciones en las que pedía "actuar políticamente", no solo en el terreno militar, con respecto a Rusia a fin de buscar un "compromiso" dialogado para "evitar la confrontación", salvar vidas y, eventualmente, poner fin a la guerra. De sus palabras podía inferirse que asumía la posibilidad de que Ucrania tuviera que renunciar definitivamente a la península de Crimea en aras de la paz. Pero a la vez, Trujanov afirmó que los ocupantes debían ser expulsados de "todo el territorio de nuestro país" y transmitió su convicción de que Ucrania lucharía en el campo de batalla "hasta la victoria final". 

Por otro lado, Trujanov se ha manifestado en contra de la campaña popular, apoyada por la administración regional militar y por el propio presidente Zelenskiy, para proceder al desmantelamiento de monumentos históricos que, como la estatua de Catalina II, fundadora en 1794 de una ciudad hoy aspirante a ser incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, recuerdan el intenso vínculo de Odesa con los zares Romanov y el antiguo Imperio Ruso. El alcalde sostiene que "la historia no se puede cambiar", y que si Putin no se ha ensañado con Odesa, a diferencia de otras ciudades machacadas y medio destruidas por los bombardeos, es porque quiere conquistarla intacta.

(Cobertura informativa hasta 27/9/2022)

 

 

El alcalde Trujanov procede del mundo militar. En los últimos años de la URSS sirvió en el Ejército como teniente especializado en ingeniería de artillería autopropulsada. En 1992, con Ucrania ya independiente, se retiró de las Fuerzas Armadas portando el galón de capitán y hasta el final de la década trabajó en el sector privado como responsable de varias firmas de seguridad que, al parecer, ofrecían servicios de guardaespaldas y formación paramilitar. En la década siguiente realizó consultorías en dicho campo para la petrolera Lukoil y otras empresas, así como para la Rada, el Parlamento de Ucrania.

La actividad municipal de Trujanov en Odesa se remonta a 2005, cuando fue elegido concejal por primera vez. Entonces, militaba en el Partido de la Regiones (PR), formación vagamente centrista o conservadora, muy orientada a los intereses de los oligarcas y patrones industriales en buenos negocios con Rusia y que era votada masivamente por los electores rusófonos y rusófilos de los oblasts del este de Ucrania. A nivel nacional, fue la primera fuerza en las legislativas de 2006, 2007 y 2012, y dirigió el Gobierno varios años bajo los presidentes prorrusos Leonid Kuchma y Viktor Yanukovych.

Tras su reelección en 2010, Trujanov pasó a liderar el PR en el Ayuntamiento de Odesa, con el regionalista Oleksiy Kostusev de alcalde. En octubre de 2012 salió elegido diputado del PR en la Rada Suprema de Ucrania y el 25 de mayo de 2014 se alzó con la victoria en las elecciones extraordinarias a alcalde de Odesa. 

Las votaciones municipales de mayo de 2014 tuvieron lugar días después de sufrir la ciudad unos sangrientos enfrentamientos entre partidarios y contrarios del Euromaidán, la revuelta civil que en febrero anterior había derrocado en Kyiv al régimen del presidente Yanukovych y llevado al poder al campo de fuerzas prooccidental, con las consecuencias adicionales de la autoproclamación en los oblasts orientales de Donetsk y Luhansk de sendas repúblicas rebeldes prorrusas y el estallido de hostilidades bélicas en toda la región del Donbás, amén de la secesión independentista de Crimea y su anexión por Rusia. De hecho, en abril, los prorrusos radicales de Odesa, quienes poco después iban a sufrir 46 muertos en los choques violentos (la mayoría, en el incendio provocado de la Casa de los Sindicatos), habían pretendido emular a sus homólogos de Donetsk y Luhansk con la proclamación de una fantasmal "República Popular de Odesa".

En este ambiente caldeado, Trujanov, del que se decía que tenía la nacionalidad rusa pero quien expresaba su lealtad a Ucrania y su acatamiento de las nuevas autoridades centrales de Kyiv, batió en las urnas a Eduard Hurvits, del partido conservador y proeuropeo UDAR. En 2015, con el PR en franca descomposición, el alcalde puso en marcha su propio movimiento político de corte localista y liberal-conservador, Confianza en los Hechos (Doviryai Dilam), vehículo que fue de su reelección municipal en octubre del mismo año con el 53% de los votos. Doviryai Dilam se orilló al muy prorruso Bloque de Oposición de Yevheniy Murayev —uno de los sectores organizados a partir de la desintegración del PR—, en cuya lista Trujanov candidateó sin éxito en las elecciones de marzo de 2019 a la Rada.

En noviembre de 2020 Trujanov consiguió ser reelegido en segunda vuelta, pese a una serie de protestas ciudadanas contra su gestión, tachada de corrupta, y de la investigación abierta por la Oficina Nacional Anticorrupción. En los Pandora Papers, filtrados en 2017-2018, Trujanov era citado como el antiguo cabecilla de una red mafiosa de blanqueo de dinero procedente del contrabando naval que se valía de paraísos fiscales británicos para hacer millonarias compras secretas de inmuebles de lujo en el Reino Unido. De hecho, en 2018 las diligencias penales en su contra le habían acarreado a Trujanov un breve arresto policial como sospechoso de malversación de propiedad con abuso de poder, si bien el juez instructor del caso dispuso su liberación previo pago de fianza. 

En octubre de 2021 el alcalde fue formalmente acusado por la Fiscalía General de Ucrania de la adquisición ilegal de parcelas de terreno en las instalaciones portuarias de Odesa. Entonces, el Tribunal Superior Anticorrupción permitió su libertad bajo fianza. Como con todas las acusaciones anteriores sobre manejos turbios o ilícitos y la reiterada afirmación de que tenía pasaporte ruso, Trujanov negó la imputación de la Fiscalía.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2022)