Guntis Ulmanis
Presidente de la República (1993-1999)
Guntis Ulmanis es sobrino-nieto de Karlis Ulmanis, varias veces primer ministro y presidente dictatorial de Letonia en el período en que el país gozó de independencia, entre la desintegración del imperio ruso en 1918 y la invasión y anexión soviéticas en 1940. Cuando en 1941 se produjo la invasión alemana de las repúblicas bálticas, la familia de Guntis fue deportada a Krasnoyarsk, Siberia, y en 1946, concluida la contienda, pudo regresar a Letonia. Cuando la madre contrajo segundas nupcias la familia cambió de apellido, lo que la excusó de ulteriores represalias, aunque el joven, sin que aquella lo supiera, registraría su pasaporte con el apellido Ulmanis.
Recibió su educación secundaria en la escuela Pumpuri de Jurmala y de ahí pasó a la Facultad de Economía de la Universidad de la República Socialista Soviética Letona (RSSL). En 1965, luego de obtener la licenciatura y de prestar un servicio militar de dos años en el Ejército soviético, alternó la docencia en el Instituto Politécnico de Riga y la Universidad de la RSSL con trabajos administrativos, como en el servicio de Tranvías y Trolebuses de Riga. Su trayectoria profesional se estabilizó como funcionario en los servicios públicos de la región de Riga, donde, últimamente como su director, permanecería hasta 1992. En 1965 había ingresado también en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Su filiación se prolongó hasta 1989, cuando, con el auge del movimiento nacionalista, se dio de baja y se apuntó al Frente Popular Letón.
En 1992 fue nombrado miembro de la Junta de Gobierno del Banco Central de Letonia y, al poco de darse de alta en su militancia, se convirtió en presidente honorífico de la Unión de Campesinos Letones (LZS). Partido de centro-derecha tradicional, defensor del proteccionismo agrícola, la LZS fue fundada originalmente en 1917 y en su momento estuvo presidida por Karlis Ulmanis. Obtuvo la cuarta posición en las elecciones al Saeima o Parlamento celebradas el 5 y el 6 de junio de 1993 con el 10,6% de los votos y 12 escaños, uno de los cuáles correspondió a Ulmanis.
Sin ser un político con madera de líder o un intelectual comprometido con la restauración de la cultura nacional letona, sobre Ulmanis recayó la atención del público por portar el apellido de su tío-abuelo, reverenciado por los letones por ser uno de los fundadores de la república así como su último líder antes de la agresión soviética, y eso pese a que en 1936 Karlis Ulmanis instaurara una dictadura presidencial y borrara de un plumazo el orden democrático. Con esta credencial, el 7 de julio de 1993 Ulmanis fue elegido por el Saeima por 53 votos contra 35 para el nuevo puesto, de limitadas atribuciones, de presidente de la República, sucediendo a Anatolijs Gorbunovs, que desde 1990 venía ejerciendo la jefatura del Estado en calidad de presidente de la citada asamblea.
A pesar de que las decisiones en política interior y exterior correspondieron a los sucesivos gobiernos de coalición, dominados por el centro liberal y la derecha nacionalista, Ulmanis, por lo general haciendo uso de su facultad constitucional de la iniciativa legislativa, intervino ampliamente en el curso político y no siempre se ajustó a las tendencias dominantes. Donde hubo práctica unanimidad entre la Presidencia, el Gobierno y el Parlamento fue el ámbito internacional, con una indeclinable orientación a las estructuras euro-atlánticas y los centros de poder occidentales, y el fomento de la cooperación y la solidaridad con las otras dos repúblicas bálticas.
Su actitud, no obstante, a la hora de elaborar una Ley de Ciudadanía que concediera derechos civiles y políticos a la muy importante minoría rusófona, el 34% de la población -la cual en su inmensa mayoría era también rusa de etnia- fue mucho más moderada que la sostenida por los partidos mayoritarios en el Saeima y el Gobierno, proclives a la firmeza ante las presiones de Moscú en el sentido de un trato no discriminatorio para los rusohablantes. De acuerdo con el marco legal promulgado en octubre de 1991, tenían derecho a recobrar la ciudadanía letona sólo aquellos que la habían tenido antes de 1940 así como sus descendientes. Esto dejaba en la situación de apátridas a 700.000 residentes, casi todos rusófonos, que emigraron a Letonia durante la dominación soviética.
Ulmanis, tanto al enviar de vuelta al Legislativo los sucesivos proyectos de ley para revisar sus aspectos más restrictivos de la naturalización de los rusófonos como al insistir en la abolición de la pena de muerte (impuso una moratoria en septiembre de 1996), se hacía eco de las exhortaciones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el Consejo de Europa y la Unión Europea (UE). Esta última, precisamente, condicionaba la aceptación de la demanda letona de adhesión, presentada en Bruselas el 27 de octubre de 1995 después de la entrada en vigor del Acuerdo de Libre Comercio alcanzado en 1994 y de la firma, cuatro meses atrás, del Acuerdo Europeo de Asociación, a la aceleración de la integración social de los habitantes rusófonos.
El 11 de agosto de 1994 Ulmanis firmó la Ley de Ciudadanía en una versión remozada que eliminaba la naturalización por cuotas (originalmente, tan sólo 2.000 concesiones por año) y que establecía un cronograma de siete años, desde el 1 de enero de 1996 hasta el 1 de enero de 2003, al cabo del cual casi todos los residentes no naturalizados tendrían la opción de adquirir la ciudadanía si cumplían una serie de requisitos sobre antigüedad de residencia, conocimiento del idioma letón y nivel de ingresos. Toda vez que algunos puntos de la Ley resultaron inaceptables para los organismos europeos, que detectaron en ellos un rigor o una ambigüedad susceptibles de convertir la concesión de la ciudadanía en un asunto discrecional, el Gobierno elaboró nuevas enmiendas que fueron sometidas a referéndum nacional el 3 de octubre de 1998, a la vez que las terceras elecciones al Saeima. Entre las principales novedades estaban el otorgamiento automático de la ciudadanía a cualquier niño nacido después de 1991 si sus padres lo solicitaban y al margen de que éstos estuviesen naturalizados o no, y la simplificación de los tests lingüísticos.
Ulmanis se opuso a esta consulta porque, a su entender, atraería a Letonia una publicidad internacional negativa. Eso sí, el referéndum tuvo resultado afirmativo (53% de síes), luego el prestigio del presidente, que había apostado vehementemente por la promulgación del texto legal más progresista y caro a los organismos europeos y las ONG dedicadas a la monitorización de los derechos de las minorías, quedó indemne. En diciembre de 1999 Ulmanis tuvo la satisfacción de conocer el anuncio por el Consejo Europeo de Helsinki de la aceptación de la demanda letona de ingreso en la UE, quedando todo listo para el arranque, el 15 de febrero de 2000, de las negociaciones formales.
Continuando en el capítulo de las relaciones exteriores, el 30 de abril de 1994 Ulmanis sostuvo en Moscú con su homólogo Borís Yeltsin una cumbre que alumbró el acuerdo de la retirada de las tropas rusas de Letonia, ingrata herencia de la etapa soviética. La evacuación fue completada el 31 de agosto siguiente, removiendo uno de los principales contenciosos bilaterales. Ulmanis viajó también a Italia (16-18 de marzo de 1994), Francia (12 de abril de 1994), Estados Unidos (24 de mayo de 1994), Alemania (11-12 de diciembre de 1995), Bélgica (25-28 de marzo de 1996), Reino Unido (11-15 de noviembre de 1996), Turquía (18-21 de enero de 1997) e Israel (22-24 de febrero de 1998, donde realizó una disculpa no oficial por la responsabilidad de la Letonia nazi en el Holocausto), así como las demás capitales del centro, este y norte de Europa.
El 6 de julio de 1994, junto con sus colegas de Estonia, Lennart Meri, y Lituania, Algirdas Brazauskas, recibió al presidente estadounidense Bill Clinton en Riga y el 16 de enero de 1998 fue uno de los firmantes en Washington de la Carta de Colaboración entre Estados Unidos y los países bálticos. Muy activo en el ámbito de la cooperación regional, sostuvo numerosos encuentros con los otros mandatarios en los marcos del Consejo Báltico y del más amplio Consejo de Estados del Mar Báltico, que incluye además a Rusia, Alemania, Polonia y los países escandinavos.
Con el apoyo del LZS, Camino Letón (LC), el Partido Conservador Nacional Letón (LNNK) y la Unión Cristianodemócrata Letona (LKDS), los partidos del bloque gubernamental, el 18 de junio de 1996 Ulmanis fue reelegido, por 53 votos contra los 44 obtenidos por Ilga Kreituse, del Partido Democrático Saimnieks (DPS), para un segundo mandato en el que fue inaugurado el 8 de julio. Exactamente tres años después, imposibilitado legalmente de optar al tercer mandato, Ulmanis traspasó el cargo a la independiente Vaira Vike-Freiberga, elegida por el Saeima el 17 de junio anterior. El ex mandatario retornó a la política de partidos como presidente honorario del LZS, del que existía la creencia iba a ser el cabeza de lista para las elecciones legislativas de 2002. Sin embargo, el 6 de septiembre de 2001 Ulmanis se dio de baja del LZS y cuatro días después anunció su suma al proyecto del presidente del Banco Central de Letonia, Einars Repse, de fundar un nuevo partido de centroderecha.
(Cobertura informativa hasta 1/10/2001)