Gergely Karácsony

En octubre de 2019 resultó elegido alcalde de Budapest Gergely Karácsony, líder del partido verde Diálogo (Párbeszéd) y candidato unitario de cinco formaciones opositoras del centro-izquierda húngaro. Su programa, concebido para "liberar a una ciudad dividida de las garras del Fidesz", el partido derechista del primer ministro Viktor Orbán, se sintetiza en la reorientación del gasto público desde las "inversiones de prestigio", preferidas por "las élites y los oligarcas" del oficialismo, a los programas de verdadera utilidad social, como pueden ser la facilitación del acceso a la vivienda, la ampliación de la red de movilidad urbana y la extensión de los corredores verdes con la mirada puesta en el cambio climático y la sostenibilidad ambiental.

La victoria electoral de este politólogo de 44 años en la capital magiar con el 51% de los votos ha recibido gran atención fuera de Hungría porque supone la primera derrota en una década de Orbán, polémico valedor de un modelo de nacional-conservadurismo y "democracia iliberal" que socava la separación de poderes y pugna con los principios de la UE sobre el Estado de Derecho. En 2010 Orbán regresó al Ejecutivo con una abultada mayoría absoluta y desde entonces ha revalidado dos veces su hegemonía legislativa, en la que se apoya para redoblar sus políticas de corte autoritario.

Karácsony, que de esta manera se toma el desquite por su estrepitoso fracaso en las parlamentarias de 2018, cuando, apoyado por los socialistas, fue cabeza de lista contra Orbán y quedó tercero con solo el 12% de los votos, ha presentado el cambio de tendencia en Budapest y otras ciudades importantes como "el primer paso hacia el cambio en toda Hungría". Su caso recuerda el del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, en la Turquía de Erdogan, símil que el propio Karácsony abona. Hasta ahora, no ha habido en el campo de la oposición progresista y liberal una personalidad capaz de hacerle mínimamente sombra a Orbán y de contraponer a la retórica populista de su Gobierno, sobre Hungría como Estado-nación a la defensiva, replegado y autoprotegido, un discurso no nacionalista, abierto, integrador y proeuropeo.


(Texto actualizado hasta octubre 2019)

Gergely Karácsony, hijo de un perito en horticultura y jardinería, ingresó en la política profesional a partir de su condición de sociólogo y politólogo, disciplinas científicas que entre 1995 y 2001 adquirió en las aulas de tres centros académicos de Budapest, el Instituto de Sociología y Política Social de la Universidad Eötvös Lóránd (ELTE), la vecina Facultad de Humanidades y el Colegio Széchenyi István de Estudios Avanzados (SZISZ). Posteriormente, en 2007, completó su currículum formativo con un doctorado impartido por el Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas (ELTE-ÁJK).

En 2000, con 25 años, el joven, especializado en sistemática y demoscopia electoral, empezó a trabajar para una compañía de mercadotecnia política y opinión pública, Medián, donde en 2007 adquirió el puesto de director de investigación. Paralelamente, a partir de 2004, dio clases sobre sistemas electorales en la Universidad Corvinus, cuyo Instituto de Ciencias Políticas le confirió en 2008 la plaza de profesor titular. Asimismo, tomó membresías en la Sociedad Húngara de Sociología (MST), la Sociedad Húngara de Ciencia Política (MPT) y el Centro Húngaro para la Investigación de la Democracia (DKMK). Entre 2002 y 2008 tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la política gubernamental en virtud de unos servicios de asesoría para la Oficina del Primer Ministro, en estos años ocupada por los socialistas Péter Medgyessy y Ferenc Gyurcsány.

Aunque nunca había pertenecido a ninguna fuerza política, Karácsony tenía unas marcadas convicciones progresistas. En 2009 el politólogo decidió afiliarse a una formación de nuevo cuño, La Política Puede ser Diferente (Lehet Más a Politika, LMP), de tintes ecologistas y orientada al centro-izquierda. Karácsony dirigió la campaña del LMP para las elecciones legislativas de abril de 2010, las cuales depararon al partido su irrupción briosa en la Országgyűlés o Asamblea Nacional con 16 diputados, él entre ellos, en representación de Budapest. Aquellos comicios supusieron también el retorno triunfal al Ejecutivo, tras pasarse ocho años en la oposición al Partido Socialista (MSzP), del Fidesz-MPSz, el partido de derecha nacionalista acaudillado Viktor Orbán, ya primer ministro entre 1998 y 2002.

Desde mayo de 2010 Karácsony, vicelíder de su grupo parlamentario, sirvió en la Asamblea como diputado de la oposición al Gobierno Orbán, quien, disfrutando de una cómoda mayoría absoluta, no tardó en imprimir a sus políticas nacional-conservadoras un sesgo autoritario. Una serie de discrepancias con los colíderes del LMP, András Schiffer y Bernadett Szél, empujaron a Karácsony a abandonar la agrupación en enero de 2013. El detonante de la ruptura, encabezada por el jefe del grupo parlamentario, Benedek Jávor, fue la negativa del Congreso del LMP a sumarse a la plataforma opositora Juntos (Együtt), impulsada por el ex primer ministro Gordon Bajnai para enfrentarse al Fidesz en las elecciones de 2014.

La escisión conducida por Jávor y Karácsony desembocó el 17 de febrero de 2013 en una nueva colectividad adherida al ecologismo, Diálogo por Hungría (Párbeszéd Magyarországért, referido inicialmente con la sigla PM pero luego llamado únicamente Párbeszéd), cuyas premisas ideológicas eran, además del compromiso verde, la política social, el feminismo y el europeísmo. El Párbeszéd cerró un acuerdo con el Együtt 2014 y juntos se incorporaron a la coalición Unidad (Összefogás), pero esta alianza pentapartita, vertebrada por un MSzP en horas bajas, apenas arañó votos al Fidesz en las parlamentarias de abril de 2014, tras las cuales Orbán constituyó su tercer Gabinete recostado en una nueva mayoría de dos tercios. En junio siguiente, Karácsony, apeado de la Országgyűlés sin renovar su escaño, fue elegido copresidente del Párbeszéd junto con Tímea Szabó y en lugar de Benedek Jávor, convertido en eurodiputado.

Luego de concluir su mandato en la Asamblea Nacional, Karácsony probó fortuna en la política municipal. En las votaciones locales del 12 de octubre de 2014, que confirmaron por enésima vez la fortaleza del partido de Orbán, el sociólogo, candidato conjunto del Párbeszéd, el Együtt 2014, el MSzP y la Coalición Democrática (DK), consiguió salir elegido alcalde de Zugló, uno de los 23 distritos (kerületei) de Budapest, concretamente el XIV. Zugló era una tranquila zona residencial en la parte este (es decir, la antigua Pest) de la urbe surcada por el Danubio y sus vecinos se encuadraban en la clase media trabajadora. Si bien Karácsony derrotó en su distrito a su adversario del Fidesz, la alcaldía budapestina fue conservada por los partidarios de Orbán. El alcalde reelegido para un segundo ejercicio, István Tarlós, técnicamente era un independiente, aunque de hecho regía como representante político del Fidesz.

Desde su humilde puesto de alcalde de distrito, Karácsony fue ganando relieve en el arco opositor a Orbán, carente de un líder capaz de hacerle mínimamente sombra al poderoso primer ministro. De cara a las elecciones parlamentarias de 2018 el Párbeszéd designó a su colíder masculino candidato a la jefatura del Gobierno. En diciembre de 2017 el MSzP, entonces mandado por Gyula Molnár, un político sin tirón popular, tomó la decisión de reconocer al edil de Zugló como postulante conjunto. La alianza Párbeszéd-MSzP en torno a la candidatura de Karácsony era firme, pero de la misma se excluyeron el Együtt 2014, liderado por Péter Juhász, y la DK, liderada por el ex primer ministro Gyurcsány.

La desunión de las fuerzas opositoras del campo progresista-liberal facilitó la tercera victoria consecutiva del Fidesz y su satélite habitual, los populares democristianos (KDNP), que el 8 de abril de 2018 revalidaron exactamente su mayoría de 133 escaños. Con 20 diputados sobre 199 (de los que únicamente tres correspondieron al Párbeszéd) y menos del 12% de los votos, el binomio de centro-izquierda animado por Karácsony cosechó un estrepitoso fracaso, siendo desbancado del segundo puesto por el Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik), el partido de extrema derecha, frecuentemente tachado de racista y antisemita, que dirigía Gábor Vona.

Candidato unitario de la oposición para arrebatar al Fidesz la Alcaldía de Budapest
La decepcionante experiencia de las legislativas de abril de 2018 no dañó la buena imagen ni los ánimos de Karácsony, que redirigió sus ambiciones políticas a la Alcaldía de Budapest, sujeta a votación popular, junto con la Asamblea Metropolitana, en octubre de 2019. La figura carismática del colíder del Párbeszéd estimuló el reencuentro de un ramillete de partidos que compartían el repudio al Gobierno de Orbán y la defensa de los principios europeos del Estado de derecho. Aquellas formaciones eran, además del Párbeszéd y el MSzP, ahora presidido por Bertalan Tóth, la DK de Gyurcsány, el Movimiento Momentum, partido centrista extraparlamentario dirigido por András Fekete-Győr, y, gran novedad desde la fractura de 2013, el LMP, cuyos líderes en estos momentos eran László Lóránt Keresztes y Márta Demeter.

La alianza de cinco partidos acordó un sistema de primarias para proclamar al candidato para batirse con el alcalde protegido de Orbán, István Tarlós. En la primera ronda de votaciones, celebrada entre el 28 de enero y el 3 de febrero de 2019 y abierta a los precandidatos orientados a la izquierda, Karácsony se impuso con un 80,6% de apoyos al socialista Csaba Horváth. La segunda ronda, en la que Karácsony se mediría con los precandidatos centristas, debía desarrollarse del 20 al 26 de junio, pero antes, el 26 de mayo, Hungría celebró las elecciones al Parlamento Europeo. La fórmula Fidesz-KDNP, sin sorpresa, volvió a arrasar con el 52% de los votos, mientras que el pentapartito opositor tuvo una suerte dispar: les fue muy bien a la DK y el Momentum, y francamente mal al LMP y el tándem MSzP-Párbeszéd, el cual perdió dos de sus tres eurodiputados.

La drástica alteración del equilibrio de fuerzas en el seno de la oposición ensombreció las posibilidades de victoria de Karácsony en la segunda fase de las primarias, aunque al final prevaleció el gancho personal. Así, el aspirante del Párbeszéd se llevó la candidatura a alcalde de Budapest con el 48,9% de los votos, frente a sus rivales de la DK, Olga Kálmán (receptora del 36,8%), y del Momentum, Gábor Kerpel-Fronius (el 14,3%). En las elecciones municipales del 13 de octubre Karácsony iba a contender con el alcalde en ejercicio, Tarlós, y un candidato independiente, Róbert Puzsér. En cuanto al Jobbik, que, a instancias de su nuevo jefe, Tamás Sneider, estaba embarcado en un proceso de suavización ideológica, removiendo los aspectos más radicales de su discurso derechista, no presentó candidato ni pidió el voto para ninguno de los tres aspirantes.

Durante la campaña de las municipales, Karácsony instó a los electores a "liberar Budapest de las garras del Fidesz". La capital de Hungría era, según el pretendiente opositor, una "ciudad dividida" donde por un lado estaban "unos pocos privilegiados, los oligarcas y los sirvientes del NER" (el Sistema de Cooperación Nacional, base política suprapartidista de apoyo al oficialismo anunciada por Orbán tras las elecciones de 2010 y unánimemente rechazada por los partidos de la oposición parlamentaria, que veía en sus invocaciones nacional-patrióticas claros ecos de los "períodos dictatoriales de la historia húngara"), y por otro lado "el pueblo de Budapest", esa "mayoría" a la que el liderazgo de la ciudad mantenía "olvidada". "Desafortunadamente, Budapest hoy no tiene un alcalde sino un gobernador, que es solo un títere en manos de su maestro", afirmaba el colíder del Párbeszéd a propósito de sus oponentes directo, István Tarlós, e indirecto, Viktor Orbán.

El "programa del cambio" concebido por Karácsony para la capital magiar no tenía otra meta que "resolver los problemas" que los budapestinos enfrentaban en el día a día, esto es, todo lo relacionado con el acceso a la vivienda, la atención social, la salud laboral o la movilidad urbana. Por eso mismo, el plan de la alianza opositora era incompatible con una serie de programas de financiación pública activados por el Gobierno nacional y el presente consistorio, y cuyo impacto positivo en el bienestar del común de los vecinos resultaba dudoso o nulo. En particular, Karácsony tenía en el punto de mira las partidas económicas destinadas a sostener la candidatura de la ciudad a acoger los Juegos Olímpicos de 2024, fondos multimillonarios que a pesar de la cancelación de la candidatura en 2017 seguían costeando "inversiones de prestigio que nada tienen que ver con el futuro de la ciudad", sentenciaba el candidato en su manifiesto electoral.

Frente al "programa olímpico silencioso" que buscaba rediseñar el centro histórico de Budapest a imagen del "mundo de exuberancia y lujo de la élite NER", Karácsony, partiendo de su experiencia de gestión en el distrito de Zugló, propugnaba reorientar el presupuesto municipal a inversiones y actuaciones para frenar el alza de precios de los pisos, luchar activamente contra el cambio climático, potenciar el transporte público y mejorar sustancialmente los niveles de habitabilidad y sostenibilidad.

Así, de llegar a la Alcaldía, él pondría en marcha el proyecto ambiental Gran Bosque de Budapest ( Budapesti Nagyerdő), un vasto corredor verde acondicionado para el ocio que conectaría el núcleo de la ciudad y los suburbios del sur sobre unas 525 hectáreas de terreno infrautilizado pertenecientes a los distritos IX y XXI. Más al norte, conectaría las islas danubianas de Margarita y Óbuda, dos parajes muy apreciados por su belleza natural y su oferta recreativa, con una nueva pasarela solo para peatones y ciclistas. Dentro del capítulo conservacionista, llamaba la atención la propuesta de elaborar una "Carta de Budapest para el Bienestar Animal", la cual incluiría la creación de un "defensor del pueblo para la protección de los animales".

En cuanto a las ayudas sociales, Karácsony quería reformar el ya vigente subsidio de transporte del que disfrutaban los residentes dándole una concepción más optativa y orientada a la movilidad en medios públicos y vehículos no contaminantes. A fin de recaudar unos ingresos extra para expandir la oferta municipal de alquiler social y ayudar a los jóvenes a acceder a la vivienda, el Ayuntamiento introduciría una nueva contribución urbana, el llamado impuesto Tiborcz, que pagarían los propietarios de inmuebles valorados en más de 500 millones de forints (al cambio, 1,52 millones de euros). Según Karácsony, este impuesto especial a los propietarios más pudientes estaba plenamente justificado, ya que "los que han prosperado a expensas de la comunidad deben ser fiscalizados en beneficio de la comunidad". Por supuesto, había "multimillonarios justos", pero estos, opinaba el candidato, "no se ofenderían" por reclamárseles que contribuyeran al bienestar de todos los vecinos. Otras propuestas hacían hincapié en la transparencia gestora del Ayuntamiento y la dotación a Budapest de su primera "Constitución" municipal.

En las elecciones del 13 de octubre de 2019 Karácsony ganó a Tarlós con el 50,8% de los votos, mientras que la alianza de cinco partidos que sostenía su candidatura conquistó en la Asamblea Metropolitana 18 concejalías (de las que solo dos fueron para el Párbeszéd), frente a las 13 del Fidesz-KDNP, que vio disminuir su cuota municipal en 7 puestos.

Gergely Karácsony está casado y es padre de dos hijos

(Cobertura informativa hasta 1/11/2019)