Geir Haarde

El 15 de junio de 2006, con la tranquilidad característica en esta pequeña democracia parlamentaria de 300.000 habitantes, el segundo índice de desarrollo humano más alto del mundo y miembro de la OTAN, Geir Haarde, hasta la fecha ministro de Exteriores y antes de Finanzas, se convirtió en primer ministro de Islandia en sustitución del dimitido Halldór Ásgrímsson. Geir Haarde lidera el Partido de la Independencia (SSF), fuerza conservadora que ha ganado todas las elecciones y ha dominado la política nacional desde que en 1944 la isla escandinava se emancipara de Dinamarca como república soberana. Partido euroescéptico, el SSF mantiene desde 1995 una coalición gubernamental con los liberales del Partido Progresista.

(Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 8/6/2016. El Gobierno Haarde dimitió en pleno el 26/1/2009 en el contexto de la quiebra de la banca privada nacional. Seis días después, el 1/2/2009, Haarde fue sucedido como primer ministro de Islandia por Jóhanna Sigurdardóttir, cabeza de un Gobierno de transicion de izquierda que dejó fuera al Partido de la Independencia (SSF). Haarde continuó liderando el SSF hasta el 29/3/2009, fecha en que fue sucedido por Bjarni Benediktsson).

1. Diputado y ministro del Partido de la Independencia
2. Primer ministro de Islandia


1. Diputado y ministro del Partido de la Independencia

Toda su formación universitaria discurrió en Estados Unidos: en 1973, con la ayuda de la prestigiosa beca internacional Wien, se diplomó en Economía por la Universidad Brandeis de Waltham, Massachusetts; dos años más tarde se sacó un máster en Relaciones Internacionales en la Escuela Paul H. Nitze de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad John Hopkins, en Washington D.C.; y en 1977 completó otra maestría en Economía por la Universidad de Minnesota. Antes de emprender carrera en la política profesional dedicó una década a trabajar como técnico economista y asesor político en el Departamento de Internacional del Banco Central de Islandia y, desde 1983, en el Ministerio de Finanzas. Simultáneamente, a partir de 1979, impartió clases en el Departamento de Economía de la Universidad de Islandia.

Militante del Partido de la Independencia (SSF), formación mayoritaria de derecha fundada en 1929 que ha aportado la mitad de los primeros ministros islandeses habidos desde el acceso del país a la plena soberanía en 1944 a partir de Dinamarca, entre 1981 y 1985 estuvo al frente de su Organización Juvenil y en las elecciones generales del 25 de abril de 1987 estrenó el escaño de diputado por Reykjavík en el Althing o Parlamento. El SSF obtuvo entonces su enésima victoria consecutiva, como todas las anteriores por mayoría simple, aunque en esta ocasión con un importante retroceso, hasta el 27,2% de los votos —de hecho fue el peor resultado de su historia—, y tres meses después volvió a encabezar el Gobierno en la persona de su líder desde 1983, Thorsteinn Pálsson, que renovó la coalición con los agrario-liberales del Partido Progresista (FSF) liderado por Steingrímur Hermannsson, primer ministro inmediatamente antes y después de la breve gestión de Pálsson.

En los 11 años siguientes, Haarde sirvió durante tres legislaturas en el Althing, donde presidió el Comité de Asuntos Exteriores a partir de 1995 y la bancada del SSF luego de las elecciones del 20 abril de 1991, que devolvieron al partido una incontestable primacía con el 38,6% de los votos y 26 escaños, e inauguraron los 13 años de jefatura gubernamental de Davíd Oddsson, nuevo presidente de la formación conservadora en lugar de Pálsson. Fuera del hemiciclo de Reykjavík, Haarde encabezó el grupo de diputados islandeses en la Unión Inter-Parlamentaria, de cuyo Comité Ejecutivo fue vicepresidente entre 1995 y 1997, y también estuvo activo en el Consejo Nórdico, como miembro (1991-1998) y presidente (1995) del Presidium, y presidente del Grupo de Partidos Conservadores representados en el Consejo (1995-1997). En añadidura, se desempeñó como presidente del Comité Permanente que funciona en los intervalos entre las Conferencias de Parlamentarios de la Región Ártica (1995-1998).

El 16 de abril de 1998 Haarde fue nombrado por Oddsson ministro de Finanzas en sustitución de su colega de partido Fridrik Sophusson. Tras los comicios del 8 de mayo de 1999, ganados con autoridad por el SSF (26 escaños con el 40,7% de los votos), Oddsson renovó la coalición bipartita con el FSF y Haarde fue confirmado en el Ministerio de Finanzas. Su situación interna en el partido subió de escalafón ese mismo año al resultar elegido para una de las vicepresidencias orgánicas, convirtiéndose de hecho en el número dos del SSF. La posición de Haarde en el Ejecutivo nacional no fue alterada cuando Oddsson formó su cuarto gobierno el 23 de mayo de 2003, al cabo de unas elecciones (10 de mayo) que depararon al SSF una pérdida sustancial de votos (caída al 33,7%) y a la Alianza socialdemócrata un ascenso hasta casi igualarse en fuerza a la formación derechista, y en las que él revalidó por cuarta vez consecutiva su escaño, esta vez en representación de Reykjavík Sur, ni tampoco cuando el veterano primer ministro, en virtud de lo pactado con el FSF, cedió el testigo al jefe de esta agrupación, Halldór Ásgrímsson, el 15 de septiembre de 2004.


2. Primer ministro de Islandia

Oddsson, que venía de encajar muchas críticas de la opinión pública por su estilo un tanto arrogante y personalista —había causado particular controversia su manifestación de respaldo a los planes de Estados Unidos de invadir Irak sin antes consultar al Althing—, asumió el Ministerio de Exteriores liberado por Ásgrímsson y continuó al frente del SSF, pero el 27 de septiembre de 2005 renunció a ambos puestos para tomar las riendas del Banco Central de Islandia. Haarde era su sucesor natural, así que la mudanza en los dos cargos no dio lugar a sorpresas: el mismo 27 de septiembre el hasta ahora responsable de Finanzas se posesionó de la cartera de Exteriores, y el 16 de octubre siguiente fue elegido sin oposición presidente del SSF por la Convención Nacional bianual del partido.

En esta asamblea partidaria Haarde hizo bandera de uno de los planteamientos más característicos de Oddsson, el rechazo al ingreso algún día de Islandia la Unión Europea, ya que la pequeña, próspera y moderna nación isleña del Atlántico norte obtendría de la pertenencia más perjuicios que beneficios. Sobre este análisis euroescéptico, que no era particular de Haarde y Oddsson sino que formaba parte del ideario del partido, flotaba el temor a la pérdida del control sobre los ricos recursos pesqueros nacionales, industria primaria que continuaba aportando más de dos terceras partes de los ingresos por las exportaciones y el 8% de la fuerza laboral.

Haarde estaba prácticamente abocado a ser primer ministro de Islandia a medio plazo, probablemente tras las elecciones generales de mayo de 2007, pero la ocasión se planteó antes de lo previsto porque el 5 de junio de 2006 Ásgrímsson presentó la dimisión debido al mal rendimiento de su partido en las elecciones municipales celebradas el 27 de mayo. Los acuerdos entre los progresistas y los independentistas se ejecutaron con la suavidad acostumbrada y el 15 de junio Haarde prestaba juramento como el decimoséptimo primer ministro de la República. El nuevo Gobierno bipartito se convirtió en paritario al otorgar Haarde al FSF, que en agosto iba a elegir como nuevo líder al ministro de Industria y Comercio, Jón Sigurdsson, el mismo número de puestos, seis, que el SSF. El progresista Valgerdur Sverrisdóttir le reemplazó en el Ministerio de Exteriores.

El 3 de octubre de 2006, en su primer discurso en el Althing sobre el estado de la nación, Haarde destacó la negociación con Estados Unidos, aliado en el seno de la OTAN, de fórmulas para mantener plenamente operativo el acuerdo de defensa vigente desde 1951, ahora que la superpotencia había puesto fin de manera unilateral a su presencia militar en el país escandinavo. Días atrás, el 30 de septiembre, los últimos soldados norteamericanos de la Fuerza de Defensa de Islandia, dispositivo que suplía al inexistente Ejército nacional, habían evacuado la base aeronaval de Keflavík. Al mismo tiempo, el Gobierno había divulgado su plan de reorganización de las diversas unidades islandesas especializadas en los ámbitos de la policía, las telecomunicaciones, la vigilancia costera y la defensa civil, así como la Unidad de Respuesta Anticrisis (un destacamento de menos de 100 soldados profesionales permanentemente movilizado en operaciones internacionales de pacificación), todas las cuales serían colocadas bajo la autoridad de un nuevo organismo de seguridad y defensa.

Por lo que se refiere a la economía, el primer ministro valoró positivamente los elevados índices de inversión, productividad, competitividad y poder adquisitivo de la población, así como el muy bajo nivel de paro —en torno al 2%— y los progresos hechos en la reducción de las deudas del Estado y en la salvaguarda de los presupuestos con superávit. Pero en el cuadro desentonaban clamorosamente dos variables. La primera, la inflación, que en agosto había alcanzado una tasa interanual del 8,6%, la más alta de los países de la OCDE. El descontrol en los precios venía obligando al Banco Central a encarecer los tipos de interés.

La otra preocupación la daba el comportamiento del PIB, que venía resintiéndose fuertemente de una contracción de las exportaciones, hasta el punto de que en el tercer trimestre de 2006 el crecimiento sólo había sido del 0,8%, una figura radicalmente alejada del 10% registrado en el mismo período del año anterior. Por fortuna, el país estaba más resguardado que la mayoría frente a los vaivenes en el precio del petróleo, ya que su dependencia del hidrocarburo y de los combustibles fósiles en general era mucho menor: el 70% de las necesidades energéticas —el 99% de la generación de electricidad y el 87% de la calefacción doméstica— las cubrían sus célebres fuentes geotermales y una moderna red de plantas hidroeléctricas. Con todo, Haarde se reafirmó en los objetivos del Gobierno de podar la inflación hasta el 2,5% anual y de preservar el estado del bienestar islandés, máxime ahora que el Gobierno disponía de más recursos financieros por el ahorro en el pago de intereses de deuda pública.

El gobernante islandés omitió en su discurso cualquier referencia a un tema tan candente y controvertido como la pesca ballenera. Precisamente, pocos días después de su comparecencia parlamentaria, la flota de balleneros puso término a 16 años de suspensión en la captura comercial de las especies minke y rorcual común. El Gobierno justificó esta violación de la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), a la que Islandia retornó en 2002 tras una década de alejamiento, con el argumento de la sostenibilidad de las poblaciones de estos cetáceos en las aguas cercanas a la isla. En cuanto a las capturas por motivos "científicos", ya venían produciéndose desde 2003. Islandia agudizó así su paradójica relación con las ballenas, que para los grupos conservacionistas era un puro contrasentido, incluso en términos de ingresos económicos: por una parte, las cazaba con arreglo a unas cuotas establecidas contra el criterio de la CBI, y, por la otra, incrementaba la oferta ecoturística consistente en la observación pacífica de estos mamíferos marinos a bordo de barcos.

Geir Hilmar Haarde, cuyo apellido es una palabra noruega que significa duro, está casado con Inga Jona Thórdardóttir, ex concejala del Ayuntamiento de Reykjavík, y es padre de cinco hijos.

(Cobertura informativa hasta 1/1/2007)