Frank Jensen

Frank Jensen, alcalde de Copenhague y ex ministro socialdemócrata, viene aplicado una ambiciosa agenda ambiental que ha hecho de la capital danesa un laboratorio puntero del aporte de las ciudades, cada vez más importante, a la consecución de una sociedad y una economía sostenibles. Su Plan Climático de Copenhague, adoptado en 2012, trabaja con un amplio abanico de medidas de ahorro energético, transición a las renovables y movilidad verde, encaminadas a una meta fundamental: que en 2025 Copenhague sea un municipio con cero emisiones netas de CO². El alcalde cree posible lograrlo en ese plazo, en una ciudad de 630.000 habitantes que seguirá ganando vecinos, a la vez que insiste en la compatibilidad de la neutralidad carbónica con unos altos estándares de crecimiento, desarrollo y calidad de vida. Los objetivos de pasar página a los combustibles fósiles, limpiar el aire y actuar sin dilación contra la "emergencia climática" fueron asumidos por la 7ª C40 World Mayors Summit, que Jensen hospedó en 2019. Copenhague está estrechamente ligada a los esfuerzos en este terreno desde que en 2009 organizara también la XV Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 29/1/2020. Frank Jensen dimitió como alcalde de Copenhague el 19/10/2020 tras reconocer una serie de acusaciones de acosos y abusos sexuales contra mujeres).

Frank Jensen, nacido en 1961 e hijo de un burgomaestre o alcalde local y una pedagoga, terminó el bachillerato en la Katedralskole de Aalborg y en 1986 recibió la licenciatura de Economía en la Universidad de la misma ciudad, la AAU, tras lo cual esta le contrató como investigador del mercado laboral. Desde temprana edad estuvo activo en el partido de la Social Democracia o Social Demócratas (SD), de cuya rama juvenil, la Danmarks Socialdemokratiske Ungdom (DSU), fue dirigente en el capítulo regional de Jutlandia del Norte. También, se vinculó al movimiento obrero. En esta época, su principal campo de interés, tanto académico como sindical, era el desempleo juvenil.

Primera etapa en la política nacional como diputado y ministro socialdemócrata
En septiembre de 1987, Jensen, con 26 años, ganó su primer mandato en el Folketing o Parlamento danés, donde en las dos décadas siguientes iba a ser reelegido seis veces consecutivas. Miembro del círculo de confianza del nuevo líder de la SD, Svend Auken, en sus tres primeras legislaturas sirvió como diputado de la oposición al Gobierno del primer ministro conservador Poul Schlüter y desde 1992 trabajó en el equipo del sucesor de Auken, Poul Nyrup Rasmussen.

Cuando en enero de 1993 un escándalo obligó a Schlüter a dimitir y Rasmussen formó gobierno en coalición con tres formaciones del arco centrista, Jensen pasó a ser diputado del oficialismo. Los comicios de septiembre de 1994 tuvieron unos resultados bastante desfavorables para el cuatripartito gobernante, pero Rasmussen fue capaz de articular un Ejecutivo de minoría con la participación de los social liberales y los centrodemócratas; en su seno, Jensen recibió la cartera de Investigación. Al formar Rasmussen en diciembre de 1996 su tercer Gabinete de centro-izquierda con la sola compañía de los social liberales, Jensen fue movido a la cabeza de un Ministerio de mayor relieve, el de Justicia. El economista renovó en este puesto ministerial en el cuarto Gabinete Rasmussen, inaugurado en marzo de 1998, hasta que las elecciones de noviembre de 2001 mandaron a los socialdemócratas de vuelta a la oposición.

Jensen permaneció en el Folketing como diputado opositor a los gobiernos liberal-conservadores de Anders Fogh Rasmussen y se mantuvo bien presente en la dirigencia de la SD, donde era señalado como uno de los más notorios representante del ala izquierda, identificada con los postulados clásicos de la socialdemocracia.

La persistente sangría electoral del partido precipitó la dimisión del líder desde 2002, Mogens Lykketoft, en febrero de 2005. Entonces, la SD abrió un proceso de elección interna al que se presentaron Jensen, considerado el gran favorito para suceder a Lykketoft, y la mucho menos conocida y relativamente neófita Helle Thorning-Schmidt, una consultora de política internacional que hasta el año anterior había sido eurodiputada y que ofrecía un perfil moderado orientado al centro. Con habilidad retórica, Thorning-Schmidt subrayó su compromiso con el Estado del bienestar danés y disuadió a muchos afiliados de votar por Jensen, quien según ella solo ofrecía un discurso trasnochado de "lucha de clases" y "consignas marxistas". Jensen, a pesar de apoyarse en el aparato del partido, no acertó a contrarrestar el mensaje modernizador de Thorning-Schmidt, que le presentaba a él como una especie de reliquia ideológica a superar, tal que en la votación del 12 de abril de 2005 el 57% de las bases se decantó por su adversaria.

Tras esta impactante derrota, Jensen decidió abandonar la política y dedicarse al sector privado. No se presentó de nuevo a las elecciones generales de 2007, que mantuvieron a la SD al margen del poder, y una vez fuera del Folketing contrató como director administrativo de la compañía Telecom Scandinavia. Luego, en 2008, pasó a ejercer ese trabajo en la asociación de abogados Danske Advokater.

Alcalde de Copenhague con un ambicioso programa climático
En 2009 una llamada de Thorning-Schmidt colocó a Jensen ante la tentadora posibilidad de regresar a la política por la puerta grande: el partido le ofrecía ser el candidato al puesto de alcalde (Overborgmester) de Copenhague, plaza imbatible de los socialdemócratas desde hacía 70 años pero ahora menos segura por la decisión de la alcaldesa desde 2006, la ex ministra y ex comisaria europea Ritt Bjerregaard, de no presentarse a la reelección en las municipales del 17 de noviembre. Como alcaldesa saliente, Bjerregaard iba a tener el honor de hospedar, del 7 al 18 de diciembre, la XV Conferencia de las Partes (COP 15) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y la V Reunión de las Partes (MOP 5) del Protocolo de Kyoto.

Jensen no se lo pensó dos veces y aceptó entusiasmado el desafío, que dejaba en sus manos la responsabilidad de retener para los socialdemócratas la gestión municipal de una ciudad de medio millón de habitantes y en lo sucesivo ligada a los esfuerzos globales para frenar el calentamiento global antropogénico. Haciendo suyo el plan concebido por Bjerregaard de poner límites concretos a las emisiones de gases de efecto invernadero y de paso involucrar a la capital danesa en la movilización de las ciudades para la acción climática, Jensen desarrolló una campaña electoral en la que puso el ojo en la fuga potencial de muchos votantes socialdemócratas, atraídos por los programas eco-socialistas del Partido Popular Socialista (SF) y la Lista de la Unidad Roja-Verde (Enhedslisten). Finalmente, Jensen y la SD mantuvieron la primacía en el Consejo Municipal con el 30% de los votos, casi ocho puntos menos que los cosechados por Bjerregaard en 2005.

Jensen tomó posesión al frente del Ayuntamiento de Copenhague (Københavns Kommune) el 1 de enero de 2010, 19 meses antes de conquistar Thorning-Schmidt el puesto de primer ministro en virtud de las elecciones generales de septiembre de 2011. En noviembre de 2013 el alcalde fue reelegido con el 27,8% de los votos y 16 concejalías, y en las elecciones de noviembre de 2017 se aseguró el tercer mandato al ganar la SD 15 de los 55 escaños del Consejo Municipal.

Durante su ejercicio, Jensen, que en junio de 2015 retornó a la cúpula de la SD desde el puesto de vicelíder del partido, flanqueando a la nueva líder Mette Frederiksen (a su vez, primera ministra de Dinamarca desde junio de 2019), destinó recursos para la ampliación de la oferta pública de vivienda asequible en propiedad y del alquiler social. Más allá de la implicación presupuestaria del consistorio, Jensen tuvo éxito en sus esfuerzos por influenciar en la elaboración de las políticas nacionales de vivienda, tanto si dependían de su partido como si era el centro-derecha el que gobernaba Dinamarca.

Así, en 2014 persuadió a la primera ministra Thorning-Schmidt para que se cambiara la ley de planificación urbana, a fin de permitir a los ayuntamientos destinar hasta el 25% de las parcelas edificables a la construcción de vivienda pública, o bien reservar para el alquiler social ese mismo porcentaje del parque urbano de apartamentos vacíos. Dos años después, el regidor capitalino convenció al nuevo Gobierno del liberal Lars Løkke Rasmussen de la necesidad de preservar la llamada "ley de la vivienda barata".

La reforma del 25% de vivienda pública, de la que Jensen fue principal promotor, tuvo mucho eco en Dinamarca, aunque de puertas al exterior el Ayuntamiento de Copenhague se hizo notar sobre todo por sus estrategias de sostenibilidad urbana, bastante audaces y punteras a nivel internacional. Ya en su primer mandato Jensen trazó una serie de metas ambiciosas para reducir la contaminación ambiental, mejorar sustancialmente la calidad del aire, prevenir daños de salud y a la vez contribuir en la lucha contra el cambio climático, como la prohibición de la circulación en el término municipal de nuevos vehículos diésel matriculados después del 1 de enero de 2019 y, conteniendo lo anterior y otras muchas actuaciones, la neutralización de as emisiones carbónicas en 2025.

Ese era el año fetiche del Plan Climático de Copenhague (KBH 2025 Klimaplanen), aprobado por el Consejo Municipal en su pleno del 23 de agosto de 2012 y que descansaba en cuatro pilares: el ahorro del consumo energético, la producción de energías verdes, la movilidad sostenible y la iniciativas particulares del Ayuntamiento. Cada pilar abordaba un rosario de submetas, todas a alcanzar en 2025.

Así, el plan de eficiencia energética contemplaba reducir un 20% el gasto en calefacción, otro 20% el consumo eléctrico en los comercios y un 10% el consumo de electricidad en los hogares. El suministro eléctrico en la ciudad tendría que proceder exclusivamente de energías renovables como la eólica y la biomasa. En cuanto a la movilidad, se trataba de conseguir que el 75% de todos los desplazamientos se hicieran a pie, en bicicleta o en medios de transporte público. El Ayuntamiento se imponía a sí mismo los más exigentes deberes: la reducción del consumo energético de sus edificios en un 40%, la reducción del consumo de la iluminación urbana en un 50%, la instalación de 60.000 m² de paneles solares en sus inmuebles, la retirada de todos sus vehículos que funcionaran con combustibles fósiles, empezando por los viejos autobuses de diésel, y la circulación de un parque móvil enteramente basado en la electricidad, el hidrógeno o los biocombustibles.

Jensen estaba convencido de que su administración local podría "demostrar la viabilidad de combinar el crecimiento, el desarrollo y la mejora de la calidad de vida con unas menores emisiones de CO²". Esta plétora de objetivos, en opinión de muchos irrealizable en tan corto espacio de tiempo y rodeada de controversia, requería desde luego fuertes inversiones públicas. De alcanzar la meta de la descarbonización urbana en 2025, Copenhague se convertiría en la primera capital del mundo en conseguir una transformación de ese calibre.

La C40 World Mayors Summit de 2019
En 2016 Jensen, erigido en adalid de la transición a la sociedad y la economía verdes, se sumó a la coalición Champion Mayors for Inclusive Growth, una iniciativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Copenhague ya pertenecía a C40 Cities, red de cerca de un centenar de megaciudades comprometidas con la acción climática en el marco del Acuerdo de París de 2015 y más allá. Precisamente, la capital danesa acogió entre el 9 y el 12 de octubre de 2019 una importante reunión de alcaldes, la séptima edición de la C40 World Mayors Summit, que seguía a los encuentros celebrados desde hacía más de una década en Londres (2005), Nueva York (2007), Seúl (2009), São Paulo (2011), Johannesbugo (2014) y Ciudad de México (2016).

En la cumbre de Copenhague, a la que también asistió el secretario general de la ONU António Guterres, los primeros ediles de 35 grandes ciudades, con más de 140 millones de habitantes en total, suscribieron la C40 Clean Air Cities Declaration, en la que proclamaban su deseo de trabajar conjuntamente y de formar una "coalición global sin precedentes" para combatir la polución ambiental y mejorar la calidad del aire de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que "respirar aire puro es un derecho humano", insistía el documento. Tomando como inspiración el KBH Klimaplanen de Jensen, visto como el alcalde anfitrión de una auténtica ciudad laboratorio, y aleccionados por Anne Hidalgo y Eric Garcetti, alcaldes respectivamente de París y Los Ángeles, los firmantes adoptaron una serie de metas "ambiciosas" con el horizonte de 2025-2030 y de paso expresaban su apoyo a un deseable "Nuevo Pacto Verde Global" que pasara página a la era de los combustibles fósiles y trajera acciones urgentes para contrarrestar la "emergencia climática".

Las ciudades signatarias eran: Ammán, Austin, Bangalore, Barcelona, Berlín, Buenos Aires, Copenhague, Delhi, Dubai, Durban, Estocolmo, Guadalajara, Heidelberg, Houston, Los Ángeles, Lima, Lisboa, Londres, Madrid, Medellín, Ciudad de México, Milán, Oslo, París, Portland, Ciudad Quezón, Quito, Rotterdam, Seúl, Sydney, Tel Aviv, Tokyo, Varsovia, Washington DC y Yakarta.

El alcalde de Copenhague está casado con Jane Frimand Pedersen, profesora de guardería, y ha tenido dos hijos.

(Cobertura informativa hasta 29/1/2020)