Edi Rama

En septiembre de 2013, tras ocho años en la oposición, el Partido Socialista de Albania (PSS) ha regresado al Gobierno del pequeño Estado balcánico de la mano de su líder en todo este tiempo, Edi Rama, un hombre de trayectoria polifacética. El triunfo del bloque del centro-izquierda en las elecciones de junio sobre la alianza conservadora del primer ministro saliente, Sali Berisha, del Partido Democrático (PDS), consolida la alternancia bipartidista en Albania, un país que hasta ahora, pese a su democracia formal, ha sufrido los lastres de la polarización política violenta, las denuncias sistemáticas de fraude electoral y el rencor de los perdedores de turno.

Su condición de artista plástico, sus aires modernizadores y su laureada alcaldía de Tirana (2000-2011), con la que sometió a la desvencijada capital albanesa a un colorido lavado de cara y a una profunda regeneración urbanística, suscitaron esperanzas de que la llegada de Rama a la jefatura del PSS en lugar del líder histórico de la formación, Fatos Nano, tuviera efectos lenitivos en la crispada política nacional, urgida de diálogo, madurez y consensos básicos. Sin embargo, en las elecciones de 2009 el dirigente opositor no reconoció su derrota por estrecho margen frente a Berisha y en la legislatura que siguió se dedicó a hostigar al Gobierno del PDS con manifestaciones callejeras y boicots parlamentarios. La incapacidad de Albania para amoldarse a los estándares democráticos europeos dejó en el alero su candidatura al ingreso en la UE, presentada formalmente por Tirana aquel mismo año.


En 2013, con un talante más constructivo, Rama acudió a los comicios aliado al partido, también socialdemócrata y europeísta, del ex primer ministro socialista Ilir Meta y ofreciendo un proyecto para el "renacimiento" de Albania, país que ha conseguido esquivar la Gran Recesión europea pero que sigue a la cola del continente en renta por habitante y desarrollo humano. El nuevo primer ministro pretende sacar la petición de adhesión a la UE del congelador de Bruselas con un ambicioso plan de reformas legales y la promesa de luchar en firme contra la plaga de la corrupción, otra de las grandes asignaturas pendientes.

Su programa de Gobierno incluye una reforma fiscal, con la retirada del flat tax, la creación masiva de empleo y la transición desde un modelo económico dependiente de las remesas de la emigración a otro "basado en la producción", indica sin dar detalles. La solvencia de este capítulo de intenciones va a depender en buena medida de cómo se articulen las relaciones entre oficialismo y oposición, es decir, de si Rama y el nuevo líder de los demócratas (y quien le arrebató la alcaldía de Tirana en las conflictivas municipales de 2011), Lulzim Basha, serán capaces de desterrar la confrontación agresiva de los dos partidos mayoritarios y de encauzar su antagonismo a los usos y maneras normales en democracia. Por el momento, el desenlace tranquilo de las votaciones de junio, sin el tradicional epílogo de protestas e impugnaciones, invita a un prudente optimismo.


(Texto actualizado hasta septiembre de 2013)

1. Del mundo del arte a la alcaldía de Tirana
2. Líder de los socialistas albaneses y de la oposición al Gobierno Berisha
3. Victoria electoral del PSS y elección como primer ministro


1. Del mundo del arte a la alcaldía de Tirana

Hijo del escultor Kristaq Rama (1932-1998), conocido por sus tallas monumentales de corte soviético gratas al régimen comunista y del que heredó una profunda inclinación artística -aunque por unos vericuetos estilísticos harto diferentes-, en su primera juventud destacó en el deporte del baloncesto, como jugador del equipo Dinamo de Tirana y miembro de la selección nacional. Cuando la caída de la dictadura y el auge del movimiento democrático en los sucesos revolucionarios de 1990-1991, Rama se involucró en la efervescencia política del momento desde su posición de dirigente estudiantil de la Academia de las Artes de Albania, aunque este compromiso duró poco.

Antes de terminar 1991 el joven ya estaba concentrado en sus actividades creativas y docentes en el mundo del arte. Como profesor de pintura en la Academia de Tirana, donde se ganó una reputación de excéntrico, Rama publicó el libro Refleksione junto con el publicista Ardian Klosi. Ese mismo año se divorció, tras un corto matrimonio, de la actriz y cantante Matilda Makoçi, con la que había tenido dos hijos, Greg y Rean. En 1994 Rama inició una nueva andadura profesional en Francia. Estrechamente asociado al artista audiovisual Anri Sala, tomó parte en espectáculos multimedia y expuso sus obras pictóricas de estilo abstracto en galerías de Francia, Estados Unidos, Alemania, Brasil y otros países.

Aunque entregado en cuerpo y alma al arte, Rama era también un crítico radical del Gobierno conservador de Sali Berisha, el presidente de la República desde 1992, al que acusaba de autoritario. El enero de 1997, durante una estancia temporal en Tirana, el artista disidente fue brutalmente apaleado por asaltantes sin identificar a las puertas de su casa. El agredido no tuvo dudas de que había sido víctima de una banda de matones enviada por el poder o, más probablemente, de agentes policiales de paisano. Tras restablecerse de sus heridas, Rama retornó a Francia y reanudó su quehacer artístico. Sin embargo, el nuevo curso de los acontecimientos en Albania iba a traerle de vuelta con un pasaporte decididamente político. Así, a raíz de las elecciones legislativas de junio y julio de 1997, adelantadas por Berisha como resultado de unos violentísimos motines populares que habían tumbado al Gobierno de su partido, el Democrático de Albania (PDS), el adversario acérrimo de la oposición, el Partido Socialista de Albania (PSS), se aupó al Ejecutivo. El nuevo primer ministro pasó a ser el líder de los socialistas, Fatos Nano .

En abril de 1998 Rama se encontraba en Tirana para asistir a los funerales de su padre cuando recibió una llamada telefónica de Nano ofreciéndole el cargo de ministro de Cultura, Juventud y Deportes, donde sustituiría a la lingüista Arta Dade. El pintor aceptó el nombramiento de inmediato, entusiasmado con la idea de contribuir a relanzar la decaída vida artística y cultural de su país. La experiencia ministerial, aunque no colmó sus expectativas culturales, sí familiarizó a Rama con los convencionalismos políticos y despertó sus ambiciones en este terreno. En 2000 el ministro anunció su intención de presentarse a las elecciones municipales del otoño con la mirada puesta en la alcaldía de Tirana, entonces ocupada por un miembro del PDS, Albert Brojka. El 1 de octubre de 2000, concurriendo como independiente aunque con el aval decisivo del PSS, que le aceptó como su candidato, Rama se impuso con el 54% de los votos a su adversario demócrata, el escritor Besnik Mustafaj. El 19 de octubre Esmeralda Uruci le tomó el relevo en el Ministerio de Cultura.

El 9 de noviembre siguiente Rama escapó ileso a los disparos realizados por un francotirador contra su apartamento en la capital. El incidente, achacado de nuevo a la larga mano de Berisha, ensombreció el estreno de Rama al frente del Ayuntamiento de Tirana, una ciudad decadente, conocida por su fealdad estética, su contaminación ambiental, sus carreteras sin pavimentar y su urbanismo desordenado. De inmediato, el flamante edil lanzó un ambicioso y polémico programa de transformación radical de la urbe, denominado Limpia y Verde, que pretendía recuperar espacios públicos invadidos por las construcciones ilegales, abrir nuevos espacios con vegetación, regenerar el cauce del río Lana y mejorar los estándares de habitabilidad de sus 600.000 habitantes.

En su primer mandato, Rama sometió al centro histórico de Tirana y los distritos circundantes a una intensa labor de piqueta y brocha que generó una formidable controversia política y social. Por un lado, mando derribar miles de viviendas ilegales, levantadas para acoger al aluvión de emigrantes registrado a partir de 1990, a fin de rehacer el trazado urbano. Al mismo tiempo, gran número de bloques de apartamentos construidos en la época comunista y que componían la grisácea skyline de la capital vieron enlucidas e iluminadas sus fachadas con una explosión de colorido que dejó atónitos a residentes y visitantes. Además, hubo mejoras en la red vial y la ciudad vio expandirse su superficie arbolada y ajardinada.

Para Rama, el alcalde-artista, y sus partidarios, los abigarrados colores con que estaban siendo pintadas cientos de casas en Tirana no constituía un mero lavado de cara urbano –muchos residentes y observadores opinaban que el cromatismo desaforado, aunque refrescante a la vista, resultaba excesivamente kitsch-, sino una verdadera apuesta estética y conceptual, que simbolizaba la transformación y modernización de la ciudad. El caso fue la que audaz estrategia regeneradora adoptada para Tirana por Rama, quien consiguió la implicación económica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Mundial y el Open Society Institute (OSI) de George Soros, llamó la atención de los expertos en urbanismo y se hizo merecedora de varios reconocimientos internacionales. En 2004 Rama fue distinguido como el mejor Alcalde del Mundo en 2004, codiciado premio que otorga cada dos años la Fundación City Majors. En esta primera edición del certamen, desarrollado en Internet, el albanés superó en votos a sus colegas de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, y Roma, Walter Veltroni.

Además, Rama hizo de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Tirana (TICAB), principal acontecimiento cultural de Albania, el escaparate idóneo de su visión estética urbana y el banderín de enganche de destacados artistas gráficos internacionales que se mostraron interesados en la posibilidad de dejar impresas sus creaciones, a gran escala y al aire libre, en las fachadas de las casas de la capital albanesa. Por otro lado, en octubre de 2002 Rama recibió en Nueva York del secretario general de la ONU, Kofi Annan, el Premio del PNUD a la Erradicación de la Pobreza en reconocimiento al positivo impacto social del programa Limpia y Verde, que había sacado de las listas del paro a muchos trabajadores ahora dedicados a limpiar las riberas del Lana y a restaurar edificios históricos.

De la popularidad de Rama dejaron constancia sus dos reelecciones consecutivas, en los comicios locales de octubre de 2003 y febrero de 2007. Sin embargo, las críticas y las acusaciones a que el alcalde hizo frente fueron muy abundantes. Por un lado, se le echó en cara que centrara las mejoras en los cambios cosméticos, que tanto impresionaban a los visitantes de paso, y dejara sin resolver algunos graves problemas de los servicios públicos, como los muy deficientes suministros de agua y electricidad. La mayoría de las mismas viviendas que por fuera deslumbraban con colores chillones seguía reclamando a gritos la rehabilitación por dentro. Otros se quejaban del abandono reinante en los suburbios, de la falta de plazas de aparcamiento, del tráfico caótico o de la agobiante polución. En un sentido más político, Rama encajó también imputaciones de manejos turbios y corrupción.


2. Líder de los socialistas albaneses y de la oposición al Gobierno Berisha

Para 2005, el perfil político adquirido por Rama era lo suficientemente potente como para animarle a aspirar al puesto de presidente del PSS, partido del que se hizo miembro en octubre de 2003. Los socialistas albaneses llevaban ocho años en el poder, pero su ejecutoria gubernamental venía siendo de lo más accidentada. En septiembre de 1998, tras poco más de un año de mandato, Fatos Nano presentó la dimisión como resultado de la implacable campaña de desgaste orquestada por Berisha desde la oposición, y por los desacuerdos con los socios de la coalición gobernante sobre las políticas para enfrentar la crisis económica y la represión de Serbia contra la mayoría albanesa en la provincia de Kosovo.

Su sucesor, Pandeli Majko, el secretario general del PSS, renunció a su vez en octubre de 1999 como resultado de su fracasado envite contra Nano en la elección del presidente del Partido. El tercer primer ministro socialista fue Ilir Meta, quien luego de obtener la reválida en las elecciones generales de junio y julio de 2001 (los comicios, pese al importante retroceso en escaños, preservaron la mayoría absoluta del PSS), y de contribuir a la labor local de Rama con la transferencia de importantes fondos nacionales a las arcas municipales de Tirana, sucumbió a su vez en enero de 2002 por culpa de la labor de zapa de Nano, su propio jefe de filas, quien le acusaba de gobernar con "métodos fascistas".

Nuevamente tomó las riendas del Ejecutivo Majko, pero su mandato quedó truncado casi a las primeras de cambio, en julio de 2002, por un golpe interno de Nano, su gran rival en el PSS, quien formó su cuarto Gobierno desde 1991. Los problemas de imagen de Nano, percibido como un dirigente arrogante y blando con el cáncer de la corrupción, terminaron pasándole factura al PSS, que, muy penalizado además por el debut de la reciente escisión de Meta, el Movimiento Socialista por la Integración (LSI), perdió las legislativas del 3 de julio de 2005, unas elecciones caracterizadas por las denuncias de manipulaciones y el tortuoso recuento de los votos, que se prolongó hasta septiembre. Finalmente, fue proclamado ganador Berisha, quien alineó un Gobierno de coalición liderado por los demócratas.

El 1 de septiembre Nano dimitió en la Presidencia del PSS tras 14 años de jefatura. Para sucederle se postularon Rama, que hacía bandera de la transformación democrática del Partido, y Rexhep Meidani, quien fuera presidente de la República entre 1997 y 2002, y que contaba con el respaldo del aparato conservador controlado por Nano. El líder saliente, en entrevistas televisivas, no ocultó la opinión que le merecía el hombre al que siete años atrás había sacado de un medio exilio en Francia nombrándole ministro de Cultura; según Nano, Rama no era digno de confianza porque estaba "vinculado a círculos económicos sospechosos" en la gestión municipal de Tirana.

La liza entre Rama y Meidani se dirimió el 9 de octubre de 2005 en el VIII Congreso Extraordinario del PSS, celebrado en Tirana. Con 297 votos contra 151, el alcalde ganó la partida, pero los delegados rechazaron su propuesta de cambiar el Estatuto del Partido para que en lo sucesivo el presidente fuera elegido por todos los afiliados en un proceso abierto. Al mismo tiempo, el Congreso decidió reponer a Majko en la Secretaría General, seis años después de haberla transferido a Gramoz Ruçi. Pese a traer aires de renovación y fair play en la cultura política nacional, el liderazgo opositor de Rama, reelegido por segunda vez alcalde de Tirana en las municipales del 18 de febrero de 2007 frente a su contrincante del PDS, Sokol Olldashi, no supuso, ni mucho menos, una ruptura con el estilo belicoso, intransigente y marrullero de que habían hecho gala los dos hombres fuertes de Albania desde el final del régimen comunista, Berisha y Nano.

En su primera gran ocasión para demostrar capacidad de diálogo, la elección consensuada en 2007 del presidente de la República, una oficina de naturaleza ceremonial, el dirigente socialista obstaculizó la investidura del candidato del PDS, Bamir Topi, un biólogo y ex ministro de Agricultura con fama de moderado que precisaba la mayoría de tres quintos en la Asamblea Popular, a la vez que no presentó candidato propio. Alegando que Topi ofrecía un perfil demasiado partidista, Rama primero propuso la reelección del presidente saliente, Alfred Moisiu. Cuando este aclaró que no deseaba seguir en el cargo, Rama anunció que boicotearía todas las rondas de voto en las que concurriera Topi. De acuerdo con la Constitución, si la Asamblea no conseguía elegir al presidente sin variar la exigencia de mayoría, tres quintas partes, la Cámara tendría que disolverse para dar paso a elecciones anticipadas.

Este era, precisamente, el objetivo de Rama, que ordenó a sus diputados retirarse de las rondas de voto celebradas los días 8, 10 y 14 de julio (a las mismas se presentó a título particular Nano, sin permiso del Partido). Pero en la cuarta y penúltima votación, el 20 de julio, un puñado de parlamentarios socialistas violó la disciplina de grupo y con sus votos permitió la elección de Topi. La ruptura por sus conmilitones de la consigna de boicot encolerizó a Rama, quien en la víspera había asegurado que estaba listo para acudir al adelanto electoral. Desbaratado este propósito, el líder opositor insinuó que el PDS había comprado los votos de los disidentes de su partido.

En 2008 Rama y Berisha abrieron un paréntesis en su pelotera particular para sacar adelante una reforma constitucional que, entre otros cambios, modificaba el sistema electoral con la obvia intención de favorecer a los dos partidos mayoritarios y reducir la representatividad de los minoritarios. En adelante, los comicios se regirían íntegramente por un sistema de voto proporcional, basado en listas de partidos cerradas, y regionalizado, en lugar de la modalidad mixta vigente hasta ahora, que reservaba 100 de los 140 escaños de la Asamblea al sistema uninominal mayoritario. Con el nuevo código, para entrar en el Parlamento los partidos tendrían que superar el listón del 3% de los votos y las coaliciones el 5%. Este consenso bipartidista forjado por un interés común y excluyente levantó fuertes críticas domésticas y foráneas.

Tras este dudoso ejercicio de diálogo político con vocación reformista, los viejos hábitos volvieron a tiznar las elecciones generales del 28 de junio de 2009, concebidas como un test de democracia en el país más pobre de los Balcanes Occidentales, que acababa de ingresar (1 de abril) en la OTAN y de solicitar el ingreso (28 de abril) en la Unión Europea, con la que ya tenía firmado un Acuerdo de Asociación y Estabilización desde 2006.

Rama encaró su primera oportunidad de presidir el Gobierno nacional trazando un balance pésimo de los cuatro años de mandato de Berisha, al que acusó de no acometer las reformas modernizadoras imprescindibles para acercar a la muy rezagada Albania a los estándares europeos en todos los campos. Sin embargo, sus posibilidades de victoria estaban limitadas por la competencia planteada por el LSI de Meta, que profesaba la misma ideología (la socialdemocracia y el europeísmo) y ocupaba la misma posición en el espectro (el centro-izquierda) que el PSS. Para contrarrestar a la Alianza por el Cambio de 16 partidos capitaneada por el PDS, Rama y los suyos presentaron una coalición de nombre similar, la Unión por el Cambio, integrada por el PSS, el Partido Social Demócrata de Albania (PSDS), el Partido de la Democracia Social de Albania (PDSS), el Partido Unión por los Derechos Humanos (PBDNJ), el Grupo 99 (G99).

Lo ajustado de los resultados, con 70 escaños y el 46,9% de los votos para el bloque de Berisha, y 66 escaños y el 45,3% de los votos para el de Rama, indujeron a este último a reclamar recuentos de papeletas en una serie de colegios por indicios de irregularidades y a protestar porque su contrincante demócrata se apresurara a cantar victoria y a iniciar los movimientos para formar el nuevo Gobierno sin aguardar a la conclusión del escrutinio y a la publicación de los resultados oficiales. El golpe de gracia a las esperanzas del alcalde lo dio Meta, su antiguo aliado, que accedió a ser el socio de Gobierno del PDS y el principal de sus satélites, el Partido Republicano (PRS), los cuales se habían quedado a un escaño de la mayoría absoluta. La conclusión de Rama fue que las elecciones habían sido trucadas. No compartieron este diagnóstico los organismos internacionales que las verificaron, los cuales, aun detectando persistentes defectos de forma, consideraron los comicios libres y limpios en términos generales. La OSCE, el Consejo de Europa y la OTAN declararon que las elecciones del 28 de junio habían satisfecho los estándares democráticos europeos y la legislación albanesa.

La frustración de Rama por el desenlace de las "fraudulentas" elecciones generales de 2009 no declinó y el líder socialista recurrió a una expresión de rechazo radical ya practicada con fruición por Nano y Berisha antes que él: el boicot legislativo. En septiembre, insensible a las advertencias de que esta táctica erosiva resultaba fatal para la credibilidad del sistema democrático albanés y por ende para las aspiraciones europeístas del país, el grupo del PSS se ausentó de la sesión inaugural de la Asamblea electa y luego de la sesión de ratificación del nuevo Gabinete Berisha. Fue el comienzo de un boicot parlamentario de seis meses de duración.

Rama, que en 2010 contrajo segundas nupcias con la activista social Lindita Basha, estaba decidido a asediar al Gobierno del PDS, cuya legitimidad electoral no reconocía. En noviembre de 2009 los socialistas iniciaron una serie de manifestaciones sostenidas en Tirana y en febrero de 2010 accedieron a levantar su boicot a la Asamblea, pero tres meses después Rama convocó una campaña de desobediencia civil que se mantendría hasta que el Ejecutivo diera su brazo a torcer y aceptara revisar de nuevo los resultados de las elecciones de 2009.

El ambiente se fue envenenando y en noviembre de 2010 la Comisión Europea, tras constatar la inestabilidad institucional y el deterioro de la situación política, aparcó la candidatura albanesa al ingreso (a diferencia de la montenegrina, que recibió el visto bueno), si bien el Consejo de la UE dio luz verde a la recomendación de la propia Comisión de levantar la exigencia del visado a los ciudadanos albaneses que desearan viajar al Área de Schengen. En enero de 2011, la estrategia de la tensión mantenida por Rama degeneró en unos graves enfrentamientos en Tirana. Decenas de miles de manifestantes opositores, concentrados frente a la sede del Gobierno para denunciar el fraude electoral de 2009 y los escándalos de corrupción que sacudían al oficialismo, sostuvieron violentos choques con las fuerzas del orden, con el resultado de cuatro muertos y 150 heridos.

La siguiente prueba de fuerza competía personalmente a Rama en su feudo capitalino, donde se jugaba su cuarto mandato como alcalde. Las acusaciones de aceptar sobornos y el cansancio ciudadano por las interminables y aparatosas obras públicas, las cuales tenían una incidencia nimia o nula en la calidad de vida de la mayoría de los residentes, restaron apoyos al líder socialista, que el 8 de mayo cayó derrotado por un estrechísimo margen ante Lulzim Basha, miembro del PDS, ministro del Interior y cabeza de la Coalición por los Ciudadanos. En el recuento preliminar Rama superó a Basha por una decena de votos, pero luego la Comisión Electoral Central mandó contabilizar unas papeletas que habían sido excluidas del primer cómputo por un aparente fallo técnico. El escrutinio corregido dio la vuelta a la situación y el demócrata fue declarado vencedor por 93 votos. El doloroso desalojo de la alcaldía de Tirana, efectivo el 25 de julio al cabo de dos meses de estériles forcejeos legales con el Colegio Electoral, el tribunal encargado de los pleitos electorales, no facilitó el regreso a la mesura de Rama, que inauguró un segundo boicot a la Asamblea Nacional, esta vez duradero hasta septiembre.

En 2012, Rama, como en 2007, quiso hacer de la elección del presidente de la República un gran caballo de batalla en su guerra de desgaste con el primer ministro Berisha, aun a riesgo de abrir un inquietante limbo institucional. El PSS rechazó pactar con el PDS la candidatura conjunta de una personalidad independiente susceptible de no levantar sospechas de afinidad partidista, la del magistrado constitucional Xhezair Zaganjori. En consecuencia, la primera ronda de la elección parlamentaria, el 30 de mayo, fue declarada desierta. La misma suerte corrieron las rondas del 4 y el 8 de junio, que no tuvieron lugar por falta de aspirantes, ya que Zaganjori se negaba a someterse a la votación si antes los partidos no alcanzaban un consenso sobre su candidatura. Finalmente, el 11 de junio, salió adelante la opción del ministro del Interior nombrado por Berisha para suceder a Lulzim Basha, Bujar Nishani, quien pese a recoger solamente 73 votos fue declarado apto por la Comisión Legal del Parlamento. Rama. Los socialistas, aunque presentes en el hemiciclo, rehusaron ejercer el voto.

Al cabo de un mes, los observadores volvieron a quedar asombrados por la capacidad de Rama y Berisha para mostrarse pragmáticos a conveniencia. Por segunda vez en cuatro años, los duros antagonistas se pusieron de acuerdo en una cosa: la reforma del código electoral. De nuevo, los partidos menores denunciaron que los ajustes aplicados a la norma que regulaba los comicios no buscaban otra cosa que cimentar el duopolio de hecho del PSS y el PDS en el sistema parlamentario. La UE, la OSCE y Estados Unidos, sin embargo, alabaron el nuevo código, pues iba en la línea de sus recomendaciones de calidad democrática.


3. Victoria electoral del PSS y elección como primer ministro

Rama y los socialistas acudieron a las elecciones generales del 23 de junio de 2013 con unas razonables perspectivas de victoria. El ex alcalde adoptó un tono más constructivo y se explayó en los detalles de su Programa Renacimiento (Rilindje), que propugnaba poner al país en el recto curso de encuentro con el corazón de Europa. Evocando lo que él había hecho durante once años en Tirana, Rama expuso la necesidad de acometer una verdadera catarata de reformas, con inversiones en educación, salud, tecnología y juventud. El sistema jurídico tenía que amoldarse mejor al acervo comunitario, y las lacras de la corrupción, los tráficos ilegales y la criminalidad común debían ser combatidas sin la menor sombra de indulgencia.

En el capítulo económico, los socialistas prometían "bajar los impuestos al 95% de los albaneses". El 5% restante poseía "más de la mitad del dinero depositado en el país", una inequidad sangrante que hacía imperiosa la retirada del tipo único del 10% en el impuesto sobre la renta, introducido por Berisha en 2007, cuya capacidad para dinamizar la economía estaba seriamente en entredicho. Aunque la economía albanesa, de modo excepcional, había eludido la recesión global en términos anuales, su ritmo de crecimiento, vigoroso hasta 2008, había aminorado mucho. Desde entonces, varios trimestres habían registrado crecimiento negativo y 2012 había cerrado con un avance del 1,6%, la tasa más floja en 16 años, aunque, con todo, impensable en los países de la Europa rica azotados por la crisis. La idea de los socialistas era reemplazar el "desastroso" flat tax por un sistema tributario progresivo. Al mismo tiempo, un Gobierno del PSS aliviaría las cargas fiscales a las pequeñas y medianas empresas.

Más aún, Rama contemplaba la transformación completa del modelo económico, pasando de uno "basado en las remesas de los emigrantes" (hasta una tercera parte de los casi tres millones de albaneses vivía y trabajaba en el extranjero, y sus envíos de dinero suponían el 8% del PIB), la ayuda internacional con créditos blandos, los ingresos de las privatizaciones, el autoempleo en la agricultura, los pequeños comercios y la construcción, a otro basado en la producción". En un país con un paro que oficialmente rozaba el 13% pero que con seguridad era mucho mayor, el PSS ofrecía crear nada menos que 300.000 puestos de trabajo.

Rama tenía entre manos una jugada maestra que le daría las llaves del triunfo en las urnas. El 3 de abril de 2013 Ilir Meta anunció que retiraba a su partido del Gobierno Berisha porque había aceptado la invitación de los socialistas de acudir juntos a las elecciones con un programa común de reformas proeuropeas. El acuerdo entre los dos partidos había sido firmado dos días atrás en Shkoder. La adecuación de la legislación al marco europeo y la celebración, de una vez, de unas elecciones homologables en su organización, su desarrollo y su epílogo eran las condiciones impuestas por la UE para aceptar a trámite la candidatura de Albania a la adhesión. 400 observadores de la OSCE iban a someter a los comicios a un riguroso examen. El pacto entre el PSS y el LSI se sustanció en la Alianza por una Albania Europea (ASE), que atrajo a la friolera de 37 formaciones de la oposición, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. El PDS articuló por su parte la Alianza por el Empleo, la Prosperidad y la Integración (APMI), formada por 25 partidos de centro y derecha.

La jornada electoral del 23 de junio se vio ensombrecida por un incidente violento en la localidad de Lac, donde un tiroteo costó la vida a un interventor del LSI y causó heridas a otras dos personas, una de ellas un candidato local del PDS. Tras depositar su voto en la capital, Rama manifestó que "todos los socios internacionales están observando nuestra madurez y nuestra voluntad de convertirnos en parte integral de la UE, donde celebrar elecciones libres y limpias es una precondición". Nada más cerrarse los colegios, tanto el campo de Berisha como el de Rama corrieron a atribuirse la victoria.

El líder socialista se congratuló porque "el renacimiento haya triunfado sobre la ruina" y luego, con una tercera parte de los votos escrutados, que confirmaba los datos victoriosos adelantados por la ASE sobre la base de sondeos a pie de urna, instó al demócrata a aceptar su derrota. "El momento de perder siempre llega. Hoy es el día de hacerlo por el honor de Albania (…) Albania debe salir de estas elecciones con la cabeza bien alta. Este es un momento de la vida política en el que los perdedores pueden participar de la victoria de su país", declaró Rama con tono amable. El 25 de junio el político, erigido en gobernante in péctore, se dirigió a los albaneses con estas palabras: "Seré vuestro primer ministro, pero también vuestro servidor. El deber recaerá en mí; la autoridad la tendréis vosotros".

El 26 de junio la Comisión Electoral Central ofreció datos prácticamente definitivos con el 97% escrutado. La ASE era la rotunda ganadora con el 57,6% de los votos y una mayoría absoluta 85 escaños. Los resultados finales dejaron a la ASE con 83 puestos en la Asamblea y a la APMI, receptora del 39,5%, con 57. En la lid individual de partidos, el PSS, con 65 escaños, doblegó al PDS, que obtuvo 15 puestos menos. La participación quedó establecida en el 53,5%, tres puntos más que en 2009. El mismo 26 de junio, Berisha, rendido a la evidencia, reconoció su derrota, deseó buena suerte a Rama y anunció su dimisión como presidente del PDS.

El 31 de julio Rama anunció la composición de su Gabinete, de coalición con el LSI. Los de Meta, quien prefirió el cargo de presidente de la Asamblea a un puesto en el Ejecutivo, consiguieron cinco carteras, las de Integración Europea, Justicia, Medio Ambiente, Transportes e Infraestructura, y Agricultura, Desarrollo Rural y Gestión de Aguas. Seis de los 20 ministros eran mujeres, cuota femenina que no tenía parangón en la historia nacional. Por primera vez, una mujer, Mimi Kodheli, se hizo cargo de la Defensa. Según Rama, el nuevo Gobierno albanés no iba a ser "el apaño tradicional que exhibe poder, y se enzarza en la retórica diaria, sino un encuentro en mesa redonda de unos servidores públicos incansables que trabajarán con gran honestidad para hacer justas las extraordinarias expectativas que el pueblo albanés tiene de nosotros (…) Hemos trabajado con gran paciencia y dedicación para reunir a un grupo de personas que están dispuestas a ejercer en un gobierno que aspira a trabajar duro y con transparencia, desde el primer hasta el último día del mandato".

El 10 de septiembre el presidente de la República, Nishani, encargó formar el nuevo Ejecutivo a Rama, quien en la jornada siguiente hizo lectura de su plan de Gobierno ante los diputados. En su discurso de investidura, el próximo primer ministro pasó revista a las políticas que pensaba implementar y añadió que buscaría el consejo del FMI para dejar atrás los coletazos de la crisis. El 15 de septiembre el Gabinete bipartito recibió el visto bueno de la Asamblea con 82 votos a favor y acto seguido tomó posesión.

Además del ya citado Refleksione de 1991, el primer ministro albanés tiene publicados un libro artístico con notas y dibujos de su puño y letra que lleva por título su propio nombre, Edi Rama (2009), así como el ensayo de actualidad política Kurban (2011), donde pasa revista a sus años en la alcaldía de Tirana. Rama, que habla inglés, francés e italiano, ha escrito también multitud de artículos para los principales medios de Albania, y para algunos periódicos y revistas del extranjero.

(Cobertura informativa hasta 1/10/2013)