Brian Cowen

En Irlanda, la dimisión del popular Bertie Ahern, tras 11 años de mandato y a raíz de una investigación parlamentaria de unos cobros irregulares, ha aupado el 7 de mayo de 2008 al liderazgo del partido centrista Fianna Fáil y a la jefatura del Gobierno a su hombre de confianza y principal colaborador en estos años. Diputado en siete legislaturas pese a tener sólo 48 años, Brian Cowen es un político experimentado que desde 2000 ha servido de ministro de Exteriores, ministro de Finanzas y viceprimer ministro. Los principales desafíos del nuevo taoiseach son, con carácter inmediato, el referéndum de ratificación del Tratado de Lisboa, que los irlandeses afrontan con indecisión, y, para el conjunto de la legislatura, la desaceleración económica acompañada de paro e inflación, tras un período de intensos crecimiento y generación de riqueza, sin parangón en Europa.

(Nota de edición: esta versión de la biografía fue publicada originalmente el 15/5/2008. El ejercicio de Brian Cowen como primer ministro de Irlanda concluyó el 9/3/2011. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Enda Kenny, líder del partido, el Fine Gael, vencedor en las elecciones del 25/2/2011. Al frente de su partido, el Fianna Fáil, Cowen fue sucedido por Micheál Martin).

1. Un político de casta del Fianna Fáil
2. Ministro de Exteriores y de Finanzas con Bertie Ahern
3. La hora de la sucesión en las jefaturas del partido y el Gobierno


1. Un político de casta del Fianna Fáil

Hijo del diputado y senador Bernard (Ber) Cowen y nieto del concejal Christopher Cowen, se educó en la Escuela Nacional y la Escuela Superior San Ciarán (Ard Scoil Naomh Chiaráin) de Clara, el pueblo del condado de Offaly donde residía la familia, y luego en el Colegio Cisterciense de Roscrea, en el vecino condado de Tipperary. Amante del fútbol y el atletismo, el chico ejercía también de camarero en el pub que su padre regentaba en Clara, negocio familiar que Ber Cowen compatibilizaba con su carrera de político, emprendida en 1967 a raíz de la muerte del abuelo del niño, cuyo electorado en este ambiente rural el segundo eslabón de esta dinastía política heredó.

Tras terminar la secundaria, el joven se matriculó en el University College de Dublín, donde cursó la carrera de Derecho. Obtenida la licenciatura, Cowen se colegió en la Law Society of Ireland, la cámara reguladora de la categoría profesional de abogados del tipo solicitor en el país insular, pero no se acomodó en ese oficio, ya que todas sus ambiciones apuntaban, continuando con la tradición familiar, a la política representativa en las filas del partido Fianna Fáil (nombre gaélico que suele traducirse por Soldados del Destino). Exponente de un centrismo difuso con acentos populistas y liberales, pero cuya seña de identidad más marcada era la tradición republicana panirlandesa encarnada en el pasado por el líder fundador, Eamon de Valera, el FF, desde principios de los años treinta, venía alternándose democráticamente en el Gobierno con el otro partido mayoritario y rival, el Fine Gael (Familia de los Gaélicos), de corte centroderechista.

El pistoletazo de salida de su carrera como político sonó para Cowen el 24 de enero 1984 con la muerte de su padre, a la temprana edad de 52 años, en mitad de su quinto mandato como diputado del Dáil o Cámara de Representantes del Oireachtas o Parlamento Nacional. En aquel entonces, el FF, bajo el liderazgo de Charles Haughey, se hallaba en la oposición al Gobierno del FG, presidido por el taoiseach Garret FitzGerald. El 14 de junio siguiente, el escaño dejado vacante por Ber Cowen en Laois-Offaly fue sometido a votación en la circunscripción y el huérfano lo retuvo para el apellido familiar con el 54,7% de los sufragios. Con 24 años, el abogado se convirtió en el miembro más joven del vigésimo cuarto Dáil desde la creación de la asamblea en 1919.

En 1985, mientras legislaba en Dublín, el veinteañero se hizo también con la concejalía de condado que su difunto padre había ocupado en Tullamore, la capital de Offaly. Reelegido en el Dáil en los comicios del 17 de febrero de 1987, que dieron la victoria al FF y catapultaron a Haughey a la jefatura del Gobierno aunque en minoría parlamentaria, y del 15 de junio de 1989, que permitieron seguir gobernando al FF en coalición con los Demócratas Progresistas (PD, una escisión de elementos liberales propios sufrida en 1985), Cowen fue adquiriendo una reputación de diputado combativo y rudo, al límite del discurso vejatorio, en los debates en el hemiciclo con los colegas de la oposición.

Cowen hizo extensivas sus detracciones a su propio partido, donde se adhirió a la facción crítica con el estilo de liderazgo de Haughey que encabezaba el ministro de Finanzas, Albert Reynolds. Asimismo, mostró su desacuerdo con la alianza gubernamental con los demoprogresistas de Des O'Malley, toda una novedad en una formación acostumbrada a gobernar en solitario, ya fuera en mayoría o en minoría. En noviembre de 1991 el diputado secundó a Reynolds en su intento de descabalgar a Haughey; la moción fracasó y el ministro fue fulminantemente cesado por Haughey, pero poco después, el 30 de enero de 1992, el taoiseach no tuvo otra salida que la dimisión al verse comprometido en un escándalo de escuchas telefónicas. Reynolds se hizo con las riendas del FF y el 11 de febrero formó un gobierno en el que Cowen, con 32 años, fue nombrado ministro de Trabajo, alto cometido que requirió su baja como edil en Offaly.

La carrera política de Cowen prosiguió sin altibajos, al ritmo que marcaba el parlamentarismo irlandés. El 25 de noviembre de 1992 fue renovado en el Dáil por tercera vez consecutiva, en unas elecciones convocadas por anticipado tras romperse el bipartito en un contexto de duros reproches personales entre Reynolds y O'Malley a propósito de la investigación de los posibles vínculos corruptos de Haughey con el empresario cervecero Larry Goodman, y que desembocaron en la formación el 12 de enero de 1993 de un inédito ejecutivo de coalición entre el FF y el Partido Laborista (LP) de Dick Spring. Con Reynolds nuevamente de taoiseach, Cowen, uno de los responsables del FF que más había instigado la ruptura con los PD, prolongó su quehacer gubernamental como ministro de Energía, cartera que hasta ahora había portado el propio Reynolds y que al cabo de diez días incorporó las áreas de Transportes y Comunicaciones, dando lugar a un ministerio nuevo.

El estallido de la coalición con los laboristas el 16 de noviembre de 1994 precipitó la dimisión de Reynolds y la constitución de una alianza entre Spring y líder del FG, John Bruton, quienes formaron gobierno el 15 de diciembre con el segundo de taoiseach. Retornado a la bancada de la oposición, Cowen respaldó la elección de Bertie Ahern, el ministro saliente de Finanzas, como nuevo líder del partido, y a continuación asumió la portavocía parlamentaria del FF en cuestiones de agricultura, bosques y alimentación.


2. Ministro de Exteriores y de Finanzas con Bertie Ahern

En las elecciones del 6 de junio de 1997 el FF, en renovada alianza con los PD, ahora encabezados por Mary Harney, superó por la mínima a la coalición del FG, el LP y la Izquierda Democrática (DL), el tripartito gobernante. Como resultado, el 26 de junio, Ahern alineó su primer Gabinete, en el que sentó a Cowen como ministro de Salud e Infancia. Esta cartera social, asumida en consonancia con la portavocía parlamentaria que venía desarrollando en los últimos meses, le resultó bastante ingrata a Cowen, que hubo de hacer frente a los conflictos laborales del personal médico y a la escasez de camas en los hospitales públicos.

El deseado cambio de aires ministeriales le llegó a Cowen el 27 de enero de 2000, cuando Ahern le nombró ministro de Asuntos Exteriores en sustitución del veterano David Andrews, que preparaba su jubilación de la política. Desde esta oficina, Cowen se dio a conocer en la arena internacional como uno de los actores dinamizadores del tortuoso proceso de paz en Irlanda del Norte, que en este período estuvo dominado por las resistencias del IRA a entregar las armas y decir adiós al terrorismo, y, directamente conectado con lo anterior, por las sucesivas suspensiones por el Gobierno de Londres de las instituciones autonómicas de Belfast ante el desacuerdo paralizante de los partidos republicanos y unionistas.

El otro ámbito que puso a prueba la pericia organizadora y negociadora de Cowen fue la Unión Europea. El ministro y el taoiseach tuvieron que emplearse a fondo con una campaña de información pública para revertir el resultado negativo del referéndum del 7 de junio de 2001 sobre el Tratado de Niza, que los analistas achacaron en gran medida al temor de una parte mayoritaria de los irlandeses a que el nuevo instrumento europeo, con sus previsiones de desarrollar una Política Europea de Seguridad y de Defensa (PESD) a partir de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), comprometiera la tradicional neutralidad nacional.

Luego de obtener de los socios comunitarios, reunidos en el Consejo Europeo de Sevilla, el reconocimiento de una Declaración Nacional que confirmaba la preservación de la plena soberanía irlandesa a la hora de decidir sobre el envío de tropas al exterior para participar en operaciones militares conjuntas en el marco de la PESD, el Gobierno, con el respaldo de los principales partidos, convocó otro referéndum de ratificación para el 19 de octubre de 2002 y esta vez lo ganó con un 63% de síes; removido el obstáculo irlandés, el Tratado de Niza pudo entrar en vigor el 1 de febrero de 2003.

Cowen coronó sus cuatro años al frente de la diplomacia irlandesa con la presidencia de turno del Consejo de la UE en el primer semestre de 2004, período que registró tres acontecimientos de gran relieve: el ingreso, el 1 de mayo, de diez nuevos estados miembros; el acuerdo intergubernamental que colocó al portugués José Manuel Durão Barroso al frente de la Comisión Europea; y el logro más sobresaliente, que mereció el elogio general de los socios, el vencimiento de las resistencias polacas al Tratado de la Constitución Europea, cuyo texto definitivo pudo ser aprobado y dejado listo para su firma en el Consejo Europeo de Bruselas del 18 de junio, al cabo de medio año de crisis arrastrada desde el fracaso del Consejo Europeo de diciembre, aunque al Tratado le aguardaba ahora un arduo proceso de ratificación.

Tras las elecciones del 17 de mayo de 2002, que sonrieron al FF con un ascenso hasta los 81 escaños, a sólo tres de la mayoría absoluta, y el 41,5% de los votos, Cowen y los demás titulares de peso continuaron en sus puestos en el segundo Gobierno Ahern, constituido el 6 de junio, en coalición con los PD de nuevo. A estas alturas, el abogado estaba unánimemente considerado el principal escudero del popular Ahern, quien a finales de julio le nombró vicelíder del FF en sustitución de Mary O'Rourke, la cual había perdido el escaño en el Dáil y había abandonado también el Gobierno para liderar la bancada oficialista en el Senado. El puesto de vicelíder del partido tenía un carácter puramente ceremonial, pero su asignación al dinámico ministro de Exteriores fue interpretada como el señalamiento de su heredero político por el primer ministro, que podría entregarle el mando en algún momento de la tercera legislatura, siempre que el partido ganase las elecciones de 2007.

El 29 de septiembre de 2004 el taoiseach sometió al Ejecutivo a una profunda remodelación. Cowen dejó Exteriores a Dermot Ahern, hasta ahora titular de Comunicaciones, Marina y Recursos Naturales, y tomó de Charlie McCreevy, que marchaba a la Comisión Europea, la cartera de Finanzas. La llegada de Cowen a esta oficina fue vinculada por los observadores al deseo de Ahern de imprimir un giro social a la gestión económica de signo liberal aplicada desde 1997, que en los tres primeros años había propiciado unas tasas de crecimiento espectaculares, las más altas de la UE y la OCDE; el índice del 10,7% alcanzado en 2000 resultaba más propio de una economía asiática que de una europea.

La fenomenal expansión del tigre céltico, que según los expertos obedecía a la combinación de las ayudas y subvenciones europeas a la agricultura y el desarrollo regional con una agresiva política de descuentos fiscales que animaba a invertir aquí a multinacionales de diversos ramos industriales volcadas a la exportación, había permitido a la pequeña Irlanda elevar vertiginosamente su renta per cápita en un plazo muy corto de tiempo: en 2004, con 32.000 dólares por habitante (a paridad de poder adquisitivo), figuraba entre los países más prósperos del mundo y en Europa ostentaba la cuarta posición tras Luxemburgo, Noruega y Suiza, a la que, a la sazón, iba a rebasar ampliamente en los años siguientes. El PIB por habitante irlandés era un 40% mayor que la media de la UE. Ahora, la economía seguía creciendo, pero a un ritmo más moderado, en torno al 5% anual, que de todas maneras producía la envidia de la mayoría de los socios comunitarios. Sin embargo, se apreciaba un peso creciente del sector de la construcción, empujado por el boom inmobiliario, en la generación del PIB.

Cowen elaboró unos presupuestos del Estado que hacían hincapié en el gasto público, destinando más dinero a la construcción de hospitales, escuelas, vivienda protegida e infraestructuras de comunicaciones -uno de los puntos débiles del país-, así como a la protección del medio ambiente. Su política fiscal presentó similar orientación social, al eximir de tributación a las rentas bajas, bajar el tipo de retención a las rentas medias y suprimir diversas desgravaciones a las rentas altas. El ministro otorgaba prioridad al Plan Nacional de Desarrollo (NDP), que desde 2000 venía sufragando con fondos públicos, privados y europeos numerosos proyectos educativos, sanitarios y viales, así como programas de desarrollo rural, protección de la infancia y redes sociales.

El presupuesto nacional de 2007, apoyado en el respetable 6% de crecimiento económico registrado en 2006, fue uno de los más gastadores en la historia de la República, lo que le acarreó a Cowen la acusación de electoralismo por los partidos de la oposición y duras críticas de los comentaristas económicos, que le instaban a atajar la rápida evaporación del superávit de las administraciones públicas (en sólo un año el saldo positivo retrocedió del 2,9% al 0,3%) y a adoptar medidas efectivas contra la inflación, que tras unos años de contención volvía a aproximarse al 5% anual.

El ministro, sin embargo, siguió apostando por el NDP, que, bajo el lema Transformando Irlanda-Una mejor calidad de vida para todos, encaraba una segunda y ambiciosa fase operativa para el sexenio 2007-2013 con una asignación de 184.000 millones de euros. La partida más abultada (54.600 millones) se destinaría a la construcción de autopistas y a ampliar las líneas ferroviarias, hasta completar la red nacional de transportes planeada por el Gobierno, y los demás fondos financiarían facilidades de inclusión social, proyectos de vivienda y salud, recursos de capital humano y diversos programas de I+D.


3. La hora de la sucesión en las jefaturas del partido y del Gobierno

En las elecciones generales del 24 de mayo de 2007 el FF retuvo la primacía con el 41,6% de los votos y 77 diputados, entre ellos Cowen, reelegido por sexta vez consecutiva en su circunscripción de siempre, Laois-Offaly. Puesto que los PD perdieron seis de los ocho escaños que tenían, el bipartito gobernante se quedó sin la mayoría absoluta. Para asegurar su tercera investidura, Ahern pactó con el Partido Verde (GP) de Trevor Sargent y John Gormley, una formación activa también en Irlanda del Norte y que aportaba seis puestos en el Dáil. El 14 de junio arrancó el nuevo Gobierno tripartito y en él Cowen estrenó el puesto de tánaiste o viceprimer ministro, hasta ahora ocupado por el dimitido líder demoprogresista, Michael McDowell.

El nombramiento de Cowen como tánaiste en adición del Ministerio de Finanzas deshizo las últimas dudas sobre quién sería el sucesor de Ahern en el liderazgo del partido, pese a no hacer todavía el taoiseach un pronunciamiento explícito. Aunque no tenía el carisma de Ahern, Cowen se había ganado a pulso una notable fama como político lenguaraz, obstinado y punzante, con un toque rústico que despertaba tanta popularidad en las bases del FF como antipatía en los círculos elitistas ajenos al partido. Los periodistas siempre aguardaban con avidez el último comentario chocante del ministro.

En mayo de 2007, entrevistado por la revista Hot Press, el dirigente reconoció haber fumado porros en sus tiempos de estudiante: "hubo un par de ocasiones en que me pasaron marihuana y a diferencia del presidente Clinton, sí inhalé", explicó. En los meses siguientes, la prensa satírica y sensacionalista se dedicó a reproducir el chascarrillo de que a Cowen le llamaban –no decía quiénes- Biffo, mote que significaría "Big ignorant fellow from Offaly" e incluso "Big ignorant fucker from Offaly", aunque los partidarios del injuriado salieron en su defensa para aclarar que tal expresión significaba "Big intelligent fellow from Offaly".

A principios de enero de 2008 Ahern manifestó que el 12 de septiembre de 2011, el día de su sexagésimo cumpleaños, podría ser una buena fecha para retirarse de la "vida parlamentaria activa". En tal caso, su renuncia se produciría nueve meses antes del final de la legislatura, en mayo de 2012. Además, confirmó que su favorito para sucederle era Cowen. Los partidos de la oposición deslizaron su impresión de que la mudanza, teniendo sobre la mesa los pronósticos de una importante desaceleración de la economía (afectada por el enfriamiento del mercado inmobiliario y la imparable apreciación del euro frente al dólar, que penalizaba las exportaciones industriales) y una no menos considerable subida del paro (ahora mismo, éste superaba el 5%, la tasa más elevada en una década), tendría lugar bastante antes.

Las presiones del FG y el LP sobre el taoiseach para que dimitiera ya arreciaron en febrero al hilo de las indagaciones del llamado Tribunal Mahon, una comisión parlamentaria que investigaba una serie de denuncias de presuntos cobros por destacados políticos de sobornos empresariales. Uno de los afectados era Ahern, cuyos patrimonio y transacciones financieras venían siendo escrutados por el tribunal desde hacía casi dos años en base a la acusación de que entre 1987 y 1994, en su etapa de ministro de Trabajo y de Finanzas, había recibido varios pagos del constructor Owen O'Callaghan.

Ahern llevaba meses negando haber obtenido dinero alguno de manera irregular de O'Callaghan o de cualquier otra persona, pero en marzo se vio obligado a reconocer la recepción en libras esterlinas de una cantidad que al cambio actual ascendería a los 900.000 euros. No siendo capaz de aclarar el origen y la finalidad de este dinero, y cogido en explicaciones contradictorias, Ahern anunció por sorpresa el 2 de abril de 2008 su dimisión como líder del FF y taoiseach, efectiva el 6 de mayo, para evitar que sus problemas personales siguieran interfiriendo en la labor del Gobierno.

El 9 de abril, tal como se esperaba, Cowen fue designado por el grupo parlamentario del FF para suceder a Ahern. Su candidatura, promovida por el ministro de Justicia, Brian Lenihan, y la ministra de Agricultura, Mary Coughlan, fue aprobada por unanimidad. En su discurso de aceptación, el todavía tánaiste rindió tributo a su predecesor y se comprometió a dedicar todas sus energías a la reforma de los servicios públicos y, como primer y más acuciante reto, a la campaña por el sí en el referéndum sobre el Tratado de Lisboa -el sucesor del fracasado Tratado de la Constitución Europea-, procedimiento de ratificación que constitucionalmente Irlanda estaba obligada a realizar.

Prevista para el 12 de junio, la consulta prometía despertar una expectación rayana en el dramatismo, de continuar creciendo, tal como reflejaban los sondeos, la tendencia del voto desfavorable, que reclamaba una variopinta coalición de fuerzas minoritarias –el partido Sinn Féin, la extrema izquierda, la extrema derecha clerical y los ultraliberales del grupo Libertas- y perder posiciones los partidarios del sí, pese a defender esta postura todos los partidos importantes. En las capitales europeas, producía escalofríos el escenario de una repetición de lo sucedido aquí en 2001 en relación con el Tratado de Niza, y después de todo el trabajo que había costado remontar el desbarajuste provocado por los noes francés y holandés a la Constitución Europea en 2005.

Finalmente, el 6 de mayo, cumpliendo con lo anunciado, Ahern presentó la dimisión y ese mismo día Cowen asumió el liderazgo del partido. En la jornada siguiente, el Dáil invistió a Cowen primer ministro por 88 votos contra 76 y, tras recibir el preceptivo nombramiento de la presidenta de la República, Mary McAleese, tomó posesión del puesto. En el nuevo Gabinete, 13 puestos correspondieron al FF, uno a los PD y otro al GP, idos en ambos casos a los respectivos líderes, Mary Harney (Salud e Infancia) y John Gormley (Medio Ambiente). Mary Coughlan fue hecha tánaiste, Willie O'Dea continuó en Defensa, Brian Lenihan pasó a Finanzas y Micheál Martin se hizo con Exteriores en lugar de Dermot Ahern, que reemplazaba a Lenihan en Justicia.

Brian Cowen está casado con Mary Molloy y es padre de dos hijas.

(Cobertura informativa hasta 15/5/2008)