Ba N'Daou

En Malí, la fractura política abierta por el golpe de Estado militar que el 18 de agosto de 2020 derrocó al presidente desde 2013, Ibrahim Boubacar Keïta, dio paso un mes después a un principio de normalización institucional con la asunción de Ba N'Daou como presidente de transición.

Coronel retirado de la Fuerza Aérea con fama de íntegro y ex ministro de Defensa (2014-2015) con Keïta, N'Daou, de 70 años, fue la personalidad escogida por el cabeza del golpe, el coronel Assimi Goïta, para aplicar la hoja de ruta definida por la Carta de Transición, un documento consensuado el 12 de septiembre entre la junta militar, el Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP), y los delegados de los diversos sectores de la sociedad civil. El más notable de estos grupos es el Movimiento del 5 de Junio-Reagrupamiento de Fuerzas Patrióticas (M5-RFP), frente opositor cuyas movilizaciones de protesta acorralaron a Keïta y provocaron la crisis nacional que empujó a los militares a intervenir. El 25 de septiembre Goïta, quien se había autoinvestido jefe del Estado, cedió formalmente la dirección del Ejecutivo a N'Daou. Este asumió las misiones fundamentales de preservar el orden y la seguridad, en un país seriamente amenazado por las subversiones yihadistas, y de preparar las elecciones generales previstas a principios de 2022; concluido el período de transición de 18 meses, que los golpistas pretendieron inicialmente fuera de 36, N'Daou deberá transferir el mando al presidente electo.

El nombramiento oficial de N'Daou el 21 de septiembre por un grupo de 17 electores satisfizo la principal exigencia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para ahorrarle a Malí un régimen de sanciones y el embargo comercial total: que un civil llevara las riendas de la normalización constitucional. La CEDEAO no objetó el hecho de que el nuevo presidente transitorio, aun técnicamente civil desde que en 2012 colgara el uniforme, fuera en esencia un hombre de la milicia. Además, Goïta, quien no parece albergar ambiciones personales de poder, se reservó un papel determinante en un segundo plano, como vicepresidente de la República. Ambas circunstancias dibujan un escenario donde los militares siguen controlando el proceso político. A continuación, N'Daou y Goïta dieron cumplimiento al resto de demandas de la CEDEAO para normalizar las relaciones con su Estado miembro. Así, el 27 de septiembre el primero nombró a otro civil, el diplomático independiente y antiguo ministro de Exteriores Moctar Ouane, como primer ministro del Gobierno de Transición, mientras que el segundo anunció el 26 de enero de 2021 la disolución del CNSP. Por lo demás, el acuerdo político post-golpe ha permitido normalizar la participación de Malí en el G5 del Sahel, orquestado por Francia y crítico para la seguridad antiterrorista en toda la región.

Desde el primer día como presidente, N'Daou ha dejado claro el compromiso de su país con la Operación Barkhane, el dispositivo militar multinacional comandado por el Ejército galo que en 2013 (cuando se llamaba Operación Serval) impidió seguramente que el frágil Estado maliense se derrumbara bajo la doble arremetida de los rebeldes secesionistas tuaregs -un frente que se mantiene aquietado desde el Acuerdo de paz de Argel de 2015- y las organizaciones yihadistas; estas últimas operan actualmente bajo la denominación de Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM), sucursal de Al Qaeda en el Magreb. La presencia de las tropas francesas es repudiada por muchos ciudadanos, pero las manifestaciones antifrancesas fueron prohibidas por la junta militar. El dirigente de transición ha ratificado el respeto de todos los compromisos internacionales suscritos por el anterior Gobierno y ha anunciado que luchará contra la corrupción, una de las lacras que espolearon el hartazgo popular en las protestas de 2020. "Guerra sin cuartel" contra las fuerzas terroristas y el crimen organizado e "impunidad cero" frente a la corrupción fueron las expresiones empleadas por N'Daou en su toma de posesión.

En marzo de 2021 el presidente de transición recibió en el aeropuerto de Bamako el primer cargamento de vacunas contra la COVID-19, 396.000 dosis de AstraZeneca obtenidas gratuitamente gracias a la facilidad COVAX. País ACP, el vulnerable Malí recibe de la Unión Europea ayuda oficial al desarrollo a través del fondo FED y militar con la misión de entrenamiento EUTM.


(Texto actualizado hasta abril 2021)

El hombre encargado de presidir la transición política abierta en Malí tras el golpe de Estado de 2020 es un oficial retirado que inició su carrera en las Fuerzas Armadas Malienses (FAMa) en 1973, durante el régimen militar del coronel, luego general y autoinvestido presidente civil, Moussa Traoré. Entre 1974 y 1975 N'Daou recibió instrucción como piloto de helicópteros en la URSS y en 1978 se graduó en la Escuela Militar Interarmas (Émia) de Koulikoro, cerca de Bamako, integrándose en el Ejército del Aire. Sus camaradas le llamaban El Grande por su elevada estatura, 1,95 metros.

Traoré le tomó a su servicio directo como ayuda de campo, pero en 1990 el oficial renunció a esta privilegiada función en protesta, indican fuentes periodísticas, por las intromisiones de la esposa del dictador en los asuntos del Estado. Meses después, en marzo de 1991, Traoré, universalmente condenado por sus órdenes de disparar a matar a los manifestantes de la oposición, fue depuesto en un golpe de Estado liderado por el teniente coronel Amadou Toumani Touré, un oficial de comandos aerotransportados. Los medios que han publicado semblanzas del dirigente no dicen nada sobre si N'Daou tuvo alguna relación con el histórico levantamiento, envuelto en una aureola revolucionaria, de 1991.

El historial castrense de N'Daou se reanuda en 1992, cuando el nuevo presidente civil salido de la elecciones democráticas convocada por la junta de Touré, Alpha Oumar Konaré, le nombró vicejefe del Estado Mayor del Ejército del Aire. En 1994 realizó una capacitación en el Colegio Inter-Armas de la Defensa, hoy Escuela de Guerra, de París. N'Daou desempeñó su cargo durante los diez años de presidencia de Konaré y en 2003 el nuevo mandatario, Toumani Touré, le ascendió a jefe del Estado Mayor Aéreo con el rango de coronel. Sin embargo, tras solo seis meses en el puesto, N'Daou presentó su dimisión por motivos que no fueron aclarados.

Años más tarde, en 2008, Touré puso a N'Daou al frente de la Oficina Nacional de Ex Combatientes (ONAC). En 2012, llegado a la edad de jubilación, el coronel se dio de baja en las FAMa y cursó el pase a retiro. El 28 de mayo de 2014 fue recuperado para el servicio activo, pero en el escalafón civil y la alta función gubernamental, por el entonces presidente de la República, Ibrahim Boubacar Keïta, quien le nombró ministro de Defensa y Ex Combatientes. Keïta recurrió al veterano ex uniformado para reemplazar a Soumeylou Boubèye Maïga, obligado a dimitir a raíz del descalabro sufrido por el Ejército en la ciudad norteña de Kidal, arrebatada de nuevo por la guerrilla separatista tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA). Kidal había caído inicialmente en manos de los rebeldes tuareg y sus aliados islamistas en marzo de 2012, junto con Gao y, pocos días después, Timbuktu y Douentza, pero en enero de 2013 la Operación Serval, lanzada por Francia para detener la ofensiva de los grupos yihadistas que avanzaban hacia el sur, había hecho posible que la estratégica ciudad enclavada en el desierto volviera bajo el control de Bamako.

Como titular de Defensa en el Gobierno del primer ministro Moussa Mara, N'Daou asumió las responsabilidades de reorganizar las debilitadas FAMa y de preparar su inserción en el nuevo dispositivo defensivo montado por Francia para impedir el colapso estatal en esta zona del Sahel, la Operación Barkhane, que el 1 de agosto de 2014 subsumió a la Operación Serval y de paso a la vieja Operación Épervier, acuartelada en Chad. De nuevo, Malí fue sorprendida por una marcha inesperada y prematura de N'Daou, el cual no siguió el 10 de enero de 2015 en el nuevo Gobierno del primer ministro Modibo Keïta. Esta vez, se adujo que el antiguo militar no estaba conforme con aspectos del escenario de la integración en las FAMa de milicianos del MNLA, cual era uno de los puntos clave de las negociaciones que estaban teniendo lugar entre el Gobierno y la Coordinadora de Movimientos de Azawad (CMA). Un mes después, las partes firmaron un alfo el fuego y en junio adoptaron en Argel un acuerdo de paz, el cual puso efectivamente final a la rebelión armada iniciada por los independentistas tuaregs en 2012.

(Cobertura informativa hasta 1/2/2015)