La muerte de Nahel aviva la brecha del extrarradio francés frente al auge de la extrema derecha: "Algo está fallando"

No es la primera vez. La violencia y las riñas tumultuarias no son nuevas en los suburbios de París, tampoco los muertos y los heridos a manos de las fuerzas del orden. La muerte de Nahel por un disparo en un control policial el pasado 27 de junio ha reavivado la memoria de lo ocurrido en 2005, cuando otros dos adolescentes murieron electrocutados en la periferia parisina. Las llamas han convertido en día las noches de los 'banlieues'. “Las protestas en París han demostrado al pueblo blanco mayoritario francés que la policía es responsable de abusos, que antes parecían comprensibles al tratarse de personas racializadas”, coincide Moussa Bourekba, investigador principal del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB). Es innegable el telón de fondo marcado por la pobreza extrema, la discriminación, la exclusión social y el racismo. Casi la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, que difumina cualquier esperanza de salir del extrarradio de estos barrios que se crearon en los años 60 para concentrar a la población obrera. En su mayoría, personas de origen africano que proceden de excolonias francesas como Argelia, Marruecos, Túnez o Senegal.

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