El gigante asiático renace tras el Covid

A largo plazo, sin embargo, China podría aspirar a cumplir una ambición aún mayor: desbancar a Estados Unidos como mayor economía del mundo. “Es muy possible que debido a su enorme volumen y población, China se convierta fácilmente en la primera economía del mundo, como de hecho, ha sido históricamente en términos de PIB; otra cosa es que esta riqueza se distribuya equitativamente entre la población, o que las autoridades sean capaces de mantener la dinámica actual de crecimiento las próximas décadas, debido a que también enfrentan retos serios de tipo interno y externo: modelo económico exportador, flujos de inversión, desigualdad y distribución de la riqueza, el reto demográfico y el ambiental, por citar tan solo algunos de los más relevantes”, apunta Oriol Farrés, coordinador del Anuario Internacional de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) y analista especializado en Asia-Pacífico del think tank dedicado a las relaciones internacionales.