Guerra en Oriente Próximo: la factura económica

Víctor Burguete, investigador sénior en geopolítica y seguridad del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona, analiza las consecuencias que podría tener una escalada del conflicto a nivel regional después del ataque directo de Irán a Israel. “De las pocas cosas en positivo es la respuesta muy calculada por parte de Irán, que ha respondido de manera contundente pero al mismo tiempo avisando con anticipación y permitiendo a Israel hacer frente a ese ataque directo”, explica Burguete. “Si hay un conflicto directo con Irán, el petróleo y los activos energéticos serán de los más damnificados. Aunque no quiera Irán, y haya muchos países en la región que no quieran, puede pasar, y puede pasar porque sobre todo Netanyahu está buscando de forma clara escalar el conflicto, en parte para desviar la atención de los problemas internos que tiene, y la falta de resolución del conflicto en Gaza”, afirma. “El problema del cierre del Estrecho de Ormuz, aunque sea de manera temporal, no es solamente el petróleo iraní, que es el 3% de la oferta mundial de crudo, sino que por el Estrecho de Ormuz circula el 20% de la oferta mundial de crudo, y por lo tanto cualquier disrupción en ese cuello de botella tendría repercusiones inmensas”, explica el investigador.  

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