Europa fija su rumbo entre miedo, violencia y tentaciones nacionalistas

Las encuestas indican que las fuerzas de ultraderecha, derecha dura, radical, las escépticas y eurófobas van a ganar peso en estas elecciones europeas. Pero la lectura no debería ser que el continente se va a derechizar, en futuro, porque hace tiempo que eso ya ha ocurrido. "Si los resultados son parecidos a lo que apuntan las encuestas, el nuevo Parlamento será más beligerante con la cesión de competencias y por tanto la integración puede sufrir un frenazo y, potencialmente, pararse. La polarización va a aumentar y es probable que esto conlleve una mayor politización de los asuntos europeos y fuerce a los partidos a exponer de manera más confrontacional su visión sobre la UE. Si el bloque central desapareciese o se viera claramente debilitado, también podría emerger un nuevo escenario político de bloques, a izquierda (Socialistas, Verdes y La Izquierda) y derecha (PPE, ECR e ID), con los liberales basculando. Eso podría llevar a nuevas dinámicas políticas tanto dentro del Parlamento como en las disputas interinstitucionales", advierte Héctor Sánchez Margalef, investigador del Cidob. 

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