El Kremlin saca pecho ante la indecisión de Occidente en Ucrania

El 29 de febrero, Vladímir Putin pronunció su discurso anual sobre el estado de la Federación ante la Asamblea Federal. Y allí, un asertivo presidente ruso se mostró convencido de que el viento de la guerra había rolado y soplaba irremisiblemente en su favor, al tiempo que evocaba la idea de expandir los horizontes de la guerra en la que ha embarcado a su país. La renovada asertividad del Kremlin es un hecho certificado por todos, y es exclusivamente hablando, producto de esa nueva percepción del curso de la guerra en Ucrania más favorable a sus intereses. La élite rusa se "está deleitando" al ver "la división en el campo occidental" aliado del Gobierno de Kiev, constata Carmen Claudín, investigadora sénior del Barcelona Centre for International Affairs CIDOB. ¿Obedece todo a una realidad sobre el terreno, o la dirigencia rusa no está leyendo adecuadamente los acontecimientos, tal y como sucedió en los prolegómenos de la invasión? Claudín, hija del histórico comunista Fernando Claudín, con largos años de residencia en la URSS, cree que los responsables del Kremlin en estos momentos "están cegados y confunden deseos con realidad", ya que Rusia no está obteniendo "victorias sobre el terreno" sino "avances territoriales" producto del apoyo menguante de Occidente a Kiev. Esa confianza es resultado de que "no le hayamos dado a Ucrania los medios" para combatir, reitera la experta. 

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