Un enfoque eurocéntrico
La UE ha arrancado a los jefes de Estado y de Gobierno de África una Declaración UE-África sobre migración y movilidad en la que básicamente comprometen su “voluntad política inequívoca” de luchar contra la inmigración irregular, acompañada de un Plan de acción 2014-2017 igualmente muy genérico que abarca todas las áreas de cooperación. Se trata de una respuesta política en el ámbito adecuado, el de la cooperación internacional, a las terribles imágenes de inmigrantes subsaharianos arriesgando o perdiendo sus vidas para llegar a Lampedusa, Ceuta o Melilla. Pero aunque en la declaración conjunta también se habla de “abordar las causas originarias de la migración irregular” y del “nexo entre migración y desarrollo”, la cumbre no ha arrojado ninguna novedad, y mucho menos una respuesta global, al gran reto que afrontan los países africanos: cómo impulsar su desarrollo a través de sus relaciones económicas bilaterales con Europa, su principal socio económico. Tanto la agenda como los resultados de la cumbre reflejan mucho más la agenda política europea que los problemas africanos.