Un año de guerra en Oriente Próximo: cómo un conflicto local casi olvidado devino en contienda regional con consecuencias globales
El ataque de Hamás, que buscaba revertir la marginación de la cuestión palestina, ha desatado una espiral que además del inmenso sufrimiento humano provoca derivadas en el precio del petróleo, las elecciones en EE UU y la guerra en Ucrania. Desde los primeros compases fue claro el alto riesgo de expansión del conflicto. Hezbolá lanzó cohetes que obligaron a decenas de miles de israelíes a desplazarse. Hubo episodios de violencia que involucraron a milicias afines a Irán en Irak y en Siria, y ataques de las fuerzas hutíes en Yemen. “Israel entiende que su seguridad y su lucha por la predominancia en la región pasan por algo que va mucho más allá del conflicto palestino-israelí y, por lo tanto, lanza una serie de operaciones que amplían el foco regional del conflicto. Los otros actores, por supuesto, también tienen lecturas regionales”, explica Pol Morillas, director del centro de estudios CIDOB.