Crónica de la muerte anunciada del Gobierno alemán: por qué la coalición semáforo de Scholz estaba condenada al colapso

El pasado miércoles, mientras desde todas partes del mundo llegaban las primeras reacciones a la aplastante victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el corazón de Europa temblaba por la implosión del Gobierno alemán. Tras días de rumores sobre su posible caída y tres años en el poder, se derrumbó la coalición entre socialdemócratas (SPD), verdes (Die Grünen) y liberales (FDP). Probablemente, nadie esperaba que la primera economía de Europa abriese un periodo de incertidumbre en un momento tan inoportuno. Ahora bien, lo que todo el mundo parecía prever era que la coalición acabaría saltando por los aires antes o después. Y así ha sido. "Era un matrimonio muy mal avenido que ha ido aguantando por responsabilidad histórica, para hacer frente al proteccionismo que siguió a la pandemia o la invasión rusa", explica Héctor Sánchez Margalef, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) y experto en políticas europeas. No obstante, señala el analista, "el divorcio se veía venir desde hacía tiempo" por las constantes disputas internas. 

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