La victoria de Berlusconi derrota a Italia
Alvise Vianello,
Investigador de CIDOB
20 de diciembre de 2010 / Opinión CIDOB, n.º 96
La guerra entre los dos líderes de la derecha italiana, Silvio Berlusconi y Gianfranco Fini, finalmente tiene un ganador. El gobierno de Silvio Berlusconi obtuvo la confianza de las dos cámaras del Parlamento italiano. En la Cámara de Diputados, el gobierno ganó por solo tres votos.
Gianfranco Fini parece ser el perdedor, pero en realidad quien ha perdido esta batalla es Italia, que sigue siendo ingobernada e ingobernable, con una grave crisis económica en curso y de hecho sin alternativas: sólo puede asistir a la lenta muerte de su gobierno decadente.
Es una Italia derrotada en el corazón de sus instituciones, por la compra-venta de votos de parlamentarios que tuvo lugar a la luz del día, en los espacios de máxima representación del pueblo. Diputados de un partido que votan por su rival, otros cuyas hipotecas se extinguen a cambio de un voto (el poder judicial ha abierto dos causas por corrupción); gritos y golpes entre parlamentarios en la asamblea: imagen de un país en plena decadencia, el aire de un fin de regime.
Si Fini no se rinde y dimite (y parece difícil que lo haga), Berlusconi no podrá gobernar el país con tres votos de diferencia. La crisis sólo se pospuso, y en ausencia de cambios importantes, se pospuso de muy poco.
En cuanto a la sustancia política de esta historia, creo que hay tres elementos que vale la pena resaltar. El primero se refiere al pasado y los orígenes de esta la guerra entre Fini y Berlusconi; el segundo se refiere al presente, y la situación actual de profunda crisis política y moral del país, y el tercero se refiere el futuro, es decir, a las consecuencias políticas e institucionales de esta ruptura.
Sobre el pasado, podemos recordar que esta crisis comenzó con el fortalecimiento de la Liga Norte en las elecciones locales en la pasada primavera. Fini, ensombrecido por la victoria aplastante de Bossi trató de relanzar unas políticas de derecha institucional, europeísta y anti-populista, marcando sus diferencias con los populismos de Berlusconi y de Bossi. Desde este punto de vista, los últimos sucesos vividos en el Parlamento italiano marcan la derrota de la derecha constitucional Italiana: Fini ya no podrá hablar desde la derecha, sino sólo a través de nuevas alianzas con el centro demócrata-cristiano que ya se había separado de Berlusconi. Esta votación confirma la hegemonía del populismo xenófobo en la derecha italiana y cancela las voces de oposición interna y de alternativa en su arena política. “Futuro y Libertad” es el segundo partido ex–aliado de Berlusconi que pasa a la oposición. Empieza ahora una nueva batalla, y nadie sabe como acabará; porqué hoy el Parlamento Italiano está más polarizado que antes. No hay una derecha y una izquierda, sino berlusconianos y anti-berlusconianos, tanto en el parlamento como en el país.
Sobre el presente, cabe señalar que esta votación sigue a una serie de escándalos que han absorbido un país en crisis, pero en el cual de crisis no se habla. El informe dado a conocer hace una semana por el Banco de Italia, señala que el país registra una caída del 1,8% de los ingresos fiscales y un crecimiento de la deuda pública del 5,9% respecto al año pasado. Además, las calles de las ciudades italianas están inflamadas por las protestas de estudiantes y de trabajadores temporales, las de Nápoles están invadidas por la basura y las de L’Aquila todavía llenas de escombros.
Sobre el futuro hay poco que decir. Berlusconi ha decidido arrastrar a Italia en su decadencia. El resultado de este voto de confianza establece que no hay coalición alternativa a la de Berlusconi, y borra la posibilidad de un gobierno técnico provisional con la tarea de cambiar la vergonzosa ley electoral, hacer frente a las emergencias relacionadas con la crisis económica y convocar nuevas elecciones. La izquierda estaba tan concentrada en hacer caer el gobierno de Berlusconi, que olvidó organizar una alternativa en el caso de que cayera.
Sólo hace falta esperar. El gobierno de Berlusconi caerá pronto debido a su desgaste interno: en las últimas semanas ha sido derrotado varias veces en el Parlamento. Probablemente será la Liga Norte de Bossi quien "apagará" este gobierno en el que participa. Lo más probable es que haya nuevas elecciones en primavera y en esta ocasión serán tres las coaliciones en escena ya que esta votación indica el nacimiento de un tercer polo en el centro, entre la alianza de Berlusconi y Bossi y la de centro-izquierda. Pero el declive no es sólo de Berlusconi. El desgaste moral ya ha afectado al espacio público, las instituciones y la ética misma del país. Es muy probable que el triste y degradante espectáculo al que hemos asistido en el Parlamento italiano se repita.
Alvise Vianello,
Investigador de CIDOB