La respuesta de Zúrich a la COVID-19: una respuesta nacional orquestada por un gobierno federal
La respuesta de Zúrich a la COVID-19 ha sido nacional. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la rama ejecutiva del Gobierno federal (llamada «Consejo Federal») ha recurrido a sus competencias para situaciones de emergencia. Así, impuso un confinamiento poco estricto basado en la confianza en el comportamiento de las personas y aprobó un amplio paquete de apoyo económico, que ha ayudado al sistema sanitario y al mercado laboral a evitar su colapso absoluto.
La respuesta de Zúrich a la COVID-19 ha sido, ante todo, una respuesta nacional. Como consecuencia de los brotes de los virus SARS y H1N1, el Gobierno suizo revisó la Ley de Epidemias adoptada en 1970. La nueva ley, que entró en vigor en enero de 2016, permite al Consejo Federal tomar el control y coordinar las medidas necesarias para gestionar las enfermedades infecciosas sin aprobación parlamentaria ni cantonal. La coordinación entre el Gobierno federal y los cantones se basa en un enfoque de tres etapas que categoriza la situación como «normal», «particular» y «extraordinaria». En situaciones normales, los cantones se encargan de la prevención y el monitoreo. En situaciones particulares, el Gobierno federal toma las decisiones de manera coordinada con los cantones. Finalmente, en situaciones extraordinarias, el Gobierno federal se hace con el control y los cantones y las comunidades solo siguen órdenes. Para un país como Suiza, donde cualquier autoridad federal requiere de la aprobación de los cantones, las situaciones «extraordinarias» son verdaderamente extraordinarias.
El 28 de febrero, tres días después de que se confirmara el primer caso de COVID-19 en Suiza, el Gobierno federal implementó la Ley de Epidemias por primera vez desde su aprobación y declaró que la situación pasaba a ser particular. Prohibió los acontecimientos en los que se reunieran más de 1.000 personas y, poco después, aquellos en los que participaran más de 100 personas. El 16 de marzo, el Gobierno decretó que la situación pasaba a ser extraordinaria. Se movilizó al Ejército y se alinearon las medidas de contención en todos los cantones (los cantones que habían ordenado el cierre de los hoteles tuvieron que revertir dichas medidas por no formar parte del paquete nacional). Es interesante apuntar que no hubo oposición a este enfoque centralizado, por lo menos, al principio. Los cantones y las comunidades parecían estar satisfechos con que el Gobierno federal tomara el control de la situación. No obstante, el cantón de Ticino, una de las regiones más afectadas, requirió poder implementar medidas más restrictivas de manera excepcional, y el Gobierno federal aceptó su petición. Este incidente demostró que, a la hora de tomar decisiones, el Gobierno federal está dispuesto a dar cabida a las necesidades y los intereses regionales específicos.
Un confinamiento «blando» con una sociedad civil (mayormente) obediente
En Suiza, el confinamiento, gestionado por el Gobierno central, es relativamente blando en comparación con las medidas que se han adoptado en Francia e Italia, países vecinos de la Confederación. Los ciudadanos pueden salir de casa y moverse libremente mientras sea en grupos de menos de cinco personas. La mayoría de parques y áreas de juegos infantiles siguen abiertos y se anima a la ciudadanía a salir a pasear. En Zúrich, el confinamiento implicó el cierre de algunos parques en los que la gente tendía a juntarse en grupos grandes. Para asegurar el cumplimiento de estas nuevas normas, la policía ha cambiado sus prioridades de manera visible: mientras que en toda la ciudad están apareciendo muchos más grafitis, la policía se ha centrado especialmente en asegurar que, en los espacios públicos, las personas respeten una distancia de dos metros.
De acuerdo con informes policiales, la población de Zúrich, en general, ha seguido las nuevas reglas. Las investigaciones realizadas por la Escuela Politécnica Federal (ETH) y el cantón de Zúrich muestran que las distancias recorridas por la ciudadanía se han reducido drásticamente (Oficina de Estadística del cantón de Zúrich y Escuela Politécnica Federal, Dominio ETH, Grupo de Trabajo sobre la COVID-19, 2020). El Gobierno ha atribuido el comportamiento relativamente disciplinado de la población al éxito de su campaña de información a nivel nacional. Las encuestas muestran que el 98 % de la población conoce las directrices de comportamiento (Oficina Federal de Salud Pública, 2020).
A pesar de las diferencias regionales (los cantones más cercanos a Italia fueron los más afectados), Suiza ha gestionado este primer brote de la pandemia relativamente bien: ningún hospital ha ocupado todas las camas disponibles en cuidados intensivos y el número de nuevos casos confirmados por los test está disminuyendo.
Un amplio paquete de apoyo económico con ayuda de la sociedad civil
Con el anuncio del confinamiento, el Gobierno federal también presentó un paquete de apoyo a la economía por valor de 40.000 millones de francos suizos (38.000 millones de euros). Este paquete se estructura en torno a cuatro pilares principales:
– Para mantener la con un interés del 0,5 %. Para solicitar dichos créditos, las empresas deben rellenar un breve cuestionario en línea de siete pasos.
– Para evitar el desempleo, los empleadores pueden solicitar ayudas del programa «Kurzarbeit» en virtud del cual el Gobierno se hace cargo de parte de los salarios de los empleados por disminución o interrupción de la actividad. Este programa ya existía en el país y su objetivo era evitar despidos en el caso de empresas que se enfrentaban a dificultades temporales o inevitables. Ante la aparición de la COVID-19, el programa ha pasado a cubrir asimismo a empresas afectadas por la pandemia, e incluye a trabajadores temporales y por horas, así como aprendices. En el momento de redactar este artículo,
una tercera parte de la mano de obra del cantón de Zúrich se ha acogido a este programa. A pesar de que el desempleo creció del 0,5 % al 2,8 % entre mediados de marzo y mediados de abril, se calcula que sin el programa «Kurzarbeit » la cifra habría alcanzado el 30 % en el cantón de Zúrich.
– Los trabajadores autónomos que han tenido que cerrar sus negocios y los artistas que no pueden trabajar reciben el 80 % de sus ingresos diarios, con un máximo de 196 francos suizos (186 euros) al día. Este programa, que no deja de ser una renta mínima garantizada para aquellas personas que se han visto afectadas directa o indirectamente por el confinamiento, también está abierto a personas que han tenido que solicitar permisos no remunerados, o que no pueden trabajar porque deben ocuparse de los cuidados de sus hijos o porque están en cuarentena. Resulta interesante considerar que, dos semanas después de la entrada en vigor de este programa, se habían recibido relativamente pocas solicitudes de ayuda para el cuidado de los hijos. De acuerdo con la Unión Sindical Suiza, ello se debe, por una parte, a que el programa todavía es bastante desconocido y, por otra, a que las empresas están ofreciendo a sus empleados remuneración por horas no trabajadas (Blumer, 2020).
– Finalmente, el Gobierno apoya a las instituciones culturales (como museos, salas de conciertos, etc.) con un paquete de 280 millones de francos suizos y ha puesto a disposición 100 millones más en concepto de ayudas y créditos para las entidades deportivas. Además del paquete de apoyo económico aprobado por el Gobierno federal, el Ayuntamiento de Zúrich ha ofrecido la reducción del alquiler para empresas situadas en inmuebles propiedad del consistorio, como también apoyo financiero a las guarderías privadas que han perdido clientes (aunque las guarderías tenían derecho a permanecer abiertas, ha habido mucha presión social para que los trabajadores de sectores no esenciales dejaran a sus hijos en casa). El Ayuntamiento también ha creado un sitio web que incluye diferentes servicios de apoyo: desde servicios ofrecidos por redes comunitarias para que los niños puedan continuar con el curso escolar, hasta líneas de asistencia telefónica profesional para personas que sufren ansiedad o soledad.
Quizás a causa de la respuesta amplia y eficiente del Gobierno, las iniciativas de la sociedad civil han tardado en aparecer y han tenido un papel secundario tanto en Zúrich como, en general, en Suiza. A pesar de ello, son importantes para aquellas personas que quedan al margen de las medidas económicas del Gobierno o que necesitan asistencia a corto plazo hasta que reciben la ayuda gubernamental. La organización sin ánimo de lucro Swiss Solidarity hizo una campaña para recaudar fondos para los más necesitados y consiguió 10 millones de francos suizos en un solo día. Otras iniciativas de la sociedad civil, impulsadas por redes vecinales espontáneas o por organizaciones profesionales, incluyen plataformas en línea para poner en contacto a comerciantes locales y sus consumidores, hackatones y «vallas
solidarias», en las que la gente puede colgar productos sanitarios y otros productos gratuitos para los más necesitados. Una de las iniciativas más interesantes del sector privado de la que ha tenido conocimiento la autora es la impulsada por Migros, una de las dos cadenas de supermercados principales de Suiza, en colaboración con Pro Senectute, la organización nacional por el cuidado de las personas mayores. Un empleado del servicio de IT de Migros desarrolló una aplicación móvil que pone en contacto a personas de alto riesgo con otras personas que quieran ayudar haciéndoles la compra. La aplicación recibe 20 pedidos al día, el 81 % de los cuales es realizado por personas de 66 años de edad o más, con lo que se ha convertido en la tienda en línea más popular para las personas mayores.
El camino hacia la nueva normalidad
El 16 de abril, el Gobierno federal anunció su plan parcial para volver a la normalidad. A partir del 27 de abril podían reabrir ciertos comercios, como las peluquerías y las clínicas médicas privadas. A partir del 11 de mayo, los niños y las niñas en edad de escolarización obligatoria volverían a la escuela, y las tiendas, los bares, los restaurantes y los museos reabrirían sus puertas. Para reanudar su actividad, los diferentes sectores de la industria tuvieron que presentar el conjunto de medidas de protección, distanciamiento social y trazabilidad de los contactos que pondrían en marcha (por ejemplo, para tomarse un café en una cafetería, los clientes deben proporcionar su nombre y número de teléfono). Ello refleja una vez más cómo el Gobierno suizo se muestra reacio a la hora de tomar enfoques de arriba abajo y, en su lugar, busca la contribución de las personas afectadas a un compromiso que, esperemos, impedirá que el sistema sanitario y la economía se derrumben. Mientras que el anuncio del confinamiento no tuvo a priori mucha oposición, cada vez hay más voces que reclaman un proceso más democrático para negociar la reapertura del país.
Referencias bibliográficas
Blumer, C. «Es gibt Geld für Corona-Elternurlaub – warum holt es kaum jemand ab?» Tages-Anzeiger, 14 de abril de 2020 (en línea). [Fecha de consulta:
18.04.2020]:https://www.tagesanzeiger.ch/angebot-fuer-eltern-steht-doch-sie-nutzenes-nicht-861854054799
Oficina de Estadística del cantón de Zúrich y Escuela Politécnica Federal, Dominio ETH, Grupo de Trabajo sobre la COVID-19. Mobilitäts-Monitoring Covid-19, 17 de abril de 2020 (en línea). [Fecha de consulta: 18.04.2020]: https://www.intervista.ch/media/2020/03/Report_Mobilit%c3%a4ts-Monitoring_Covid-19.pdf
Oficina Federal de Salud Pública. Wirkungsanalyse der Präventionsarbeit des Bundesamts für Gesundheit BAG in Bezug auf das neue Coronavirus, 30 de marzo de 2020 (en línea). [Fecha de consulta: 18.04.2020]: https://www.demoscope.ch/fileadmin/files/medienberichte/Wirkungsanalyse_Pra__ventionsarbeit_BAG_30.3.2020.pdf