Introducción: la presencia de China en el Sur Global

CIDOB Report 11
Data de publicació: 11/2023
Autor:
Inés Arco Escriche, investigadora, CIDOB y Víctor Burguete, investigador sénior, CIDOB
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La tercera cumbre de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), celebrada en Beijing en octubre de 2023 coincidiendo con el décimo aniversario del lanzamiento de este proyecto por parte de China, reunió a veintitrés líderes y delegaciones de más de 130 países. Este acontecimiento reflejó tanto el orden multipolar impulsado por el gigante asiático y su deseo de seguir potenciando la agencia del Sur Global, como su interés en liderar el desafío al orden internacional liberal. Bajo un paradigma de colaboración Sur-Sur y en un contexto de creciente competición geopolítica con Occidente, principalmente Estados Unidos, las relaciones entre China y el Sur Global se han expandido de forma exponencial tras el cambio de aproximación: de un acercamiento basado en la ideología durante la época maoísta a otro que pone el comercio y las inversiones en el centro de sus relaciones exteriores, como resultado de la transformación estatal china y del efecto de las políticas de internacionalización adoptadas a finales del siglo pasado. El BRI, la herramienta principal de la política exterior china desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, pretende justamente la conexión de China con el Sur Global y Europa a través de la construcción de infraestructuras. Así, en las últimas dos décadas, el país asiático se ha erigido como uno de los principales socios comerciales de más de 100 países, en el mayor financiador de desarrollo y en una alternativa real al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al orden económico de Bretton Woods en tiempos de crisis.

Sin embargo, ¿de qué hablamos cuando hablamos del «Sur Global»? Si bien no existe un consenso claro sobre qué países forman parte de este colectivo, podemos afirmar que es un concepto útil para describir a las regiones en desarrollo que comparten una historia económica, política y social enmarcada en las experiencias del colonialismo y el imperialismo, así como su posterior organización bajo el llamado Tercer Mundo y los movimientos de países no alineados, de liberación popular o descolonización durante el período de la Guerra Fría. En la actualidad, su definición ha evolucionado hasta incluir una identidad compartida y una coordinación entre países en desarrollo para promover sus intereses, preocupaciones y soluciones colectivas frente a las grandes potencias occidentales, en marcos como el G-77 de Naciones Unidas. Así, el Sur Global se establece también como un espacio de crítica –y voluntad de transformación– del orden internacional liberal liderado por Estados Unidos y Europa (Alden et al., 2010; Rojas y Rofel, 2023). China, por su parte, ha construido su identidad nacional contemporánea entorno a su pertenencia al Sur Global, como «el mayor país en vías de desarrollo», además de su reciente consideración como potencia mundial. Su participación en la Conferencia de Bandung en 1955, punto de partida del movimiento de países no alineados durante la Guerra Fría, y su apoyo a procesos revolucionarios y de liberación nacional establecieron unos vínculos fuertes y duraderos que llegan hasta la actualidad, aunque estos se encuentren en constante transformación.

En efecto, gracias al mayor poder económico obtenido con la modernización y desarrollo de China, Beijing ha dedicado amplios esfuerzos diplomáticos y financieros en las últimas décadas hacia el Sur Global, entre los que se encuentra el proyecto del BRI o la proliferación de nuevos foros de cooperación regionales. Sin embargo, la presencia china ha recibido una fuerte contestación internacional, principalmente desde Occidente, aunque también desde los países receptores de la ayuda y las inversiones del país asiático. En este sentido, la relativa baja participación de líderes mundiales en la tercera edición de la cumbre del BRI, comparada con los 37 representantes que asistieron en la segunda edición en 2019, es un ejemplo de la reducción de interés global en esta iniciativa. En concreto, su falta de transparencia, el escaso impacto local, las varias acusaciones de extractivismo, la baja calidad de algunas infraestructuras, los múltiples proyectos congelados o fallidos y, más recientemente, la desaceleración de los flujos de inversión y los crecientes problemas de algunos países para pagar las deudas contraídas, son algunos de los motivos que han desgastado la imagen del BRI a escala global.

En este contexto, el CIDOB Report número 11 aborda los principales elementos geoeconómicos y diplomáticos que China ha utilizado para relacionarse con el Sur Global en las últimas dos décadas y explora cómo los países que lo componen perciben al país asiático. Fortalecer este conocimiento es de vital importancia para entender las nuevas dinámicas que están alterando la configuración geopolítica del orden internacional, especialmente frente a la creciente preocupación occidental respecto a que Europa y Estados Unidos han perdido al Sur Global. Para el análisis, la publicación adopta una visión regional a través de siete casos de estudio: África Subsahariana, Oriente Medio y el Norte de África, América Latina, Asia Central, Sudeste Asiático, Asia del Sur e islas del Pacífico Sur, lo que le permite examinar los cambios e (in)consistencias en las últimas dos décadas de la política exterior china, cuestionando la existencia de una estrategia global coherente, el alcance de su influencia, así como la validez de algunas críticas al modelo de desarrollo chino. Ello permite un enfoque comparativo para observar las similitudes, las especificidades y los elementos más relevantes del acercamiento chino a las diversas regiones del Sur Global. Como se verá, el resultado de las políticas chinas son frecuentemente consecuencia de la emisión de directrices relativamente vagas por parte de la administración central en Beijing y de la implementación masiva, fragmentada y pobremente coordinada por parte de una pluralidad de actores domésticos con intereses y agendas propias, además de la acción de los actores locales que modelan la presencia china en sus territorios.

Asimismo, cabe señalar que el enfoque actual de las relaciones entre China y el Sur Global, en especial bajo el BRI, está llegando a su fin. En parte por intentar dar respuesta a los fallos y críticas a la iniciativa, Xi Jinping anunció una nueva etapa de inversiones, con proyectos más pequeños y de mayor calidad, enfocados en la transición ecológica y digital, que permitan a China seguir proyectándose como el paladín de la globalización y el desarrollo en la segunda década de andadura del BRI. Y es que el proyecto también ha perdido relevancia incluso para las élites chinas, que han reducido sus declaraciones sobre la iniciativa a la vez que han adoptado nuevas propuestas para la gobernanza global, como la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global o la nueva Iniciativa para la Civilización Global. El BRI será, a partir de ahora, uno más de los varios esfuerzos de China para articular sus relaciones con el Sur Global en su búsqueda de un mayor papel en el sistema internacional. 

Estructura de la publicación

Este volumen está conformado por ocho capítulos y un anexo, los cuales siguen una lógica regional desde la que se abordan las diferentes estrategias, percepciones, críticas y presencia de China en las distintas geografías que conforman el «Sur Global», con la excepción del primer capítulo, de ámbito más teórico y general. De esta forma, la publicación se inicia con la contribución de Víctor Burguete, quien analiza desde una perspectiva global el uso del comercio, la inversión y los préstamos de rescate como herramientas geoeconómicas que China utiliza para aumentar su influencia geopolítica en el Sur Global.

Entrando en las aproximaciones regionales, el segundo capítulo de Oscar Mateos explora el «giro asertivo» y securitario de China en África Subsahariana, donde se confirma el fin de la era de los préstamos y la nueva era de las relaciones sinoafricanas. Desde el punto de vista de los gobiernos africanos, la llegada de China ha permitido diversificar opciones que antes se encontraban restringidas a las agendas de la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos. Respecto a las dinámicas de China en el Norte de África y Oriente Medio, estas se encuentran marcadas por las preocupaciones energéticas del país asiático. Una problemática que Moussa Bourekba desarrolla en el tercer capítulo, en el que expone el creciente rol de poder regional que está adoptando Beijing a la sombra del declive estadounidense en la región, a pesar de las incógnitas sobre la disposición china a asumir las implicaciones y responsabilidades que este nuevo estatus pueda conllevar. Referente a América Latina, una región aún en vías de redefinir su lugar ante la creciente competición geopolítica, la aportación de Anna Ayuso nos ofrece una radiografía del impacto que ha tenido la entrada de China en la región, desplegando nuevos foros de cooperación y contribuyendo a la reprimarización de las economías, al desarrollar incentivos económicos aprovechando la endémica dependencia de la financiación externa y el gran déficit de infraestructuras de la región.

Centrándonos en el vecindario más cercano de China, en el quinto capítulo, Francisco Olmos pone el foco en el papel clave de Asia Central en los proyectos de interconexión euroasiáticos impulsados por Beijing, así como en la importancia que posee esta área geográfica en términos de seguridad y recursos naturales. No obstante, aquí la presencia china se enfrenta a una creciente sinofobia, al agotamiento de los proyectos de infraestructura y a las dudas por el preocupante nivel de endeudamiento contraído por algunos países de la zona. Por su parte, la aportación de Javier Gil explora el Sudeste Asiático, principal receptor de la «diplomacia de vecindad» de Beijing, analizando cómo el acercamiento de China en la zona busca garantizar un entorno regional favorable para su seguridad y desarrollo. Sin embargo, pese a que las relaciones entre China y esta región han mejorado sustancialmente, en ella todavía persiste la desconfianza hacia el gigante asiático, resultado de su influencia política y creciente poder militar, visible en el conflicto del Mar de China Meridional.

El caso de Asia del Sur es abordado en el artículo de Ana Ballesteros, quien pone el énfasis en las dinámicas de China con India y Pakistán, países que se establecen como eje de gravedad en la estrategia china. Mientras que Pakistán es el mayor receptor de inversión del BRI, la India se ha visto empujada a buscar alternativas para mantener su liderazgo en la región, incluyendo un mayor acercamiento a Washington, como resultado de la mayor asertividad china en su área de influencia. Estos procesos se propagan al resto de países de la zona, los cuales deben mantener el equilibrio entre sus propios intereses económicos y de desarrollo y las preocupaciones geoestratégicas. Por último, en el capítulo ocho, Inés Arco se centra en la distante región del Pacífico Sur. Así, incide en que la presencia de China en la zona está principalmente condicionada por la competición con Taiwán por el reconocimiento internacional y una nueva dimensión de seguridad. Sin embargo, gran parte de la presencia china –y de las narrativas que nos llegan de su presencia en la región– solo pueden ser explicada a través de la agencia de los 14 estados insulares y su voluntad de definir el futuro del Pacífico implicando tanto al país asiático como a otros poderes regionales en la región.

Finalmente, este informe termina con un anexo que permite comparar de forma sintética la importancia comercial que las distintas regiones tienen para China, la dependencia hacia este país que tienen los estados del Sur Global, así como la distribución regional y por país de las inversiones de China en las últimas dos décadas, antes y después del lanzamiento del BRI. Todo ello ofrece una recopilación de datos de forma comparativa que nos permite entender más detalladamente la presencia (e importancia) económica de China para los diferentes países del Sur Global. 

Referencias bibliográficas

Alden, Chris; Morphet, Sally y Vieira, Marco Antonio. The South in World Politics. London: Palgrave Macmillan London, 2010.

Rojas, Lisa y Rofel, Carlos (ed.). New World Orderings: China and the Global South. Duke University Press, 2023.