Crisis alimentaria en Pakistán. Agua, energía, agricultura: el conflicto que viene

Notes internacionals CIDOB, núm. 25

Mientras los precios internacionales de los alimentos siguen subiendo, crece el consenso mundial alrededor de la idea de que la era de los alimentos baratos ha terminado. El impacto diferencial del alza de los precios de los alimentos, especialmente de los perecederos, que constituyen el principal sustento de la mayoría de la población de los países en desarrollo, es mayor entre aquellos de rentas más bajas, puesto que son ellos los que gastan en alimentación un porcentaje más elevado de los ingresos familiares frente aquellos que cuentan con una situación financiera más holgada.

La familia media en el sur de Asia gasta hasta la mitad de sus ingresos en alimentación. El impacto de la subida de los precios –especialmente de los cereales- ha sido especialmente negativo para las rentas más bajas, que han visto cómo la alta inflación las deprimía aún más, y ello porque la proporción del gasto en alimentación del presupuesto doméstico es mayor en los más pobres y porque ellos consumen más cereales que las familias con rentas más altas. En Pakistán, hoy se estima que dos tercios del gasto de los pequeños agricultores de las provincias de Sindh y del Punjab se dedica a la alimentación, proporción que en algunas áreas de Sindh alcanza hasta el 87%.

El caso de Pakistán es especialmente grave puesto que el alza desproporcionada de los precios alimentarios puede desembocar en un aumento de la inestabilidad y convertirse en una amenaza para el mantenimiento de la seguridad nacional. Potencialmente, esta amenaza podría concretarse tanto a nivel nacional como a nivel regional e internacional, dada la importancia geoestratégica de Pakistán y su persistente déficit de gobernanza.

Para comprender las cuestiones que plantea la seguridad alimentaria en Pakistán, es importante entender las considerables diferencias existentes entre las diversas regiones debido a su gran diversidad social, cultural y geográfica: hay diferencias en las estructuras sociales y en los recursos naturales disponibles, así como en las infraestructuras, los servicios sociales y los niveles de riqueza existentes. Si bien las provincias de Khyber-Pakhtunkhwa (KP) (antigua Provincia de la Frontera del Noroeste) y de Belochistán son las más pobres, también existen bolsas de pobreza extrema en Sindh en el Punjab. Entre las provincias (y también dentro de ellas) existen variaciones considerables en los niveles de pobreza y de acceso a los recursos naturales. Cuando se combina con la inseguridad alimentaria, el impacto de estas diferencias es potencialmente explosivo, tal como argumentaremos más abajo.

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