Yuriy Yejanurov
Primer ministro (2005-2006)
No obstante haber nacido en la ex República Socialista Soviética Autónoma Yakutia, en la entonces República Socialista Federativa Soviética Rusa, este miembro de la minoría nacional buryata, una etnia de ascendencia mongola, recibió su educación superior y desarrolló su carrera profesional en el otro extremo de la URSS, en Ucrania, a donde se mudaron sus padres en 1963. Graduado en 1967 por la Escuela Técnica de la Construcción de Kyiv, en los siete años siguientes desempeño funciones en un puesto de venta de maquinaria industrial y en el ámbito de la ingeniería antes de titularse en el Instituto de Economía Nacional de Kyiv y de convertirse, en 1974, en el director de la oficina de productos de hormigón armado en la planta Kyivmiskbud-4 de la corporación estatal de la construcción Golovkyivmiskbud, basada en la capital ucraniana.
En 1977 fue ascendido a subjefe de Buddetal, una empresa perteneciente al conglomerado, y hasta finales de la década siguiente ostentó consecutivamente las jefaturas de los centros Kyivmiskbudkomlekt y, a partir de 1985, Buddetal de nuevo. En 1983 completó un estudio de posgrado en el Instituto de Investigación Económica de Moscú, dependiente del Comité de Planificación Estatal de la URSS (Gosplan).
En agosto de 1988 el Gobierno de la RSS Ucraniana le nombró subjefe de la Golovkyivmiskbud para asuntos económicos y en marzo de 1990, siendo el segundo a bordo en la compañía Kyivmiskbud, hizo una primera incursión en la política representativa como candidato de reserva en la lista del Partido Comunista de Ucrania (KPU) para la elección por sufragio universal del soviet local de Kyiv. En septiembre de 1991, tres meses antes de producirse la desaparición de la URSS y de acceder Ucrania a la independencia bajo el liderazgo del presidente republicano Leonid Kravchuk, Yejanurov abandonó, después de 27 años de servicios, la corporación Golovkyivmiskbud y se integró en el organigrama del Gobierno como jefe departamental en el Consejo Económico Estatal, donde desarrolló una labor instrumental en el arranque de la transición a la economía de mercado y en la ejecución de las reformas inherentes al complicado proceso.
En abril de 1992 Yejanurov abandonó temporalmente el funcionariado del poder ejecutivo para asistir al presidente de la comisión de la Rada Suprema (Parlamento) sobre Política Económica, y, a partir de noviembre, para encargarse del Departamento de Reformas Económicas y Programas Regionales del ayuntamiento de Kyiv. En agosto de 1993 estuvo de vuelta en el Gobierno nacional al ser nombrado viceministro de Economía, y en septiembre de 1994 pasó a hacerse cargo de un órgano de alto relieve, el Fondo de Propiedades Estatales, desde donde coordinó, e impulsó con una mano decididamente liberal, la campaña de privatizaciones. Adicionalmente, en septiembre de 1995 recibió asiento en el Comité Gubernamental de Crédito Monetario.
El 26 de febrero de 1997, el entonces presidente, Leonid Kuchma, le nombró ministro de Economía en sustitución de Vasyl Hureyev, quien se convirtió, a instancias del primer ministro Pavlo Lazarenko, en uno de los cabezas de turco como consecuencia de las fuertes críticas recibidas por el Ejecutivo por la lentitud de las reformas y los adeudos salariales a los funcionarios. Sin embargo, la titularidad de esta cartera fue efímera, ya que Kuchma, luego de aceptar la dimisión de Lazarenko y de sustituirle por Valeriy Pustovoytenko, decidió que Yejanurov era un oficial idóneo para dirigir el nuevo Comité Estatal para la Promoción de la Empresa Privada. El presidente hizo el nombramiento correspondiente el 30 de julio.
El gusanillo de la política representativa volvió a picarle a Yejanurov, que en las elecciones legislativas del 29 de marzo de 1998, al poco de entrar en el Consejo de Expertos de la Unión de Empresarios de Ucrania, disputó y ganó un escaño de la Rada por la circunscripción uninominal del óblast de Zhytomyr y en representación del Partido Democrático Popular de Ucrania (NDPU).
Surgido en junio de 1996 de la fusión de varias fuerzas del centro reformista, siendo las dos principales el Partido del Renacimiento Democrático de Ucrania (PDVU) y el Congreso Laborista de Ucrania (TKU), y teniendo a Yejanurov entre sus dirigentes fundadores, el NDPU era un partido animado por antiguos funcionarios comunistas y directores de empresa que compensaba su restringida implantación social (con el 5% de los votos y 28 de los 450 escaños, había quedado por detrás de los Verdes, el Bloque de Socialistas y Campesinos, los nacionalistas centroderechistas del Ruj y el KPU, que fue, con diferencia, la agrupación más votada) con la influencia política que proporcionaba tener a muchos de sus miembros ocupando puestos relevantes en el poder ejecutivo y la administración del Estado. Su líder, Anatoliy Matviyenko, era el gobernador del óblast de Vinnytsya, y el propio primer ministro, Pustovoytenko, ingresó en sus filas. Junto con el Partido Agrario (APU), el NDPU era la única fuerza parlamentaria que respaldaba al presidente Kuchma.
En abril de 1998, antes de posesionarse de su acta de diputado, Yejanurov abandonó el Comité Estatal para la Promoción de la Empresa Privada y tres meses más tarde debutó como vicejefe del Comité de Política Económica, Administración, Propiedad e Inversiones. La llegada el 22 de de diciembre de 1999 a la jefatura del Gobierno de Viktor Yushchenko, hasta entonces gobernador del Banco Nacional de Ucrania y un adalid de las reformas liberales y de la vinculación del país a las estructuras occidentales euro-atlánticas, marcó un antes y un después en la trayectoria política del antiguo patrón de la construcción. El 30 de diciembre, de conformidad con Yushchenko, Kuchma nombró a Yejanurov primer viceprimer ministro de un Gabinete dominado por técnicos de mentalidad empresarial y en el que también debutaron con el rango de viceprimeros ministros Yuliya Tymoshenko y Mykola Zhulynskiy.
En el reparto de competencias, a Yejanurov le tocó un capítulo especialmente sensible, la negociación con el FMI y el Banco Mundial del desbloqueo de sus líneas de crédito y del reescalonamiento del servicio de la deuda anteriormente contraída, labor en la que cosechó éxitos innegables gracias a que el Consejo de Ministros aprobó unos presupuestos de austeridad y a que Yushchenko convenció a los donantes internacionales de que sus reformas estructurales iban en serio. A lo largo de 2000, el viceprimer ministro añadió a sus atribuciones, entre otros cometidos, la dirección del Comité para el Desarrollo Económico, la dirección adjunta del Consejo de Coordinación de Políticas Financieras y la dirección de la Comisión Interdepartamental sobre la Reforma de la Vivienda y los Servicios Comunales.
La aprobación el 26 de abril de 2001 por la Rada, a iniciativa del KPU y de numerosos diputados teóricamente independientes pero en la práctica obedientes a Kuchma, de una moción de censura contra Yushchenko, cuya gestión liberal disgustaba a los grupos de presión económicos que intentaban hegemonizar el llamado “partido del poder” y que se veían amenazados por la perspectiva de un mercado desregulado y competitivo, arrastró también a Yejanurov, que se mantuvo provisionalmente en el cargo hasta que el 29 de mayo tomó posesión el nuevo Gobierno de Anatoliy Kinaj.
Por un tiempo, Yejanurov continuó siendo un hombre de confianza de Kuchma, que le reclutó para su servicio como primer adjunto al jefe del Gabinete Presidencial, puesto que incluía entre sus funciones la supervisión de las relaciones con los gobiernos regionales. Además, fungió de factótum plenipotenciario en el terreno de las reformas administrativas. Sin embargo, su adhesión al nuevo proyecto político de Yushchenko, quien fue deslizándose al bando de la oposición a la cabeza del Bloque Nuestra Ucrania (BNU) y en alianza con un elenco de formaciones del centro-derecha reformista, liberal y prooccidental, terminó por poner fin a aquel vínculo con el poder.
Yejanurov se convirtió en noviembre de 2001, nada más formalizarse la iniciativa del ex primer ministro, en el vicejefe del cuartel general del BNU en Kyiv, y en las elecciones a la Rada del 31 de marzo de 2002, que dieron una mayoría simple al BNU configurado como Bloque Viktor Yushchenko Nuestra Ucrania (BVYNU), fue uno de los 112 candidatos que obtuvieron el escaño, tras lo cual se despidió del aparato de personal de Kuchma. Después de constituirse la Rada, fue elegido presidente de la comisión parlamentaria sobre Política Industrial y Empresariado, a la vez que jefe del Comité Ejecutivo Central y miembro del Presidium del BNU. Asimismo, halló un hueco para ponerse a dar clases en la Universidad Nacional Taras Shevchenko de Kyiv.
Yejanurov intensificó su actividad política en 2003, año en que los colectivos opositores agrupados en torno a Yushchenko, Tymoshenko y Oleksandr Moroz, líder del Partido Socialista (SPU), endurecieron su estrategia de confrontación y de rechazo a los gestos de autoritarismo que empezaban a abundar en Kuchma y a las violaciones del Estado de derecho. El 21 de agosto, una asamblea de delegados de los 24 oblasts de Ucrania le eligió para pilotar la asociación panucraniana ¡Por Ucrania, Por Yushchenko!, concebida como un instrumento para ampliar la ya considerable influencia social del movimiento político parónimo.
En octubre, coincidiendo con la aprobación por la Rada de una resolución que tachaba de amenaza a la integridad territorial de Ucrania la construcción por Rusia de una presa frente al estrecho de Kerch, y en un contexto de inquietud por la línea exterior crecientemente prorrusa aplicada por Kuchma, que necesitaba apoyarse en el poder del Kremlin y en los lobbies industriales rusófilos para afrontar con posibilidades de victoria las elecciones presidenciales de 2004, Yejanurov empleó un tono nacionalista al reclamar la restauración del extinto arsenal nuclear de misiles tácticos como “un factor de disuasión de algunos vecinos «excesivamente amistosos»”.
Más un organizador y un trabajador de puertas para adentro que un tribuno de contacto popular, Yejanurov, cómo había hecho para las legislativas de 2002, jugó un papel prominente en la conducción de la campaña de las trascendentales elecciones presidenciales del 31 de octubre y el 21 de noviembre de 2004, a las que Yushchenko, bajo los efectos del extraño síndrome que había contraído, fruto de un envenenamiento premeditado con dioxinas, se presentó como el candidato de la coalición Fuerza del Pueblo, que reunía a los bloques electorales propio y de Tymoshenko (BYuT), y se batió con el candidato del oficialismo bendecido por Kuchma, el primer ministro Viktor Yanukovych, líder del Partido de las Regiones y un preboste del lobby industrial de Donetsk.
A partir de aquí, Yejanurov perdió todo protagonismo en favor de su jefe de filas y los demás cabezas de facción, los cuales rechazaron como fraudulentos los resultados electorales que otorgaban la victoria a Yanukovych y activaron una vasta protesta civil para obligar al régimen a rectificar. Fue la histórica revolución naranja, saldada con una solución de compromiso favorable a Yushchenko: el oficialismo aceptaba repetir la segunda ronda (cuya invalidación dictó el Tribunal Supremo) el 26 de diciembre con las debidas garantías de limpieza, y la oposición se comprometía a cesar en sus actos de desobediencia y boicot, y a apoyar en la Rada un paquete legislativo que, entre otras novedades, contenía una reforma constitucional para redistribuir los poderes del Ejecutivo en detrimento del presidente de la República y en favor del Consejo de Ministros emanado del Parlamento.
Una vez ganada la Presidencia de manera indubitable frente a Yanukovych, de tomar posesión de su mandato de cinco años (23 de enero de 2005) y de nombrar primera ministra a Tymoshenko (24 de enero), Yushchenko reforzó el perfil político de su eficiente colaborador. El 5 de marzo, en el congreso fundacional de la formación, Yejanurov fue escogido para presidir el Comité Ejecutivo Central de la Unión Popular Nuestra Ucrania (NSNU), un partido propiamente dicho, organizado por la gente del movimiento ¡Por Ucrania, Por Yushchenko!, que tomaba el relevo al BVYNU –pero sin absorber a los distintos partidos que lo habían integrado y que hasta ahora habían compartido grupo en la Rada, lo que fue considerado por algunos comentaristas un fracaso de Yushchenko- y que nacía con la voluntad de servir de soporte al jefe del Estado. El propio Yushchenko fue elegido presidente honorario y el viceprimer ministro Roman Bezsmertniy fue elegido presidente del Presidium del Consejo del NSNU.
Poco después, el 1 de abril de 2005, Yejanurov fue colocado por Yushchenko al frente de la administración del óblast de Dnipropetrovsk, núcleo fabril de la Ucrania oriental de mayoría rusófona, muy influyente en la política nacional por su peso demográfico y económico, y que había votado mayoritariamente Yanukovych. Yejanurov sustituyó al gobernador Serhiy Kasyanov, a quien las acusaciones de aprovecharse del puesto para acrecentar sus negocios privados le acarrearon la destitución. Además, elemento no menos determinante, Kasyanov, como su inmediato predecesor, Volodymyr Yatsuba, había apoyado activamente la aspiración presidencial de Yanukovych.
Yejanurov habría seguido velando por la ejecución en Dnipropetrovsk del programa reformista de Yushchenko, que tenía como pilares el impulso decisivo a la economía de libre mercado, la rebaja de los impuestos, la lucha contra la corrupción y la revisión de determinadas privatizaciones sospechosas de haber incurrido en prevaricaciones, de no haberse producido el estallido, que se venía gestando desde el mismo epílogo de la revolución naranja -cerrada en falso, en opinión de los opositores más combativos- de la coalición Fuerza del Pueblo.
El 8 de septiembre de 2005, a rebufo de las dimisiones en cascada de tres destacados miembros del Ejecutivo, amén de dirigentes del NSNU, a saber, Oleksandr Zinchenko (secretario de Estado y jefe del Gabinete Presidencial), Mykola Tomenko (viceprimer ministro) y Petro Poroshenko (secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa), los dos primeros como protesta por la corrupción que, según ellos, estaba invadiendo las más altas esferas del poder, y el tercero al ser involucrado por los anteriores en las corruptelas que denunciaban, Yushchenko intervino para zanjar la crisis y, como medida más drástica, destituyó al Gobierno en pleno, con Tymoshenko a la cabeza.
La defenestración de la Pasionaria de la revuelta cívica de noviembre, que siempre había abrazado posturas más radicales que su aliado coyuntural, con el argumento de que, poco menos, iba por libre, al no defender el interés general sino ciertos intereses particulares y empresariales, y al no coordinarse con otras instancias del Ejecutivo, debía inscribirse en realidad en la profunda desconfianza que inspiraba a Yushchenko una política enérgica y expeditiva, que propugnaba la renacionalización sin contemplaciones de todas las empresas privatizadas de manera irregular y que, por ende, chocaba con los intereses corporativos de poderosos grupos industriales tanto de Ucrania como de Rusia, que era como decir con el poder político de Moscú.
Así que, aprovechando el descomunal escándalo desatado por las acusaciones de Zinchenko, Yushchenko se quitó de en medio a una primera ministra carismática que le superaba en popularidad y que ya en diciembre se había opuesto al pacto con Kuchma para la implantación a medio plazo, tras las elecciones legislativas de marzo de 2006, del sistema de Gobierno parlamentario, cuando ella quería mantener una Presidencia fuerte porque era el puesto que ambicionaba para el futuro.
Junto con el cese de Tymoshenko, Yushchenko decretó el nombramiento de Yejanurov como primer ministro de un Gobierno “pragmático” capaz de proporcionar “estabilidad” al país. A la hora de valorar la promoción de Yejanurov, los observadores destacaron sus virtudes de administrador laborioso y leal, a quien no le importaría ser eclipsado por el presidente, su falta de ambición política más allá del deseo de servir en equipo a un proyecto colectivo, y su fe en el liberalismo de mercado, también en el mercado común que debía surgir del Espacio Económico Único implementado por Rusia, Bielarús y Kazajstán, al que Yushchenko quería sumarse, pero no Tymoshenko. Y otro aspecto no menos importante: Yejanurov veía con los mejores ojos la participación del capital ruso en las, por otro lado en la picota, privatizaciones de Ucrania. Todo sugería que Yejanurov gobernaría con mano tecnocrática, ejecutando sin rechistar las decisiones políticas del presidente, hasta las elecciones de marzo de 2006, tras las cuales habrá de salir un primer ministro con poderes muy reforzados.
Para asegurarle a su protegido la investidura por la Rada, Yushchenko negoció personalmente con varios grupos parlamentarios un pacto de gobernabilidad valedero para el resto de la legislatura. El 13 de septiembre, Yushchenko, Yejanurov, el presidente de la Rada, Volodymyr Lytvyn, y los cabezas de grupo firmaron una Declaración de Unidad y Cooperación por el Futuro cuyos propósitos eran “asegurar los intereses del pueblo ucraniano, mejorar su bienestar, consolidar a la sociedad e impulsar la autoridad de Ucrania en el mundo”.
Los grupos parlamentarios que se adhirieron a la declaración sumaban 237 diputados, once más de los precisados para que la investidura del primer ministro provisional saliera adelante, pero el margen no era suficientemente confortable. El BYuT de Tymoshenko –que anunció su deseo de no participar en el nuevo Gobierno-, el KPU de Petro Symonenko y el Partido Social Demócrata de Ucrania-Unido (SDPU-o) de Viktor Medvedchuk, entre otros grupos, se marginaron del acuerdo.
Yejanurov no consiguió ser investido en una primera votación celebrada el 20 de septiembre, al recibir el respaldo de sólo 223 diputados. El segundo intento, el 22 de septiembre, sí funcionó gracias al cambio de postura del grupo interregional de Yanukovych, que se había abstenido dos días atrás. Luego de acordar por escrito Yushchenko y Yanukovych que el nuevo Gobierno pondría fin a la política de desprivatizaciones (lo que no incluía a la gran acería Kryvorizhstal, vendida en 2004 por 800 millones de dólares, un coste escandalosamente bajo, a un consorcio participado por oligarcas de Donetsk y por el yerno de Kuchma; esta privatización había sido cancelada por el Consejo de Ministros con Tymoshenko y ahora el Estado imponía a los potenciales compradores un precio mínimo de 2.000 millones), Yejanurov fue investido con el voto favorable de 289 de los 339 diputados registrados para la sesión.
El ahora primer ministro titular de Ucrania prometió un Gabinete integrado “al menos en una tercera parte” por ministros “que no tienen nada que ver con la política” y con la capacidad de “resolver de manera pragmática” los problemas coyunturales que ahora mismo afrontaba el país, entre los que se contaban la abrupta deceleración de la marcha de la economía (un 2,8% de crecimiento en los ocho primeros meses de 2005, frente al 13,6% registrado en el mismo período el año anterior), el repunte inflacionario por culpa del encarecimiento descontrolado de los combustibles, en especial el gas comprado a Rusia, y el estancamiento de las negociaciones para el ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El grueso del Gabinete fue nombrado por Yushchenko entre el 27 y el 30 de septiembre. Resulto ser básicamente de continuidad, con la renovación de Borys Tarasyuk, líder del Ruj Popular de Ucrania, en Exteriores, Yuriy Lutsenko (SPU) en Interior, Viktor Pynzenyk, jefe del partido Nuestra Ucrania (que disputaba al NSNU el derecho a usar ese nombre), en Finanzas, y Anatoliy Hrytsenko en Defensa. El presidente del Presidium del NSNU, Bezsmertniy, continuó también como viceprimer ministro. Movimiento significativo, la primera salida al exterior de Yejanurov fue, el 30 de septiembre, a Moscú, para analizar con su homólogo ruso, Mijaíl Fradkov, la situación de los numerosos negocios, acuerdos y contenciosos bilaterales en los capítulos de las inversiones, el comercio y la energía.
(Nota de edición: Esta biografía fue publicada originalmente en 10/2005. El ejercicio de Yuriy Yejanurov como primer ministro de Ucrania concluyó el 4/8/2006. Su sucesor en la jefatura del Gobierno fue Viktor Yanukovych).