Paetongtarn Shinawatra

Los Shinawatra, la familia que viene protagonizando las vicisitudes políticas de Tailandia desde el arranque del siglo, vuelven a llevar directamente las riendas del Gobierno del país asiático a partir del 18 de agosto de 2024. Paetongtarn Shinawatra, hija de Thaksin Shinawatra, sobrina de Yingluck Shinawatra y presidenta del Partido Para los Tais (PPT), fue investida primera ministra por la Cámara de Representantes tres días antes de cumplir los 36 años y en sustitución de su correligionario Srettha Thavisin, destituido por el Tribunal Constitucional tan solo 11 meses después de asumir el Gabinete.

El reto básico de la más joven primera ministra de Tailandia y del mundo, una inversora privada involucrada en el emporio corporativo familiar carente de cualquier experiencia ejecutiva o legislativa, es evitar correr la suerte, la remoción a mano de poderes extraparlamentarios, de todos sus predecesores en el cargo adscritos al thaksinismo. Últimamente, este movimiento político de corte liberal-populista parecía haberse congraciado con las élites monárquicas ultraconservadoras que controlan los resortes del Estado, o al menos alcanzado un modus vivendi razonable con ellas, tras dos décadas de crudos enfrentamientos. 

Así, el padre de Paetongtarn, Thaksin, el polémico magnate fundador del movimiento, fue derrocado por las Fuerzas Armadas en 2006. Su tía Yingluck, hermana del anterior, fue destituida por el Tribunal Constitucional en 2014 en vísperas de un segundo golpe militar. Y otros tres primeros ministros del partido, Samak Sundaravej en 2008, Somchai Wongsawat (tío paterno) en 2008 también y Srettha ahora, fueron inhabilitados por el alto tribunal sobre la base de unos cargos con claras señales de motivación política. En 2023 el PPT acordó gobernar en coalición con los partidos del establishment realista y promilitar a costa del sector reformista y progresista de Pita Limjaroenrat, ganador de las últimas elecciones pero vetado y proscrito desde las instituciones, con el consiguiente menoscabo de la restauración democrática en Tailandia. 

Dicha alianza, que involucra a 15 partidos y facciones parlamentarias, siete de los cuales tienen ministros en el Gabinete, se ve sometida a examen ahora que el thaksinismo, con la hija al frente del Gobierno y el padre exonerado de sus causas penales, recobra toda su influencia y relevancia en la vida política nacional, si bien su base electoral ya no tiene la enorme fortaleza de antaño. Inevitablemente, la inexperta Paetongtarn va a cargar con la presunción de que su labor como primera ministra estará marcada por la tutela o el consejo de su avezado progenitor, figura polarizadora sobre la que han girado las grandes agitaciones políticas vividas por el país desde 2001. Al mismo tiempo, preocupa la flojera de la economía, arrastrada desde la recesión pandémica de 2020.

(Texto actualizado hasta 30 septiembre 2024).


Paetongtarn Shinawatra, que en ocasiones prefiere hacerse llamar por los alias de Ung Ing e Ing Shin, nació en Bangkok en 1986, época en la que su padre Thaksin, dueño de una próspera empresa de servicios informáticos, estaba poniendo los cimientos del que poco después iba a ser un imperio corporativo de las telecomunicaciones en Tailandia, trampolín a su vez de su salto a la política a mediados de los noventa, cuando Shinawatra ostentó los puestos de ministro de Exteriores y viceprimer ministro. La madre, Potjaman Na Pombejra, participaba estrechamente en los negocios de su marido. Paetongtarn tenía dos hermanos mayores, Panthongtae, chico, y Pinthongtha, chica. 

La trayectoria política de Paetongtarn, meteórica e impulsada únicamente por su famoso apellido, se remonta a una fecha precisa, el 20 de marzo de 2022, cuando el Phak Phuea Thai (PPT, Partido para los Tais o Partido por Tailandia) la proclamó "jefa de la Familia para Tailandia", en un momento de expectación política por el horizonte electoral de 2023. En las próximas votaciones legislativas se jugaba su continuidad el régimen autoritario y pseudodemocrático del primer ministro y ex general Prayuth Chan-ocha, autor del golpe de Estado militar que en mayo de 2014 había acompañado la destitución judicial de Yingluck Shinawatra, primera ministra desde el triunfal retorno electoral del PPT en 2011. 

El PPT, fundado el 20 de septiembre de 2007, es la tercera marca partidaria del thaksinismo, luego de las disoluciones consecutivas en 2007 del Phak Thai Rak Thai (TRT, literalmente, Los Tais que Aman a los Tais), protagonista del terremoto electoral de 2001 que catapultó a Shinawatra padre al poder para un lustro después sucumbir al golpe de los uniformados, y en 2008 del Phak Phalang Prachachon (PPP, Partido del Poder del Pueblo). Eran unos años de intensa lucha política en las calles, donde medían sus fuerzas y sostenían choques los manifestantes pro-Thaksin, los Camisas Rojas, de extración proletaria y campesina en su mayoría, y los autoproclamados defensores del statu quo monárquico, tradicionalista y promilitar, los Camisas Amarillas, vinculados a las clases pudientes y medias urbanas, a los que la Policía no solía importunar. 

De estas refriegas sociopolíticas, que en los momentos de mayor tensión parecieron arrimar a Tailandia a una conflagración civil, permaneció rigurosamente al margen la veinteañera Paetongtarn, concentrada como estaba en sus estudios en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok. En 2008, mientras su progenitor, exiliado de manera intermitente en Europa y llevado a juicio en casa, movía los hilos de los efímeros gobiernos del PPP presididos por los primeros ministros Samak Sundaravej y Somchai Wongsawat (este segundo era cuñado de Thaksin en tanto que marido de una de sus hermanas, Yaowapa Shinawatra), Paetongtarn se sacó el título de licenciada en Chulalongkorn. Aquel mismo año sus padres firmaron los papeles del divorcio. A continuación, la joven prosiguió sus estudios superiores en la inglesa Universidad de Surrey, donde obtuvo un Master of Science en Gestión Hotelera Internacional.

Continuadora de una dinastía política

A la etapa formativa le sigue una década discreta de currículum profesional en la que Paetongtarn se labró un perfil de rica inversora privada, con paquetes de acciones en una veintena de compañías y la parte mayoritaria del capital, cerca de 3.000 millones de bahts, de la promotora inmobiliaria SC Asset Corporation PLC, propiedad de la familia Shinawatra en un 60%. El CEO de SC Asset era su cuñado Nuttaphong Pong Kunakornwong, marido de Pinthongtha Shinawatra. Además, entró en la junta directiva de la empresa de tecnología espacial y operadora de satélites Thaicom. En Paetongtarn 2019 contrajo matrimonio con el empresario local Pitaka Suksawat. La pareja ha tenido hasta la fecha dos hijos, Thitara, nacida en 2010, y Phrutthasin, nacido en 2023.

Tras su súbita elevación en marzo de 2022 a lo que podía considerarse el liderazgo moral del thaksinismo, Paetongtarn empezó a aparecer a la cabeza de los sondeos de personalidades favoritas para el puesto de primer ministro, desbancando al titular del mismo desde el golpe de Estado de 2014, Prayuth, un ex militar con fuertes tendencias autocráticas, y a otros cabezas partidarios. Sin embargo, ella no era por el momento la presidenta o jefa orgánica del PPT, condición que desde octubre de 2021 ostentaba Chonlanan Srikaew, líder de la oposición en la Cámara de Representantes, donde el partido volvía a ser la primera fuerza a raíz de los comicios de 2011. 

Por otro lado, en la primavera de 2023 las encuestas trasladaron la condición de favorito a Pita Limjaroenrat, el líder del Partido Avanzar (PKK), un empresario de éxito que con su estilo carismático y su discurso renovador estaba arrebatando al thaksinismo la bandera del reformismo más progresista, en su caso teñido de un fuerte componente revisionista de los privilegios, las prerrogativas abusivas y las inmunidades de que gozaban la casta militar y el propio jefe del Estado, el rey Vajiralongkorn, Rama X.

Para las elecciones de mayo de 2023, Paetongtarn y sus colaboradores elaboraron un manifiesto que incidía en la descentralización de los servicios públicos y la administración del Estado, la modernización de las infraestructuras de transporte y, sobre todo, el aumento y mejora de las prestaciones sociales, las pensiones y el salario mínimo. 

Destacaba la promesa, tachada de populista por los detractores del thaksinismo, de lanzar un programa de transferencias directas de 10.000 bahts (unos 265 euros al cambio) para la gran mayoría de las familias con el fin de dinamizar el consumo y el crecimiento de la economía, que desde la recesión de 2020 (contracción del 6%) no había recuperado las tasas pre-pandemia. En cuestiones económicas, Paetongtarn se definía como una "capitalista socialmente liberal" partidaria de un "capitalismo con empatía". El PPT quería también reescribir la Constitución para que solo los parlamentarios electos pudieran ser primeros ministros, suprimir el servicio militar obligatorio y legalizar el matrimonio de personas del mismo sexo. 

Sin embargo, a diferencia del PKK de Pita, erigido en principal valedor de las libertades constitucionales y la democracia civil en Tailandia, el thaksinismo no abogaba por modificar el polémico delito de lesa majestad, que la legislación nacional tenía consagrado como una especie de tabú y que hacía de Vajiralongkorn un monarca intocable por la menor crítica: formularla se consideraba una ofensa muy grave al soberano y podía acarrear a su autor la más severa pena carcelaria, condenas a décadas de prisión que los tribunales del reino efectivamente estaban imponiendo.

El 5 de abril de 2023 el PPT nominó a tres candidatos a primer ministro: Paetongtarn Shinawatra, Chaikasem Nitisiri, antiguo fiscal general y ministro de Justicia, y Srettha Thavisin, creso hombre de negocios del sector inmobiliario, desde hacía muchos años estrechamente ligado a los Shinawatra. Srettha era visto como un factótum del exiliado Thaksin y ya venía actuando como la mano derecha o el guía político de la inexperta Paetongtarn. De los tres, solo Chaikasem fue incluido en las listas de candidatos a la Cámara de Representantes. En cuanto al jefe nominal del partido, Chonlanan, quedó en un segundo plano. Paetongtarn, que realizó la campaña embarazada de su segundo hijo, Phrutthasin, y no la canceló hasta un mes antes del parto, demostró habilidades comunicativas en sus mítines y adquirió popularidad por méritos propios, no solo por ser la hija de quien era.

Las elecciones de 2023, coalición con los ultraconservadores y el golpe judicial contra Srettha Thavisin

Las elecciones generales del 14 de mayo de 2023, que debían poner un colofón razonablemente democrático al impopular régimen de Prayuth, tuvieron un desenlace paradójico. El veredicto de las urnas fue espectacular pero no resolutivo: el PKK de Pita cantó victoria con el 38% de los votos, seguido del PPT de Paetongtarn con el 28,8%. 

Por separado, las fuerzas reformistas batieron de manera contundente a las dos formaciones reaccionarias de la derecha promilitar, el Partido de la Nación Tailandesa Unida (RTSC) de Prayuth, tercero con el 12,5% de los sufragios, y el Partido del Poder del Estado Popular (PPRP) de Prawit Wongsuwon, séptimo con el 1,4%. El RTSC y el PPRP defendían el legado constitucional, lesivo para cualquier democracia con aspiraciones de calidad, de la junta castrense de 2014-2019. Porcentajes muy bajos de votos sacaron el Partido del Orgullo Tai (Bhumjaithai) de Anutin Charnvirakul y el Partido Democrático (Prachathipat) de Jurin Laksanawisit, ambos viceprimeros ministros y de línea centroderechista. Lo mismo que el Partido Nacional (Prachachat) de Wan Muhamad Noor Matha.          

Sin embargo, la particular ley electoral tailandesa produjo una aritmética parlamentaria asimétrica de los porcentajes de voto, tal que el PPT, con 141 representantes, cinco más que en 2019, quedó a solo una decena de escaños del PKK, que le aventajaba en casi cuatro millones de papeletas. El PPT, por boca de Paetongtarn, confirmó su disposición a apoyar a Pita con vistas a formar un Gobierno de coalición. De hecho, la colaboración entre los dos partidos había sido intensa en 2021 y 2022, cuando formaron un frente común para intentar descabalgar a Prayuth, tachado de autócrata, combinando la presión social de las manifestaciones, el instrumento parlamentario de la moción de censura y la denuncia constitucional por sobrepasar el límite legal de los ocho años de mandato ejecutivo. 

Ahora bien, las posibilidades del líder del PKK de ser investido primer ministro por la Asamblea Nacional bicameral eran bastante dudosas porque necesitaba al menos la mitad de los votos, esto es, 375. En la Cámara de Representantes de 500 miembros Pita disponía de los 151 votos propios, los 141 del bloque thaksinista y una quincena más de otros tres grupos menores. Todo dependía de la Cámara alta, formada por 250 senadores designados en 2019 por las Reales Fuerzas Armadas y a priori muy hostil a su plataforma con asomos rupturistas. El Senado hurtado a la elección popular, seguramente la novedad más controvertida de la Constitución dictada por los militares en 2016, tenía la capacidad de vetar las iniciativas de enmienda constitucional de la Cámara baja.

El 13 de julio, tal como se esperaba, Pita fracasó en su primer intento ser investido primer ministro. La sesión conjunta de las dos cámaras de la Asamblea arrojó el resultado de 324 votos a favor (51 menos de los necesarios y entre los que figuraban los de 13 senadores), 182 en contra y 198 abstenciones. Una segunda votación estaba programada para el 19 de julio, pero ese mismo día el hemiciclo conjunto sometió a votación y aprobó, por 395 votos contra 312, una moción de veto a la renominación de Pita, que veía suspendida su condición de diputado mientras durase una investigación de su posible vulneración de las leyes electorales al, presuntamente, no haberse desprendido de ciertas acciones de una empresa de comunicación propiedad de su familia antes de inscribir su candidatura. La Comisión Electoral acababa de remitir al Tribunal Constitucional las conclusiones preliminares de su investigación, iniciada a raíz de una denuncia. De ser hallado culpable de violar la normativa electoral, Pita afrontaría una pena de hasta 10 años de cárcel y otros 20 de inhabilitación política.

Fue entonces cuando el PPT, tras una semana de contactos entre bastidores, se puso a negociar abiertamente con la derecha ultramonárquica y promilitar un Gobierno de coalición que, considerando el historial de crudos antagonismo y polarización, era cuando menos sorprendente. El PPT optó por presentar a Srettha candidato a primer ministro en lugar de la líder, Paetongtarn. El empresario no portaba el apellido omnipresente en la política tailandesa desde hacía dos décadas y su figura resultaba más aceptable para el RTSC (36 representantes) y el PPRP (40 representantes), precisamente los dos partidos vinculados al Ejército con los que Paetongtarn y Srettha, durante la campaña, habían prometido no gobernar. A la fórmula se sumaron el Bhumjaithai (71 diputados) y una parte del Prachathipat, es decir, los conservadores moderados. El bloque oficialista en ciernes sumaba en la Cámara de Representantes una mayoría absoluta de más de 300 escaños.

El 22 de agosto, tras sucesivos retrasos de la sesión parlamentaria, Srettha se sometió a la Asamblea Nacional y su investidura salió adelante con 482 votos favorables, 165 contrarios y 81 abstenciones. Justo al mismo tiempo aterrizó en Bangkok, no por casualidad y poniendo fin a 15 años de exilio a caballo entre Londres, Hong Kong y Dubái, Thaksin Shinawatra, quien fue inmediatamente arrestado y puesto bajo custodia judicial en relación con sus condenas a un total de ocho años de prisión, dictadas en ausencia en tres juicios por corrupción, conflictos de intereses y abuso de poder, cometidos todos en su etapa de primer ministro. 

Thaksin, aquejado de problemas de salud, entró directamente en la cárcel, aunque la prensa tailandesa especuló sobre próximas reducciones de pena para el reo (y quizá también para su prófuga hermana Yingluck), en virtud de una gracia real y como parte de los acuerdos políticos muñidos por el PPT. En efecto, el 1 de septiembre, el rey Vajiralongkorn, dentro de sus prerrogativas, conmutó a Thaksin la condena total de ocho años por uno solo. La medida de gracia llegó de Palacio tan solo un día después de solicitar el reo el perdón real. 

Entre tanto, en muchos militantes de base del PPT y antiguos camisas rojas, punta de lanza popular que fueran del thaksinismo en los días de la lucha prodemocracia, cundía la decepción por la especie de pacto contra natura que los jefes del partido habían alcanzado con los sectores políticos del poder establecido. Al parecer, para las élites tradicionales, la amenaza a sus intereses no la representaba ya el clan Shinawatra, avenido a la moderación y el compromiso, sino Pita Limjaroenrat y sus propuestas transgresoras.

El 23 de agosto el primer ministro electo recibió la preceptiva aprobación del rey y el 2 de septiembre Srettha obtuvo del monarca el visto bueno para su lista de ministros del Gabinete, entre los que figuraba él mismo como titular de Finanzas. Algunos de los ministros ya habían servido previamente a las órdenes de Prayuth Chan-ocha, quien anunció por cierto su retirada de la política. Uno de los más destacados viejos rostros era Anutin Charnvirakul, el líder del Bhumjaithai y que a su condición de viceprimer ministro, prolongada desde 2019, sumó ahora el Ministerio del Interior. Además, el nuevo secretario general del PPRP, Thamanat Prompow, viceministro de Agricultura y Cooperativas con Prayuth, pasó a ser el ministro del departamento con Srettha, mientras que el líder del RTSC, Piraphan Salirathaviphak, era otro de los viceprimeros ministros amén de ministro de Energía. 

Un miembro del PPT, Sutin Klungsang, se convirtió en el primer civil en portar la cartera de Defensa sin ser al mismo tiempo el primer ministro. Continuando con su línea de baja exposición pública, la treintañera Paetongtarn no tomó ningún puesto en el nuevo Gobierno, que el 5 de septiembre prestó juramento ante el rey y tomó posesión. Ocho días después, Srettha anunció el establecimiento de un Comité Nacional de Estrategia del Poder Blando, orientado a la difusión de la cultura tailandesa, con él mismo de presidente y Paetongtarn de vicepresidenta. 

En los primeros días de octubre, el nuevo primer ministro otorgó a Paetongtarn otras dos funciones estatales de relieve: presidenta del Comité Nacional de Desarrollo del Poder Blando y vicepresidenta del Comité de Desarrollo del Sistema Nacional de Salud. El 27 de octubre de 2023, finalmente, Paetongtarn fue elegida por los suyos para la posición que aún le faltaba: la presidencia ejecutiva el PPT. Un mes más tarde, el Gobierno aprobó el proyecto de ley sobre el matrimonio homosexual, una de las promesas electorales del partido. 

El 13 de febrero de 2024 el ministro de Justicia, Tawee Sodsong, miembro del Prachachat, anunció que el padre de la presidenta del PPT, de 74 años, figuraba entre los 930 prisioneros beneficiados con la libertad condicional en consideración a su edad y estado de salud. Thaksin ya no tenía ninguna cuenta pendiente con la justicia. El ex primer ministro abandonó el hospital de Bangkok donde había permanecido ingresado desde septiembre y regresó a su mansión de la capital en compañía de sus hijas Paetongtarn y Pinthongtha. En mayo siguiente, sin embargo, la Fiscalía General de Tailandia imputó a Shinawatra el temido delito de lesa majestad por unas declaraciones a un medio surcoreano durante su exilio en 2015. El 14 de junio el político jubilado fue acusado formalmente de difamar al rey, en aquella época Bhumibol Adulyadej, Rama IX, el padre de Vajiralongkorn.

La reanudación de los problemas judiciales para Thaksin Shinawatra alimentó las especulaciones sobre la salubridad del Gobierno de coalición que encabezaba su partido, aunque oficialmente una cosa no tenía nada que ver con la otra, ya que la acción de la justicia, en teoría, era independiente de las vicisitudes políticas. Una aseveración, empero, que el historial de inhabilitaciones de primeros ministros del thaksinismo permitía poner en duda. El poder judicial seguía persiguiendo también a Pita Limjaroenrat, quien en septiembre de 2023 había dejado la presidencia de su partido y que en enero de 2024 encajó el veredicto del Tribunal Constitucional sobre que su propuesta electoral de cambiar la legislación sobre lesa majestad suponía un atentado contra la monarquía constitucional. 

La orden de disolución del PKK, acompañada de la inhabilitación de Pita durante 10 años, el 7 de agosto de 2024, precedió en siete días otra severa resolución del Tribunal Constitucional, afectando esta vez al sector político de los Shinawatra: con los votos a favor de cinco magistrados y los votos en contra de cuatro colegas, el primer ministro Srettha fue destituido por "grave violación ética", al haber incorporado al Gabinete a un ministro con antecedentes penales. Se trataba de Pichit Chuenban, un abogado del PPT nombrado por Srettha el 27 de abril para el puesto de ministro de la Oficina del Primer Ministro y que en 2008 había sido condenado a seis meses de prisión por un delito de intento de soborno a funcionarios judiciales La solicitud de su remoción elevada por un grupo de senadores ante el Constitucional había llevado a Pichit a dimitir el 21 de mayo.

El fallo del Tribunal Constitucional era inapelable y Srettha hubo de cesar en el acto. Seguía así los pasos de sus predecesores institucionales y colegas partidarios Samak Sundaravej, Somchai Wongsawat y Yingluck Shinawatra, destituidos en 2008, 2008 y 2014 respectivamente por presentar un programa televisivo de cocina, por la compra electoral de votos y por abuso de poder. Phumtham Wechayachai, viceprimer ministro del PPT, tomó las funciones del primer ministro.

El PPT encajó el golpe sin expresiones de protesta y reaccionó con rapidez, anunciando que el sucesor de Srettha sería la líder del partido, Paetongtarn Shinawatra. El 16 de agosto la dirigente treintañera, luciendo su habitual semblante jovial, fue investida por la Cámara de Representantes con 319 votos a favor,  145 votos en contra (casi todos, los emitidos por el Partido del Pueblo, recentísimo sustituto del disuelto PKK y que ahora lideraba Natthaphong Ruengpanyawut) y 27 abstenciones. Dos días después Paetongtarn recibió el receptivo respaldo real y tomó posesión. 

El 4 de septiembre el monarca aprobó la composición del nuevo Gabinete, que experimentaba pocos cambios y mantenía la coalición multipartidista forjada tras las elecciones del año anterior. Además de Paetongtarn, el PPT disponía de 21 puestos de viceprimer ministro, ministro o viceministro. El Bhumjaithai tenía nueve puestos, el RTSC cuatro, el Prachathipat dos, otros dos el Kla Tham (una reciente escisión del PPRP), uno el Prachachat y otro el Partido del Desarrollo de la Nación Tai (PCTP). Entre medio, el 17 de agosto, se produjo un hecho significativo: Thaksin Shinawatra recibió de Vajiralongkorn el perdón real con motivo de su 72 cumpleaños. De esta manera, el padre de la flamante primera ministra quedaba exonerado de la acusación del delito de lesa majestad.

Entre sus primeros pronunciamientos, Paetongtarn confirmó que seguía adelante el controvertido plan de estímulo, presentado por Srettha y considerado fiscalmente insostenible por sectores políticos y económicos, de transferir 450.000 millones de bahts a aproximadamente 45 millones de hogares, los cuales recibirían estas ayudas estatales tanto a través de una billetera digital, para hacer sus compras vía teléfono móvil, como en efectivo, ingresadas en sus cuentas.

(Cobertura informativa hasta 30/9/2024).

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