Ma Ying-jeou

En Taiwán, o República de China, el partido nacionalista Kuomintang (KMT) ha regresado al poder el 20 de mayo de 2008 de la mano de Ma Ying-jeou, vencedor en las elecciones presidenciales del 22 de marzo, tras ocho años en la oposición al Ejecutivo de Chen Shui-bian. Antiguo alcalde de Taipei y presidente del KMT, Ma se ha convertido en el sexto presidente de Taiwán desde la instalación en la isla de Chiang Kai-shek y sus tropas en 1949, cuando fueron derrotado por los comunistas en el continente, y su determinación es impulsar los nexos económicos, normalizar las relaciones y sellar la paz con la República Popular China. Tras 59 años de tensiones y desencuentros con Beijing, el nuevo líder taiwanés apuesta por mantener el statu quo de su país, anómalo en el sistema internacional pese a tratarse de un Estado soberano de hecho, lo que supone renunciar tanto a la reunificación —antaño, meta fundamental del KMT— como a la independencia de derecho.

(Nota de edición: esta biografía fue publicada originalmente el 10/6/2008. Ma Ying-jeou obtuvo un segundo y definitivo mandato de cuatro años como presidente de la República de China en las elecciones del 14/1/2012. Concluido aquel, Ma fue sucedido en la jefatura del Estado por la presidenta electa del MCT, Tsai Ing-wen, el 20/5/2016).

1. Trayectoria política en el Kuomintang
2. De la alcaldía de Taipei a la jefatura del partido
3. Problemas con la justicia y candidato presidencial en 2008


1. Trayectoria política en el Kuomintang

Ma Ying-jeou nació en Hong Kong, entonces colonia británica, en 1950, al año de arribar aquí sus padres, unos chinos continentales oriundos de la provincia de Hunán que eran fieles al Partido Nacionalista Chino, el Kuomintang (KMT), del Generalísimo Chiang Kai-shek. El padre del niño, Ma Ho-ling, había combatido primero a los invasores japoneses y luego a los comunistas de Mao Zedong, durante la guerra civil reanudada al cabo de la Segunda Guerra Mundial, en las filas del Ejército Nacional Revolucionario comandado por Chiang, quien en octubre de 1949, ante la toma de Beijing por el Ejército Popular de Liberación y la proclamación por Mao de la República Popular China (RPC), se retiró junto con más de dos millones de soldados y civiles a la isla de Formosa o Taiwán, donde reorganizó el Gobierno de la República de China (ROC, la sigla en inglés, de uso habitual) con nueva capital en Taipei.

En 1951, cuando su retoño varón tenía sólo unos meses de vida, Ma Ho-ling partió con su familia a Taiwán; allí rehizo su vida como funcionario del KMT, donde alcanzó los cargos de secretario general de la división de Jóvenes Intelectuales del Comité Central Permanente y vicepresidente de la sección del partido en Taipei. La histórica formación política fundada por el doctor Sun Yat-sen, artífice de la Revolución republicana de 1911 que puso término a la monarquía imperial de los manchúes, estableció en el reducto isleño un régimen dictatorial, conservador y anticomunista, con el pretexto de la permanente amenaza militar que entrañaba la RPC, cuya invasión por mar y aire sólo el dispositivo de defensa de Estados Unidos parecía refrenar.

La doctrina del presidente Chiang y el KMT era muy clara: el conjunto del sistema político quedaba sujeto a una provisionalidad autoritaria y marcial, en la que no cabían ni el pluralismo ni las elecciones, en tanto la ROC no recuperara el control de la China continental; el Gobierno comunista de Beijing, por el momento no reconocido por la ONU, era considerado una entidad usurpadora, sin legitimidad para reclamar la titularidad del Estado chino. El marco legal recibía el nombre de Provisiones Temporales Efectivas durante el Período de Rebelión Comunista.

El joven Ma recibió la educación escolar y universitaria en Taipei, su ciudad de adopción. En 1972, año infausto para el régimen nacionalista por el histórico encuentro entre Richard Nixon y Mao en Beijing, que siguió a la concesión a la RPC del escaño de China en la ONU, perdiéndolo la ROC, y preludió la apertura de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la China comunista, Ma se tituló en Derecho por la Universidad Nacional de Taiwán, tras lo cual el KMT le otorgó una beca para completar su formación jurídica en Estados Unidos. Durante siete años fue alumno de la Universidad de Nueva York, por la que obtuvo una licenciatura en Derecho en 1976, y de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, donde a finales de 1980 se sacó el doctorado en Ciencias Jurídicas con una tesis sobre los aspectos legales de la delimitación de las aguas territoriales del mar de China Oriental, motivo de arraigadas disputas entre la RPC, Japón y Corea del Sur.

Tras unos meses trabajando en Nueva York, de pasante para la firma de abogados Cole & Deitz, y en Baltimore, de investigador en la Escuela de Derecho de la Universidad de Maryland, Ma volvió a Taipei en 1981 con un sólido currículo académico, dispuesto a hacer carrera en los escalafones burocráticos del KMT y la Administración del Estado, donde encontró las puertas abiertas de par en par gracias al pedigrí nacionalista de su familia. Con él se vino su esposa, Christine Chow, una antigua compañera de estudios desde la infancia, hongkonesa de nacimiento también, que le había acompañado a Nueva York, donde volvieron a compartir clase en la Universidad y contrajeron matrimonio. La pareja iba a tener dos hijas.

Su primer puesto funcionarial fue de relieve, una subdirección en la primera división de la Oficina de la Presidencia de la República. Desde este despacho el legista no tardó en convertirse en el intérprete particular de inglés del presidente Chiang Ching-kuo, hijo de Chiang Kai-shek, al que había sucedido en el mando tres años después de su fallecimiento en 1975. Simultáneamente, se puso a dar clases de Derecho en la Universidad Nacional Chengchi, compromiso con las aulas que con interrupciones iba a prolongarse a lo largo de17 años.

Ponerse al servicio del dirigente supremo del régimen del KMT en un ámbito técnico y auxiliar permitió a Ma zambullirse en la política, donde su primera progresión fue bastante rápida. Ya en 1984 fue elegido miembro del Comité Central Permanente y vicesecretario general para Asuntos Internacionales del partido, en un momento en que éste sopesaba emprender una liberalización política al hilo de la tímida apertura, así entendida en un sistema petrificado desde 1949, que había supuesto la celebración a partir de 1969 de una serie de "elecciones suplementarias", limitadas a cubrir los escaños de la Asamblea Nacional (Kuo-Min Ta-Hui) y el Yuan Legislativo (Li-fa Yuan) que iban quedando vacíos por el paulatino fallecimiento de los llamados "diputados de edad", elegidos en 1947 en el continente con carácter vitalicio.

Las elecciones del 6 de diciembre de 1986 marcaron un hito al presentarse a las mismas por vez primera, aunque con muchas dificultades y cortapisas, candidatos de un partido de la oposición, el Democrático Progresista (MCT), agrupación de corte liberal que en los años siguientes iba a articular un discurso abiertamente independentista, binacional y biestatal, concitando el rechazo del KMT y, con más vehemencia, de la RPC.

El presidente Chiang falleció el 13 de enero de 1988, luego de levantar en julio de 1987 la ley marcial —medida que técnicamente puso fin al estado de guerra con la RPC vigente desde hacía cuatro décadas—, y su sucesor, Lee Teng-hui, un partidario de pisar el acelerador en la democratización y la taiwanización de la ROC, prescindió de los servicios de Ma en la Oficina Presidencial y de paso, en tanto que nuevo presidente del partido, dispuso su cese como vicesecretario general del KMT. A cambio, el jurista fue puesto al frente de la Comisión de Investigación, Desarrollo y Evaluación, un órgano adscrito al Yuan Ejecutivo (Hsing-cheng Yuan) o Consejo de Ministros, a la sazón presidido por Yu Kuo-hwa. Tres años después sumó la función de vicepresidente del Consejo para Asuntos del Continente.

Esta oficina estaba al cargo de los espinosos contactos con la RPC, los cuales justamente ahora, en 1991, entraron en una etapa posibilista luego de declarar Lee cancelado el Período de Rebelión Comunista y de ofrecer a Beijing, que seguía considerando a Taiwán una mera provincia renegada, negociaciones bilaterales con vistas a alcanzar una paz duradera y, a largo plazo, la reunificación nacional. Lee propuso trabajar sobre la base de un principio sintetizable en la expresión de un Estado, dos entidades políticas, fórmula de regusto confederal que llevaba implícita la búsqueda previa de la legitimidad internacional de Taiwán como el país soberano que de hecho era, pero este enfoque fue considerado pro-independentista por el Partido Comunista de China, que insistió en la fórmula, próxima a aplicar en Hong Kong, de un Estado, dos sistemas.

Mientras el diálogo oficioso entre las dos Chinas topaba con la irreductibilidad de las posiciones de partida, Ma no descuidó dar un nuevo empujón a su carrera política. En las elecciones del 21 de diciembre de 1991 a la Asamblea Nacional, libre ya de los "diputados de edad" elegidos en el continente (de los que quedaban pocos supervivientes), Ma se hizo con su primer escaño parlamentario. En estos comicios el KMT volvió a ganar holgadamente con el 71,9% de los votos y 254 de los 325 escaños en juego, pero la cuota de voto obtenida por el MCT, el 23,9%, confirmó que los días de hegemonía de los nacionalistas habían terminado.

El 26 de febrero de 1993 Ma estrenó la cartera de ministro de Justicia en el Gabinete alineado por Lien Chan, del que fue el miembro más joven. En los tres años siguientes, Ma adquirió una fama de servidor honesto y de paladín en la lucha contra la corrupción y el fraude electoral, un celo que levantó ampollas en sectores del KMT acostumbrados a los trapicheos político-empresariales y a la compra de votos en feudos clientelistas, y que por tanto debió motivar su cese el 8 de junio de 1996 por Lee, quien le mantuvo en el Gabinete pero como ministro sin cartera.

Aunque había sido degradado por sus jefes, Ma siguió siendo fiel al KMT y por ejemplo no se marchó al Nuevo Partido, una agrupación fundada en 1993 por disidentes del KMT descontentos con las corruptelas que seguían medrando en el partido en la nueva etapa democrática y con la ambigüedad o las vacilaciones de Lee en la defensa del principio de la reunificación nacional bajo una única bandera estatal. Sobre este particular, Ma, aunque no era un hombre dado a los debates de ideas y a las polémicas ideológicas, pasaba por un firme partidario del reencuentro con los chinos del continente sin apartarse del marco conceptual de una única nación y un solo Estado.


2. De la alcaldía de Taipei a la jefatura del partido

El 8 de mayo de 1997 Ma dimitió como ministro sin cartera con la explicación de que el Ejecutivo estaba fracasando en la aplicación de las reformas modernizadoras que el país necesitaba con urgencia. El portazo con denuncia de Ma estremeció al KMT, que sufría una crisis de credibilidad ante la profusión de escándalos de corrupción y el aumento de la delincuencia común. Personaje muy popular y telegénico, que encandilaba con su físico, cultivado a golpe de jogging, gimnasio y piscina, y sus maneras elegantes, comparadas con las de un galán de cine, Ma había declinado recientemente la oferta hecha por el partido, casi con tono de súplica, de candidatear en las elecciones locales del año siguiente a la alcaldía de Taipei, un bastión institucional del MCT, donde desde 1994 mandaba Chen Shui-bian. Nuevos intentos de persuasión toparon con el no tajante del interesado en los meses siguientes.

Ma se refugió en su cátedra de Derecho de la Universidad Nacional Chengchi y la asombrada opinión pública creyó que el jurista experto en derecho marítimo había decidido poner fin a su prometedora carrera política cuando todavía no había cumplido los 50. Pero el 30 de mayo de 1998, en un inesperado cambio de actitud, el ex ministro anunció su decisión de postularse a alcalde de Taipei y enfrentarse al potente Chen, que aspiraba a la reelección con la confianza que le inspiraba el reconocimiento general de sus logros en la reducción de la burocracia municipal, los problemas de tráfico, y los niveles de delincuencia y corrupción. Al instante, las encuestas preelectorales señalaron como favorito al representante del KMT, en cuyas filas se desató la euforia.

Robustecido con el respaldo del Nuevo Partido, Ma consiguió derrotar a Chen en las elecciones del 5 de diciembre de 1998 y 20 días después inauguró su mandato de cuatro años como el segundo alcalde de Taipei elegido por sufragio universal. Desde el primer día, su gestión otorgó prioridad a la modernización de los servicios municipales y en particular a la incorporación masiva de las nuevas tecnologías e Internet en todos los ámbitos de la organización y el funcionamiento de esta urbe de 2,5 millones de habitantes (el área metropolitana, extendida a la ciudad adyacente de Keelung y al distrito de Taipei, supera ampliamente los 6 millones, pero ésta se compone de distintos municipios).

La expansión de las redes de comunicaciones de datos y telefonía de banda ancha, por cable e inalámbricas, constituyeron motivo de orgullo para un alcalde obsesionado con facilitar a los capitalinos el acceso rápido a la información que necesitaban para sus quehaceres domésticos y sus actividades económicas. El símbolo de la nueva ciberciudad, en expresión aireada por la prensa local, que Ma tenía en mente fue el Taipei 101, un rascacielos de medio kilómetro de altura que desde su compleción en octubre de 2003 hasta julio de 2007 (cuando fue superado por el Burj Dubai, en fase de construcción en los Emiratos Árabes Unidos) fue el edificio más alto del mundo.

De cara a las elecciones presidenciales del 18 de marzo de 2000, Ma no dudó en respaldar al aspirante oficial del KMT, el ex primer ministro y ahora vicepresidente de la República Lien Chan, un dirigente sin carisma, frente a la candidatura rival de James Soong, el popular antiguo gobernador de la provincia de Taiwán y secretario general del KMT, que tras desentenderse del partido concurría con la etiqueta de independiente. Entonces, la división del voto nacionalista pro unificación puso en bandeja el triunfo al opositor Chen Shui-bian, protagonista de una mudanza política inédita en los 5.000 años de historia de China, bien que circunscrita a este pequeño territorio insular.

El desalojo del poder por el MCT, algo impensable hasta hacía muy poco, provocó un gran trauma en el KMT, donde el presidente saliente, Lee, acusado de no haber hecho nada por impulsar al gris Lien Chan y, al contrario, de desear secretamente la victoria de Chen, cuyo soberanismo taiwanés compartiría —en 1999 el mandatario había generado una enorme polvareda al exponer la teoría de los "dos estados" chinos y ulteriores manifestaciones suyas vendrían a confirmar su filoindependentismo—, cargó con el grueso de las iras, hasta el punto de ser expulsado del partido. La cómoda reelección de Ma en Taipei el 7 de diciembre de 2002 frente a su contrincante del MCT, Lee Ying-yuan, al que derrotó con el 64% de los votos, vino a apaciguar el descontento en las filas nacionalistas y generó la expectativa del salto del alcalde a la liza de las presidenciales de 2004, disputando la candidatura a Lien, presidente del partido tras el mutis de Lee, y por tanto imitando el proceder de su viejo adversario en Taipei, Chen, quien había convertido el puesto de edil capitalino en el trampolín perfecto para la Presidencia.

Aunque el 30 de marzo de 2003 el alcalde obtuvo una de las vicepresidencias del KMT, su precandidatura presidencial no se concretó. En su segundo mandato municipal, Ma fue objeto de numerosas críticas por su manejo de la crisis sanitaria del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) a principios de 2003 y de las inundaciones causadas por el tifón Aere en el verano de 2004. Las amonestaciones se extendieron al terreno puramente político tras las disputadísimas elecciones presidenciales del 20 de marzo de 2004, en las que el mandatario titular, al frente de la llamada Coalición Pan-Verde, formada por el MCT y la Unión de la Solidaridad de Taiwán (TTL, vehemente defensora de la independencia de la isla, que tenía como "líder espiritual" a Lee Teng-hui), ganó la reelección por sólo 30.000 votos de ventaja (el 0,22%) a Lien Chan, candidato de la Coalición Pan-Azul, que reunía al KMT, el Nuevo Partido y el Partido de la Gente Primero, montado por James Soong, candidato a la Vicepresidencia.

Signo de moderación y sensatez para algunos, o de debilidad y apocamiento para otros, el alcalde, siempre suave y correcto, rehusó sumarse a las denuncias de fraude electoral y de montaje del Gobierno en el atentado contra la vida de Chen el día anterior a los comicios —extraño incidente que provocó un efecto simpatía por el mandatario, el cual sin este empujón de última hora probablemente habría perdido las elecciones— lanzadas por militantes y cuadros directivos de la Coalición Pan-Azul. El edil pidió a sus compañeros de partido más exaltados que dejaran de protestar en las calles de Taipei y llegó a dirigir contra ellos a la Policía antidisturbios, medida que provocó enorme irritación en el seno de la Coalición Pan-Azul pero que fuera de ella fue elogiada como una demostración de imparcialidad institucional.

El caso fue que tras el nuevo fiasco electoral de 2004, que dejó a Lien Chan irremisiblemente tocado, todas las miradas convergieron en Ma, que irradiaba prestancia de estadista. Los problemas de liderazgo en el KMT se solaparon a un replanteamiento de la doctrina panchina tradicional del partido, para amoldarse al que sería el sentir mayoritario de la población. Así, a través de una serie de declaraciones realizadas por varios altos dirigentes, incluido Lien, el KMT dejó de pregonar la necesidad de abordar la reunificación estatal con el continente, al menos por el momento, y pasó a auspiciar el mantenimiento del statu quo, pero sin renunciar al diálogo conciliatorio con Beijing. En cuanto a la independencia, ésta era reconocida como una opción legítima, deseada por una parte de los taiwaneses. La nueva consigna era postergar, a un futuro más bien lejano, toda decisión sobre el estatus definitivo de la ROC, tanto si se refería a la reunificación como a la independencia. Eso sí, el KMT seguía pensando que China sólo era una —claro que la ROC, no la RPC—, no pudiendo considerarse a Taiwán una otra China ni tampoco una nación aparte.

Significativamente, el enfriamiento del nacionalismo reunificador del KMT coincidía con la moderación del nacionalismo independentista del MCT; en efecto, Chen Shui-bian y sus conmilitones consideraban que la independencia y la soberanía de la ROC eran un hecho y que no había necesidad de hacer declaraciones rupturistas, aunque no por ello debía dejar de subrayarse la "identidad nacional taiwanesa" y de perseguirse una diplomacia más activa, incluida la búsqueda del escaño en la ONU.

La confirmación por Lien Chan de que no continuaría como presidente del partido tras expirar su mandato en agosto de 2005 empujó a Ma a anunciar el 14 de febrero de ese año su disposición a competir por el puesto. Otro dirigente de peso anunció la misma ambición, el presidente del Yuan Legislativo Wang Jin-pyng, también con fama de moderado y dialogante. La campaña interna del KMT coincidió con una intensificación sin precedentes de las llamadas "relaciones a través del Estrecho". En marzo de 2005 viajó a la RPC una nutrida delegación de dirigentes del partido y en abril siguiente fue el propio Lien el que hizo historia al acudir a entrevistarse con el presidente de la RPC y secretario general del Partido Comunista, Hu Jintao. Estos contactos al más alto nivel se produjeron no obstante aprobar el Parlamento de la RPC la llamada Ley Anti-Secesión, que reservaba la adopción de "medios no pacíficos" en caso de producirse la declaración de independencia de Taiwán —y que el KMT rechazó—, y provocaron mucha irritación en el Gobierno del MCT.

El 16 de julio de 2005 Ma ganó la presidencia del KMT con el 72,4% de los votos efectuados por más de la mitad del millón de militantes del partido, en la primera elección abierta de este tipo, frente al 27,6% obtenido por Wang, quien a última hora recibió el respaldo del influyente James Soong. La asunción del puesto tuvo lugar el 19 de agosto, en la jornada inaugural del XVII Congreso Nacional del partido. Paradójicamente, Ma llegó a la cúspide del KMT con el frontal rechazo de su anciano padre, quien a finales de mayo, en unas declaraciones tremendamente embarazosas para el alcalde, apareció en una televisión amenazando con "suicidarse" si su hijo no retiraba su candidatura a la presidencia partidaria, ya que "carecía de experiencia" suficiente para ostentar un puesto que, en su opinión, sólo Lien Chan estaba en condiciones de desempeñar. Poco después, el 1 de noviembre, Ma Ho-ling falleció a los 85 años, víctima de un ataque al corazón.

El 3 de diciembre de 2005 Ma superó con gran éxito su primera prueba en las urnas como jefe del principal partido de la oposición taiwanesa al ganar el KMT de manera rotunda las elecciones a autoridades locales de ciudades y distritos. En las semanas y meses siguientes, el político fue comentando sus puntos de vista sobre las relaciones a través del Estrecho, que aunque no se apartaban de la doctrina actual del partido, sí ofrecían un ligero matiz soberanista que parecía destinado a seducir a un sector del electorado de la Coalición Pan-Verde. Así, insistió en que la reunificación era un objetivo que no tenía fechas y que la opción de la independencia merecía respeto porque contaba con el respaldo de parte de la ciudadanía; a su entender, lo mejor ahora mismo era mantener el statu quo, lo que no entrañaba abandonar el principio de una sola China.

Con todo, para Ma eran prioritarios el diálogo y la cooperación con la RPC. En aras del acercamiento "proactivo", el jefe nacionalista presentó una especie de decálogo que se componía de "cinco noes" y, a modo de complemento en positivo, "cinco acciones" (en inglés, five no’s y five do’s). Los cinco noes eran: no a la declaración de independencia; no al cambio de nombre de la ROC, de su bandera o de su himno; no a inclusión de la expresión "dos estados" en la Constitución taiwanesa; no a la celebración de un referéndum para alterar el statu quo en las relaciones a través del Estrecho; y no a la disolución del Consejo Nacional de la Unificación, órgano que Chen declaró caducado en febrero de 2006. Las cinco acciones se referían a las siguientes propuestas: elaborar un marco provisional para las relaciones pacíficas entre la ROC y la RPC; reanudar el diálogo bilateral con carácter oficial sobre la base del llamado consenso de 1992, referente a la unicidad de China; consultar con la RPC el posible ingreso de la ROC en organismos internacionales; intensificar los intercambios económicos y ampliar las conexiones de comunicaciones; y promover los intercambios culturales y educativos.


3. Problemas con la justicia y candidato presidencial en 2008

La más que probable candidatura presidencial de Ma en las elecciones de 2008 estaba en boca de todos, pero a finales de 2006 la justicia salió al paso de la marcha triunfal del dirigente opositor, que vio seriamente amenazada su carrera política.

El 14 de noviembre, mientras Chen Shui-bian, en la cuerda floja a raíz del escándalo de corrupción protagonizado por su esposa, esquivaba a duras penas los repetidos intentos de la coalición Pan-Azul de provocar su destitución parlamentaria, Ma fue interrogado por un panel de fiscales anticorrupción del Tribunal Supremo para que diera cuenta de una serie de gastos realizados por funcionarios a su cargo en el Ayuntamiento y que venían siendo investigados desde tiempo atrás por presentar indicios de irregularidad. El edil se vio obligado a reconocer que uno de sus colaboradores había falsificado facturas con cargo a una cuenta para gastos especiales de la alcaldía. A su entender, lo descubierto eran unos "defectos administrativos" cuya responsabilidad asumía, aunque no creía que debiera dimitir cuando sólo le quedaban unas semanas para terminar el mandato, y por los que pedía disculpas a los ciudadanos.

Pero la investigación judicial de los chanchullos económicos del Ayuntamiento de Taipei siguió adelante y la reputación de Ma como servidor público intachable en cuestiones de dinero parecía venirse abajo. El 25 de diciembre entregó el testigo municipal al vencedor en las elecciones del 9 de diciembre, su colega de partido Hau Lung-pin, y el 13 de febrero de 2007 encajó el temido golpe: la acusación formal de corrupción por la Fiscalía del Tribunal Supremo, que le imputó un delito de malversación de caudales públicos; según la Fiscalía, el ya ex alcalde se había apropiado de 11,2 millones de dólares taiwaneses (unos 260.000 euros) de la partida de gastos especiales asignada a su oficina para sufragar importes puramente privados, como la manutención de su hija universitaria y la adquisición de varios artículos domésticos.

Al instante, Ma dimitió como presidente del KMT —el primer vicepresidente, Wu Poh-hsiung, asumió el cargo en funciones— y miembro del Comité Central Permanente en cumplimiento de los estatutos del partido, que prohibían a un imputado por la justicia desempeñar puestos en su ejecutiva, pero, lejos de ahorrar la toalla, aprovechó la rueda de prensa para reafirmarse en su decisión de presentarse candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 2008. Él estaba seguro de que no había violado ninguna ley en su etapa como alcalde, arguyendo que el recurso a este tipo de partidas especiales para pagos particulares relacionados con el desempeño de las funciones oficiales era una práctica habitual en todas las administraciones del Estado.

La inminencia del procesamiento de Ma por presunta corrupción no arredró a su partido, que el 2 de mayo le nominó candidato presidencial sin admitir la confrontación de precandidaturas alternativas. Los sondeos indicaban que Ma, pese a este serio tropezón, seguía siendo un político mucho más popular que el presidente Chen o que el aspirante a sucederle del MCT, Frank Hsieh. Además, después de todo, la justicia iba a fallar a su favor. Así, el 14 de agosto el Juzgado de Distrito de Taipei declaró que el procesado era inocente del delito de malversación y que no podía probarse su implicación en irregularidad alguna en el ejercicio de la alcaldía. Los fiscales acusadores apelaron, pero el 28 de diciembre el Tribunal Supremo sostuvo la sentencia absolutoria de Ma, quien a su vez demandó a los fiscales por acusación infundada.

Ma salió del brete judicial con su popularidad reforzada, dando el pistoletazo de salida con muy halagüeñas perspectivas a la campaña de las presidenciales del 22 de marzo de 2008. El triunfalismo de los nacionalistas se desbordó tras las elecciones al Yuan Legislativo del 12 de enero, en las que la Coalición Pan-Azul, literalmente, machacó a la Coalición Pan-Verde, hundida por unos escándalos de corrupción que a diferencia de lo sucedido con su adversaria sí pasaron factura: con el 56% de los votos, la alianza opositora capturó 85 de los 113 escaños, salvo cuatro, todos del KMT.

El 22 de marzo de 2008 la fórmula integrada por Ma para la Presidencia y Vincent Siew —uno de los dirigentes más experimentados del KMT, habiendo desempeñado los cargos de primer ministro, ministro de Economía y vicepresidente del partido— para la Vicepresidencia, recobró para el partido nacionalista el Ejecutivo nacional con el 58,4% de los votos, 17 puntos más que la plancha del MCT, formada por los ex primeros ministros Frank Hsieh y Su Tseng-chang. En la misma jornada se votaron dos referendos sobre el posible ingreso del país en la ONU, y aunque en ambos venció abrumadoramente el sí, la insuficiente participación, el 35%, los invalidó. En el primero, promovido por el MCT, se preguntaba a los taiwaneses si estarían de acuerdo con la búsqueda del escaño en la ONU bajo la exclusiva denominación de Taiwán; el segundo, apoyado por el KMT, preguntaba por el posible "retorno" a la ONU bajo "estrategias prácticas y flexibles" y con los nombres de República de China o Taiwán.

En sus primeros pronunciamientos como presidente electo, Ma explicó que no tenía planes inmediatos para visitar la RPC, escenario que había planteado durante la campaña, y que sus primeros pasos estarían dirigidos a aplicar los five do’s, empezando por el establecimiento de vuelos directos (sin escalas en Hong Kong o Macao) y de conexiones marítimas, la facilitación del turismo procedente del continente y el incentivo de las inversiones empresariales taiwanesas allí.

Seguía en pie la oferta de negociar medidas de confianza militar para reducir los riesgos de un enfrentamiento bélico accidental y de reanudar el diálogo político oficial, después de la interrupción del mismo en 1999, con el objetivo de alcanzar, no la definición del estatus de Taiwán, sino un tratado de paz para "poner fin al estado de hostilidades" que se prolongaba desde hacía 60 años. Los contactos podrían canalizarse a través de dos organismos semioficiales: la Fundación para los Intercambios del Estrecho, representando a la ROC, y la Asociación para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwán, por parte de la RPC. Ma, además, se comprometió a no buscar la "independencia de iure" (luego implícitamente reconocía la existencia de una independencia de hecho) durante su mandato. Asimismo, recordó su promesa electoral de recobrar las vigorosas tasas de crecimiento económico de las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo.

El KMT no aguardó al cambio de Administración para escribir las primeras líneas del nuevo capítulo, una verdadera "nueva era" según Ma, en las relaciones con la RPC. El 12 de abril el vicepresidente electo, Siew, en calidad de presidente de la Fundación para un Mercado Común a través del Estrecho, viajó a la isla de Hainán para participar en el Foro Boao para Asia y entrevistarse con Hu Jintao. Aunque Siew no estaba aún en el Ejecutivo, este encuentro fue considerado el de más alto nivel de los sostenidos por autoridades de la ROC y la RPC desde el cisma de 1949.

El 20 de mayo de 2008, luego de emitir el Tribunal Supremo el 24 de abril un veredicto favorable con carácter definitivo e inapelable en el caso del desvío de fondos en el Ayuntamiento de Taipei, Ma tomó posesión de la Presidencia de la ROC con mandato hasta 2012. En su discurso inaugural, reiteró su compromiso de entablar negociaciones con Beijing en el más corto plazo posible sobre la base del consenso de 1992 y bajo el principio múltiple de "no unificación, no independencia, no uso de la fuerza y mantenimiento del statu quo en el Estrecho de Taiwán". Pero Beijing tenía que tener presente, añadió, que su país, además de seguridad y prosperidad, quería "dignidad", de manera que "sólo cuando Taiwán deje de estar aislada internacionalmente podrán avanzar las relaciones a través del Estrecho". En la misma jornada se constituyó el nuevo Yuan Ejecutivo, presidido por Liu Chao-shiuan.

(Cobertura informativa hasta 10/6/2008)