Luís Montenegro

El principal dirigente del centro-derecha de Portugal, Luís Montenegro, se dispone a formar el próximo Gobierno, el XXIV Constitucional, tras las elecciones legislativas del 10 de marzo de 2024. La Alianza Democrática (AD), coalición entre el partido que preside, el Social Demócrata (PSD), y el más conservador Centro Democrático y Social-Partido Popular (CDS-PP) de Nuno Melo, obtuvo una raquítica mayoría relativa de 80 diputados, 36 por debajo de la mayoría absoluta y solo dos más que el Partido Socialista (PS) de Pedro Nuno Santos y el primer ministro saliente, António Costa, dimitido en noviembre de 2023.

Que la AD no haya sacado ninguna ventaja del descalabro socialista (la formación en el poder desde 2015 vio esfumarse 13 puntos de voto, pero el binomio conservador no solo no ganó sufragios sino que los perdió, al retroceder al 28,8% desde el 30,7% alcanzado por separado en 2022) obedece a la subida con fuerza de Chega (Basta), el cual ha saltado de los 12 a los 50 escaños. El partido de extrema derecha de André Ventura, quien se jacta de haber enterrado el bipartidismo, fue el máximo fructuario del descontento popular por cómo ha gestionado el Gobierno Costa los embates al poder adquisitivo de los portugueses.

Para ser primer ministro, Montenegro, que basa su programa de "cambio seguro" con "responsabilidad presupuestaria y justicia social" en una bajada general de impuestos y la promesa de alzas de salarios y pensiones, necesitaría la buena disposición de Chega, más tras el pronto aviso del líder socialista, Nuno Santos, de que para ellos su lugar está ahora en la oposición. El jefe del PSD, político de 51 años con amplia experiencia legislativa y ninguna ejecutiva, parece apostar por un gabinete de minoría que podría recibir algún tipo de soporte vital desde el sector de Ventura, pero sin acuerdos formales. "Não é não", viene siendo su respuesta invariable cuando se le pregunta por un inédito escenario de colaboración PSD-Chega. 

Sin embargo, el ganador moral de los comicios no se conforma con ser muleta parlamentaria de la AD, menos en la forma de un mero no obstruccionismo circunstancial, y exige una coalición en toda regla, con puestos ministeriales para su agrupación. Con todo, tampoco se descarta algún acuerdo legislativo de mínimos entre Montenegro y el PS de Nuno Santos.

Nota de actualización: esta biografía fue publicada el 13/3/2024. El 2/4/2024 Luís Montenegro formó un Gobierno de coalición PSD-CDS/PP de franca minoría, no sujeto a ningún acuerdo formal de apoyo externo ni con el partido Chega ni con el PS, este último declarado en la oposición. Sin embargo, Montenegro confiaba en el pragmatismo del líder socialista, Nuno Santos, para al menos recibir de su partido un abstencionismo constructivo en las votaciones de la Asamblea.


Luís Montenegro, casado y con dos hijos, es natural de Oporto, si bien a lo largo de su carrera política ha representado a los electores del distrito de Aveiro. A diferencia de los últimos primeros ministros lusos, de una generación más vieja, los avatares políticos de la Revolución de los Claveles de 1974 y el proceso constituyente de la III República Portuguesa en 1975-1976 los vivió siendo un niño pequeño, recién superada la edad de bebé. Licenciado en Derecho por la Universidad Católica Portuguesa y posgraduado en Derecho de la Protección de Datos Personales por el Instituto Europeo de Administración de Negocios (INSEAD), se instaló como abogado privado y fundó su propio bufete, del que fue socio hasta 2022.

Su carrera política con el PSD se remonta a 1993, durante las jefaturas partidaria y gubernamental de Aníbal Cavaco Silva, y empezó en el ámbito local de Espinho, localidad costera de Aveiro donde se radicó con su familia y ocupó una serie de puestos municipales. Además de concejal y presidente de la Asamblea Municipal de Espinho, sirvió como diputado en la Asamblea Metropolitana de Oporto. En las elecciones legislativas de 2002, que, de la mano de José Manuel Durão Barroso, devolvieron al PSD al Ejecutivo tras un septenio en la oposición a los gabinetes socialistas de António Guterres, el abogado estrenó su primer mandato de asambleísta de la República con 29 años. Renovó su escaño por Aveiro en los comicios de 2005, 2009 y 2011, y en las elecciones autárquicas (municipales) de 2005 candidateó infructuosamente a la alcaldía de su población.

Al arrancar la XII Legislatura en junio de 2011, al cabo de seis discretos años en la oposición al primer ministro socialista José Sócrates y coincidiendo con la amarga cura de austeridad prescrita por la UE y el FMI para el rescate financiero de Portugal, Montenegro adquirió más visibilidad como presidente y portavoz del grupo parlamentario socialdemócrata, convirtiéndose en uno de los principales colaboradores del nuevo primer ministro y líder del PSD, Pedro Passos Coelho.

Tras las legislativas de octubre de 2015, ganadas con una estéril mayoría simple por la lista conjunta del PSD y el CDS-PP de Paulo Portas (entonces, Passos Coelho formó un Gobierno de minoría que solo se sostuvo diez días al perder una moción de censura lanzada por el PS de António Costa, el cual fue investido primer ministro en noviembre con el respaldo de las izquierdas), Montenegro, diputado por Aveiro por quinta vez consecutiva, continuó al frente de la bancada del PSD, de vuelta a la oposición.

En junio de 2017 Montenegro abandonó la conducción del grupo parlamentario y en abril de 2018, dos meses después del relevo de Passos Coelho por Rui Rio en la presidencia del partido, renunció a su acta de asambleísta, con lo que su única actividad profesional volvió a ser, temporalmente, la abogacía. Esta marcha le ahorró las posibles salpicaduras negativas de las elecciones legislativas de octubre de 2019, que depararon al PSD la pérdida de una decena de diputados, a sumar a los ya esfumados en 2015, y confirmaron a Costa en el Gobierno. El líder socialista siguió recostado en el experimento de la Geringonça, el apoyo parlamentario, bien que limitado y precario, por parte del Bloque de Izquierda (BE o simplemente Bloco), el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Partido Ecologista Los Verdes (PEV).

Aunque apartado de la primera fila, Montenegro desveló tener altas ambiciones políticas. Crítico con su estilo de liderazgo, tachado de demasiado blando con el Gobierno socialista, el ex diputado retó a Rui Rio en la elección interna de enero de 2020. Con un 46,8% de apoyos en la segunda vuelta, Montenegro no consiguió doblegar a Rio, al que la militancia confió una nueva oportunidad. 

Las tornas cambiaron como resultado de las elecciones legislativas del 30 de enero de 2022, infaustas para los centroderechistas por dejarse otros dos escaños en la Asamblea —a pesar de la ligera recuperación en votos—, ver cómo les comía protagonismo la pujante Chega —el auge de la nueva extrema derecha de André Ventura era por el momento a costa de la derecha tradicional, el CDS-PP, extraparlamentario por primera vez en sus 48 años de historia—, asistir también a la consolidación de la Iniciativa Liberal de João Cotrim de Figueiredo —capaz de succionar votos desde el flanco liberal conservador— y, para colmo, conquistar el PS la mayoría absoluta, cosa que no sucedía en Portugal desde 2005.

Rumbo a las elecciones de 2024

En estas circunstancias de debilidad aguda, Rio anunció su marcha y convocó unas primarias a las que se presentaron Montenegro, quien gozaba del respaldo del sector más próximo al ex primer ministro Passos Coelho, y Jorge Moreira da Silva, anterior ministro del Medio Ambiente. Montenegro partía como favorito y el 28 de mayo de 2022 noqueó a Moreira da Silva con el 72,5% de los votos. El traspaso formal de la presidencia de la Comisión Política Nacional del partido, y por ende el liderazgo de la oposición, tuvo lugar en el 40º Congreso Nacional de los socialdemócratas, celebrado en Oporto del 1 al 3 de julio. Hugo Soares sucedió a José Silvano en el puesto de secretario general.

Mientras preparaba un programa económico centrado en las propuestas para amortiguar el impacto nefasto de la inflación en las rentas de las familias y recorría todos los distritos del país en un periplo proselitista llamado Sentir Portugal, Montenegro fue muy enfático sobre que el entendimiento con Chega, abanderado del nacionalismo euroescéptico con un discurso hostil a la inmigración musulmana y a la población gitana, constituía una línea roja que no estaba dispuesto a traspasar. 

En abril de 2023, en una reunión del Consejo Nacional del PSD, el líder opositor proclamó textualmente: "Nosotros nunca hemos gobernado ni gobernaremos con el apoyo de la extrema izquierda ni con el apoyo de la extrema derecha". En junio siguiente, en una entrevista para el periódico español El País, certificó su postura intransigente en esta cuestión, que algunos responsables del PSD no compartían: "Nunca vamos a violar nuestros principios socialdemócratas. No vamos a tener en el Gobierno políticas ni políticos racistas, xenófobos e inmaduros". Igualmente, equiparó a los de Ventura con el Bloco y el PCP ("todos son radicales y populistas").

La conclusión natural de la XV Legislatura era en 2026, pero aún no llegado el ecuador de la misma, en el otoño de 2023, sobrevino una crisis política que golpeó de lleno al Gobierno Costa, ya en problemas por las movilizaciones de varios colectivos profesionales y, en general, en malestar de la gente ante el fuerte encarecimiento de la vida y la insuficiencia de las medidas adoptadas desde el Gobierno para paliar la pérdida de poder adquisitivo. 

Se trató de las investigaciones abiertas por el Ministerio Público contra varios miembros del Ejecutivo y contra el propio primer ministro en relación con unos posibles casos de corrupción cometidos en negocios internacionales de litio e hidrógeno verde que involucraban al Estado portugués. El 7 de noviembre Costa, por sorpresa, presentó la dimisión por este asunto y dos días después el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, en vez de nombrar un nuevo primer ministro —cual era la salida deseada por el PS—, optó por disolver la Asamblea y convocar elecciones anticipadas para el 10 de marzo de 2024.

Este súbito cambio de guión metió presión a Montenegro y el PSD, en un momento en que no conseguían despegarse del PS en los sondeos de opinión. El replanteamiento de la estrategia en clave electoral incluyó el acuerdo con el CDS-PP, desde 2022 liderado por Nuno Melo, para presentarse a las urnas formando una lista conjunta, la Alianza Democrática (AD). Esta era una vieja fórmula que había operado en el período 1979-1983 y por segunda vez, con la denominación de Portugal à Frente (PàF), en las legislativas de 2015. La renacida AD ya se había probado de hecho cuando las legislativas de 2022 pero solo, y sin éxito a la sazón, en la Región Autónoma de Azores (donde, por cierto, desde noviembre de 2020 gobernaban los dos partidos conservadores con el apoyo externo de Chega, llamativa excepción del "não é não" de Montenegro).

La historia de la convergencia electoral entre el PSD y el CDS-PP tenía muchos capítulos escritos, si bien la mayoría con motivo de votaciones autárquicas, regionales y europeas. Con AD de por medio o no, el caso era que ambas formaciones ya habían gobernado en coalición nacional en numerosas ocasiones: en 1980-1983 (gobiernos Sá Carneiro y Pinto Balsemão), 2002-2005 (gobiernos Durão Barroso y Santana Lopes) y 2011-2015 (gobiernos Passos Coelho). 

En resumidas cuentas, el CDS-PP venía siendo el socio imprescindible del PSD desde 1995, cuando concluyó el último gobierno socialdemócrata en solitario, el tercero de Aníbal Cavaco Silva. En diciembre de 2023 Montenegro y Nuno Melo restablecieron la AD para concurrir juntos en las elecciones regionales de Azores de febrero de 2024, las legislativas de marzo, las europeas de junio y las autárquicas de 2025. En enero de 2024 se incorporó como tercer socio el minúsculo Partido Popular Monárquico (PPM) de Gonçalo da Câmara Pereira.

El programa electoral de la AD, titulado Cambio seguro, define cuatro pilares: la "cualificación" (educación, ciencia y cultura); la "sostenibilidad" (medio ambiente, agua, acción climática y protección animal, agricultura, bosques y alimentación, mar y pesca, y ciudades, comunidades y cohesión territorial); la "sensibilidad social" (salud, deporte y actividad física, políticas sociales, trabajo y seguridad social, migraciones, natalidad, longevidad y bienestar, y diversidad, inclusión e igualdad de género); y el "sentido de Estado" (transparencia y combate a la corrupción, sistema político y electoral, comunicación social y lucha contra la desinformación, defensa del consumidor, justicia, seguridad y protección civil, defensa nacional y política exterior, comunidades y asuntos europeos).

Encuadradas en un plan presupuestario que hasta 2028 contempla una conservación del superávit del saldo primario de las cuentas del Estado en torno al 2,6% —legado positivo del Gobierno Costa y de hecho el mejor balance de la UE junto con el de Dinamarca— y una reducción de la deuda pública desde el 107,5% del PIB previsto para 2023 al 92%, Montenegro propone las siguientes medidas fiscales: 

Bajada general del Impuesto sobre las Personas Individuales (IRS), por valor de 2.000 millones de euros entre 2024 y 2026, a través de exenciones parciales, reducciones de los tipos marginales y una retención máxima del 15% para las rentas de los jóvenes; reducción progresiva del impuesto de sociedades (IRC) del 21% al 15%; eliminación de los impuestos de transmisiones patrimoniales (IMT) y de actos jurídicos documentados (IS) para la adquisición de vivienda propia por los menores de 35 años; incremento gradual del Complemento Solidario para las Personas Mayores (pensiones mínimas) hasta los 820 euros, igualando así el salario mínimo; introducción de un nuevo Suplemento Retributivo Solidario; y más ayudas para garantizar la "universalización del acceso gratuito a la educación".

Asimismo, la AD se plantea la meta de subir el salario mínimo desde los 820 euros actuales hasta los 1.000 euros en 2028 (algo ya contemplado por el PS, que desde su llegada al Gobierno no ha dejado de elevar este rubro, a partir de los 505 euros mensuales que se cobraban en 2015), promete mejorar los servicios de la sanidad pública concertando prestaciones con empresas privadas y quiere privatizar totalmente la aerolínea TAP Air Portugal.

En cuanto a la inmigración, tema estrella del repertorio de Chega, Montenegro y su grupo hablan de corregir una "legislación ineficaz" a la luz de cómo "proliferan redes de tráfico humano capaces de atrocidades sociales nunca vistas en nuestro país", "problemas sociales complejos como el desafío de la vivienda" y la "persistencia de fenómenos xenófobos". "Somos un país de puertas abiertas a la inmigración, pero no de puertas abierta de par en par", arguye el programa, y adoptar ese principio implica políticas para "promover una inmigración regulada, con humanismo, digna y constructiva para el desarrollo sostenible de Portugal", así como "incentivar la inmigración cualificada, para responder a las necesidades demográficas y de mano de obra". 

El Estado y la sociedad, prosigue el documento, deben asegurar los derechos fundamentales y favorecer la integración de los venidos de fuera, quienes por su parte han de aprender la lengua portuguesa y conocer la cultura del país de acogida. Cuando la inmigración es "ilegal" e implica el tráfico de personas, señala Montenegro, se imponen las políticas de "seguridad", "control efectivo de fronteras" y "combate" a las prácticas criminales.

(Cobertura informativa hasta 13/3/2023).

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